O4O
" Todo lo que lloraste se multiplicarán en fortunas. "
La semana fue lenta, pasó cómo pluma cayendo, al parecer las horas se alargaron de manera tan torturosa que YeoSang llegó a desesperarse cada vez que llevaba sus ojos a las manecillas del reloj y estos simplemente parecían no avanzar.
SeongHwa estaba en semana de jornada completa, literalmente se iba a las 8:00 am a trabajar y volvía a las 10:00 PM a su departamento con un fuerte dolor de espalda, pies y cabeza difíciles de calmar, apenas tenía tiempo para comer y agradecía que su pequeño novio le mandara el almuerzo porque de no ser así, tal vez ya tendría una terrible gastritis por comer pura comida rápida.
El Omega estaba triste, su embarazo psicológico aún seguía haciendo de las suyas y en ciertos momentos del día se hacían presentes los mareos, ya no eran muchos, pero seguían ahí y lo único que deseaba era que estos se esfumen, porque solo causaba que los recuerdos del día en el que sus ilusiones se rompieron aparecieran en su cabecita, dañando seguidamente su corazoncito.
Los besos de su Alfa le hacían bastante falta, extrañaba cada cosa de él, sus manos, sus abrazos, sus preciosas caricias que lo calmaba de cualquier situación y su voz, a pesar de que lo veía quince minutos al medio día para entregar el almuerzo no era suficiente, sus días en el trabajo se habían vuelto monótonos de no ser por una personita que le hacía compañía en la cafetería.
— Toma YeoSanggie, te traje una manzanilla, ¿Te sigue doliendo la cabeza? — Un Alfa de cabello negro se acercó con una pequeña sonrisa y una taza en sus manos.
— Gracias JongHonnie, me siento un poco mejor. — Se había tomado unos minutos de descanso, en dos horas debería de ir a llevar el almuerzo a su novio, ya no tenía fuerzas, solo necesitaba respirar el aroma de SeongHwa para sentirse más animado.
— ¿No te ha llamado tu Alfa?
— No… No tiene tiempo…
— Uh, dudo que sea así YeoSanggie, no le quita mucho tiempo llamarte. — Murmuró el menor, sonriendo con suavidad, era hora de poner manos a la obra con su misión y meter cizaña.
— Mañana termina la semana y el tendrá mucho más tiempo, no puedo estorbar JongHonnie, el está en sus deberes. — Puchereó, llevando sus labios al borde de la taza para beber la deliciosa manzanilla que recorrió como río en el estómago del castaño, logrando entibiar su interior hasta relajarlo por completo.
— No creo que estorbes, yo si fuera el me tomaría unos minutos para preguntar cómo estás, no la estás pasando bien, YeoSanggie. — Elevó sus cejas. — No quiero molestar, pero, parece que tú novio tal vez puso esa excusa para no pasar tiempo contigo, ¿Tuvieron alguna pelea?
— Hace unos días tuvimos un problema… Mh… — Pensó, recordando el día en el que el test de embarazo había salido negativo. Eso despertó una nueva inseguridad en su interior. Tal vez su Alfa se sintió decepcionado y decidió alejarse para pensar si seguir con la relación o no, lo cual era entendible, no lo culpaba.
Pensamientos negativos brotaron de la mente de YeoSang, eso era malo, un peso más para sus terribles días era lo que menos quería pero lo que decía su compañero de turno era más que verdadero. El confiaba en el amor y la relación que tenía, pero lamentablemente el sentirse tan solo y desanimado no ayudaba a espantar sus inseguridades, extrañaba con toda su alma la presencia de su pareja y con cualquier palabra podría destruirse en esos momentos.
Sus ojitos se cristalizaron de a poco, inmediatamente busco un pecho en el cual esconderse y al no encontrar el de SeongHwa por ningún lado lo hizo en el de JongHo, mismo que no dudó en aprovecharse de la situación para acercarse más a su objetivo. Rodeó sus brazos por la estrecha cintura hasta apresarla con "cariño", pegó el cuerpo más pequeño al suyo y empezó a liberar poquito de su aroma, intentando seducir al contrario. JongHo hacía el esfuerzo para al menos sentirse cómodo haciendo eso, pero no podía, cada vez que coqueteaba con YeoSang sentía un escalofrío correr por su nuca hasta su cabeza, no por el cargo de conciencia, no le importaba eso, al fin y al cabo cuando finalice la misión el desaparecería y el castaño se volvería un total desconocido, por lo tanto no se estaba encariñando.
Por alguna razón cada vez que tenía que lanzar algún cumplido a ese desconocido Omega, en su cabeza aparecía el rostro de HongJoong, tan sonriente, adorable, con su lindo rostro sudoroso por tanto jugar y correr que le daba evidencia de que era el cachorro más precioso que pudo haber visto en los años de secundaria que llevaba, constantemente se preguntaba; ¿A HongJoong le gustaría que le diga "bonito"? ¿A HongJoong le gustará que sea atento con el? Todo era HongJoong, HongJoong, HongJoong.
JongHo no asistía a clases, sin embargo hace unos días comenzó a ir a la hora de salida para llevar al pequeño pelinegro a su hogar, sano y salvo, agradecía que el famoso Hyung de HongJoong haya dejado que el mismo se regresara caminando, ya que a pesar de que no se veían en la escuela al menos tenían tiempo para conversar y jugar en el camino a casa, esos momentos sin duda eran valiosos para el Alfa, era el único instante del día en el que podía dejar de ser un maldito mentiroso y disfrutar de la linda y única amistad que tenía con HongJoong.
Cada vez que se lanzaba a su cama para mirar un punto perdido en el techo, de forma inevitable aparecía la imagen de ellos dos tomados de la mano cuando caminaban juntos por los callejones, de manera inconsciente JongHo sonreía, se dió cuenta que HongJoong tenía lunares en el rostro, lunares que eran como estrellas que complementaban el artístico rostro digno de admirar. El rostro que causaba muchas emociones en su corazón y temblores en su estómago, JongHo no tenía miedo de aceptarlo, le gustaba HongJoong y tal vez empezaba a enamorarse.
¿Por qué? Era fácil, casi no experimentaba el perdón, creció con la idea de que el rencor era la única opción cada vez que alguien cometía un error. Cuando HongJoong se ofreció a ayudarlo el simplemente quedó sorprendido, tardó días en procesar que el menor no lo odiaba, después de un tiempo fue admirable. No cabían dudas de que era la mejor persona que había conocido, tan adorable y tierno, simplemente fantástico.
Pero la dura realidad lo golpeó cuando se dió cuenta de que no estaba abrazando a su pequeño cachorro, estaba abrazando a un Omega al cual tenía que marcar y tal vez odiaría el resto de su vida, suspiró con pesadez, rompiendo el a apretujon con un mal sabor en la boca.
— Hay que seguir con nuestros deberes YeoSanggie, vamos, pronto será hora de ir a nuestras casas. — Sonrió nervioso y desvió la mirada, mordiéndose el labio con cierto arrepentimiento.
La hora de despedirse llegó, YeoSang corrió a su casillero con emoción para tomar el bolsito color púrpura que tenía tapers de colores con comida dentro, arroz, carne, ensalada y frutas, todo lo hizo con amor para que su novio estuviera muy fuerte y con ánimos el día que restaba, mañana por fin tendrían tiempo para verse y abrazarse, ansiaba mucho porque ya llegara. Tomó un taxi directo al edificio con sus deditos jugueteando, quería al menos dar un besito en los labios de SeongHwa para calmar la inseguridad que hacía doler su corazoncito, solo necesitaba eso para estar tranquilo.
Dentro de pocos minutos ya se encontraba caminando al piso correspondiente de la oficina de SeongHwa, habían muchos trabajadores por los pasillos que lo saludaban con ánimo, pues ya todos conocían al respetado y admirado Omega del Señor Park, centro de envidia por muchas chicas y chicos que deseaban estar en su lugar para poder tener un amorío con SeongHwa, pero eso no pasaría, nunca.
Caminó hacia la puerta de la oficina pero antes de que pudiera abrirla una mano femenina tomó su muñeca con algo de fuerza, el soltó un pequeño chillido del susto y cerró sus ojitos con esperando a que todo pasara, suspiró pesado dándose cuenta de lo escandoloso que fue, sin embargo levantó su mirada para buscar al responsable y se encontró con una linda chica que lo miraba con una expresión neutra, llegando a intimidar a YeoSang quién agachó su cabeza cuando se dió cuenta que era una Alfa, esas mujeres lo ponían nervioso.
— No puedes entrar, el señor Park y el señor Song están en una reunión importante. — Habló la chica más alta, soltando la manito del menor para después regresar a la pequeña recepción que había ahí. — ¿Tienes cita? ¿Cómo te llamas?
— S-soy el Omega de SeongHwa… — Balbuceó jugando con sus dedos, soltando un profundo suspiro, no quería hablar más, solo deseaba entrar a la oficina para abrazar el torso de su Alfa y darle besitos.
— Oh, bueno, si quieres puedes esperar sentado, pero tardarán horas. — Avisó.
— Uhm… Yo solo venía a traerle el almuerzo… — Murmuró con timidez, llevando su mano a su cabello para acomodarlo.
— Oh, pequeño, ellos tardarán mucho, no se si sea sano para ti esperar tanto, de seguro el señor Park ya comió algo en algún sitio. — Hizo una pequeña mueca, con pena. — Pero si deseas puedes dejarlo acá, yo se lo entrego apenas terminen.
Sus ojitos picaron y empezaron a nublarse, intentó calmar esas emociones tristes porque sabía que todo se lo transmitía a su novio a través de la marca y lo que menos quería era estropear todo por angustiarlo, solo asintió y dejó el bolso en el gran mesón.
— Bien, se lo dejaré aquí. — Murmuró, intentando no hacer contacto visual para no dejar en evidencia lo débil y sensible que estaba, ni si quiera podía ver a su novio un minuto, ayer solo lo vio por cinco, eso lo deprimía mucho.
— ¿Quieres dejarle algún mensaje?
— Mh… Solo dígale que lo extraño y que mañana nos vemos. — Sonrió con tristeza, dando una reverencia para después caminar al ascensor con un expresión triste. Lo único que planeaba era llegar a su casita, acostarse y dormir mucho.
En unos días sería la luna roja y no sabía si estaría bien para pasarla con su Alfa y renovar la marca, estaba deprimido, nada le permitía pensar con claridad y no quería arruinar ese momento que se suponía sería romántico y lleno de emociones, sentimientos bellos que transmitirían.
Había planeado que ese día le pediría al moreno marcarlo, casi los Alfas no necesitaban una marca, pero aún así era un gesto bastante hermoso y bello que el castaño pensaba realizar, clavar sus pequeños colmillos en el cuello de SeongHwa sería un sueño, más aún cuando era en la Luna roja, noche en el cual las parejas entregarían todo de sí para amarse sin prendas encima y unir sus almas, era un momento con el cual había soñado constantemente pero recién lo daría a conocer, aunque ya no estaba seguro de eso.
Apenas llegó a casa saludó a su pequeño HongJoong con besitos en la frente, sin más caminó a su habitación ignorando el hecho de que tenía que comer y tomar sus vitaminas, solo quería descansar de tantas pastillas. Se lanzó, cubrió su cuerpo con las mantas y en el primer parpadeo cerró los ojos, soñando para que pronto llegara SeongHwa y lo apresara en sus brazos, que le de besitos, caricias, consuelos que lo calmarian en un ratito y curara su pobre corazoncito, le daba miedo crear tanta dependencia, pero era casi imposible no hacerlo.
Después de dos horas SeongHwa salió de su oficina soltando un fuerte jadeo de cansancio con su amigo tras el, la semana había sido cansada pero gracias al esfuerzo tuvieron éxito en todas la reuniones, había sentido cada emoción de su Omega que se transmitía por el lazo, moría por correr e ir a buscarlo para jamás soltarlo pero sus deberes también eran parte de su vida y no tenía que dejarlos de lado.
Al fin y al cabo solo había sido el día de hoy el que no se habían visto, no tenían que exagerar, ¿O si? No era grave. Ahora solo llegaría a su departamento a tomar una buena siesta para que mañana sea un día mejor.
— Señor Park, el joven YeoSang vino a dejarle un bolso con el almuerzo. — Habló la alta mujer, nueva secretaria que apenas empezaba a aprender los nombres importantes en la empresa.
El moreno maldijo por lo bajo, se sintió un completo idiota cuando olvidó que hoy YeoSang le traería el almuerzo, de seguro su pequeño había estado esperando y cuando le dijeron que tardaría mucho se habría ido con sus ojitos lagrimeando y cabizbajo, de tan solo imaginarse esa escena sintió la angustia a flor de piel, no podía irse tranquilo ahora, tenía que pasar por la casa del castaño al menos a darle las gracias y dejarle besitos.
— Gracias Tzuyu, ¿Algo más? — Tomó el bolso en sus manos, dándose cuenta que la comida ya estaba fría y tal vez con un mal olor, pero eso no le importaba, el se la comería de todos modos.
— Si, el dijo que lo extraña mucho…
Eso fue suficiente para que caminara como bala hacia el elevador dejando a MinGi atrás, intentó concentrarse para percibir lo que sucedía a través del lazo, pero no sentía nada, eso lo puso aún más intranquilo, diablos, ¿Cómo no lo había pensado? Su pequeño había sufrido otro choque psicológico el día de la prueba de embarazo y lo que menos necesitaba era quedarse solito, se sintió culpable, pues a pesar de que había estado muy ocupado no le costaba nada hacer unos minutos para hablar con su novio, al fin y al cabo tenía la ayuda de su amigo, el trabajo no se malograria.
Condujo intentando guardar la calma, en sus labios mantenía un pequeño puchero de preocupación ansiando ya llegar a la casita de su amor. Se bajó del auto, eran las 10:00 PM y lo más probable era de que ya se habían dormido, pero aún así se atrevió a tocar la puerta esperanzado de que le abrieran, en segundos HongJoong se encontraba parado al frente de SeongHwa con sus brazos cruzados, a manera de regaño.
— ¿Por qué a esta hora? — Rió bajito, haciéndose a un lado para dejar ingresar al mayor. — YeoSang Hyung está durmiendo, durmió desde que llegó a casa, creo que está triste, no ha comido si quiera. — Soltó un suspiro pesado.
— Disculpa HongJoong, necesitaba verlo, lo extraño mucho. — Se quitó los zapatos en la entrada y saludó al menor con un abrazo rápido.
— Bien, bien, anda Hyung, yo estaré en mi habitación, si harán cosas sucias no hagan ruido, ¿Si?
SeongHwa solo soltó una pequeña risa y corrió a la habitación donde dormía el castaño, entró en silencio para no despertarlo de manera brusca pero cuando escuchó sollozos ahogados en la almohada se quedó helado, tal y como lo había imaginado su bebé estaba llorando.
Se acercó a la cama y abrió las mantas para recostarse al lado del cuerpo contrario, rodeó con sus brazos la cintura de YeoSang hasta acunarlo y llenarlo de besos en su rostro húmedo, suspiró pesado, negando suavemente pues los quejidos se habían hecho más fuertes aún.
— Tranquilo mi niño, ya estoy aquí, no volveré a ir, ¿Si? No llores mi vida…
— Te extrañé m-mucho…
— Y yo a ti precioso, no dejaré que esto vuelva a pasar. — Murmuró, suspirando con pesadez, se estiró para prender la lámpara del buró y así alumbrar la habitación para poder mirar su carita con claridad. — No llores mi niño, no te he abandonado, jamás lo haría. — Tomó las mejillas rosadas entre sus manitos y observó el rostro húmedo, los ojitos rojos al igual que los labios, era triste verlo así.
— ¿S-soy un mal novio SeongHwa? — Balbuceó aferrándose a la camisa del Alfa, escondiendo su carita en el cuello que era rodeado por la corbata anudada.
— Claro que no mi niño, ¿De dónde has sacado eso? Eres el mejor Omega del mundo. — Sonrió con suavidad, sintiéndose más tranquilo cuando los sollozos dejaron de escucharse. — Te amo más que a nadie, eres todo lo bueno que pudo haber existido, mh, no dudes de ti ni una vez más.
YeoSang se sintió pleno al estar en los brazos de su Alfa, casi por arte de magia su dolor se había ido y una sonrisa apareció en sus labios, restregó su nariz por el cuello contrario para respirar ese delicioso aroma a vino que desprendía su novio, pero la tela se lo impedía así que llevó su manitos traviesas a los botones para empezar a desabrocharlos y también desanudar el cuello de la corbata, SeongHwa no dudó en ayudar en el acto, así que desabrochó los botones restantes para quitarse la camisa por completo y dejarla caer al piso, desabrochó su cinturón para aflojar sus pantalones, de la misma manera con todas sus prendas hasta quedar solo en ropa interior.
YeoSanggie imitó la acción deshaciéndose de su pantalón de pijama y polerón, amaba tener ese tipo de momentos íntimos con su pareja, en el que podían disfrutar del calor corporal sin dobles intenciones, acariciarse las pieles hasta entibiarlas y mantener esa cercanía tibia que los mantenía unidos, rebasando en su amor.
El Alfa pasó sus manos por la pequeña cintura y dió caricias de arriba hacia abajo, pasándolas por el carnoso trasero hasta los muslos suaves y delicados, para después subir a la pequeña espalda que amaba acariciar. YeoSang se dejaba hacer al mismo tiempo que repartía besitos húmedos en las mejillas contrarias, una vez más sucedió, el amor que se tenían fue la prueba de que ellos juntos podían superar cualquier mal momento, eran simplemente SeongHwa y YeoSang en su mundo de amores, no eran necesarias las palabras para expresar y calmar sus dolores, estar abrazados y era más que suficiente.
— También te amo SeongHwa… — Balbuceó con sus ojos cerrados. — Te amo mucho, quiero que tengas mi marca también… — Susurró. — ¿P-puedo..?
— Tu eres mi Omega y yo tu Alfa, nuestras almas se pertenecen así que si, claro que puedes hacerlo mi bebé, márcame las veces que quieras. — Sonrió con dulzura, sintiendo pronto sus párpados pesar.
— Duerme Seonggie, vamos a descansar, mañana será un gran día.
— ¿Mañana? ¿Qué hay mañana bebé?
— Estaremos juntitos, eso es grandioso.
Se durmieron abrazados entre balbuceos de quién amaba más a quien.
"Nunca vi lo que todos ven.
Nunca acerté las respuestas, nunca entendí las preguntas"
¡Hola!, aquí tienen el capítulo de hoy. Hasta el jueves o viernes les actualizo, espero les guste el capítulo. uwu♡
¡Sí hay algún error pueden decírmelo y lo arreglaré en seguida!♡
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top