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❝the last smile of an angel❞
Narrador Omnicente
—¿SEGURA DE QUE QUIERES HACERLO—PREGUNTA CHARLIE NO MUY CONVENCIDO
—es de las únicas veces en las que estoy 100% segura—afirma sin miedo alguno.
Charlie se limita a asentir. Tomo las tijeras y corto el largo cabello de la joven, justo por arriba de los hombros.
Jade sonrió a su reflejo de el espejo satisfecha.
—se ve...—no sabía que decir—increíble.
—gracias por apoyarme en esto—lo abraza—iré a ver televisión—se limita a decir y se va de la habitación.
No pasaron ni cinco minutos, justo cuando la chica se sentó en el cómodo sofá, que el timbre sonó.
Con molestia fue a abrir, era el cartero.
—buen día—saluda el hombre enérgico.
—buen día—contesta con una sonrisa falsa.
—esto fue lo único que llegó señorita—de su bolso saca un sobre—es todo, hasta luego—sin más, el hombre se va de el lugar.
Dejando atónita a la chica.
Pues aquella carta era una invitación de su padre.
𝕿𝖞𝕭☪
MIENTRAS TANTO CINCO ESTABA VUELTO LOCO. NO SABIA DONDE SE PODRIA ENCONTRAR JADE, y la encargada lo había engañado con que le daría un maletín.
—¿De verdad no dijo otra cosa?, No sé, dónde se podía encontrar, ¿oh algo así?—vuelve a preguntar por tercera vez.
—si, solo dijo que era un peso para la academia y que ya no regresaría—contesta arto el moreno.
—¡Chicos!—llama la atención Luther—¡A llegado una invitación de papá!
Diego y Cinco se miran entré si.
—es para está noche—finaliza y le entrega la carta a Cinco.
Quién la Lee de manera rápida.
—esta es la oportunidad de detener el apocalipsis—se levanta el azabache y mira a sus hermanos—tenemos que ir.
Y aunque no les agradaba tener la mínima convivencia con su padre, era la oportunidad y no la desperdiciarían.
Además, según ellos ya eran lo suficientemente maduros y adultos como para dejarse destruir por ese hombre.
Y Jente....de eso no estoy muy convencida.
𝕿𝖞𝕭☪
VOLVIENDO CON NUESTRA QUERIDA PROTAGONISTA. Quien se encontraba por fin mirando TV.
Oh bueno, estaba tan sumida en su pensamientos que ni siquiera prestaba atención a la pantalla.
El sonido de el reloj de al lado comenzaba a molestarla y a ponerla a un más nerviosa, pues ya casi era hora.
¿De verdad tenía que ir?
—no te preocupes cariño, todo estará bien, confía en ti—anima casi en un ronroneo Charlie.
Lo que la tranquilizó un poco—no quiero saber nada de mi familia—se acurruca más en el pecho de Charlie, quien la abraza.
—se valiente, tu sabes que tienes que hacerlo—ella golpea su pecho—¡¿Que haces?!—exclama el joven.
—deja de ser tan sabio, pareces anciano—hace un puchero.
—¡No cambies el tema!,¡Ahora, ve a arreglarte!, Que tienes que verte espectacular—la hace levantarse.
Y de mala gana, se cambió. Unos jeans de mezclilla estilo mommy con una playera que mostraba el abdomen color gris que le venía muy bien con su nuevo corte de pelo.
Algo de maquillaje no muy exagerado y zapatillas negras.
Claro que habría todo un alboroto, ya que en esta época las mujeres no podían usar pantalón.
Pero ella era una chica revolucionaria y lo aria ver.
De un momento a otro ya no se encontraba en su cómoda casa, las manos le sudaban y el lugar gritaba que saliera corriendo de ahí.
Miro por última vez su auto y sintió como su estómago se revolvía.
Por fin se decidió por caminar a el edificio que tenía enfrente y tratar de controlarse un poco.
Como una persona común y perezosa decidió tomar el elevador. Todo normal, incluso casi se cierra este, pero logro detenerlo.
Se llevó una gran sorpresa al ver a todos sus hermanos dentro de el elevador.
Saludo algo incomoda y se acomodo en una de las esquinas junto a Klaus y Ben.
Un olor nauseabundo inundó las fosas nasales de los hermanos a causa de e líder, quien se había tirado una silenciosa pero letal flatulencia.
—¡Por dios luth!—se quejo Allison cubriendo su nariz.
—lo siento, estoy nervioso—confiesa avergonzado.
Todos salen despavoridos cuando la puerta de el elevador se abre y tosen cuál enfermos.
El lugar era un Tiki Lounge, todo ambientado en el tema.
Los hermanos se sentaron en una mesa redonda con el centro de un muy bonito decorado de frutas tropicales.
—cuando llegué papá, yo hablaré—ordena el adolescente.
—si, yo también, tenemos que averiguar quién mata a el presidente—dice Diego con cinismo.
—es una situación de vida oh muerte, imbécil. Eso ahora no importa, solo el apocalipsis—Cinco comenzaba a perder la paciencia.
Jade rodo los ojos, pues pensaba que era una discusión absurda.
—¿Qué tal si hablamos por turnos?—Vanya trato de relajar el ambiente—miren, quien tenga está caracola podrá hablar.
—¿Puedes darme eso?, Todos sabemos que yo soy buena hablando en público—se pavoneo Allison.
—aja, niña de papi—se burlo Diego.
—ouhh..., ¿Celoso Dos?—la morena hizo un puchero y tomo una bebida de la mesa.
—¡No más números!,¡No más basura!—exclama Diego como protestante—ahora somos....el equipo 0—Jade soltó una carcajada.
—que poco original crazy razors—Diego bufa.
—no tienes el caracol...fantasmita—arremedo Diego y la nombrada blanqueo los ojos.
Momentos después le arrebato la caracola a Allison y la estrelló en una pared justo al lado de Diego.
La morena estaba apunto de protestar pero fue interrumpida por la llegada de el hombre que alguna vez fue su padre.
Y como cuando tenían 12 se quedaron en silencio como muertos.
—no solo han robado mi laboratorio—Jade frunció el ceño—también liberaron a mi mono, entraron sin permiso al el consulado, sin olvidar los múltiples acosos hacia mi persona. Y que en muchas ocasiones me han llamado—
—hola pa—saludo con poca preocupación Klaus.
—papá—finaliza—mi seguridad me dijo que no son ni de la CIA, ni de la KGB, ni de la FBI—pauso—¿Quiénes son?—pregunto con fastidio.
Todos se miraron entre si sin explicación alguna.
—somo tus hijos—decide decir el adolescente—venimos de el futuro. En 1989 nos adoptaste y entrenaste para luchar contra el fin del mundo, nos llamaste Academia Umbrella—Klaus alzó su copa en forma de brindis.
—¿Por qué demonios adoptaría yo a siete—
Allison interrumpe—Ocho, uno de nosotros está... muerto.
—muerto, ¡Si! Pero estoy aquí. Klaus, Jade díganles que estoy aquí—pide Ben.
—blah, blah, blah. Ya cállate de una vez—ordena Klaus a Ben. Jade lo golpea.
Jade Habla—Ben si está—
Klaus la interrumpe y cubre su boca—muerto, claro.
Jade lo golpeó más fuerte y cuando estuvo apunto de hablar, hablo su padre—entonces, Que fue lo que me llevo a adoptar a ocho infelices maleducados?
—en resumen, tenemos destrezas especiales—contesta Cinco.
Resumiendo lo siguiente. Todo se vuelve un caos al momento de presentar sus poderes.
Reginald se da cuenta de que sus hijos son unos....idiotas y lo anota todo en su libreta.
Poco a poco todo se va a caño y se retiran de uno por uno, menos Cinco, quien se quedó a charlar con su padre.
Por otro lado, Sissy había ido tras Vanya, quien se sintió conmovida con ello, pero mantuvo su postura firme.
—¿Cómo me encontraste?—pregunta Vanya a Sissy.
—llego esto a tu nombre en la granja—Sissy le entrego la invitación de su padre—¿Podemos ir a hablar en privado?
En ese momento, Jade se dio cuenta de que era mal tercio.
Vanya asintió, y miro con pena a su hermana—lo siento, me tengo que ir.
—no te preocupes, cuídate—la abraza de manera corta.
—adiós.
Jade se despide con la mano y camina hacia la parada de bus más cercana.
Por un momento volteo a el edificio, ahí se encontraba Cinco.
Mirándola.
Le sonrió de lado y saludo con la mano de manera corta.
Sabía que Cinco quería acercarse a ella, pero no creía que fuera buen momento para eso.
Necesitaba un respiro.
Tomo el primer bus que vio y se fue de ahí con los gritos de Cinco diciendo su nombre.
𝕿𝖞𝕭☪
Narra Jade
LA NOCHE ERA OSCURA, FRIA, TAN FAMILIAR.
Tome mis llaves para abrir la puerta. La cual curiosamente estaba abierta, en ese momento solo se me vino a la mente algo..
Charlie.
No me volvería a pasar lo de Elliott, no podía ser tan idiota.
Patee la puerta con fuerza y corrí a todas partes. Bueno, estaba apunto de subir las escaleras cuando escucho una voz familiar.
—no creo que este por ahí—volteo. Era La Encargada, estaba apunto de golpearla cuando vuelve a hablar—tócame un solo pelo y tu amigo muere—advirtió con cinismo.
—¿Que?—digo sin entender.
La encargada mira atrás mío, yo volteo y ahí estaba atado a una silla de el comedor y de igual forma amordazado. Uno de los estúpidos suecos lo apuntaba con un arma.
—¡maldita perra, ¿Ahora que quieres?!—exclamo enfadada y me alejo de ella.
Ella tose y hace una seña, pronto el sueco le quita el seguro a el arma.
—¿Alguna vez te has preguntado cómo reviviste?—frunzo el ceño.
—si, muchas veces—digo obvia y blanqueo los ojos.
—pues...yo te podría decir algunas cosas. Solo si haces un trato conmigo, claro—la ahora castaña se mira las uñas.
—¿Qué trato?—escupo con molestia.
Y miro a Charlie, quien se veía aterrado y sus ojos, sus ojos gritaban por mi ayuda, y de verdad quería ayudarlo, pero estaba en aprietos.
Ella toma mi cabello ahora cortó y lo cepilla con sus dedos—solo quiero un poco de tu cabello, solo un poco, y tú lo sabrás todo.
Hago una mueca, y miro a otro lado pensando. ¿Será buena idea?
Digo, es la encargada. Y siempre tiene un haz bajo la manga.
Pero..
—¿Para que quieres mi cabello?—alzo una ceja interrogante.
—eso no es algo que quiera y deba decirte. Lo único que si importa es si aceptas oh no, y bueno, no es que tengas opción, cielo—ríe—oh aceptas, oh el muere—el sueco presiona más el arma contra la cabeza con rizos de el joven.
Jade mira una y otra vez a el chico y a la encargada.
—¡Está bien, Está bien, tu ganas!—exclama ya exasperada.
La mujer corta un mechón de pelo de la cabeza de la chica y toma su maletín.
—fue un gusto conocerte Jay Jay—la mujer muestra su perfecta sonrisa a la chica, una sonrisa muy falsa la verdad.
El sueco quita el arma de la cabeza de el chico y toma el brazo de la encargada.
Jade corre hacia su amigo, le quita la mordaza eh intenta desatarlo.
—Good Bye boomb—la mujer ríe. Pero no estaba satisfecha.
No estaba satisfecha con el dolor que ya sentía. Saco un arma de su bolso y apunto directo a el pecho de Charlie.
Trate de que la bala terminará en mi cuerpo, de que el no muera.
Pero su estúpida bondad no dejo que la bala me matará, no, el me aparto y con una enorme sonrisa me miró, cómo cuando lo ví por primera vez.
—¡NO!—exclame con lágrimas en los ojos.
Ese ángel caído del cielo se había ido, y nunca más volvería.
Murió, y murió feliz, feliz de haberme salvado.
La encargada soltó una carcajada y por fin desapareció de el el lugar con su secuaz.
Dejando atrás una extraña carpeta azul consigo.
1921 palabras, JA JA, que pro soy 😼
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