死ぬことを恐れる (Miedo a morir)

Chūya sentía pesadez y dolor en cada parte de su cuerpo, apenas podía mover una mano con total libertad sin que le doliera.

Estaba tumbado en el frío suelo de la calle destrozada. Con el rabillo del ojo podía ver varios edificios derrumbados, señales de tráfico tiradas por doquier y polvo que se elevaba hacia el cielo del color de las naranjas maduras.

En sus oídos se escuchaba un molesto pitido que le impedía oír a las personas que lo rodeaban con un gesto preocupado en su rostro.

Notó un fuerte agarre en su mano derecha, que le hizo mirar hacia arriba, encontrándose con el rostro lleno de lágrimas de Dazai. El castaño movía los labios, diciendo algo que el pelirrojo no pudo escuchar, no sabía si porque comenzaba a caer en brazos de Morfeo o por el pitido en su oído. Sin embargo, en sus labios pudo leer "Lo siento, lo siento. Prometí que llegaría a tiempo. Aquí estoy, por favor no te vayas, no aún, Chūya.". 

Dazai besaba una y otra vez su frente, sus mejillas, su cabeza, y parecía gritar a sus compañeros con desesperación. Logró oír las palabras "Yosano-sensei" antes de que el pitido volviera.

Chūya comenzó a agobiarse en cuanto notó cómo las pulsaciones de su cuerpo decaían y al sentir cómo le comenzaba a faltar oxígeno en su cuerpo. Luchó por no cerrar los ojos, ya que presentía que si los cerraba, no los volvería a abrir.

Apretó con todas las fuerzas que le quedaban la mano de Dazai para después dejar de sentir su cuerpo y dejar que sus párpados cayeran.

Durante unos segundos que le parecieron horas, estuvo revolviéndose internamente, desesperado por querer seguir viviendo.

Notó su corazón latir con fuerza en su pecho, lucho por respirar y abrió los ojos al mismo tiempo que gritaba fuertemente y se incorporaba.

Miró a su alrededor, estaba en un dormitorio, su dormitorio. Respiró agitadamente mientras trataba de regular el latido en su caja torácica.

Se tumbó de nuevo en su cama y se llevó las manos al rostro. Repasó la pesadilla que había tenido:al parecer, Dazai no había llegado a tiempo para salvarle después de usar la Corrupción y había muerto en esa pesadilla.

Parpadeó un par de veces para ahuyentar las lágrimas que luchaban por salir de sus ojos. Suspiró antes de encender la lámpara de la mesita de noche y ponerse unas pantuflas para después dirigirse a la cocina a por un vaso de agua.

Encendió las luces del salón que conectaba con la cocina y se sorprendió al ver a Dazai tumbado en el sofá, mas no se asustó puesto que era algo natural.

¿Otra pesadilla?—preguntó el castaño mientras pasaba las páginas del libro que estaba leyendo.

Chūya alzó la ceja mientras se acercaba a la mesa de la cocina a por un vaso.

Te he oído gritar. Parecías asustado—explicó el castaño.

El pelirrojo apretó el vaso de agua en su mano antes de beberse el contenido de un trago y dejar el recipiente en el lavavajillas. Se apoyó en el marco de la puerta de la sala y dijo:

No era nada. Anda, duerme un poco—Chūya pasó uno de sus mechones de cabello por detrás de su oreja y suspiró.

Notó una cálida mano en una de sus mejillas y unos labios posarse en su frente. Miró a Dazai, quien acariciaba con su pulgar su mejilla.

Todo está bien—el castaño sonrió mientras miraba a los ojos a Chūya—. Sea lo que sea que hayas soñado, no se hará realidad.

Al pelirrojo le tembló el labio inferior mientras sus ojos se llenaban de nuevo de lágrimas. Se abrazó a Dazai, sorprendiendo a éste último.

Tengo miedo a la muerte—confesó Chūya—. He soñado que detenías la Corrupción, pero ya era muy tarde y moría. Es algo que he estado pensando desde aquella primera vez que la usé. ¿Que pasaría si no estás allí cuando la use? ¿Si no llegas a tiempo? Temo dejar este mundo y a todas las personas que hay en él. Akutagawa, Anee-San...—conforme contaba sus temores, el pelirrojo se abrazaba aún más fuerte al pecho de Dazai—. Y también me pregunto qué hay después de la muerte. ¿Hay una otra vida en la que nos podamos reencontrar con los que ya no están? ¿O reencarnamos y olvidamos nuestra vida pasada y con ella todos esos seres queridos?

Dazai frunció los labios antes de abrazar a Chūya y pasar su mano por los mechones ondulados del pelirrojo.

Chūya, yo no puedo dar una respuesta que calme tus temores, pero por lo personal, sí creo que hay otra vida. Una en la que podamos ser felices con aquellos que perdimos, como Odasaku o tus amigos de las Banderas—dijo Dazai—. La muerte es algo parte de la vida, Chūya. Morir es sólo una puerta que nos lleva a nuestro próximo destino. Y si lo que te preocupa es morir a manos de Arahabaki, ten por seguro que me pegaré a ti comp una lapa para que eso no ocurra—el castaño dijo aquello último con un tono de burla para tratar de animar a su novio de menor estatura.

Chūya sonrió y susurró:

Gracias por reconfortarme, Osamu.

-MGGBBRAE

Soy malísima haciendo escenas de reconfortar a las personas 😭😭

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