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La molesta alarma comenzó a resonar entre los oídos de Shattered sonando como mil campanas molestas e irritantes.

—Agh...—puso una mano en su cabeza sintiéndose pesado y con constantes pulsaciones que parecían querer hacerlo estallar. ¿Por qué tuvo que haber bebido tanto? Ya estaba acostumbrado a ello desde hace un tiempo, pero el dejar la costumbre de pasarse con las bebidas le cobraron factura, y luego como un frasco de vidrio contra el suelo estalló en él todos los recuerdos de la noche pasada.

Había besado a Fly... ¡¿Cómo pudo haber hecho semejante estupidez?! ¡Era su subordinado, él era su jefe, ambos eran mafiosos, ambos tenían caminos distintos! ¿En qué estaba pensando?

En él, sólo estaba siendo un maldito egoísta. Recordó aquella cara de decepción en Fly, una expresión que lo atravesó como diez balas en su cuerpo.

Se sentó apoyando sus codos en sus rodillas he inclinado hacia delante, tratando de estabilizarse y a ello su consciencia.

Aún estaba oscuro, era la hora.

El azabache de puntas rosadas  estaba despierto desde altas horas de la mañana, había empacado sus cosas, las que necesitaría mientras trataba de procesar todo de la noche anterior, se comió una manzana verde y se tomó un jugo de guanabana, se puso una ropa casual, unos bluejeans y una franela morada sin mangas y una chaqueta negra sin mangas y unos guantes de brazos para cubrir parte de sus tatuajes, se puso unos tenis negros y agarró su equipaje que era solamente un bolso totto negro.

Salió de su apartamento y cerró la puerta. Caminó y llegó a la mansión de Shattered, decidió esperarlo afuera para no molestarlo.

Poco después la camioneta de Shattered se vió deslizarse por la calle hasta detenerse en la acera. El moreno salió del carro tirando la puerta y subiendo los escalones con un sentimiento amargo al acercarse cada vez más a Fly. Estaba vestido con sus típicos colores oscuros y pálidos, pero menos formal; una chaqueta gris con capucha y franela negra, jeans negros y botas.

Fate había llegado un rato después de Fly y se encontraba con la espalda y pie recostada en la pared, esta vez con una chamarra negro y amarrillo. Shattered le pasó por un lado a Fly murmurando un "buenos días" y abriendo las grandes puertas de la mansión que los recibieron entre el fúnebre silencio de sus pasos.

Ambos entraron a la mansión para ponerse a esperar a los demás, la mirada de el apodado fragmentado estaba vacía sin vida aparente, careciente de brillo, Fate sabía que la única vez que lo había visto así era cuando... Xavier mató a su gatito Star; un gato callejero que el azabache de puntas rosadas cuidó en secreto, un secreto tan profundo que ni Xavier sabía. Mató al gato a sangre fría en frente de Fly y este no volvió a ser el mismo después de 3 años. Cuando ocurrió eso, Fate tenía 6 y Fly 5.

El Fatal Insanity fue llegando de a poco, Shattered no tocó el tema de la noche anterior ni Fly tampoco lo hizo, era como si su relación se había reducido a desde el principio que el de ojos heterocromáticos llegó al equipo, distante, arrogante y frío.

—Bien, ya debemos irnos.—espetó Online.

Shattered asintió haciando un ademán de que lo siguieran, luego de abrir unas grandes puertas hacia afuera se dejó ver una autopista dónde descansaba un jet de tamaño considerable y a un lado un uniformado de negro, lentes oscuros y micrófono. Se acercó a él haciendo una reverencia.

— Está listo.

— Bien. Suban ya. El viaje tardará unas pocas horas—Shattered fue el primero en subir en su lujosa nave ante la mirada de su equipo quiénes no tardaron en repetir la acción.

Dentro los asientos y paredes amuebladas eran negros, de tres filas, y el suelo de una suave alfombra pálida.

— Fly. Ven aquí.—llamó Shattered con seriedad a Fly para que se sentará con él.

El pelo azabache era terco, no iba a sentarse con él. Después de ayer no iba a hablarle y menos sentarse con él.

— Joder, ¿Qué no escuchaste? —gruñó tomándolo del brazo y dándole un jalón para que se sentase a su lado.

Fly se sentó con los pies cruzados soltando un suspiro pesado, frunció el ceño. Si ese iba a ser el viaje más largo de su vida, lo pasaría callado, sí, haría eso. Sacó un pequeño librito que tenía sin terminar. Era su libro favorito: Alicia en el País de Las Maravillas, nunca lo leía si estaba con sus compañeros porque pensaban que era la versión infantil, pero no, era la versión original. La última vez se quedó en la parte en cuando Alicia conocía al gato, específicamente cuando el felino le dice: "Has de estar loca, de otro modo no estarías aquí."

El jet despegó y todos estaban callados, bueno menos Possession y Crazy quienes decían chistes malos para alegrar el viaje.

Shattered se sentía incómodo con tener a Fly tan cerca suyo pero tan distante. Maldición, se suponía que lo quería a su lado para hablar de lo que pasó. Pero parecía no ser el momento, y además de ello parecía reacio a cuelquier forma de conversación. Apoyó su cuerpo en la ventana y dió un pesado suspiro, cerrando sus ojos, para cuando llegara estaría dormido, Fly seguiría enojado y planearian lo siguiente para las siguientes dos semanas.

Nightmare iba a morir... tal vez le hubiera gustado otro camino. Tal vez le habría gustado no emborracharse en su cita con Fly.

—Joder, que frío—Fate bostezó atrás apoyándose en el hombro de Fatal, le prestó uno de sus audífonos para que ambos escucharán algo de música.

Tal vez le hubiera gustado no sentir absolutamente nada.

...

El jet descendió sobre el estacionamiento para aviones pequeños del hotel en uno de los edificios al lado del mismo, la luz del sol empezaba a bajar dando una asombrosa vista del cielo japonés, en el estacionamiento esperaban dos sirvientes: una chica rubia de ojos rojos y un chico peli negro de ojos azules y en medio de estos un joven de piel blanquesina  de pelo morado por nacimiento, ojos del mismo color y lucía una ropa elegante de tonos morados más oscuros, sus ojos estaban tapados por unas gafas negras.

El primero en bajar fue Shattered seguido de Fly y los demás, el segundo mencionado se acercó al dueño del hotel con una leve sonrisa.

—Hola Lust.—dijo pero el mencionado, Lust no habló, quería escuchar el saludo como era debido. El azabache de puntas rosadas suspiró y acomodó su garganta y habló:—Ciao Lust, come stai?

Los del grupo menos Fate quedaron con la boca abierta ¿Eso era italiano?—Fly le dulce rosa de Venecia.—Lust lo abrazó con fuerza para luego darle un beso en cada mejilla— Come sei stato tesoro? Penso che sia okay

—No es el momento de hablar en mi lenguaje, Lust... sono un po' riluttante scusate.

—No hay problema.—Lust saludó a los acompañantes de Fly— Hola, soy Lust Violet un gusto... Fate? Wow guardati! Sei più bello di prima!

— Niente di che—sonrió con placer y nervioso dejando más confusos al resto del equipo.

Otra de las muchos secretos que desconocía de la vida de Fly, pensó Shattered. Luego de aquellos saludos y confusiones por la diferencia de idioma, fueron llevados a las instalaciones del hotel.

—Como prometí.—Les dio las llaves de las habitaciones a cada uno de ellos.— Mañana mi gente los llevará al hadware de nuestro hotel y podrán hackear las cámaras de Nightmare. Mientras... Disfruten su estancia. —Lust se acercó a Fly y le susurró unas palabras en italiano, un sonrojo apareció en los pómulos de Fly.

—Kinky. —dijo con un resoplido en francés y abrió la habitación donde estarían él y Shattered.

—Oh vamos, en Venecia no eras tan rústico.

—Hai provato a violentarmi, idiota. non ti perdono.— Entró en la lujosa habitación, era blanca con concepto abierto, a los lejos había un yakuzi rodeado de flores hermosas, había un piso arriba donde estaban dos camas una en frente de la otra pero alejadas, y el ventanal era enorme y con un balcón con una mesa y sillas.

—¡Estaba ebrio! —se excusó Lust

—Ti ringrazio per questo Lust, ho avuto una buona ragione per deridere Fly per giorni—Fate rio cuando pasaba por su lado escuchando la conversación y llendo con Fatal a su propia habitación como todos los demás, o simplemente mirando por allí.

Shattered le pasó por un lado a Fly y entró al cuarto, sin ningúna palabra más.

—... Lamento esa escena...—dijo con desdén. Al fin se digno a hablarle.

—No es importante—Shattered dió una rápida respuesta, cortante, para dirigirse al balcón.

—... Cómo digas... Jefe...—le habló como hizo los primeros días cuando se unió al grupo, necesitaba un capuchino japonés, cuando iba a salir de la habitación habló:— Lo que pasó ayer no tiene relevancia para tí, ni las palabras que me dijiste antes de decepcionarme ¿No es así? Después de todo... Todo lo que soy ante tus ojos, los ojos que tienes solo ven a un puto esclavo, uno más del montón...—cerró la puerta para dirigirse al café que estaba al lado del Hotel, que también era parte del mismo.

No movió ni un sólo centímetro ante lo dicho por Fly cuando abandonó la estancia, suspiró entrecortadamente deseando una muerte a ese maldito sufrimiento, apoyado en la baranda ante la preciosa vista de Tokyo.

Escuchar esas palabras de a quién más amabas era una tortura.

...

Deberíamos darles un premio a mejores actores a Fate y Fatal ya que ambos apenas entraron, cumplieron con sus roles como recién casados en una Luna de Miel, los besos fogoso que se daban entre sí no pasaron desapercibidos después de haber llegado al climax más de dos veces, ambos cuerpos estaban sudados pero no sé detenían mientras el mayor de ambos embestía a su pareja de manera lenta y tortuosa.

Fate hallaba exquisitez en cada facción de su pareja, el toque de Fatal era caliente para él, haciendo que su cuerpo llegase a una temperatura elevada y eso lo hacía tener un sentimiento que deseaba ser saciado. El mayor escuchaba esos sonidos tan hermosos para él en su oído mientras le brindaba de besos que hacían que su cerebro se desconectara. ¿Que hubiese pasado si Xavier le hubiera denegado aquél permiso de mantener a su pareja con vida? Es imposible que lo hiciera por simple placer, así que viniendo de Xavier, estaba seguro que el de heridas en el rostro deseaba algo a cambio. Ese pensamiento hizo que se tensara, Fatal lo notó.

—¿Estás bien~?—preguntó tocando la mejilla de su contrario mientras lo veía con preocupación, podrían estar al borde del placer pero le preocupaba su pareja más que otra cosa.

Salió de sus pensamientos y le dió una estocada rápida y profunda que hizo que Fatal se aferrara a él y jadeara, su intención era que olvidara el tema.

— No es importante, amor~—besó sus labios mordiendo de ellos hasta saborear la metálica sangre, había escuchado una que otra queja de Fatal en broma de que a la hora de hacerle el amor no era muy gentil que digamos, pero eso sólo lo hacía más emocionante para Fate y sabía que en el fondo su pareja lo afirmaba, deseaba imaginar que cada que estuviera con él fuera la última de su vida. Y quién sabe, si seguía su vida como actualmente la estaba llevando tal vez así fuera...

Después de largos minutos ambos llegaron al climax de nuevo, el mayor dejó su semilla caliente en la cómoda y apetecible entrada, salió de su pareja con cuidado de no dañarlo más de lo que había hecho. Fate abrazó a su pareja mientras besaba su rostro, su tierno rostro para compensar la brusquedad de hace rato. Fatal correspondía a tales caricias con soltar suspiros en el cuello de su pareja, sabía que era su zona sensible y le acariciaba su cabello.

—Te amo tanto...—confesó mientras sus energías se iban.

—Y yo a tí—le dió un beso en la frente al ver a su pareja caer dormido entre sus brazos, incosciente de la angustia interior en el de ojos ámbar.

Acarició la espalda de Fatal con adoración, amaba a su pareja con su vida, era su única luz, su estrella en el firmamento de su existencia. Deseaba darle tanto cómo él le había dado, ¿qué pasaría cuándo Fatal se enterara de la verdad? ¿Entendería o lo dejaría sólo y desamparado? Gracias a Fly, Fatal viviría... pero tal vez lo perdiese para siempre. Lo abrazó como si de la noche a la mañana lo perdiera y cayó en los brazos de Morfeo.

...

La mayoría de los inquilinos que se hospedaban en el hotel ya estaban durmiendo en sus respectivas habitaciones, Shattered estaba sentado en su respectiva cama con una pijama simple, suspiraba mientras intentaba analizar cada detalle del transcurso del día ; Primero su borrachera causó un pequeño incidente que a su vez internamente le pareció lindo, pero por su mala elección de palabras causó represalias con su fiel mano derecha, segundo la conexión entre Lust y Fly era extraña ¿De dónde el apodado fragmentado había aprendido a hablar italiano? ¿La Dulce Rosa de Venecia? ¿Acaso esa ciudad tenía algo con él? Su mente se hacía un revuelo mientras ponía sus manos contra su rostro.

Escuchó la puerta de la habitación abrirse, se acostó y fingió dormir, era Fly, el cual soltó un suspiro y algunos insultos en italiano, se quitó su chaqueta y su franela, Shattered abrió sus ojos ampliamente al ver el torso desnudo de su mano derecha: Tenía cicatrices en su torso, tatuajes que parecían tallos de rosas de color negro, también los tenía en sus brazos los cuales siempre ocultaba con prendas de mangas largas y lo que causó un gran impacto fue una enorme X hecha en toda su espalda, marcada por un acero ardiente como lo harían con un ganado. El de cabellos azabache con puntas rosadas terminó de desvestirse y su puso un kimono negro para ir al baño.

Fly pareció no darse cuenta que Shattered seguía despierto y envuelto en dudas, las preguntas burbujearon en su garganta pero se abstuvo de hacerlo, al menos hasta que se solucionara las cosas entre los dos que él mismo causó, ¡Nunca antes había visto esos tatuajes en su cuerpo! ¡Esa marca era terrible! ¿Cómo pudo haber sobrevivido siquiera a tal tortura en su cuerpo? El cuerpo humano no soportaba tanto dolor, el cerebro se desconectaba al llegar al límite. ¿Enserio Fly aguantó por tanto... y él sólo pensó en su egoísmo?

Para cuando Fly había regresado encontró a Shattered de pie mirándolo serio y determinado, con ambos brazos cruzados.

— Tenemos qué hablar.

—¿Sobre qué? —indagó mientras tomaba su ropa  de dormir y ponérsela en el baño para volver a salir con una blusa cómoda manga larga negra y unos shorts. — ¿Qué sucede?

— Eso debería preguntartelo yo a ti...—lo miró con ojos más suaves, pero su tono todavía exigía respuestas— ¿Qué te sucedió? ¿Qué es esa marca que traes en tu espalda?

—No sé de qué estás hablando.—dijo mientras maldecía en su interior.

— ¿Qué no sabes de qué hablo? ¿Acaso vas a mentirme cuando yo mismo ví esa maldita equis en tu espalda, Fly? No me mientas, maldita sea. Yo nunca te he mentido—gruñó.

—No es nada importante...—dijo, lo bueno es que tenía su teléfono ocultó tras su espalda y marcó en idioma Wings al teléfono de Fate "☠︎♏︎♍︎♏︎⬧︎♓︎⧫︎□︎ ♋︎⮹︎◆︎♎︎♋︎"  necesitaba ayuda de su amigo. Apagó el teléfono y lo lanzó disimuladamente a la cama suya.— No es algo de vuestro interés.

— Soy tu jefe, tengo derecho a saber sobre tus antecedentes —se empezó a acercar lentamente a Fly, la paciencia se estaba agotando en él. Solo buscaba respuestas, ¿era mucho pedir?

—No es nada interesante, e-en serio...

— ¿Ah, no? —se detuvo a centímetros de Fly, éste se rehusaba a alzar la mirada, y Shattered lo observaba como a principios de su relación amo-lacayo: con la barbilla ligeramente en alto, mirándolo con superioridad para intimidar a quién quiera que le llevase la contraria.— Tiene que ver con aquellas ocasiones en las que te has escapado con Fate antes de finalizar las reuniones, ¿no? —los ojos de Fly fueron abiertos ante ello.

Una puerta se escuchó azotar y en ello el de ojos ámbar hizo presencia con una mirada fría y siniestra a su propio jefe, luego pasó a Fly.

— ¿Quién te-

— Vámonos, Fly—hizo un movimiento con su cabeza para sacar al apodado fragmentado de esa situación, quién sabe qué le estaba haciendo Shattered antes de que él entrara, y enfrentarlo no era opción, aún así, cargaba su pistola en su pantalón escondido. — ¿Qué estaba pasando? ¿te hizo algo? —se detuvo ya en el mismo pasillo pero lo suficientemente alejados de las habitaciones de sus compañeros.

—Casi me descubre Yuki... Me vio mientras me desvestía. Maldición, vio los tatuajes y la puta equis.

— Debiste tener más cuidado, baka—suspiró apoyado en la pared y cruzado de brazos— esto es un problema, Øverwrite... tú más que nadie sabes cuan insistente es Shattered, lamentablemente no puedo salvarte en todas las situaciones que quiera saber algo de ti.

—... Ahora sí la cagué.—soltó un gruñido para luego maldecir en japonés y en italiano— Maldita sea debí pensar en que me vería desnudo... —se golpeó la cabeza contra el muro fuertemente haciendo una marca en el mismo—... No me dolió.—dijo mientras un hilito de sangre salía de su frente.

— ¿Es sarcasmo? —sonrió burlón su contrario y limpiarle la sangre con una servilleta que sacó de su pantalón, ya que en estos momentos no cargaba alguna chaqueta encima, sólo una camisa simple. — hablé con Lust para que te apartara un cuarto individual si no querías dormir hoy con Shattered luego de lo que pasó.—le entregó la llave del cuarto mencionado que se encontraba casi al final de ese pasillo.—tsukete. —palmeó su hombro y se largó a su propia habitación dónde le esperaba su pareja dormida.

—Sayonara... —dijo con desdén para luego abrir la puerta de su nueva habitación y meterse a ella cerrando con llave la puerta de la misma. Se lanzó a su cama para ponerse boca arriba... Maldición un poco más y lo descubre.

De igual forma, Shattered no pudo reconciliar el sueño. Otra vez lo había arruinado, todo por su maldita ignorancia y egoísmo, y, lo más importante, ¡¿Quién se creía que era ese imbécil de llegar a su habitación y llevarse a Fly cómo si nada?! Era lo que más lo hacía rabiar, que era impotente ante todo, como si Fly escapara de él sólo porque temiera revelar algo...

Ese algo lo sabría, quiera o no quiera Fly. Pero él se enterará, tarde o temprano. Y esperaba que fuese temprano.

...

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