Felicidad

"Si la muerte no fuera el preludio a otra vida, la vida presente sería una burla cruel"

Después de la inesperada muerte de Midori-sensei me sentí terriblemente triste. Aunque no hubieramos compartido mucho tiempo juntas, ella era una persona importante en mi vida. Me dio la posibilidad de ser más fuerte y tener más confianza en mi misma. Inconscientemente, se convirtió en mi guía por el largo camino de la vida pero ahora que ya no está en este mundo me siento sola. Sin nadie en quién confiar, en quién apoyarme y mucho menos que me ayude.

Desde hace tres días que no fui al campo de entrenamiento a realizar mi entrenamiento. No puedo ir a ese lugar donde todo me recuerda a ella. ¿Cómo fue que llegué a quererla tanto?

Suspiré con tristeza, la extrañaba tanto que no podía pensar en otra cosa.

El Clan Hyuga dejó de ser un cálido hogar desde hace tiempo, simplemente lo considero como el lugar donde puedo dormir y satisfacer mis necesidades básicas pues siendo repudiada como heredera me dejó más sola de lo normal. ¿Por qué? Bueno, ya casi no hablo con mi padre y mucho menos con Hanabi. Solo en el desayuno agradezco cortésmente la comida y luego me retiro de la casa por el resto del día. Exceptuando, estos últimos tres días que me los pasé encerrada en mi habitación llorando la muerte de mi sensei.

Observé por la ventana a Hanabi entrenar su Katas. Apreté los puños, esto no puede seguir así. No puedo desperdiciar el tiempo o si no continuaré siendo débil. Me puse de pie, me dirigí hacia el baño donde me lavé la cara con agua fría y luego observé mi reflejo en el espejo y vi a una niña triste. Fruncí el ceño, me había prometido dejar de llorar tanto y lo estoy haciendo. Tomando una decisión, me dirigí hacia el cementerio de Konoha. Finalmente encontré su tumba que decía Midori Kobayashi. Una última lágrima se derramó de mis ojos. Recordé la frase que Midori-sensei me dijo una vez, "La muerte es parte de la vida".

Sonreí con nostalgia, aquella frase era tan cierta.

- Midori-sensei, prometo cumplir mi sueño de convertirme en Hokage - sonreí suavemente - donde quieras que estés quiero decirte que no solo es mi sueño si no también el tuyo por haber estado conmigo cuando más lo necesitaba... Gracias por todo, Midori - deposité una margarita sobre la tumba

Desde un árbol cercano, un shinobi altamente calificado estaba recostado en una rama observando a la niña Hyuga hablarle a una tumba. El shinobi miró al cielo unos segundos y cerró su libro naranja. Él se puso de pie y de un salto se posicionó a su lado, mirando a una tumba que estaba al lado de la suya.

Hinata lo miró por el rabillo del ojo. Era un ninja vestido con chaleco verde, extraño gris, su rostro cubierto por una máscara negra y su banda ninja cubría su ojo izquierdo. Ninguno de los dos pronunció una palabra. Hinata miró nuevamente el lugar donde el nombre de su sensei estaba grabado. Midori Kobayashi. Lamentaba no haberse podido despedir de ella correctamente pero nunca hubiera podido saber que ella moriría aquel terrible día.

- Has perdido a alguien - habló por primera vez el shinobi

- Hai - respondió Hinata - ella era mi sensei

Ninguno de los dos pronunció una palabra y luego de unos minutos, Hinata decidió retirarse del cementerio. Su tristeza todavía no se iba. Ella caminó lentamente por la aldea mirando por los puestos de comida ya que tenía un poco de hambre. Finalmente se decidió por unos dangos. Quizás eso la alegraría un poco. Al salir del local, Hinata estaba saboreando su palillo con dangos hasta que alguien cayó sobre ella.

- ¡Gomen, dattebayo! - gritó disculpándose un niño rubio

- ¡Naruto! - lo llamó una mujer pelirroja junto a su marido

- Oh, lamento que mi hijo haya chocado contra ti - se disculpó un hombre rubio

- No, está bien - calmó Hinata - conseguiré otro

- Te lo compraremos - habló la mujer pelirroja

- No hace falta - se rio nerviosamente Hinata

Sin más, la mujer arrastró a Hinata junto a su familia hacia el local dango. Ella le compró otro palillo de dango a Hinata, la cual agradeció amablemente. Luego de comprar otros dangos, la mujer insistió en que se quedara a tomar té junto a ellos. Durante la conversación, Hinata descubrió que la mujer se llama Kushina, su marido Minato y su hijo Naruto.

- Hinata-chan, el año que viene entrarás a la Academia ¿verdad? - preguntó felizmente Kushina

- Hai - respondió Hinata malhumorada al recordar lo que dijo su abuelo

- ¡Qué bien, dattebane! ¡Estarás junto a mi Naruto-kun! - aplaudió Kushina

Hinata miró a Naruto. Recordaba cuando iba a espiarlo. Se sonrojó de vergüenza. Minato miró atentamente a la niña, como Hokage de la Aldea Oculta entre las Hojas sabía perfectamente los conflictos internos del Clan Hyuga. Especialmente de que la primogénita de Hiashi Hyuga fue repudiada como sucesora del Clan. Minato detectó la soledad con la cual Hinata convivía. Aquella soledad no le hacía bien. Él miró a Naruto, podría hacer que sean amigos.

- Ne, Hinata-chan - llamó Minato - ¿te gustaría venir a visitarnos algún día?

- Sí, por supuesto - sonrió levemente Hinata

- ¿Tienes un sueño, Hinata-chan? - preguntó de repente Kushina

- ¡Hai! - asintió felizmente Hinata - ¡Voy a convertirme en la primera mujer Hokage superando a todos los Hokages anteriores!

- ¡Eso es una estupidez! - exclamó Naruto - ¡Ninguna mujer puede ser Hokage, dattebayo!

- ¡Sí que podré! - replicó Hinata con enojo - ¡Voy a ser Hokage y cuando lo sea vas a respetarme!

- ¡Pues no lo haré, datebayo! - gritó Naruto

- ¡Juro que seré Hokage cueste lo que cueste y los superaré a todos! - prometió Hinata con firmeza - ¡A partir de ahora tú serás mi rival!

Naruto no contestó solo bufó. Minato miró con preocupación a Hinata, sorprendido vio en su mirada una feroz determinación. Luego miró a su hijo, cuando llegaran a casa lo regañaría por ser grosero con los sueños de las demás personas. Kushina miraba a Naruto con una vena en la frente y frunció el ceño al ver su actitud. No era propio de él.

- Debo irme, ya es tarde - dijo Hinata mirando el cielo - gracias por la comida - se inclinó

- No es nada - sonrió Kushina - ¡Hasta luego, dattebane! - Minato asintió

Después de aquel incómodo momento, Hinata decidió dar un paseo por la aldea. Mientras ella caminaba, observó la felicidad y juventud de los aldeanos. Irradiaban alegría. Hinata se preguntó si algún día ella iba a ser feliz como ellos. O al menos parecia.

Hinata miró a la montaña Hokage con determinación. Observó a cada retrato de los anteriores Hokage. Shodaime Hokage, Hashirama Senju. Nidaime Hokage, Tobirama Senju. Sandaime Hokage, Hiruzen Sarutobi. Yondaime Hokage, Minato Namikaze. Se preguntó cómo se vería su rostro tallado en la montaña. Sonrió ampliamente al imaginarse su cara allí, y el cargo de Hokage. Hinata Hyuga, Godaime Hokage. Sus ojos brillaron ante su sueño.

Un niño pelinegro miró confundido a la niña de cabello azulado que miraba la montaña Hokage. En lugar de estar en el parque jugando como los demás niños, estaba mirando aquella montaña. Quizás debería preguntarle a su hermano mayor sobre esto.

- ¡Nii-san! - chilló el niño

- Ne, Sasuke estoy aquí no hace falta gritar - dijo el muchacho bostezando, pues había terminado recientemente una misión

- ¡Mírala! - señaló Sasuke a donde estaba la niña

- ¿Quién? ¿La chica? - preguntó Itachi

- ¡Hai! - asintió Sasuke - desde hace rato está sentada en ese banco mirando a la montaña Hokage

Itachi reflexionó lo que su hermano le decía. Debía admitir que nunca se hubiera dado cuenta si su hermano no le hubiera dicho sobre la niña. La observó cuidadosamente. La chica tenía el pelo azulado casi llegando por los hombros, piel blanca y parecía que sus ojos eran blancos. No podía confirmalo porque solo podía verla de perfil.

- ¿Qué te parece si vamos a saludarla? - sonrió Itachi

- ¡Hai! - Sasuke comenzó a correr hacia ella, e Itachi le seguía el paso

Hinata parpadeó al ver dos chicos enfrente de ella. ¿Qué es lo que querían? Ambos eran muy parecidos, posiblemente hermanos. El mayor se veía serio e impasible mientras que el pequeño la miraba con atención.

- ¿Hola? - dijo Hinata confundida

- Hola, soy Sasuke Uchiha - se presentó Sasuke felizmente - y él es mi hermano mayor, Itachi Uchiha

- Mi nombre es Hinata Hyuga - se presentó Hinata

Los tres se miraron. Hinata no sabía que decir. Estos chicos se le acercaron de repente sacándola de su ensoñación.

- Te ves triste - habló de repente Itachi, Hinata no respondió - ¿Se puede saber por qué estás triste? - Hinata lo miró fijamente y habló

- Mi sensei murió hace unos días

Itachi se sorprendió y decidió no darle sus condolencias porque sabía que no ayudaba en nada. Además Hinata estaba agradecida con que no dijera nada. Sasuke la miraba con tristeza.

- Sasuke, es hora de irnos - dijo Itachi - kaa-san nos espera con la cena

- Hn, pero yo quería hablar con ella - refunfuñó Sasuke

- Ne, ya vas a tener tiempo - sonrió Itachi y luego miró a Hinata - ¿Estarás aquí mañana? - le preguntó Itachi

- Hai, por la tarde - respondió Hinata

Sin más, los hermanos Uchiha se fueron caminando tranquilamente por las calles de Konoha hacia su Compuesto. Hinata sonrió levemente, este día no fue tan malo.

Al día siguiente

Los pájaros cantando en la ventana despertaron a Hinata en la mañana. Con una nueva mirada, ella se puso su ropa ninja y sandalias. Una hebilla en un mechón de pelo para que no la molestara. Tomó su bolso ninja y se dirigió al salón. Afortunadamente, no había nadie allí. Desayunó tranquilamente y luego se dirigió al Campo de Entrenamiento.

Cuando finalmente llegó al lugar, miró con nostalgia al tronco donde se había lastimado las manos. Por ese tronco, conoció a Midori-sensei. Todavía las pajas que ella había puesto en el tronco estaban allí. Las tocó suavemente. Sonrió.

Hinata depositó su bolso ninja en un árbol cercano y se acercó al tronco de entrenamiento. De pie frente al tronco, procedió a practicar sus Katas de las Mil Hojas. Golpeó una y otra vez aquel tronco con el chakra necesario. Cada golpe era poderoso, hacía temblar al grueso tronco.

Desde un árbol

Kakashi Hatake, un shinobi reconocido por todo el Mundo estaba casualmente recostado en una rama leyendo su querido libro Icha Icha Paradise. Se le había antojado leer luego de que el Hokage le diera una misión rango A. Obviamente, la había completado a la perfección.

La cuestión es que su atención que estaba hundida en el interesante libro fue quitada de allí al sentir un poderoso chakra cercano. Además de que el sonido de unos incesantes golpes lo inquietaban. Con curiosidad se acercó al campo de entrenamiento cercano y se sorprendió al ver una niña de no más de diez años entrenando fervientemente. Su chakra se sentía poderoso, casi embriagador.

Observó atentamente cómo la niña entrenaba en aquel pobre tronco. Cada golpe otorgado era lo suficientemente fuerte como para hacer temblar un árbol. Kakashi pudo ver que una hebilla de su cabello salió volando en uno de esos golpes. Ella no se dio cuenta o no le importó.

Al verla mejor, se dio cuenta que la niña era la misma que se encontró en el cementerio de la aldea. Sus ojos eran blancos, lo cual decía a gritos que era un miembro del Clan Hyuga. Su frente estaba vacía, sin marcas. Eso era un indicio de que la chica era descendiente de la rama principal.

Fue sacado de sus pensamientos cuando la niña sacó un muñeco de trapo. Kakashi levantó una ceja. Ella le aplicó chakra y el muñeco se puso de pie por su cuenta. Al parecer el muñeco era para entrenar. El muñeco se acercó a ella rápidamente como queriendole darle golpes pero la chica los desvió con elegancia, casi como si bailara. La niña comenzó a golpearlo ferozmente con sus manos, al clásico estilo Hyuga.

- Hakke Rokujūyon Shō - gritó la chica golpeando al muñeco en lo que parecía puntos de chakra

Kakashi escuchó que ella contaba en voz alta los golpes otorgados al muñeco. Después del ataque, ella terminó agotada apoyandose en sus rodillas suspirando con cansancio pero contra todo pronóstico se enderezó y nuevamente activó al muñeco para que continuara luchando contra ella.

Por primera vez en mucho tiempo, Kakashi esbozó una media sonrisa debajo de su máscara. La nueva generación parecía tener potencial. Por lo menos, esta chica Hyuga tenía potencial. En un parpadeo, el shinobi desapareció.

En el Compuesto Uchiha

Sasuke casi saltaba mientras esperaba que su nii-san apareciera y pudieran entrenar. Mikoto Uchiha, matriarca del Clan y madre de dos hijos miró con una suave sonrisa a su hijo menor. Se notaba a leguas que amaba mucho a su hermano mayor pero había algo que lo emocionaba más de normal.

- Sasuke-kun, ¿qué sucede? Estás muy emocionado - preguntó Mikoto colocando los platos

- Quiero que venga nii-san - se quejó cruzando los brazos

- ¿Acaso te prometió algo? - cuestionó con curiosidad Mikoto

- ¡Sí! - asintió - hoy iremos a ver en el parque a Hinata-chan

- ¿Hinata-chan? - Mikoto sonrió, su hijo estaba creciendo - ¿es tu amiga?

- Hai - contestó Sasuke pero después frunció el ceño - en realidad no lo sé. La conocimos ayer, vi que miraba la montaña Hokage y después con Itachi fuimos a saludarla

- Ya veo - asintió Mikoto - ¿Cómo dijiste que se llamaba?

- Hinata Hyuga - contestó Sasuke - tiene el pelo azul y... esto es extraño pero tiene ojos blancos

- El Clan Hyuga es un noble clan de Konoha al igual que el Clan Uchiha. Se caracterizan por su kekkei genkai llamado Byakugan, esa es la razón por la que Hinata tiene ojos blancos - explicó Mikoto

- Oh - Sasuke la miró sorprendido

No se esperaba eso. O sea que el Clan Hyuga era igual de poderoso que el Clan Uchiha. Definitivamente quería conocerla más.

Compuesto Hyuga

Hinata llegó al Compuesto completamente agotada. No tenía idea de cómo se las había arreglado para llegar despierta. Ella subió las escaleras perezosamente hasta llegar a su habitación. Se recostó en su cama, y en ese instante recordó que tenía que encontrarse con los hermanos Uchiha. Gimió con cansancio, no tenía ganas de ir. Cerró los ojos dispuesta a dormir pero la culpa la carcomia. Se levantó de su cama y se dirigió al baño. Se duchó tranquilamente y se vistió de ropas normales. Con un kimono casual, shorts y sandalias ninja. Hinata iba a colocarse su hebilla pero se dio cuenta de que no estaba en su cabello. Miró la hora y se hacía tarde, dejó la búsqueda de la hebilla para otro día. Se dirigió al parque.

Al llegar se sentó en el mismo banco de ayer, se relajo en aquel banco mientras esperaba que los hermanos Uchiha hicieran su aparición.

- Hola, Hinata-chan - saludó Sasuke al llegar, Itachi asintió en reconocimiento

- Hola - saludó Hinata

Los tres se miraron en silencio sin saber qué decir. De repente, Sasuke tosió intencionalmente. Itachi parpadeó y habló.

- Hinata-san, ¿qué te parece si entrenamos los tres juntos? - ofreció Itachi

- Hai, me encantaría

El trío se dirigió a un campo de entrenamiento privado Uchiha que estaba dentro del Compuesto Uchiha. Hinata miró maravillada aquel lugar, tenía el césped verde brillante y troncos de entrenamientos equipados. Una tela lo recubría, al parecer en forma de protección. Sin poder evitarlo, Hinata se acercó al tronco. Ella miró a Itachi en permiso, y este asintió.

Sin esperar más, Hinata tomó posición tradicional Hyuga y comenzó a dar fuertes golpes cargados de chakra al tronco. Ella entrenaba sus Katas de las Mil Hojas. Itachi observaba atentamente sus movimientos, y activó su sharingan disimuladamente. Él se sorprendió al ver cómo dirigía su chakra a sus manos y la calidad del mismo.

- Gomen, me emocioné - se rio nerviosamente Hinata

Luego de aquella demostración, Itachi sugirió que entrenaran sus punterías. Sasuke y Hinata comenzaron a entrenar su puntería durante dos horas. Por supuesto, Itachi corregía algunos errores que cometían al lanzar kunai y shuriken. Además les enseñaba algunos trucos para que pudieran facilitar su puntería y tener mucha más precisión.

- Ya es tarde debo irme - dijo Hinata mirando el cielo

- Hai, te acompañaré hasta tu casa - asintió Itachi

Hinata se despidió de Sasuke, y luego junto a Itachi partieron hacia el Compuesto Hyuga. Caminaron en silencio disfrutando de la brisa nocturna. Al llegar, ella se despidió de Itachi y muy tranquilamente entró a su casa. Suspiró de alivio al ver que su padre no estaba despierto. No quería que la regañara. En realidad, a su padre no le interesaba nada de ella.

Al día siguiente

Hinata se despertó en la madrugada para conseguir unos rollos de jutsus de la Biblioteca Hyuga. Ella había llegado a la conclusión de que no podía quedarse conforme solamente con dos técnicas. Necesitaba progresar en sus habilidades y ser más fuerte.

Ella abrió la puerta de su habitación lentamente, salió de puntillas ocultando su chakra y en completo silencio. Recorrió toda la casa hasta llegar al despacho de su padre donde afortunadamente no estaba. Hinata entró cuidadosamente y se dirigió hacia otra puerta en el despacho llegando finalmente a la biblioteca.

Entró con mucho cuidado allí, y activó su Byakugan para ver si alguien llegaba a la oficina. Rápidamente comenzó a buscar entre los estantes algunos jutsus de su nivel. De vez en cuando miraba hacia el despacho por si acaso. Mientras leía a una velocidad alucinante finalmente pudo encontrar el rollo que tanto buscaba.

Leyó el nombre del pergamino. Hakke Kusho.

Hinata sonrió felizmente, ahora aprendería una nueva técnica. Miró hacia el despacho y observó con horror a su padre a punto de entrar en la biblioteca.

Completamente desesperada, Hinata escaló las paredes utilizando su chakra. Nunca antes lo había intentado pero era su única opción.

Hiashi Hyuga entró a la biblioteca del Clan a buscar unos papeles importantes para la administración del inventario de armas. Se detuvo unos segundos, sentía que no estaba solo.

Hinata dejó de respirar al ver que su padre había detenido sus movimientos mientras inspeccionaba entre los estantes. Ella cerró los ojos rezando para que no la encontrara.

Al no encontrar nada fuera de lugar, Hiashi se retiró.

Hinata suspiró de alivio y sin darse cuenta olvidó mantener chakra en sus pies por lo que cayó bruscamente sobre unos pergaminos. Esa caída dolió pero por los pergaminos amortiguaron el golpe.

Recomponiéndose, se sacudió el polvo de su traje y activó su Byakugan. Suspirando, abrió la puerta de la biblioteca. Y como entró, salió. Sin un solo sonido, en completo silencio.

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¡Gracias por leer! Les quería avisar que acepto sugerencias de posibles parejas o lo que ustedes deseen ^^ ¡Hasta la próxima!

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