Reencuentro

"Nunca sabes lo fuerte que eres hasta que ser fuerte es la única opción"

Con el pasar de los años en entrenamiento, la fuerza del Equipo Siete aumentó considerablemente. Cuando Naruto se fue de viaje con Jiraiya para entrenar y más aún, Sasuke en un escuadrón Uchiha para proteger al Daimyo y Hinata como discípula de Lady Tsunade, los demás novatos decidieron no quedarse atrás y se esforzaron en ser mejores shinobi.

Habían pasado dos semanas desde la partida de sus compañeros, Hinata se encontraba entrenando con Tsunade. Sin embargo, dos kunoichi aparecieron en el campo de entrenamiento. Allí observaron a Hinata esquivar hábilmente los golpes de la Sannin.

— Hinata realmente ha progresado — habló Sakura sorprendida

— Hai, ha florecido como merecía — asintió Ino

Tsunade no se guardaba nada luchando con Hinata. La Sannin sabía perfectamente el rigor de entrenamiento de un Hyuga desde una edad bastante joven así que sería igual de estricta. A juzgar la capacidad de evasión de Hinata sabía que era una habilidad adquirida debido al uso de Byakugan.

— Bien hecho — dijo Tsunade y dirigiendo su vista a dos kunoichi — ¿sabes quiénes son?

— Son Sakura e Ino, nos graduamos juntas — respondió Hinata

La Sannin se acercó a las dos chicas y estas se estremecieron al verla tan intimidante.

— ¡Tsunade-sama! — exclamaron Ino y Sakura — ¡permítanos ser sus estudiantes! — se miraron consternadas y Tsunade sonrió

— Hinata, ponte a meditar — ordenó la Sannin y luego miró a las kunoichi — ustedes dos, síganme

— ¡Hai!

Hinata sonrió a sabiendas. Seguramente les haría la prueba del pulpo. La kunoichi se sentó en medio del campo de entrenamiento y tomó una pose de meditación. Recordó cuando aprendió la gran fuerza.

Flashback

El entrenamiento había sido largo y agotador durante todo el día. Lady Tsunade había presionado a Hinata a su máximo rendimiento diario. La Sannin sabía que Hinata al ser un miembro del Clan Hyuga era habilidosa en Taijutsu pero no estaría de más enseñarle la fuerza monstruosa.

Hinata, presta atención — habló Tsunade — para realizar este tipo de Taijutsu tendrás que olvidar por un momento todo lo que sabes de tu clan

¿Cómo? — preguntó confundida

Dame tus manos y activa el Byakugan

Hai — respondió Hinata activando su doujutsu

Hinata y Tsunade juntaron sus palmas. La Sannin envió su chakra a las manos y Hinata pudo observar cómo esa ínfima cantidad de chakra podía desatar una gran fuerza. Por consiguiente, Tsunade le explicó los fundamentos para acumular esa ínfima cantidad de chakra y poder liberarla en un torrente poderoso y demoledor.

Cuando llegó el momento de la práctica, Hinata acumuló apenas un ápice más de chakra que Tsunade y corrió hasta una piedra gigante y liberó el chakra en un puñetazo. Lady Tsunade se sorprendió mucho al ver cómo la gran roca se hacía polvo ante el puñetazo.

Luego del entrenamiento, Hinata le explicó a Tsunade que había comprendido la técnica gracias al Hakke Kusho, una técnica Hyuga y que consistía en algo similar. Tsunade la felicitó y confesó jamás haber visto un estudiante como ella. Hinata se sonrojo ante el cumplido y Tsunade le invitó su primer sake.

Fin flashback

Y ahora, Hinata debía meditar para entrar en completa sincronía con la naturaleza y todo lo que la rodeaba. La Sannin explicó que, de esta forma, sería capaz de conectar con su chakra y entonces, ella le enseñaría una nueva técnica.

Desde un árbol cercano, Itachi sonrió levemente a Hinata que estaba meditando y desapareció en una bandada de cuervos y apareció en el Distrito Uchiha. Estaba feliz de que la compañera de equipo de su hermano menor estuviese progresando.

Teniendo en cuenta que Shisui no estaba en la aldea y estaba con el escuadrón Uchiha protegiendo al Daimyo. Pero también, entrenando a Sasuke para convertirlo en un shinobi más fuerte.

El tiempo continuó su curso y así pasaron doce meses, Hinata siempre les enviaba cartas diarias a Naruto y Sasuke. Y todos los domingos, les enviaba un postre cocinado por ella. Los chicos estaban muy agradecidos y mutuamente se mantenían al tanto de sus entrenamientos y pareciera que siguieran los tres juntos par a par.

Cuando Hinata pudo alcanzar la máxima concentración a través de la meditación un mes y medio después de que comenzara, Tsunade le explicó cuál era su mayor técnica y que le enseñaría ella misma.

Flashback

Tsunade estaba más seria de lo normal y miraba a Hinata fijamente. La kunoichi la encontró intimidante, pero se mantuvo impasible.

Lo que te voy a enseñar ahora es la técnica para revivir todos los órganos y sistemas — habló Tsunade cruzando los brazos — se llama Ninpou Souzou Saisei, es la técnica de regeneración que usaba el Primer Hokage — explicó — pero al no tener esa cantidad abismal de chakra que tenía mi abuelo, te enseñaré otra técnica necesaria para llevar a cabo Ninpou Souzou Saisei — continuó Tsunade — se llama Byakugou no Jutsu — Hinata la miró interrogante — utilizando ambas técnicas simultáneamente, el renacimiento no se detiene, y en consecuencia, se evita la muerte

Increíble — respondió Hinata sorprendida

Al usar esta técnica, puedo acumular una gran cantidad de chakra — continuó la Sannin — el problema es el Byakugou no Jutsu — cerró los ojos en reflexión — además de necesitar un control de chakra del más alto secreto, hay que refinar una cantidad de chakra constante por tres años

Y fue así que Hinata creó una fuente alternativa de chakra. Y allí vislumbró lo grande que era su propia reserva de chakra y con otra nueva fuente para la técnica especial realmente sería poderosa.

Fin Flashback

Hoy el entrenamiento había finalizado temprano. Hinata visitó la tumba de su madre y Midori. Les contó lo bien que le estaba yendo y esperaba algún día abrazarlas.

Desde otro lugar, Naruto escribía una carta para Sasuke, extraño al bastardo pensó. Y sonrió al pensar en Hinata, ella era una buena amiga y ya había escrito una carta para ella incluso le contó que Jiraiya había robado algunos panecillos de canela que le cocinó.

— ¡Naruto! ¡Ya ven de una maldita vez! — gritó Jiraiya desde la calle — ¡es momento de entrenar, mocoso!

— ¡Ya voy, Ero-sennin! — respondió Naruto a través de la ventana

— ¡Que no me llames así! — exclamó Jiraiya con una vena en la frente

Mientras tanto, en la fortaleza del Daimyo, Sasuke se encontraba entrenando como todos los días. Su maestro y primo, Shisui Uchiha no iba fácil con él. Era muy estricto y serio cuando se trataba de entrenar. Le enseñó nuevos jutsus y, además, le enseñaba Kenjutsu y eso implicó varias cortadas y llagas en sus manos, además de las quemaduras por el Katon. Incluso entrenaban para dominar el elemento Raiton y su Sharingan, para sorpresa de Sasuke que pensaba que lo dominaba bastante.

Hinata se miró al espejo de su habitación. Su vestimenta estaba cambiando constantemente a medida que crecía y desarrollaba su cuerpo. Usaba una remera de red debajo de su camiseta shinobi azul oscuro, y llevaba unos shorts shinobi negros junto con sus sandalias ninja. El cabello azulado también había crecido y lo llevaba atado en una coleta alta.

De vez en cuando, Hinata se reunía con Sakura, Ino y Tenten en una noche de chicas que básicamente hablaban de chicos, peinados y maquillaje. Siempre le preguntaban si estaba enamorada de alguien, pero siempre respondía que no porque nunca tuvo tiempo para eso.

Otro año pasó, y la rutina continuó casi igual. Entrenamientos todos los días, cartas para sus compañeros de equipo y más entrenamientos incluso con su padre. A veces visitaba el Compuesto Uchiha para saludar a Itachi, ella sabía que también extrañaba a Sasuke y charlaban sobre recuerdos vergonzosos y graciosos.

Si Mikoto la veía por ahí siempre la invitaba a almorzar o cenar y Hinata no podía negarse, pasaba hermosas veladas allí y llevaba un postre. Fugaku siempre le preguntaba por su entrenamiento y progresos. Incluso llegó a entrenar taijutsu con Itachi frente a Fugaku. El patriarca aprobaba a Hinata Hyuga.

La acumulación constante de chakra fue lo más difícil que realizó Hinata, a veces tenía síntomas de cansancio y debilidad que luego desaparecían. Así fue hasta que su cuerpo se acostumbró a tal estrés. Sorprendentemente, el alivio vino cuando Hinata retomó los turnos en el hospital como médico oficial.

Y por supuesto, la directora era Tsunade Senju, quien tenía a cargo el hospital. Cuando Hinata realizaba cirugías de las más complicadas, Tsunade estaba allí para evaluarla junto a su asistente personal Shizune. Así como también Sakura e Ino que cada vez aprendían más sobre ninjutsu médico.

Una tarde, Tsunade trajo un gran pergamino y le enseñó la técnica de invocación a Hinata. Con una gran sonrisa, Hinata se mordió el dedo y firmo su nombre en el contrato de invocación de Katsuyu, la gran babosa. De allí en más, Hinata aprendió más técnicas de gran alcance con ninjutsu médico. Y un día, leyendo en la biblioteca y con un acceso especial, Hinata vislumbró una técnica de invocación de halcones y pensó en darle el contrato a Sasuke por si le interesaba.

Jiraiya entrenó a Naruto para que aprendiera el Senjutsu. Fue un proceso lento pero fructífero, entrenaron arduamente en el Monte Myoboku junto a otros sapos. Mientras que Sasuke continuaba su entrenamiento con Shisui, ya dominaba el Kenjutsu y podía convocar su chakra en la espada. Se alegró al recibir la carta de Hinata con un contrato de invocación, firmó el contrato y fue bien recibido por los halcones.

Un día, Hinata se miró al espejo como de costumbre para peinarse y comenzar su día hasta que se vio el rostro. Allí en el reflejo vio el rombo violeta del Byakugou no Jutsu en su frente. Fue la primera vez en el Compuesto Hyuga que escucharon un grito triunfal proveniente de la casa principal.

Hiashi frunció el ceño ante tal escándalo y con su Byakugan buscó a la persona que festejaba. Se sorprendió al ver que se trataba de su hija mayor. Saltaba en celebración y pudo ver por qué. Su Byakugan vislumbró que Hinata ahora poseía una nueva fuente de chakra repleta. Hiashi sonrio levemente, su hija nunca había sido débil y lamentaba no haberlo visto antes.

Ese día Hinata visitó a Tsunade que estaba durmiendo hasta entrado el mediodía debido a una resaca mortal. La Sannin casi la mata por despertarla, pero se alegró mucho y la abrazó, y después celebrarían con sake.

Flashback

Tsunade la abrazó con fuerza y la miró orgullosa.

Después de todo, eres mi discípula — sonrió mirándola — una kunoichi que heredó la fuerza de un Sannin. Y además... Hyuga Hinata, ¡eres discípula de Senju Tsunade!

Hinata la miró con ojos acuosos y la abrazó. Se alegró inmensamente de haber conocido a Lady Tsunade y con su feroz entrenamiento.

Fin Flashback

El último año de entrenamiento fue el más ligero, los tres perfeccionaron sus habilidades. Y los demás compañeros shinobi de su generación se hicieron más fuertes. Y llegó el día en que Naruto y Sasuke volverían a la aldea. Fue acordado por supuesto.

Hinata se encontraba de pie bastante nerviosa por sus inminentes llegadas. Además, sabía por Tsunade que este año, irían a realizar los Exámenes Chunin. A lo lejos, Jiraiya y Naruto aparecieron encontrándose con Shisui y todo el escuadrón Uchiha. Llegaron juntos, incluso Naruto llamaba teme a Sasuke.

— Naruto, Sasuke — llamó Hinata mientras peleaban como rivales — bienvenidos a casa — sonrió con una leve reverencia

— ¡Hinata-chan! — Naruto la abrazó con fuerza — ¡soy más alto que tú! — comentó felizmente

— Hn — se burló Sasuke y miró a su compañera de equipo — gracias por las cartas, Hinata — sonrió de lado y ella sonrió feliz

Jiraiya se encontraba divertido por la dinámica del Equipo Siete. Y debía admitir que Hinata había crecido bastante. Se encontró fantaseando con su Icha Icha y sangre salió de su nariz mientras la miraba.

— ¡¡Ero-sennin!! — señaló Naruto avergonzado

Cuando Hinata cayó en la cuenta de que estaba siendo objeto de fantasías lascivas, se sonrojó y le dio un puñetazo a Jiraiya que lo mandó volando hasta la mitad de la aldea. Realmente no le gustaba cuando recibía ese tipo de miradas. De repente, todo estuvo silencioso.

Naruto tenía la boca abierta y ojos amplios, jamás había visto eso antes. Y Sasuke la miró sorprendido. Incluso Shisui encontraba difícil que tal puñetazo viniera de la dulce Hinata pero confirmó el hecho cuando los demás miembros del escuadrón Uchiha miraron sorprendidos.

Finalmente, se recompusieron y cada uno siguió su rumbo sin antes planear encontrarse en Ichiraku para cenar. Naruto fue a rescatar a Jiraiya y Sasuke a saludar a su familia. Hinata sonrió a ambos y estaba a punto de irse cuando Sasuke la llamó.

— Hinata — llamó Sasuke dubitativo — te veré en Ichiraku

— Hai, nos vemos pronto — asintió Hinata

Aquello fue extraño pensó Hinata. Sin embargo, estaba feliz de que sus amigos volviesen a la aldea. Cuando llego el momento de reunirse nuevamente, Naruto parloteó mucho sobre su entrenamiento. Hinata le hacía preguntas de vez en cuando y Sasuke prestaba atención cuando Naruto explicaba algo nuevo que le enseñaron.

El ninja rubio devoró quince tazones de ramen, realmente extrañaba su comida preferida. Hinata y Sasuke comieron un tazón nada más. Hinata explicó que había sido entrenada por Tsunade. Luego, Sasuke contó que su entrenamiento había sido muy bueno e incluso tuvo que aguantar a Ikkyu, el hijo del señor feudal preguntarle sobre Hinata.

— ¡Mis preciosos estudiantes! — exclamó un ninja de pelo gris apareciendo de repente

— ¡Kakashi-sensei! — exclamó Naruto y lo abrazó

— Naruto, estás manchando mi chaleco — dijo Kakashi alejándolo

Hinata invitó a Kakashi un tazón de ramen y aceptó gustoso. Kakashi averiguó a Naruto y Sasuke sobre sus entrenamientos. No le preguntó a Hinata porque la veía siempre y sabía lo lejos que había llegado.

Hablaron mucho, incluso Sasuke. Y estuvieron reunidos hasta que el dueño de Ichikaru avisó que ya era hora de cerrar. Fue sorprendente cómo el tiempo pasó volando mientras charlaban. Naruto se despidió ya casi durmiéndose parado y se marchó al igual que Kakashi que los despidió y desapareció en una bola de humo. Hinata se despidió de Sasuke.

— Te acompañaré — dijo Sasuke ya girando hacia el Compuesto Hyuga

Ninguno de los dos habló en el camino, disfrutaron un cómodo silencio. Las estrellas brillaban esta noche y las contemplaron mientras caminaban.

— Gracias por los postres que enviaste cada domingo, Hinata — habló Sasuke deteniéndose en la caminata

— No fue nada, Sasuke — respondió Hinata con tranquilidad

En ese momento, Sasuke se acercó y con dos dedos tocó suavemente la frente de Hinata. La kunoichi lo miró sorprendida y él sonrió.

— Ya estamos cerca, que duermas bien, Hinata — se despidió Sasuke

Hinata vio cómo desaparecía en una bola de humo. La kunoichi miró el lugar donde estuvo su compañero de equipo y se sonrojó levemente. Se dirigió a su habitación y tomó una ducha, mañana sería un gran día.

El Equipo Siete volvía a reunirse. ¿Qué otras aventuras les depararía?

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¡Capítulo sorpresa! Mañana también actualizaré.

¡Espero que les haya gustado! 

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