En una de las tantas vacaciones que han tenido como pareja, Kawaki y Himawari estuvieron de acuerdo en ir a la playa.

Claro, Kawaki se arrepintió cada segundo. Sobre todo, cuando ella lo obligaba directamente a llevar todos los materiales. Desde una pelota hasta la bolsa que contenía cremas, protector solar y cositas más.

Y claro, a cuestas de que Himawari iba como si nada comiendo helado, tomando alguna bebida refrescante o algún aperitivo.

- Hima, por única vez apiádate de mi y ayúdame con algo de lo que llevo - protestó él, con una bolsa colgada de su hombro en el cual también sostenía una gran dona inflable, una pelota en su otra mano y de su cuello, una bolsa para teléfonos.

- No seas cascarrabias - le sonrió - Te recompensaré.

Kawaki enarcó una ceja.

- ¿Ah, sí? - se cuestionó - ¿Y eso con qué será?

En su tono de voz no pudo eludir a sonar provocativo.

- ¡Te compraré toda una ración enorme de teiyaki de chocolate!

En realidad, esa no era la recompensa que deseaba. Pero estaba conforme.

- ¿Puedo proponer algo aparte de eso? - sus ojos brillaron - Es muy poco.

Su contraria asintió sin problema.

Cosa por lo cual, Kawaki se acercó para susurrarle algo al oído.

Algo a lo que no pudo evitar que Himawari se ruborizara y, titubeando, asintiera.

La cara de satisfacción de Kawaki era demasiado placentera.

Chyio67 🌻