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Las calles de la ciudad iluminadas por las luces de los postes que habían en las aceras. El sonido de un suave jazz japonés inundaban todo ricón del barrio japonés de aquella zona concurrida de Nueva Orleans; el paraíso del buen sabor y cultura. En una casa enorme al final de la calle del barrio, estaba un joven de 18 años, cuya piel era morena como la azúcar, su pelo negro con un corte que cubría uno de sus ojos ya que de un lado estaba rapado. Lo tenía pintado de un rosado oscuro en las puntas, usaba una chaqueta de mezclilla color lavanda y pantalones negros con botas de charol del mismo color, sus ojos tenían una condición especial: Heterocromia Parcial, por ende el morado y el turquesa eran los colores dominantes. Estaba sentado en la mesa de la sala mientras veía su teléfono esperando indicaciones de su jefe para poder realizar el asesinato de aquella noche. Tenía un compañero un tanto peculiar quién era residente de ese mismo barrio y lo estaba esperando.

—¿Y? ¿Esperando el mensaje del novio?—sonrió burlón quién estaba detrás de él.

El de ojos heterocromáticos fue llamado su atención por su compañero que recién llegaba al local, no había escuchado cuando este cruzó la puerta, podía ser un maestro en el sigilo si lo deseaba; sólo lo repasaba por dos años, su cabello era negro azabache con las puntas doradas, casi siempre desordenado, pero eso sólo lo hacía ver más atractivo a los ojos de las mujeres de ese barrio. Traía una chaqueta de cuero negra con una bandana con un símbolo peculiar en su brazo y jeans holgados vinotinto con unas botas negras, un par de cadenas sobresalían de su costado y otros metales que tenía como accesorio. A diferencia de su compañero, poseía los ojos ámbar y claros como el dorado. Se sentó en la misma mesa en una posición relajada.

— ¿Entonces?

—Tsk, cállate Fate.—gruñó, revisó su teléfono y por fin su jefe le dio la autorización y la dirección del objetivo— Cuando acabemos aquí podrás volver a revolcarte con Fatal.— se levantó del sofá para luego buscar su bolso con equipamiento para la ocasión, recargó su arma que tenía en mano y salió del establecimiento seguido por el azabache semi rubio.

— Tratemos que el error de la última vez no se cometa, y tal vez el jefe nos aumente el pago —sonrió alegre Fate con la mano en arma dentro de su pantalón mientras caminaba tras Fly, la última vez su objetivo se había escapado por una trampa que le habían tendido y recibieron un severo castigo por ello... — además, debemos estar presentables para el nuevo. No queremos ensuciarnos de sangre.

Soltó un gruñido—No prometo nada.—dijo con desden

Su objetivo era el jefe de una de las mafias pequeñas, ¿Por qué atacarían otra mafia?  Fácil, la mayoría de las mafias pequeñas traficaban otra cosa que no eran armas ni droga: Niños.

Las mafias pequeñas eran las de prostitución y usaban niños para la venta de en mercado, por eso la Fatal Insanity y otras más las eliminaban antes de que estás empezarán en el negocio de la mafia.

— Tan delicado como siempre—sonrió con burla, luego adoptando una expresión seria al llegarse a unas escaleras de metal que llevan a distintas habitaciones de apartamentos, estas llevaban a los balcones, ¿que mejor asalto que irrumpir directamente al lugar de residencia del objetivo? Don Shattered les dijo específicamente que él estaría ahí, sólo entraban, salían, y se llegaban temprano a la reunión con el resto del equipo.— Las damas primero—hizo una burlesca reverencia para que él contrario subiera.

Fly agarró su amada careta y se la puso, soltó una risa sarcástica para acto seguido patear la puerta y empezar a disparar. Mató a los primeros tres, tomó el arma de uno de los sujetos para luego ir al salón principal y disparar a los que venían en auxilio de los primeros asesinados.

Fate disparó a un lado de Fly deshaciéndose de los restantes en la habitación, localizó a un tipo de negro que corría a la salida, pero le fue más rápido dándole un golpe en la nuca dejándolo inconsciente. Menos mal que tenía su máscara puesta —una basada en la máscara de Kaneki— habían algunos que los habían visto no había podido deshacerse de ellos.

Había sangre y cuerpos ahogados en el líquido rojo uno sobre otro, entre la sala apareció un muchacho con cabello azabache, moreno y con pupilas heterocromáticas de color rojo, azúl y amarillo, posiblemente levemente alteradas con alguna droga.

— ¡¿Que mierda está pasando aquí?!

Sintió un cuchillo en su cuello como si una serpiente le estaba ahorcando, tenía los ojos tapados con una mano—Shhh, silencio Error~ No querrás que tus hermosos ojos sean comida de gato ¿Verdad? Solo necesitamos información~

— ¿Información? ¿Con quién mierda creés que estás hablando? —sintió de repente el filo de algo más filoso tras suyo, no podía ver así podía deducir que era un tipo de arma blanca, pero más larga y afilada. Al verse acorralado, sólo soltó un suspiro entrecortado por el filo en su garganta.— ¿Q-que clase de información?

—¿Dónde está el paradero de Nightmare Moreno Joku? —indagó sin dejar de poner presión en el cuello con su arma de mano.

— N-no lo sé, él sólo trafica nuestra mercancia, nunca nos deja saber su ubicación...—una gota de sudor bajó por su frente, ya estaba empezando a alarmarse, pero sabía que los pocos que vieron todo de lejos ya habrían llamado a alguien más.

— Fly, no tenemos mucho tiempo — Fate estaba recargado en la puerta con su pistola en mano, escuchaba voces abajo.

—¿Si tú no sabes... Sabes de alguien que sí?~ tick tock Error~—advirtió.

—¡Ok, ok! ¡Hate! Él es uno de los más allegados a Nightmare, seguramente te dirá todo lo que necesites... —le paso un pequeño papel con la dirección del nombrado.— no les digas que yo te pasé información... Ahora larguense de mi vista—escupió con arrogancia, su orgullo no sería herido hoy.

— Ok, esta mierda se va a  descontrolar —se escuchan unos disparos escalones abajo, y unos cortes con una katana. Fate llega con algo de sangre en sus ropas y jala de Fly para dirigirse por dónde entraron— ¡Vámonos!

Ambos saltan por la ventana y se suben a la moto del peli azabache con puntas rosas para poder desaparecer entre las calles y las personas que transitaban el lugar, llegaron a la mansión de Don Shattered, se bajaron de la moto mientras una de las sirvientas del dueño de la mansión les abría la puerta. Entraron y fueron directamente a la oficina de su jefe.

La mansión de su jefe era cálida, elegante y llena de iluminación, pintorescos y costosos retratos y paisajes, muebles blancos como la nieve y suaves como el algodón.

Shattered sabía que ellos venían, una de sus sirvientas le había avisado con anticipo, además de que las puertas fueron abiertas con cierta brusquedad. Shattered siempre ha adivinado con tanta facilidad aquella arrogancia y sentimientos negativos en Fly, con sólo verle el rostro era capaz de saber qué tan mierda ha sido su día.

Se levantó a la vista de los demás presentes, dejó su copa de vino tan rojo como el amapola en su escritorio y antes de que tocaran la puerta él ya había abierto, observando con una expresión seria y leve superioridad a sus lacayos. Su cabello, al igual que Fate era azabache, pero él era moreno y tenía reflejos dorados en sus cabellos.

—Pasen—dijo con tranquila voz.— son los últimos en llegar. Espero que no me hallan decepcionado como la última vez—gruñó haciéndose a un lado para que el par pasara. —ahora, quiero presentarles a su nuevo compañero, Prever. —sonrió extendiendo una mano al nuevo, que estaba sentado en el gran sofá rodeados de los demás integrantes.

Aquel peli-negro con algunas cicatrices por su barbilla y azules ojos recién mencionado sonrío con arrogancia, viendo su ropa por algunos momentos para después levantarse y dar unos pasos hacia sus nuevos compañeros —hagan de cuenta que es el mismo traje de su diseño—.

—Mucho gusto... Espero llevarme bien con ustedes.

—Tsk, un gusto novato. Solo espero que cuando tengamos nuestra misión contigo no dejes que me metan un tiro porque yo te lo meteré por dónde no sale el sol.—espetó con crueldad mientras se quitaba la careta, luego le dio la hoja que le dio Error a Shattered— Hate es quien está más apegado a Nightmare, si lo encontramos a él, encontramos a ese estúpido.

Los demás claramente se esperaban aquello del pelinegro con toques rosas, era el más reacio a socializar fuera de su zona.

— Un placer no conocerte —Fate sonrió, algunos del lugar soltaron risitas.

— Hm. Hate, ¿eh? Tengo ciertas cuentas pendientes con él—sonrió con arrogancia al tener la dirección en sus manos.— tienen cinco días para alistarse, esto es al otro lado de la ciudad. Iremos a hacerle una "visita" y a su banda de imbéciles. Online se encargara de Prever, no me fallen.—gruñó, y se dirigió a todos los demás.— ¿ME ESCUCHARON?

— ¡SI JEFE! —Dijeron al unisono.

—Claro sueño caído.—rodó sus ojos para luego ver al chico nuevo.

Prever suspiro fastidiado, sonando sus dedos con una sonrisa algo falsa.

—En algunos términos me siento humillado.

Todos se largaron de la oficina, Fly iba hacerlo también pero una mano lo detuvo antes de que lograra salir de allí.

— Espero que no te hayan disparado.—dice serio Shattered, aún agarrando del brazo a Fly. Este lo miraba con algo de desconfianza, pero más calmado.— sé bueno con Prever. Su historial antes de llegar al equipo son prometedores, sólo tenganle paciencia.—lo suelta.

Tomó aire para luego soltarlo en un suspiro, agradecía que al menos su jefe se preocupara por su bienestar, le sonrió algo que casi nunca hace y asintió para luego retirarse y volver sus facciones serias.

—En cuánto a ti...— se volteó a Prever, quién seguía de pie observando todo.— Tenles paciencia. Como todos, Fly ha pasado por cosas fuertes. No dejes que eso te desanime, escuché que eres bueno en computación, ¿no? Tienes un cargo importante con Online que cumplir. Puedes retirarte.—tomó su copa de vino, que hace un rato estaba abandonada en su escritorio.

—Bien supongo que me toca contigo.

Una chica peli café con ojos color verde lago y de piel blanca habló, usaba una chaqueta color negro con verde y unos Bluejeans con botas de tacón bajo negro.

...

— Y~ ¿Que opinas del chico nuevo? —El maestro en las katanas se sentó en el sofá del dueño de la casa sacando un paquete de Doritos que había sacado de su bolso, abriéndola y comiendo esperando la respuesta de Fly.

Me da mala espina pero... Si Shatt confía en él me da igual.—dice cruzandose de brazos.

— Si, aunque cuidado con sobrepasarse con esa confianza—rió un poco— quieres a Shattered para ti, y tal vez él sea tu siguiente obstáculo~

—Cállate, ¿Por qué no andas a revolcarte con Fatal en vez de hablar demás?—espetó frunciendo el ceño

— Hey, no me ataques con esa desconfianza. Además, no metas a Fatal en esto—alzó sus manos sonriendo aún burlonamente.—simplemente digo una posibilidad.—se levantó del sofá dispuesto a abandonar la estancia.— debo verme con Fatal. Nos vemos en cinco días—tomó su bolso y los estuches con sus Katanas y abandonó la casa, dejando a un Øverwrite pensativo.

...

Un chico de piel blanca con pelo albino y ojos bicolor entré azul y rojo estaba curandose su espalda y torso, el último atraco que hubo con uno de sus compañeros lo dejó mal herido, pero nada que no pueda resolver solo, soltaba gruñidos por el dolor, serían de placer si fuera Fate quien lo provocara, suspiró mientras se terminaba de vendar el brazo para ponerse una franela blanca. Escuchó la puerta abrirse, por seguridad tomó una escopeta que tenía bajo la a cama con la intención de defenderse.

— ¿Desde cuándo apuntas con un arma de fuego a tu pareja?—Fate sonrió con simpleza al ver a Fatal, quién bajó el arma al ver de quién se trataba. El peli azabache dirigió su mirada a sus heridas, se preocupó enseguida que las miró y no dudó en acercarse.— Pensé que te habían dejado marcas, pero no pensé que fueran tan profundas...

—No es nada grave, con la que tengo en el pecho ya hubiera muerto.—sonrió viendo al mayor de ambos—Parece que a mí trillizo y su equipo te dejó con la ropa teñida de rojo. —espetó viendo las prendas de su pareja.

Fate se miró su propia ropa teñida en sangre ajena, no se había acordado de ello desde que salieron de la mansión.

—Si, supongo que sí —se sienta a un lado de él en la cama ignorando temporalmente la sangre— Error nos dió información sobre Nightmare, se trata de Hate, en cinco días debemos reunirnos para hacerle una visita—acaricia la mejilla del menor y roza las heridas menores de este—¿Quieres que te ayude con esto?—le dice delicadamente.

— Sí por favor.—pidió de manera educada viendo a los dorados ojos de Fate, su pareja era hermosa en todos sus actos, su carisma, su personalidad y su toque risueño realzaban más que su atractivo aspecto.

— Bien. Algún día me vengaré de esos idiotas por tocarte—se acomoda  observando mejor las heridas de Fatal y preguntándose por qué en ese momento no había hecho él nada al respecto para evitarlas, desinfectó las heridas de su otro brazo y sostuvo las vendas para envolverlas en él. Sabía que este tipo de estilo de vida lo llevaba a él y a sus compañeros a situaciones peligrosas que a veces cuestan la vida, pero en su interior almacenaba ese temor de perder a Fatal... No lo soportaría.

...

Miro de arriba a abajo a la chica, mirando su pelo por algunos minutos, le pareció lindo en algunos aspectos.

—. . . ¿Entonces?

—Sigueme, te llevaré a dónde vas a trabajar por un tiempo hasta que logres adaptarte mejor.—le dijo haciendo un ademán.

Sin alguna queja le sigue el paso.

—No se si alegrarme o decepcionarme.

Online llevó a Prever al Cuarto de Hackeo de la mansión dónde había una enorme computadora y también dos o tres teclados conectados a las mismas.

—Aquí estaremos por ahora.—dijo la chica.

Este vio atentamente todo el equipo mencionado.

—¿Estaremos? Brutal, me gusta.

—Sí, ahora vamos, tenemos que buscar los planos de la casa de Hate. —Se sentó en una de las sillas y empezó a teclear en su tablero correspondiente mientras que la mitad de la pantalla empezó a llenarse de 1 y 0 mientras que imágenes satelitales empiezan a aparecer.

—Nunca he utilizado un equipo tan tecnológico como este... —Prever se sentó  y empezó a hacer lo mismo que su compañera.

—Es fácil, como si operaras una computadora normal

—No tanto, fui aprendiendo de alguno de mis hermanos, le doy gracias que mi actitud no hizo mierda la paciencia de ellos.

Soltó una risa siguiendo buscando la información que necesitaba.

Él simplemente sigue los pasos e indicaciones de su compañera.

—¡Ajá! ¡Los encontré!—dijo viendo la imagen de la mansión de Hate.— Ya tenemos al muy hijo de su madre...

Sobresalto un poco ante el grito de Online pero sonrió.

—¿Tendremos que esperar e idear un plan o ahora mismo ir?...

—Debemos hablar con Shattered.—Saca una copia a papel de las instalaciones dónde está Hate. —Vamos

—Me parece normal, te sigo el paso.

Online fue con Prever a la oficina de Shattered, tocó la puerta tres veces para esperar a que el mayor abriera la puerta, ahora que tenían los planos de la casa de Hate nada los podía detener, podrían bloquear cualquier salida, cualquier contratiempo sería cubierto. Prever se quedó observando el cuerpo de Online mientras el toca la puerta.

Hasta ahora, la mente de Don Shattered ha sido un enigma que ni siquiera Fly, su mano derecha, podía predecir. ¿Quién diría que su tan adorable Hate estaría metido en las artimañas de sus planes? Sonrió, dejando su copa vacía mientras con sus manos tras la espalda veía el paisaje rural de su ventana, hasta que los golpes en su puerta lo detuvieron.

—Pase—pronunció con calma dirigiéndose a quiénes estaban detrás de la puerta.

La peli castaño entró con el novato tras ella, puso la hoja que tenía en mano sobre el escritorio de su jefe, lo vio determinada mientras Prever veía la interación de ambos; una lacayo y su amo ¿Que diferencia había? Pues mucha si consideras que uno tiene un cargo mayor al otro.

—Ya tenemos los planos de la casa de Hate señor.

—. . . que buena gente tiene a su alrededor, es de confianza.

—Muy bien Online, felicidades, una vez más cumpliste tu trabajo—tomó la hoja a la vez que la revisaba, una sonrisa victoriosa y llena de codicia surcó sus facciones morenas.— Perfecto, ¿Prever te fué útil?—miró al mencionado, esperaba una respuesta positiva.

—El chico aprende más rápido de lo que pensé.—dijo viendo a Prever.

Traga un poco de saliva.

—Pensé que dirías algo malo—suspirando tranquilamente— Gracias supongo.

— Pueden retirarse entonces, tenemos trabajo qué hacer en unos días—se dió la vuelta dándoles la espalda e ignorando la presencia de sus lacayos aún con la hoja en sus manos.

Ambos se retiraron cerrando la puerta de la oficina dejando solo al dueño de aquella mansión.

Shattered analizó bien los papeles entre sus manos, dejándose ver a la perfección cada trazado del croquis de la casa de Hate. Sabía que ese maldito siempre tendría mínimo veinte hombres vagando por su casa por protección, después de todo, desde las pequeñas hasta las grandes mafias que querían competir con Nightmare tomaban a Hate como su protegido, por lo tanto sería un perfecto blanco.

En cinco días, se dijo. En cinco días estaría un paso más cerca de derribar a Nightmare y sus cercanos.

— Espero que estés preparado, mi querido Hate—sonrió a la nada, que terminó en una risa malévola.




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