¡! 11 <3

Capítulo 11.

La libélula de mi jardín.

Michelle tenía la carta en sus manos, a ella le fascinaba leer, pero en un momento como este, sentía como un nudo se le hacía en la garganta. Tenía miedo de qué palabras pudieran estar en aquella hoja de papel, no fue una buena amiga, nunca pudo recordar su cumpleaños, y si bien suena como algo insignificante, ella se lamentaba por eso eternamente.

Las lágrimas salían de sus ojos a grandes cantidades, si estuviera en un mundo de fantasía, se hubiese ahogado en el mar de su propio llanto y asfixiado con un montón de palabras que nunca dijo, pero ya era demasiado tarde, no había vuelta atrás.

La calidez del sol y el sonido del riachuelo siempre habían sido reconfortantes, pero dudaba de eso ahora.

Empezó a leer para sí misma aquella carta, intentando llenarse del valor y de la osadía que nunca había logrado conseguir en toda su vida.

“Querida Michelle, si estás leyendo esta carta, es porque pasó aquello que tanto tú como yo temíamos, finalmente me he ido, pero no te preocupes, realmente sigo estando allí.

Por favor, no te angusties, no quiero que mi perdida sea causa de inquietud, quiero que sigas sonriendo. Sé que tienes una presentación de piano importante el jueves, no sabes lo mucho que me gustaría poder escucharte y aplaudir por tu gran talento, pero no puedo salir de aquí, lo lamento mucho.

Espero que no me recuerdes por todas esas discusiones que tuvimos, cuando dije que eras molesta y que no quería verte nunca más... Yo mentí, lamento si mis palabras hicieron que tu corazón se sintiera herido, créeme que lo que más deseo en este instante es poder darte un último abrazo.

Si te sientes afligida y desesperada, busca consuelo en el arroyo, porque yo estaré ahí, tú sabes más que nadie, que siempre estaré para ti. En la cultura japonesa dicen que cuando una libélula se posa en una ventana, es la visita de un ser querido, así que, si algún día ves a una de esas libélulas volando con alegría, puedes asegurarte de que soy yo, así que, puedes esperarme, yo te visitaré.

Tal vez puedas empezar a sentir que tu vida se pinta de gris, pero debes de recordar que sigues teniendo amigos maravillosos, una familia que te quiere y un buen oído para apreciar las lindas melodías que gritan victoria y alivio. Eres muy afortunada, tienes un gran tesoro frente a ti lleno de cariño infinito, y lo mejor de todo es que siempre supiste apreciarlo, cosa que de alguna manera yo nunca pude hasta ahora.

Por último, no llores, ¿sí?

Eso es todo lo que quería decirte, nos vemos pronto <3”.

Michelle cerró sus ojos lentamente, intentando cumplir el deseo de Verónica, una despedida sin dolor y aflicción, sino una más bien cálida. Sintió como Lumi le daba un abrazo tranquilizador, y no tuvo que pensarlo dos veces para abrazarla de nuevo.

Fue bastante consolador leer aquellas palabras llenas de dulzura; el sentimiento de alivio y calma hicieron que se sintiera sumergida en un mar de chocolate, se sintió alegre de saber que Verónica realmente nunca quiso alejarla de su grupo de amigos, aquella discusión fue solo cosa del momento y la ocasión.

Lamentablemente, Michelle no asistió a su presentación del jueves, nadie sabía el porqué, había practicado con mucha dedicación como para faltar en aquella fecha importante.

Bueno, sus manos comenzaron a temblar cada vez que intentaba tocar el piano, siendo imposible para ella tener la concentración necesaria como para poder tocar su canción. Pero realmente esa fue una de las dos causas, pues, tuvo una visita importante, aquella libélula que estuvo todo el día en su jardín, no paraba de decirle "gracias".

•¡Errores ortográficos corregidos ^^!

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