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Los del Fatal Insanity, como aclararon, se hallaban reunidos para el próximo atraco en la residencia de Hate en la oficina de Don Shattered, éste temía por la cantidad de hombres de Nightmare que rodean la casa, le daba asco sinceramente, Nightmare siempre protegiendo a los débiles para su beneficio.

— Prever y Online desactivaran las medidas de seguridad y las alarmas, eso incluye las cámaras. Fly y Fate irán por el frente, Fatal, Possesive y Crazy por detrás, los quiero rodeados. ¿Me quedó claro? —miró a todos sus lacayos.

—Sí señor.— dijeron al unísono

El más serio del grupo era Fly, aunque nadie más sabía excepto Fate que él y el último mencionado tenían doble misión; pertenecían a una de las Mafias más grandes en el extranjero, los Italianos y los Japoneses Yakuza se habían unido para poder erradicar a esas mafias de cuarta categoría, ambos entrenados desde temprana edad para matar y torturar, debían quitar a Nightmare del camino y luego acabar con Shattered... Aunque ambos no lo quieran tienen órdenes, y si no las cumplen sus seres queridos serían encargados y obligados a matarlos.

Ni el maestro de las katanas ni el peli negro con toques rosados querían ver a sus hermanos con sangre en sus manos, ni siquiera quiere Fate ver a su pareja en el suelo sin vida. Por ende obedecían sin rechistar.

—Más vale que el novato colapse el sistema, porque si no lo hace, voy hacer que se colapse.—gruñó Fly.

— Despacio, Fly, estoy seguro que Prever tiene todavía muchos trucos que usar bajo la manga—Shattered miró a los ojos a Fly, esperando algún asentamiento, pero sólo recibió la misma mirada arrogante. Él no era como cualquiera de sus lacayos que halla acogido bajo su protección, sabía que Fly cuando quería algo lo obtendría. Era lo que más le agradaba del chico pelinegro.

— ¿Cuánto tiempo tenemos? —preguntó Crazy tras pensarlo un poco. En algunos despertó la misma duda mirando a su jefe.

— Con la desactivación del sistema de seguridad, calcularía unas 3 horas, en esas 3 horas Hate debe estar o muerto o nosotros con la información requerida. Sé cuánto Nightmare le enojaría que su protegido haya sido un traidor.

—¿Y qué estamos esperando? Pongamos en marcha esto.—espetó el de ojos Heterocromáticas parciales

...

— Señor, su té está listo.

El peli azabache asintió sin decir nada, tomando lo que uno de sus lacayos, Fell, le había traído. Se podría decir que trabajaban bajo su mando, aunque en realidad servían a una de las mafias más grandes de Nueva Orleans, los Bad Guys, una de las cuál le hacía competencia al Fatal Insanity, ambas eran las más temidas por las fuerzas policíacas y eso le traía beneficios al azabache de puntas rojizas.

Aún recuerda cuándo luego de tomar los territorios de Shattered para Nightmare, pudo asegurar su protección por el "rey de las pesadillas", y así, engañó a lo que fué su "gran amor" y consiguió un aliado poderoso que le brindaba de su abrigo. Simplemente magnífico. No sé arrepentía de nada, porque en realidad, nunca conoció el amor al lado de un ser como Shattered, pero descubrió que era verdaderamente manipulable.

— Señor... Error les dió información al Fatal Insanity sobre su ubicación—volvió a entrar en la estancia el albino con ojos rojizos y diente de oro.

Ese malnacido siempre ha sido eso, una rata.

— Ordeno su ejecución—tomó otro trago de su té.

Ni siquiera se había dado de cuenta que en ese momento cierto grupo de mafiosos que tanto odiaba se encontraban a punto de romper el sistema de seguridad e interrupción de las redes móviles.

...

— ¿Falta mucho? —preguntó Shattered con paciencia.

Online dio unos toques en el teclado y oficialmente el sistema de seguridad, alarmas y sobretodo la luz ya no estaban en funcionamiento.

—Listo, así pensarán que es una falla eléctrica y no otra cosa.—sonrió complacida.

La vista de Prever se fue a Online inmediatamente.

—Pienso que eres demasiado rápida...

—Para sobrevivir hay que actualizarse a las circunstancias.—usó su radio y se comunicó con el equipo.—Bien, Fate, has brillar lo que sabes hacer con Fly.

—Claro que sí baby— sonrió Fate, sosteniendo su Mikazuki Munechika, un tipo de Katana hermosa que había robado en cierto museo desde hace un tiempo y que sólo la utilizaba en casos especiales.

Ambos se encargaron de los tres guardias que estaban en la gran puerta distraídos, y por ello les fue sencillo a base de cortes y balas matarlos. Ocultaron sus cuerpos bajo unos arbustos para no llamar la atención de cualquiera que pasase por allí, y entraron con todo el sigilo del mundo preparados para matar en cualquier momento, pero no había nadie a su alrededor. La casa era lujosa pero a falta de iluminación por el corte de luz ocasionado, nada menos para un compañero de la mayor mafia de esa región. Se escuchaban disparos a la distancia, seguramente Crazy y los otros ya habían sido vistos por algunos guardias.

— ¿Qué es esto? —Hate escuchaba disparos desde el piso de abajo, tomó su teléfono, pero se sorprendió al saber que no tenía señal.

El azabache sintió un cuchillo en su yugular, no se había dado cuenta que por los ductos de ventilación, el pelo negro con puntas rosadas había entrado evadiendo cualquier distracción, ahora que tenía a Hate en su merced lo hizo sentarse en una silla y lo amarró a ella, jugó con su cuchillo en mano sin quitarse la careta.

Se puso en frente del pelinegro de puntas rojas sin dejar de mirarlo.

—Hola Hate, escucha si nos das lo que queremos te dejaré vivir, si no...—dijo para acercarse a la puerta y poner seguro y el escritorio de Hate como refuerzo de bloqueo— Te mataré y me reiré ¿Escuchaste?

— ¿Matarme? ¿A mí? —rio estrenduosamente como si se tratara de una broma.— ¿Tienes idea de que si me eliminas sufrirán la ira de Nightmare? Él los supera en número—sonrió amargo, parecía no temer estar encerrado con un asesino que era capáz de matarlo ahí mismo.— no puedes hacer nada contra mí.

El chico desactivó el pequeño micrófono que llevaba en su oreja y con su pistola le disparó a las cámaras que había en la habitación, se quitó la careta dejando ver su rostro, Hate reconoció el rostro del joven; era el protegido de Xavier Bertnelli—X!Gaster—, y el próximo al mando de la mafia más grande a nivel mundial, tragó en seco mientras Fly se acercaba a él.

—¿Ahora podemos discutir de Mafioso a Mafioso, Hate?

— ¿Qué mierda quieres de mí, y por qué a mí? —sumiso pero no rendido, le miró a esos ojos peculiares tan hermosos, era difícil creer que él fuera el futuro de unas de las organizaciones más peligrosas en el mundo.

—¿Dónde. Está. Nightmare?—indagó sin rodeos.

— Tch... —se sentía acorralado, pero ni muerto dejaría a la deriva a Nightmare ante tal peligroso mafioso como lo era Fly.— vete al infierno.

—...—Le apuñaló en la pierna cortando la rótula de la misma para luego darle una bofetada— Vamos Hate~ dilo.

— AGH.— Se quejó dolorosamente, por la bofetada tan fuerte un hilo de sangre empezó a emanar de sus labios. Sonrió como un desgraciado— maldito, yo no soy como el imbécil de Error.

—Bien... ¿Quieres jugar? Juguemos. —Con una aguja con ácido la clava justamente en la yugular dónde sabía que estaba las venas del azabache, sabía que si le inyectaba ese pequeño acero en las venas, eso haría que la muerte fuera lenta y dolorosa y, precisamente Fly tenía la cura al ácido de cobra en el mismo estuche de dónde sacó la aguja con el veneno

Ahogó un gruñido por el dolor en demasía que estaba sintiendo, su respiración se hizo pesada por la sensación que llegaba a todo su cuerpo por aquél veneno.

— E-Esta bien, hablaré, hablaré... sácame esta cosa del cuerpo—hizo una mueca de dolor, la sangre en su boca se hallaba seca.

Escuchó la petición y la hizo realidad, sacó la aguja del cuello del contrario y la devolvió al estuche, luego sacó una pastilla y se la dio a Hate. Cuando se trataba de "La Rosa Negra" y lo que quería lo obtenía sin quejas, hacía lo necesario para seguir respirando en ese mundo cruel, un mundo cruel que tuvo que probar a muy temprana edad.

—¿Ves? No es tan difícil.—le dijo divertido y puso su mano bajo el mentón de Hate para que lo mirara a sus ojos, aquellos hermosos ojos que eran la trampa de ave perfecta— Dime dónde está tú jefe.—le susurró ronco

Una de las técnicas para obtener información que le habían enseñado tanto a él como a Fate era el arte de la seducción; la mafia cuidaba el cuerpo de sus protegidos y ellos hacen algo a cambio por los cuidados. Su cuerpo, su malicia y sobretodo mente eran puntos claves que hicieron que ambos sobresalieran del montón. Fly era la única rosa de un jardín de poca cosa y Fate el guerrero entre los peones sin valor, ambos educados para una cosa: Matar.

Hate se sentía impotente, acorralado como un pequeño gatito delante de un lobo feroz, de un momento a otro lo tenía todo, lacayos que podía hoyar cuando quisiera, la protección de Nightmare, y de repente se le pide a costa de su vida tomar una decisión que cambiaría todo eso. Apretó los dientes. Maldita sea Shattered, maldito protegido de Xavier, maldita sea su vida.

— Nightmare se encuentra actualmente en Tokyo por un viaje, el apartamento donde se hospedará es uno de los más lujosos de la ciudad. Pero no te diré el nombre—sonrió con el poco de orgullo que le quedaba.

Fly se le acercó más, tuvo que recurrir a otra manera para conseguir la ubicación exacta del apartamento... El arte de la seducción; únicamente lo usaba para ocasiones especiales y esa era una, lo miró de manera penetrante mientras sus manos hábiles le quitaron la chaqueta a Hate con elegancia y delicadeza, soltaba suaves suspiros mientras buscaba los puntos débiles del azabache. "Debes aprender a sacrificarte por una causa más grande que tú dignidad" palabras grabadas en su mente, palabras que eran de Xavier... Palabras que puso en práctica.

¡¿Lo estaba seduciendo luego de inyectarse un veneno?! Lo peor es que funcionaba, Hate siempre ha sido de mente débil ante tales actos, apesar de ser un ser humano que siempre anhelaba el dolor y odio en el prójimo. Él pelo azabache con puntas rosas tocó un punto sensible en la víctima, sinceramente le daba asco esos toques pero la mirada de Fly parecía traspasar sus paredes más profundas.

Joder, qué estúpido se sentía en ese momento.

—  E-Esta en Sakura House Tokio... —aguantó la respiración.

—¿Viste que era fácil?—le susurró juguetón para luego depositar un beso en la mejilla, para luego separarse de él.—Ah, si le dices algo de mí a Nightmare... Te mataré.—Se puso su careta y le dijo que tomara la pastilla después de unos minutos, salió de la oficina y activó su micrófono.

Hate estaba atónito y excitado, maldición ese chico era bueno, no por nada era el protegido de Xavier.

...

—Está en un viaje a Tokyo y se hospeda en el apartamento Sakura House Tokio, es el más lujoso y costoso de todo el país.—dijo

— Perfecto, Fly. Siempre sabes cómo meterte en la mente de incluso los criminales más astutos — "Y en mi mente" pensó con desdén el apodado sueño caído.— también a todos y cada uno, merecen mis felicitaciones.

Luego de la misión, el Fatal Insanity regresó a la mansión a discutir sus logros, la casa de Hate fué rodeada de policías dentro de poco.

— ¿Cuándo viajaremos? —preguntó Fate por fin apoyado en el brazo del blanco y pulcro sofá, con aire cansado pero decidido, sentía que estaba más cerca de culminar la misión que era desconocida para sus compañeros y tanto Fly y él anhelaban. Acarició su pierna derecha que había sido apuñalada y estaba vendada.

— La policía actualmente está muy activa por el movimiento indebido de pequeños grupos criminales, los cuáles entre ellos están el de Error, ahora que él fue asesinado...

— ¿Asesinado? —Crazy preguntó al aire casi incoscientemente, los demás aguardaron el aire.

— Sí. Parece que a Hate no le agradó que Error le cediera la información a Fly —su vista se desvió a Fatal.

—Me encargaré de que no sospechen de nosotros, mi hermano Geno es nuestro abogado en temas legales. No sé meterán en nuestros asuntos...

Mientras toda la conversación seguía con su curso, Fly recibió un mensaje en su teléfono de un número desconocido, sus ojos se achicaron al ver el sistema de símbolos utilizados... Era Xavier "☼︎♏︎◆︎■︎♓︎⇳︎■︎" necesitaba verlos a él y a Fate, reenvío el mensaje a su compañero con una mirada fría mientras escuchaba la conversación; en solo dos semanas irían a Tokyo, Japón, pronto Nightmare caería y Shattered haría lo mismo, el fragmentado y el maestro de las katanas pronto se "graduarían" con honores... Aunque dejarían a muchos amigos atrás.

—Solo requiero de dos semanas para trazar el croquis del departamento y encargarme de los sistemas complejos de seguridad.—afirmó Online cruzandose de brazos

Fate asintió en silencio con un sabor de amargura en su garganta, su destino junto con el de Fly estaba sellado, y con sólo recibir ese mensaje hizo que un escalofrío recorriera su espalda junto con otro pensamiento que asaltó su mente e hizo que sus pupilas se dilataran, desvió su mirada a Fatal. ¿Qué pasaría con su pareja? ¿También caería con el resto del Fatal Insanity? Tal vez se lo debería preguntar a Xavier personalmente...

— Nosotros nos retiramos —se levantó del sofá y acto seguido Fly también.

— Claro. Estén al tanto de la información, en dos semanas iremos a destronar a Nightmare.

Ambos asintieron y se largaron de la mansión, fueron por un callejón hasta la salida de la ciudad de Nueva Orleans, llegaron a un edificio abandonado y subieron por las escaleras del mismo, llegaron hasta donde se supone que era la oficina del director del edificio y el de cabello azabache con puntas rosas puso un aparato encima del mismo.

Lo activó y un holograma apareció, el holograma de un hombre de pelo albino con dos cicatrices en sus ojos, piel blanca y ojos púrpura, usaba ropas moradas y unos lentes negros, Xavier miraba a "sus dos niños" con una sonrisa ladina.

—Por fin puedo saber de ustedes, Øverwrite y Yuki... ¿Cómo les va en su pequeña misión mis niños?

Los tenía a ambos comer de la palma de su mano, ambos hicieron una reverencia para luego pararse firmes como soldados, fueron entrenados con un código, un código estricto como el de las viudas negras.

— Nightmare se encuentra en Tokyo actualmente, en dos semanas viajaremos allá para erradicarlo. luego de ello nos encargaremos de Shattered, Lord Xavier—el peli azabache semi rubio miró fijamente con seriedad al rostro del holograma.

— Excelente.—dijo para cerrar sus ojos y abrirlos nuevamente.— Apenas terminen con su tarea vuelvan a Venecia con la corona de Shattered. Será un pequeño trofeo de su graduación ¿Algo más que quisieran agregar? —indagó sin dejar de mirar a ambos.

— Si...—dijo apenas encima de un susurro con la mirada baja, carraspeó mirando de nuevo a Xavier— si no es mucho pedir, yo desearía pedirle una imprudencia... para que Fatal viva, mi pareja—una gota de sudor bajaba por su frente.

Xavier se le quedó viendo, soltó una leve risa— De acuerdo, será tu premio por cumplir la tarea.

—...—Fate asintió tras una pequeña sonrisa, en su interior un gran alivio fue liberado. Hasta que Xavier volvió a hablar, y esta vez pareció volvió a alertar al portador de las Katanas con lo que dijo.

—¿Y tú Øverwrite? ¿Tienes a alguien en mente?

El joven negó con la cabeza, ¿Cómo podría decirle que se enamoró del enemigo secundario? ¿¡Cómo!? Miró a Fate y luego miró a su superior, si no acababa con Shattered, Fatal pagaría las consecuencias, no quería que su compañero y hermano de crianza quede sin su luz de felicidad, por ende estaba dispuesto a perder su único brillo en esa vida de mierda que dejar que Fate se quedará sin Fatal. Retomó su compostura mirando a Xavier.

—Bien si eso es todo... Hay unas cuatro personas que quieren verlos.—volteó la cámara a un sofá donde habían cuatro niños sentados, dos de ellos eran albinos y los otros dos eran una castaño y un azabache.

—¡Hermanos!

— ¡Shine, Lull! —el brillo volvió a los ojos de Fate y la sonrisa como si olvidaran el tema anterior.

¡Aniki!— gritaron ambos moviendo sus manos y saludando con la misma energía que siempre han tenido.

— ¡Øverwrite, esperamos que estés bien!— Nathalie se acercó a la cámara.

—Te extrañamos... esperamos los cuatro que vuelvan pronto.—Alisson puso una mano en el hombro de su hermana sonriendo cálidamente a Fly.

—Chicos... Los extraño...—Unas lágrimas de felicidad querían salir pero se las secó, los cuatro se despidieron de ambos y luego la imagen de Xavier apareció.

Xavier volteó la cámara nuevamente a su persona con una mirada sería, suspiró y añadió:— Ah, sí, una cosa más... Watashi o shippai sa senaide kudasai.

La comunicación se cortó y el aparato se apagó. Soltaron un suspiro aliviado mientras Øverwrite fijaba su mirada en su compañero y casi hermano Fate...

Ambos pudieron respirar nuevamente.

No me fallen... en verdad Lord Xavier nos tiene contra la espada y la pared—suspiró Fate luego de la transmisión, en su interior siempre ha tenido ese sentimiento de rebeldía a Xavier, pero órdenes son órdenes, no podía abandonar sus orígenes. — al menos sabemos que ellos están bien...

Luego de saber que sus hermanos estaban en perfectas condiciones sus corazones se aliviaron al salir de aquella estructura abandonada, ahora con el recordatorio de ellos tenían una razón de peso para seguir su misión y culminarla. No querían que sus seres queridos sufrieran las consecuencias de sus acciones...

— ¿Por qué no dijiste nada sobre Shattered, Øverwrite? Sabes muy bien a lo que me refiero.—miró con duda a su compañero.

—Si lo decía, cambiaría su opinión sobre dejar vivo a tu pareja y todo estaría comprometido.— aclaró— No quiero dejarte sin felicidad Yuki...

— Es increíble lo generoso que puede ser tu corazón por los demás—sonrió sinceramente, pero triste por la decisión de Fly y lo que eso conllevaba.— pero no tendrás oportunidad de ser felíz...

Aunque felíz por tener la dicha de estar con su pareja, no le podría decir lo mismo a su casi hermano Øverwrite... Definitivamente, si tan sólo no hubiesen sido criados cómo lo fueron, Fly habría gozado de una vida normal y tener una vida feliz al lado de quién deseara. Pero las circunstancias se lo prohibian, y sus vidas colgaban de un fino hilo cuyo nombre era la lealtad a un hombre tan cruel como Xavier.

Fly se quitó sus guantes de brazos mostrando los tatuajes que le hicieron tanto a él como a Fate el día en que los mandaron a realizar esa tarea, la tarea de acabar con las dos mafias más importantes de Nueva Orleans.

—¿Recuerdas que nos hicieron esto?—el contrario asintió—... Me hicieron otra en la espalda, como si fuera una vaca, una maldita X en la espalda roja... Mi destino está sellado para siempre, sin embargo eres libre... Yo ya no tengo solución, pero oye al menos veré a mis sobrinos.—soltó una dulce risa.

Yuki negó sutilmente.

— Si, los verás, pero supongo que en tu interior deseas una vida como Shattered, como todos en esta maldita ciudad. Cómo siempre digo, el destino es cambiante—le guiñó un ojo y siguió caminando.—no sé si logro entenderte, pero una marca no definirá tu futuro. Eso lo decides tú, y veo mucho futuro por delante en tu vida.

El menor de los dos se acercó y puso su cabeza en el hombro ajeno soltando un suspiro pesado—Gracias Yuki... Por todo.

— Eso debería decírtelo a ti, vas a matar a quién muy bien podría ser el amor de tu vida por mi felicidad, lamento que un alma bondadosa como tú éste en medio de esta mierda— le sonrió.— en fin, le debo una cena a Fatal, nos veremos en unos días, Øverwrite—se despidió llevando dos dedos a su frente como un militar y se separó del menor para seguir su camino.

Øverwrite se rió por aquello y se dirigió a su apartamento, no estaba muy lejos de la mansión de Shattered, solo a una cuadra de distancia, se quitó sus ropas para ver sus marcas. Los tatuajes en su cuerpo eran como sellarlo por la eternidad, pero como dijo su casi hermano podría cambiar su destino.

Posiblemente sería así, se dio una ducha caliente para luego vestirse con unos shorts negros suaves y una franela blanca, se puso a revisar unos trámites mientras evitaba soltar lágrimas; después de tanto, después de buscar sin descanso y que el revolver de su vida se le acabaran la balas, le había dado al blanco a la persona equivocada. Se había enamorado de su enemigo y ese dilema creció durante 3 años ¡3 años! Su mente estaba hecha un revuelo de cosas y poco a poco se fue quedando dormido en su mesa de estudio sin importarle nada, después de todo, los únicos con la llave de su apartamento eran Fate y Shattered... Tendría paz momentánea.

...

Ese día ha sido un revuelo y una victoria más para Don Shattered, nada mejor que celebrarlo con un par de copas whisky que internamente desearía compartir con alguien más que su soledad. Miró por el gran ventanal de su oficina que continuaba encendida con su copa tambaleante entre sus manos y una mano en su espalda, analizaba todo lo sucedido el día de hoy y fijaba su mirada en la pequeña e insignificante que parecía la sociedad desde su balcón. El apartamento de Fly quedaba sólo a una cuadra... y algo en su interior no dejaba de removerse con fiereza desde que lo vió abandonar su estancia con Fate. Desde ahí siguieron avanzando las conversaciones, a veces banales con sus lacayos. Todos, parecían una pequeña y singular familia.

¿A dónde fué Fly luego de aquél asalto a la casa de Hate? Shattered era muy ambicioso, y sus dudas no se resolverían solas sin siquiera intentar hablar con Fly sobre ello.

Por eso, ya estaba aquí. Al frente del apartamento de su fiel mano derecha. Sacó la llave entre el revoltijo de más llaves, siempre tenía una copia de cada vivienda de su grupo. Era su jefe, tenía derecho a ello por si algo ocurriese.

Abrió la puerta con duda, no queriendo irrumpir algún momento personal.

— ¿Fly...?—lo encontró por fin recostado en el escritorio frente a un montón de papeles que no tenía en ellos interés alguno: su mayor centro de atención fue Fly en ese momento.

El pelinegro tenía indicio de tener rato dormido, ya babeaba y todo. Shattered paso su mano por su cabello rebelde.

"Maldito idiota" lo insultó en silencio, sólo por que a él, Shattered, le parecía lindo en este estado tan indefenso.

Lo llevó a la cama y lo cubrió con la cobija sin despertarlo, sí que tenía el sueño pesado.

Tal vez su duda no fue respondida, pero se llevó una imagen a su mente que no lo dejó conciliar en sueño esa noche, como una luz entre todos esos pensamientos negativos.

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