• XXVII •

Kunikida Doppo es el tipo de novio que... 》

• Muy de vez en cuando, no puede combatir el cansancio.
(mayormente provocado después de algún tipo de festejo especial)
Razón por la cual, inconscientemente, es capaz de arrastrar a su pareja dentro de su descanso.

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dedicado a:
AliceRockMorenoTrejo.

chao se suponía que esto debía ser una especie de especial(?) navideño but terminé escribiendo algo
casi-nulamente relacionado
a ello. :^))

perdón, ah.

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     Un gruñido, ligeramente impregnado con molestia, vibraba en tu garganta al ver el particular estado en el cual yacía tu pareja.

Claro, después de haber festejado tanto la Nochebuena como la Navidad, —sumándole los claros hechos de que era seguro que él había bebido de más, involuntariamente y forzado por la Dr. Yosano— era inevitable sentir al menos la mínima cantidad de cansancio arrasar contra las pocas energías de uno.

Sin embargo, —y a pesar de la expresión extrañamente divertida perfilada en su rostro— no preocuparte por la resaca que obviamente le iba a atacar cuando despertase era algo imposible para tí.

Si iba a quejarse del ardor en su garganta era mejor que comenzará en ello desde ese momento —de mañana, apenas y rozando al mediodía— que en la noche.

No importaba que tanto insistieras mediante llamados que adquirían mayor volumen gradualmente, o con cuanta frecuencia le sacudieras o jalaras de sus ropas, tal cosa como lograr que él despertara de su sueño aparentaba ser algo más allá de tus capacidades.

—Kunikida,—vociferaste una vez más, sentada al borde de la cama en la cual terminaste por arrastrarle contigo para ponerlo a dormir.— hey, despierta-

Un murmullo incomprensible interrumpió tu llamado. Volteaste a verle, pero cuando lo hiciste, no te sirvió de mucho pues él estaba dado vuelta con las sábana por arriba de su cabeza.

—¿Qué...?

—Cinco minutos más...

Parpadeaste no una, sino dos veces. Quién diría que una persona con horarios de dormir tan "idealmente" estrictos —incluso en días libres, justo como se daba/era el caso en ese
momento— se daría el gusto de flojear un poco.

Debatiste un poco mentalmente.

Tal vez debías dejarle dormir un rato, después de todo tuvo que aguantar demasiados problemas
—mayormente las inasistencias de Yosano para beber— en la fiesta del día anterior. Un buen descanso no le vendría mal.

—Vale.—susurraste con una pequeña sonrisa, acercándote a su oído por más que este estuviera parcialmente tapado por las sábanas —Te dejaré con lo tuyo, descansa.

Al levantarte de la cama, sacudiste un poco el casi-imperceptible polvo restante espolvoreado sobre tus ropas. Con tu pareja dormida, al menos debías de intentar darle un poco de espacio personal y tranquilidad para que nada le molestara.

Tenías en mente salir de la habitación y bajar por las escaleras a la cocina para poder proceder a prepararte el desayuno-

Sin embargo, esa idea fue descartada rápida y abruptamente cuando unos fuertes brazos —deduciendo por su firme agarre— se envolvieron alrededor de tu torso, por encima de tu cintura.

Fueron esos mismos brazos los que, sin previo aviso, te jalaron de vuelta a la cama, quedando así contigo mirando fijamente a los ojos de tu pareja, los cuales no estaban abiertos del todo, pero de igual manera te resultaba tranquilizante verlos.

Manteniendo el agarre, él te acercó más hacia su dirección, hasta que las palmas de tus manos quedaron reposadas contra su pecho.

No pudiste decir nada a favor o en contra de sus acciones, e incluso cuando tuviste el mínimo valor para hacerlo, una mano empujó tu cabeza hacia él, reposando la misma en su hombro.

En ese punto, las intenciones del rubio eran más claras que el agua.

Pero aun así, no pudiste evitar sonreír ante sus palabras, a la vez que los latidos de tu corazón se aceleraban, y al mismo tiempo en que tales términos resonaban en tu cabeza una y otra vez- sin aburrirte, sino haciéndote pensar en el cómo ustedes solían devolverse ese tipo de acciones o gestos eventualmente.

Finalmente, sentiste como tus ojos comenzaban a cerrarse, quedando dormida con esa palabra grabada en tu mente.

Quédate.

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