Era usual que Kawaki no hiciera nada; se sentaba frente al televisor encendido y pasaba los canales una y otra vez.

Hinata no estaba y Boruto se aisló en su habitación para aprovechar y jugar los videojuegos que el rubio azabache consideraba tontos e infantiles.

Pero, ¿de qué podría quejarse? Estaba en un ambiente tranquilo, sin escuchar las insensantes maldiciones y quejidos que hacía el rubio durante su juego.

Y luego estaba ella... quien era tan sigilosa cuando en la casa no estaba ningún padre. Tan sigilosa que Kawaki nunca se percató que estaba en el sofá de a lado.

Viéndolo.

- Oye, Kawaki-kun - habló ella, después de que el aludido se calmara del susto - Tengo curiosidad, ¿qué pensaste de mi la primera vez que me viste?

A él no le salía ser hostil con ella.

Pero rebajarse a tal forma de abrirse sentimentalmente con ella; eso ya no entraba dentro de su presupuesto cercano.

- Una niña débil y mimada - contestó - Llorona e insoportable.

Ella pareció triste.

- ¿Y soy así? - cuestionó en un hilo de voz.

Kawaki la miró de reojo, su semblante lo hacía sentir mal por haberle respondido de tal forma.

Pero no debía doblegarse; evitó su mirada y se recostó boca abajo, para así no verla.

- No, eres mejor que eso - confesó - Ahora vete, eres molesta.

Ella sabía que no lo decía en forma de ofender y con una sonrisa se marchó de la sala de estar.

Chyio67