• XXIII •

Kunikida Doppo es el tipo de novio que... 》

A la hora de llegar su respectivo turno de entregar un regalo a su amadx —dependiendo de si hay una finalidad específica incluída o no— sería del tipo directo.
Es más, si tal evento fue planeado con bastante anticipación, quizás incluso tendría preparadas las palabras adecuadas para la ocasión.

Pero, nuevamente, él no puede hacer nada contra reacciones que no esperaba, por lo que no es nada complicado tomarle de sorpresa
—ya que está más enfocado en no equivocarse que en lo que el/la contrarix tenga bajo la manga, ya sean palabras u acciones—.

- ♢ -

dedicado a; AliceRockMorenoTrejo because ella es un amor, es suave(?), y huele a limón.

- ♢ -

De un modo u otro,
hay afecto.

—(T/N).—llamó una voz grave, de la cual reconociste su respectivo emisor casi al instante. Era Kunikida. Tú, al levantar la mirada de los archivos esparcidos sobre tu escritorio, confirmaste que el mismo rostro del contrario portaba una expresión seria, la cual él acostumbraba a vestir frente a sus compañeros del trabajos y las personas a su alrededor, en general.—¿Puedo hablar contigo un momento en privado?

Enarcando una ceja, y sintiéndote confundida ante los sucesos próximos a ocurrir, te levantaste de tu asiento, para luego seguir a tu pareja rubia al pasillo de las instalaciones relativas a la edificación de la agencia.

Cuando ustedes ya se encontraban algo lejos de la sala principal, el decidió detener sus pasos. Por tu parte, tu confusión no se reducía en masa en lo más mínimo, era más, incluso creció aun más en gravedad notar como el sonido de los zapatos siendo golpeados contra el suelo cesó.

Volteándose a sí mismo para poder mirarte apropiadamente a los ojos, y en un intento de instalar un aire carente de diversión, él dejó que unas relevantes palabras, que por cierto había guardado en su memoria desde hace ya unos meses atrás, salieran a la luz, la misma que estas merecían después de estar tan apresadas de ser expresadas.

—He notado que, entre nosotros dos, yo soy el que menos afecto demuestra hacia el otro.—comenzó el respectivo diálogo pendiente, realizando unos breves ademanes para guiarte en caso de que perdieses el hilo de la conversación.—Ya que de un modo un otro, siempre terminas arrastándome dentro de un ambiente romántico, gesto que no acostumbro a hacer regularmente.—admitió, sintiendo como cada rastro de negación le abandonaba.—Mi punto es que no quiero que te hagas una mala idea de mí.

Suspiro, esto le resultaba más fácil en su cabeza.—Soy totalmente consiente de que no soy tan cariñoso como la pareja promedio, pero...—de la mano izquierda que traía oculta tras su espalda, apareció un ramo de tulipanes, con suaves pétalos rojizos. Evitando desviar la mirada, carraspeó su garganta en un intento de romper el silencio.—Espero que esto pueda recompensarlo–

Sin embargo, tus brazos, lanzándose a su figura y aferrándose con fuerza a la misma, interrumpieron las palabras del idealista.—¡Claro que lo hace~!—canturreaste, reforzando el abrazo con una inefable alegría.—No era necesario que te preocuparas tanto, no es como si te fuese a dejar solo por ser diferente a los demás.—explicaste, a lo que sentiste como sus músculos anteriormente tensados, se relajaban ante tu palabra.—Son esos aspectos únicos de ti, los que te hacen quien eres, justo como la persona que estimo y amo.

Con las pupilas dilatadas, una expresión denotando evidente sorpresa, al rubio le resultaba complicado el ocultar su felicidad. Se suponía que era un momento serio donde iba a ser su turno de lucirse, pero el no podía negar que un abrazo era igual de reconfortante. Con un 'gracias' tratando de ser emitido desde sus cuerdas vocales, su casi imperceptible sonrisa se turnaba a una visible.

—(T/N)–

—Aunque, no me esperaba que me tomaras por sorpresa con un gesto así.—nuevamente, no dejaste que el continuara su declaración, pues verle desesperado sobre temas triviales era quizás un poco divertido. Al ver que la oportunidad se presentaba, procediste a frotar tu mejilla contra su pecho, a lo cual él se exaltó.—No puedo negar que me alegra un poco, a decir verdad.

—¡H-Hey!—vociferó el contrario, sintiendo el calor apresar sus mejillas, y temiendo lo peor. Para él, y para las flores.—¡El regalo–las flores! ¡Si sigues así se van a caer!

—No te preocupes, de un modo u otro,—reduciste la fuerza en el abrazo, para poder demostrar afecto de un modo más lento, pero en cierto modo, apreciando cada segundo que se les brindaba.— ya tengo el más valioso tesoro rodeado entre mis brazos~

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top