Episodio 03.

Sophia's Flash Backs.

-¡NO SIRVES PARA NADA! QUE HICE PARA MERECER UNA NIÑA COMO TÚ.

Cecelia Baker, madre de Sophia, una mujer impulsada por la codicia, el deseo de reconocimientos, el deseo de poder, una persona llena de maldad y odio hacia sus hijos.

-¡CECELIA! NO PERMITIRÉ QUE LE HABLES ASÍ A MI SOBRINA. -dijo Antoinette, tía de Sophia-.

-¡CALLATE! TÚ TAMBIÉN ERES UNA FRACASADA.

Peleas, discusiones, los días eran repetitivos para Sophia, el ambiente de su casa era infernal. Su hermano mayor, Dominique, se la llevó de ahí, era siempre lo mismo y siempre terminaba con esa mirada... esa mirada tan rencorosa y cruel.

Un jueves de primavera, Cecelia y Antoinette discutieron mucho más peor que las otras veces, todo por la culpa de Sophia y su hermano, no podían complacer a su madre, eran un estorbo en la familia.

Cecelia furiosa empujó fuertemente a Antoinette, esta se golpeó fuertemente con un estante de libros haciéndola quedar inconsciente.

Dominique intentaba calmar las cosas como siempre, mientras Sophia miraba todo desde su silla del comedor, Sophia siempre miró a su madre con miedo y terror, pero ese jueves su mirada era de odio puro, esa mirada tan característica.

Su madre pedía todos los días a sus hijos que consiguieran buenos trofeos, logros, aplausos, Cecelia quería ser reconocida. Tuvo un accidente automovilístico semanas después junto a su hija Sophia, que lamentablemente le costó la vida.

-Mamá... regresa conmigo... -lágrimas amenazaban con salir de sus ojos-. Quédate, por favor, conseguiré muchos trofeos, te lo prometo, tendré una familia exitosa.

-Eso espero Sophia... eso espero. -Cecelia cerró sus ojos, para no volver a abrirlos nunca más-. Esa mirada, la mirada de su madre en ese momento... fue la mirada más dulce que le brindó a Sophia en toda su vida. Sophia pudo sonreír de verdad por primera vez.

El viento frío de aquel entonces y esas cálidas lagrimas, sin duda una gran tragedia de primavera, los lindos pétalos de los árboles de cerezo habían perdido el color que tanto le gustaba a Sophia, las estrellas dejaban caer tristes polvos centelleantes por la pérdida y la luna blanca quería dejar de brillar.

Ella lloraba, estaba llorando, pero de cierto modo...se sintió más tranquila y aliviada por la muerte de su propia madre.

•¡Errores ortográficos corregidos ^^!