Intentando conectar desde el fondo del pozo de las pupilas de mis ojos,
Con ese otro vacío, tras otro rostro,
Intentando unirnos dos como si fuéramos un solo ser vivo que se ha roto,
Buscando sentido al dolor.
Nos arrancaron del vientre, cortaron el cordón,
Y tuvimos que pedir el alimento,
Y esa es la desazón que se siente por momentos,
Porque estamos a merced del castigo o el perdón de otro.
De este vuelo sin motor,
Del tormento mentor, del terremoto dentro, sacar provecho,
Ya que no puedo sacar pecho y que como techo,
Compongo arpegios, bueno, los versos estos...
Esto... Inmerso en textos me mantengo, es lo poco que tengo,
Lo poco en lo que me defiendo, y no me arrepiento, estoy conociéndome al tempo,
Estoy alterando mi campo gravitacional,
El amor del núcleo es desorbitado e incondicional.
Lejos del final, lamentos, no puedes confinar el firmamento,
Puedo confirmar el momento en que deje de confiar en tu cuento,
Estupendo, siente el estruendo, ¿eres tú, Jandro?,
Estoy estrujando mi cuerpo, desdibujando mi propio cerco.
Me marcho, me voy lejos de aquí, estáis agobiándome mucho,
El mundo entre maniqueos y maniquís, la verdad es que nunca me sedujo,
Me siento un intruso, pero tengo un truco para cuando me ofusco,
Y ya no te busco, lo aprendí a palos, muy poco, lo justo.

- vidriarquia, lágrimas de sangre