Capítulo 11: "Pendiente de mis pasos"

      Miércoles.
      Un nuevo día comenzaba.
      Realicé mi rutina serenamente.
       El agua de la ducha era cálida, el cabello no se enredaba en mi cepillo y Blackie no había destrozado algún que otro par de zapatos.
        Todo estaba saliendo de mil maravillas.
        Todo, hasta que salí de mi habitación...

      Me encaminé hacia la cocina, donde encontré a Kyon y a Mei Ling desayunando un montón de alimentos light, sin lactosa, sin conservantes, sin harinas, en fin, las cosas raras con las que se alimenta la gente vegana.


Buenos días, Aye — Saludaron ambas.

Buenos días — Saludé sin mucho entusiasmo mientras me sentaba junto a ellas y dejaba mi mochila en el respaldo de la silla — ¿Qué hacen?

Viendo las fotos del increíblemente atractivo Lawrence Abney — Dijo Mei Ling con voz de enamorada.

     ¿Contexto?
     Lawrence Abney era el fisiculturista del barrio, el más mujeriego, cabeza hueca y codiciado por las demás chicas.
      No es extraño encontrarlo por la calle haciéndose el galán.
      Kyon (y al parecer Mei Ling también) comenzaban a babear con solo verlo.
       Ese tipo de personas solo me provocaban una cosa; así es, asco.

Ay Mei, pero si Lawrence tiene mi edad — Dijo Kyon algo indignada.

Ni son tantos años de diferencia, Ky — Dijo Mei Ling buscando una justificación para seguir gustando de Lawrence y que, por lo menos, sea legal.

Busca a alguien de tu edad, Mei — Dijo Kyon volteando los ojos.

Es que tú no me entiendes Ky, ya no hay nadie que valga la pena hoy en día — Dijo Mei Ling mientras bebía su batido de frambuesas, o de eso parecía.

En eso estoy de acuerdo contigo — Dije para luego comer uno de esos yogures dietéticos, muy repulsivo por cierto.

Pues alguno debe de haber, pero no Lawrence — Dijo Kyon bastante indignada todavía.

Claro que no, él es de mi pertenencia — Dijo Mei Ling un poco molesta.

Por supuesto que no, él no tiene dueña pero yo lo seré, ya lo verás — Dijo Kyon un poco molesta también.

Muy bien, muy bien, mejor me voy a la escuela, este ambiente es demasiado tenso — Dije para luego agarrar mochila y levantarme de mi asiento.

¡Es ella, que no acepta que me gusta Lawrence! — Exclamó Mei Ling molesta.

¡Mejor dicho, eres tú la que no acepta que él no te conviene!
Exclamó Kyon, molesta de igual forma.

Insisto, ya me voy — Dije algo temerosa, mientras corría hacia la entrada de mi casa — ¡Adiós!

    Cerré la puerta de un portazo.
    Suspiré un poco aliviada.
    Mientras entraba en el terreno de la escuela, me encontré con varias parejas.
     Algunas se besaban, otras se regalaban cosas como ramos o peluches, y otras hacían picnics.
     En ese momento, comencé a pensar en si algún día me vería así con alguien.
      Y sobre todo, quién sería ese alguien.
      Todos esos pensamientos que alguna vez pasaron por mi mente, se esfumaron al ver el rostro de Nicolás.
      
Hola — Saludé secamente.

Hola — Saludó algo molesto — ¿Dónde se supone que estabas?

En mi casa ¿Dónde más? Dije seriamente, para luego ver mi reloj — Es tan temprano que ni siquiera son las siete

¿No te das cuenta de que ya es muy tarde? ¡Vamos! — Dijo algo alterado.

Pero... — Dije antes de que él me interrumpiera.

Nada de peros, ven conmigo — Dijo igual de molesto y alterado.

    Eso fue raro.
    ¿Algo más raro que eso?
    Posó su mano en mi hombro, abrazándome.
     Sentía que algo no andaba bien, así que coloqué mi mano en su espalda tímidamente.
     De esta forma, entramos a la escuela.

¿Por qué tan apurado? Siempre llego a horario — Dije indignada mientras caminábamos.

Te contaré luego — Dijo mientras solo miraba al frente con seriedad.

     Continuamos caminando.
     Ninguno de los dos hablaba.
     El ambiente era muy tenso, muy frío. 
      Finalmente, llegamos al salón y nos separamos del ¿Abrazo?

Me imagino que leíste todos los libros que te mandé a leer ¿Verdad? — Me preguntó Nicolás mientras se sacaba su abrigo café y lo dejaba en el respaldo de la silla.

Así es, y los he traído a los tres — Dije mientras sacaba sus libros de mi mochila.

Estupendo — Dijo mientras guardaba la pila de libros entre sus cosas — Los guardaré para que no hagas trampa

¿Trampa? Y dime, sin los libros ¿Con qué se supone que estudiaré? —  Le pregunté algo extrañada.

Si ya leíste los libros, no los necesitas — Dijo mientras leía lo que parecía ser su agenda, de tapa negra — Quiero que respondas unas preguntas y que intentes hacer resúmenes

Soy pésima haciendo resúmenes — Dije con seriedad.

¿Acaso te pregunté? — Dijo con frialdad, a lo que fruncí en ceño.

    No muy entusiasmada, comencé a escribir y responder, recordando lo que había leído.
   
¿Qué opinas? — Dije para luego comenzar a leer una de mis respuestas — Las negociaciones que llevaron a configurar actual de Nueva York con una división en cinco boroughs (distritos): Manhattan, Queens, Brooklyn, Bronx y Staten Island, se remontan recién al siglo XIX y a la primera mitad del siglo XX”

¿Eso es todo lo que tienes? — Me preguntó con indignación.

He escrito demasiado ¿Qué más quieres? — Le dije con seriedad.

Que apruebes, y con esto no serás capaz de aprobar — Dijo con seriedad.

Gracias por el apoyo — Agradecí con ironía.

¿Estás harta de verme? — Me preguntó comenzando algo molesto.

Por supuesto que sí ¿Por qué preguntas? — Dije seria pero afirmativamente.

Porque yo también estoy harto de verte, así que esfuérzate para aprobar y que no volvamos a cruzar palabras, ni siquiera volver a mirarnos — Dijo fríamente.
 
Está bien, todo por no verte — Dije seria.

     Más molesta de lo que estaba, continué escribiendo.
      Si me esforzaba, ya no tendría que volver a verlo.
      Ese era mi sueño, mi gran anhelo.
      No me importaba que el bolígrafo estuviera por explotar.
      Yo seguí escribiendo.

¿Y qué tal esto? — Pregunté para luego leer "La historia de Nueva York se desarrolló durante varios siglos y comenzó la ocupación del territorio por las poblaciones amerindias, mucho antes de la llegada de los primeros colonos a lo que es actualmente Manhattan."

Vas mejorando, pero siento que algo le falta — Dijo no muy convencido.

Aish bueno, veré qué más puedo escribir — Dije disgustada.

    No había de otra, tenía que seguir, tuve que seguir.
    Sentí un calambre en mis manos que me dificultaba terminar.
     Pero no le di importancia y terminé de escribir.
     Luego, le extendí la hoja a Nicolás.
      Estaba cansada de que no se conformara con nada.
      Que insoportable.

"Los primeros contactos europeos con Nueva York se hicieron por medio de Giovanni da Verrazano, quien el 17 de abril de 1524, anció cerca de la bahía de Nueva York, antes de continuar su ruta hacia el norte. Posteriormente, el 2 de septiembre de 1609, Henry Hudson ingresó a la bahía formada por el «Gran río de las montañas». Años después los neerlandeses conquistaron la bahía y fundaron Nuevos Países Bajos, cuando Adriaen Block se instaló durante algunos meses en la isla de Manhattan en 1613." Leyó Nicolás — Oye, la verdad no está mal

Por fin algo que te agrada — Dije seriamente.

No es que no me agrade, simplemente tus respuestas anteriores no están a la altura para aprobar — Me explicó, a lo que yo volteé los ojos — Por otro lado ¿Qué te parecieron los libros?

¿Quieres que te mienta o que te diga lo que realmente pienso? — Le pregunté.

Prefiero que me mientas — Dijo con algo de seriedad.

Esos libros, oh Nick, esos increíbles libros, han abierto mi mente y me han cambiado tanto el corazón como la mente, fueron capaces de cambiar mi manera de pensar y de ver el mundo, han hecho de mi vida una muchísimo más alegre y sana, tan solo con leer una página sabía que ya nada sería lo mismo — Le mentí poética y dramáticamente.

Ahora, dime lo que piensas — Dijo en el mismo tono, cruzándose de brazos.

Los libros que me diste, si es que así se les puede llamar, son una verdadera porquería, lo único que quería era dormir con tan solo leer un párrafo, no hacían otra cosa que atormentarme y arruinarme más el día — Confesé con frialdad.

Por esas cosas no apruebas las materias — Dijo no muy sorprendido.

Para eso estás tú ¿No? — Dije sin abandonar mi seriedad.

Así es, pero yo no aprobaré todo por ti, también debes poner de tu parte, más ahora que se acercan los exámenes recuperatorios — Me dijo algo molesto, como si me estuviera regañando — Si no es así ¿Cómo piensas pasar de año y graduarte?

Aún falta mucho para eso — Le dije con sinceridad.

Nunca sabes qué puede llegar a pasar en unos meses — Dijo con sequedad.

     El ambiente era demasiado tenso.
     Yo no le caía bien y él tampoco a mí, y éramos perfectamente conscientes de aquello.
      Pero debíamos continuar.
      Tenía que sacar buenas calificaciones.
       No soportaba ni siquiera que estemos en el mismo lugar.

¿Tengo que seguir escribiendo? — Le pregunté algo agotada.

No mucho, solo un breve texto que te dictaré sobre algunos de los personajes más influyentes en nuestro país — Dijo, a lo que yo recosté mi cabeza sobre el escritorio — Oh vamos, no es tan difícil

Está bien, lo intentaré — Dije mientras me incorporaba y tomaba mi bolígrafo.

De acuerdo, comenzaré hablando de los llamados "Padres Fundadores clave"... — Comenzó diciendo.

     Los minutos parecían siglos.
     El dolor de cabeza no tardó en aparecer.
     De vez en cuando volteaba a ver la puerta, soñando con irme.

...Y por eso, los seguimos y seguiremos recordando — Dijo Nicolás con algo de nostalgia.

Que conmovedor — Dije muy cansada — ¿Puedo largarme de aquí?

Ya es la hora, puedes irte — Dijo mientras que a la vez miraba la hora en su reloj.

Uf, por fin — Dije aliviada — Adiós

    Estaba por cruzar la puerta.
    Lo que me detuvo fue la duda.
     La duda de saber por qué Nicolás estaba tan apurado hoy.
     Obviamente no iba dejar pasar la oportunidad de saber.

Oye — Dije volteando a verlo.

¿Qué pasa? — Preguntó algo confundido.

Aún no me contaste por qué estabas tan apresurado hoy — Dije seriamente, cruzada de brazos.

Ahm, bueno... No sé si contarte — Dijo algo avergonzado.

Cuéntame — Le dije de manera amenazante.

Bien, lo que pasó fue que hoy vi... Vi que alguien te seguía — Confesó igual de avergonzado.

¿Cómo sabías que me seguía a mí? — Le pregunté incrédula.

Porque si tú caminabas, él también, está más que claro que tú eras tu objetivo — Dijo seriamente.

¿Viste su aspecto? — Le pregunté mientras comenzaba a asustarme.

Era alto como yo, su cabello era color café con leche, creo que así se dice ¿No? — Dijo a lo que yo asentí — También tenía los ojos pardos y su tono de piel era el mismo que el tuyo

No puede ser — Dije sorprendida.

¿Lo conoces? — Preguntó algo sorprendido.

Sí... La descripción que me das es la misma de Pierre, el mismo demente que... Quiso violarme, me tocó sin mi consentimiento y fue hasta mi casa sabiendo que yo vivo ahí — Dije algo asustada.

Ven, Ayelén — Dijo un poco molesto, levantándose de su asiento.

¿Qué harás? — Le pregunté sorprendida.

Le daré su merecido a cierto idiota, acompáñame — Dijo mientras se colocaba su abrigo y se encaminaba hacia la salida.

¿Estás loco? ¡Claro que no! — Dije algo alterada.

Oh no, claro que sí — Dijo igual de molesto que antes, mientras colocaba su mano en el picaporte.

     Nicolás había enloquecido.
     Ir a golpear a Pierre no mejoraría nada.
     Me levanté de mi silla y lo tomé de la muñeca.

No vayas — Le dije a lo que se detuvo a verme.

¿Cómo que no? Ese tipo es un degenerado, intentó violarte, te tocó sin su permiso, fue hacia tu casa, te siguió hasta la escuela ¿Y quieres que no vaya a darle su merecido?  — Dijo indignado y molesto.

No armes tanto escándalo — Dijo aún asustada.

Seguiré armando escándalo te guste o no, debemos denunciarlo — Dijo muy seguro de sus palabras.

Mi familia no está enterada de esto aún — Dije mientras se me helaba la sangre.

Con más razón, vamos a hacerle una denuncia — Dijo intentando salir del salón.

No Nick, ahora no — Dije mientras sostenía su muñeca con más fuerza, haciendo que su mirada se vuelva a posar en mí — Otro día, pero hoy no, ya tengo suficientes problemas con los que lidiar

Debe de ser hoy, ese estúpido no puede seguir libre después de lo que te hizo a ti y quién sabe a cuántas más — Dijo aún molesto.

Mañana, mañana lo denunciaremos, pero ahora no — Dije tratando de calmarlo, cosa que funcionó, no mucho pero sí sirvió.

De acuerdo, lo denunciaremos mañana  — Dijo molesto, pero no tanto como antes Aparte de eso ¿Te ha ocurrido alguna otra cosa sospechosa?

Bueno ... Hace unos cuantos días, alguien bajo el apodo de "Anónimo" me escribió una carta, seguramente quedó en mi casillero — Recordé.

Vamos a buscarla — Dijo mientras se intentaba calmar.

    Ambos salimos del aula y caminamos hacia el pasillo.
    Cuando llegamos a la ubicación, me quedé estupefacta.

Oh, mira — Dije asustada, apuntando mi casillero.

   Allí, pegada en la puerta, se hallaba una nota, la cuál decía:

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     Ya no quiero volver a verte cerca de él.

- Anónimo.

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   Bueno valentásticos, hasta acá el capítulo de hoy.
    Terminé de escribir esto ayer, pero finalmente hoy encontré una canción que sentí que pegaba.
     No saben lo tensa que quedé ayer.
     Imaginar toda la situación me angustió.
     En fin, espero que de corazón les haya gustado, y si es así, me gustaría que puedan votar y comentar para así saberlo.
      Creo que eso sería todo por hoy.

     Dios los bendiga. 🙏🏻❤️

     Los amo infinitamente. ❤️

     ¡Saludos y abrazos virtuales!
(⁠。⁠・⁠ω⁠・⁠。⁠)⁠ノ⁠♡(⁠◕⁠ᴗ⁠◕⁠✿⁠)

   - Atentamente, con amor, Valen. ☆゚.*・。゚

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