O14

" El sol con las nubes y la luna con las estrellas, no siempre hacen buen dúo amoroso, ¿Por qué debemos ser iguales para amarnos? ¡Si los polos opuestos son los que mejor pareja hacen! "

— S-seonggie yah~

El par de lobos estaban besuqueándose en medio del vestidor, ya habían pasado a un tono más alto, mientras que SeongHwa acariciaba la curvilínea cintura con posesividad, las manos de el más pequeño acariciaban el fuerte pecho, hombros y cuello del moreno que cada vez más soltaba su fuerte aroma, llegando a embriagarlo con rapidez, pero era hora de parar,  las feromonas salían cada vez más y tanto el Omega como el Alfa no querían ser regañados por los dueños de la tienda al ser descubiertos.

— Shh... Solo un poco más. — Dió una pequeña lamida en los labios contrarios, escuchando un jadeo como respuesta, YeoSang estaba por acceder y dejar que SeongHwa hiciera lo que quisiera con el, pero no era lugar, ni hora.

— Seonggie no, aquí no. — Murmuró, intentando empujar por el fuerte pecho al más alto, lográndolo después de unos segundos. — ¡Bobo! — Escuchó la grave risa de el moreno, sonriendo también al darse cuenta de la preciosa sonrisa que tenía a la vista y la melódica risa que escuchaba, se sintió afortunado.

— Creo que se me pasó un poco la mano, ¿No?

— No, digo... Si un poquito, pero mejor vayamos lento Seonggie, será más emocionante. — Ambos rieron al mismo tiempo, sintiéndose tímidos de repente.

— Bueno... Te dejo para que puedas cambiarte, yo te espero afuera, ¿Si?

Salió del vestidor, suspirando de alivio al ver que nadie estaba afuera escuchándolos o mirándolos, se sentó en una de las bancas a esperar al Omega que lo tenía completamente loco los últimos días, sentía algo más que una simple atracción, su lobo y el tenían una conexión muy fuerte con el pequeño, aunque el tiempo que llevaban en conocerse no era mucho, ellos sentían como si se hubieran conocido desde hace décadas.

YeoSang se sentía afortunado, afortunado por recibir besos y caricias de SeongHwa, por tener su atención, mimos y escuchar hermosos piropos y halagos que le hacía, la felicidad era tan grande que incluso olvidaba lo defectuoso que era su cuerpo y que no merecía a un Alfa tan perfecto como lo era SeongHwa.

Hizo un gran esfuerzo por quitar esos pensamientos negativos de su mente, quería dejar de ser tan negativo y volver a tener la seguridad que tenía antes, claro, cuando tenía a su familia apoyándolo, cuando tenía los mimos de su madre y atención de su padre, su hermano ya había formado su propia familia y jamás se enteró de lo que pasaba con YeoSang, pues ya era un adulto con responsabilidades, aunque quería mucho y amaba a su hermano menor con todo su corazón, a pesar de que no pudo salvarlo del infierno que estaba viviendo.

Se sintió solo de repente, pero solo en el sentimiento familiar, tenía a SeongHwa y a su trabajo, el se sentía lleno de felicidad solo con eso, pero extrañaba a su familia, no era capaz de tener rencor u odio hacia sus padres, ellos solo eran víctimas de la ignorancia y falta de raciocinio.

Salió del vestidor ahora con pocos ánimos, era impresionante como su tristeza a veces era tan grande que podía decaer en cualquier momento, miró a SeongHwa he intentó sonreír, pero tan solo pudo formular una mueca de tristeza.

— ¿Qué pasa? Sanggie. — El moreno se levantó un poco preocupado por las expresiones de tristeza que expresaba el castaño, se acercó con delicadeza al cuerpo contrario y lo tomó con suavidad de los hombros.

— Nada Seonggie, solo me acordé de mi familia y me puse triste. —Mintió.

— Oh... Así que es eso, ¿Quieres ir a visitarlos algún día? — Le dedicó una dulce sonrisa, intentando sacar una misma de los labios de su menor.

— Ellos están en Busan, Seonggie ¿Podríamos dejar de hablar de eso? Es que en verdad me pone un poco triste.

— Claro que si dulzura, pero quiero ver primero una sonrisa tuya, ¿Si? No soporto ver a un Sanggie triste en su día de shopping.

— Lo siento Hwa.

— No pidas disculpas, no has hecho nada malo, mh, quiero que sonrías, anda. — Animó, bajando sus manos a la cintura del menor para dar pequeños masajes y suaves cosquillas.

— Hwa, ¿Por qué eres tan lindo conmigo? — Un puchero se instaló en la boquita de YeoSang, soltando pequeñas risitas al sentirse más animado por las palabras y acciones del Alfa.

— Tu te mereces todo lo lindo del mundo. — Plantó un beso chiquito, tierno y fugaz en los labios gorditos de YeoSang, sonriendo al oír el chillido que salió de la boca de su pequeño.

— ¡Seonggie!

— Vamos a pagar, después iremos a dar un paseo al parque y después a cenar, ¿Te parece? — Ambos unieron sus manos y las entrelazaron, brindandose calor mutuo, caminaron juntos por los pasillos hasta llegar al objetivo.

— Me encanta, hace mucho que no voy a algún parque, no conozco mucho Seúl. — Esbozó un pequeño puchero en sus labios, seguido por una sonrisa pequeña, cuando llegaron a caja una de las asistentes empaqueto la ropa en bolsa de papel, mientras que la otra se encargaba de cobrar lo debido.

— ¿Desea pagar en efectivo o con tarjeta? — Preguntó la linda Omega con una dulce sonrisa, mirando de reojo a él guapo Alfa que acompañaba a YeoSang.

— En efectivo. — Respondió el castañito con amabilidad, entregando los billetes que correspondían y así esperar el vuelto, YeoSang había notado un coqueteo que le daba la cajera a su acompañante, eso no le gustaba en lo absoluto, su lobo se sintió celoso, cosa que pudo disimular muy bien para su suerte, no quería demostrar los celos que estaba sintiendo, SeongHwa y el aún no eran nada así que no podía celar tan rápido a su casi novio, pero era inevitable.

— Uhm... Suena un poco rápido pero si te apetece podemos salir algún día a comer... — Habló la cajera, entregando el cambio de manera distraída, ya que se estaba concentrando más en hablarle al alto y guapo Alfa de tez morena, el cuál no sabía que decir, la tensión incluso se sentía en el aire. — Te daré mi número, me llamo SunMi, puedes encontrarme aquí todas las-

— No te preocupes, el y yo estamos saliendo. — Sang habló primero, intentando no sonar brusco o molesto, aunque en el fondo su lobo quería gruñir y marcar su territorio, y si era necesario empezar una pelea de Omegas.

— No parece... De todos modos no me has respondido Oppa, ¿Quieres salir a comer conmigo?

— Haz tu trabajo.

YeoSang no pudo aguantar más, quería llorar y gruñir, así que lo hizo, soltó un fuerte y agudo gruñidito, que para los oídos de SeongHwa fue lo más tierno que pudo escuchar en toda su vida, ser celado por el tierno Omega lo hacía sentir muy importante y para que mentir, su ego se sentía genial, pero no era momento de pensar en eso, rodeó con sus fuertes brazos la cintura de su acompañante y dió un pequeño beso en la mejilla del más bajito.

— Sanggie, no importa, vamos a nuestra cita. — Escuchó el berrinche que empezó a hacer su menor, así que empezó a arrastrar el pequeño cuerpo hasta la salida de la tienda.

— ¡Suéltame! ¡Quiero morderle Seonggie! No debe coquetear con cualquier Alfa que ve por ahí.

— Tu no vas a morder a nadie, tus lindos colmillitos son sensibles y te puedes lastimar, no más berrinches Sanggie. — Habló el Alfa entre risas, sujetando con firmeza al pequeño que pataleaba y chillaba, ambos agradecían que no hubiera mucha gente a sus alrededores, porque si no pasarían un momento algo vergonzoso.

— Seonggie déjame morderle. — Pidió ya más calmado, pero aún con su puchero instalado en sus labios junto su berrinche.

— Ya te dije que no, al único que puedes morder es a mi, pero con cariño. — Acomodó el cuerpo para que pudiera estar bien parado, el peque ya no hacía berrinche, pero aún tenía su mirada triste en sus ojitos cristalizados. — ¿Vas a llorar?

— ¿Por qué no le dijiste que se vaya? — Su mirada estaba puesta en sus manitos que sujetaban las bolsas con sus prendas.

— Lo más adecuado era ignorarla, eso hice, solo tengo ojos para ti en estos momentos.

— Pero yo quería morderle...

— Sanggie tu no vas a morder a nadie. — Tomó de la cintura al pequeño y se acercó para dar un beso en sus labios con dulzura, intentando calmar al pequeño berrinchudo. — Eres un bebito celoso, pero no te voy a mentir, me gustó que me celaras.

— ¡Me hubieras dejado morderle!

— Ya te dije que al único que puedes morder es a mi.

— Pero Seonggie...

— Pero nada bebé, ahora sí vamos al parque, ahí te podré dar más besos. — El moreno sonrió complacido al notar las mejillas de su cortejo rojas por el reciente apodo que le había dado.

— Aún sigo molesto. — Musitó bajito mientras caminaban a la salida del centro comercial y el castañito con su puchero pronunciado.

— Ay~ — Suspiró el alfa con unas ganas de besar aquel puchero, pero no lo hizo y simplemente se limitó a abrazar al chico mientras bajaban por las escaleras eléctricas. — Te prometo los dulces que tú quieras al llegar al parque, pero no te enojes conmigo cachorro.

— ¡Que no soy un cachorro! — Chilló y aparte de su puchero su ceño se frunció. — Y no voy a aceptar ningún soborno.

SeongHwa rió, no iba a discutir con el chiquillo por algo tan absurdo, cuando lo único que rondaba por su cabeza era la idea de ver siempre feliz al de ojitos almendra, le abrió la puerta del auto y tomó las bolsas para meterlas al maletero.

— Bien, ya vámonos a divertir, te encantará el parque. — Sonrió enseñando sus hoyuelos, haciendo suspirar al menor y el riendo por los adentros, cuando se dió cuenta de lo que hacía prefirió girar a ver la ventana.

— No creo. — Murmuró "molesto" sabiendo que si el alfa se lo pedía se desarmaría y se volvería a armar, cuando lo vio a lo lejos, chilló fuerte, emocionado como un pequeño cachorro con nuevo juguete. — ¿Es ahí?

— Sip, es ahí, yo te dije que te encantaría. — Esbozó una pequeña sonrisa y soltó una risa suave al ver la emoción de Sang.

Bajaron al llegar y estacionar el auto, mientras SeongHwa tomaba la mano del Omega, las mejillas de este se tornaban carmesí. Al entrar el castaño quedó encantado al ver las preciosas áreas verdes bien cuidadas que el parque tenía, también tenía grandes árboles, flores hermosas en una zona y bancas de pareja, dejándolo atónito, su impresión creció más al ver un puesto de algodón de azúcar, dónde los hacían de sabores y volvió a chillar.

— Vamos allá, quiero comprarme un algodón de sabor chicle. — Estiraba al Alfa como niño pequeño, sin lograr moverlo ni un poco por su gran tamaño.

— Bien vamos. — Dijo con una sonrisa, mientras se dejaba "llevar" por el pequeño.

— Buenas tardes que es lo que quiere el bonito cachorro. — Habló el anciano amable, regalándole una sonrisa al mencionado. — Tenemos cualquier sabor que usted pueda querer. — Los ojos del blanquecino brillaron con emoción.

— Sabor chicle por favor. — Pidió con esperanzas y amabilidad, el señor asintió.

Y vio como en el pequeño hueco de la máquina, ponía el azúcar y un polvito saborizante con más azúcar, viendo cómo poco a poco se formaba la esponjosa nube dulce, no creía lo que veía, lo veía con tanto anhelo y ganas de poseerlo, viéndose angelical.

Mientras el moreno lo admiraba desde un costado, preguntándose qué había hecho para que la madre luna le pusiera tremendo ángel a su alcance. Cuando el viejo beta le dió el gran algodón a su pequeño se apresuró a pagarlo antes que el Omega.

— Muchas gracias, quédese con el cambio. — Dijo amable para tomar la mano del bajito y antes de que el  mismo le reclamara volvió a hablar. — Yo te dije que te compraría lo que tú quisieras, así que déjame consentirte. — YeoSang se volvió a sonrojar, así que no dijo nada y pudieron seguir caminando.

YeoSang, había decidido que debían de sentarse para que él pudiera comer su algodón en paz y así lo hicieron, pues aunque al gran CEO no le gustaba los dulces aceptaba los pequeños pedacitos que el castaño le ofrecía, sintiendo no solo el sabor de la azúcar, si no que era verdad que también sentía que comía chicle, de ese dulzón con un toque de menta.

— Es muy rico, jamás había probado algo tan delicioso como este algodón.

— Si es muy bueno. — Dijo dando un suave beso en los labios del Omega, uno rápido y casto.

A lo lejos venía un Alfa de nariz respingada con una chica de cabellos largos, rubios y ondulados, cuerpo algo ordinario pero con un rostro adorable.

— Minggie~ ¿Me puedes comprar unas palomitas?

El pelirrojo estaba cansado de la empalagosa Omega, el se lo había dicho la primera vez que salieron "yo solo quiero una follada de una vez." Pero parecía que la Omega no entendía, pues las tres citas que llevaban al final de estas, la chica solo lo excitaba y al final salía con una excusa estúpida y terminaba jodiendo le la calentura a Gi.

Él solo quería deshacerse de la pegajosa chica, ya no le importaba si no se la follaba, solo ya no quería verla y su salvación llegó, pues a lo lejos reconoció a cierto alto Alfa que ya era parte de su vida, agradeció mentalmente a la madre luna e ignorando el pedido de la chica camino disimuladamente hacia el moreno, quería hacer un encuentro "casual" así que cuando estuvo lo suficientemente cerca dió inicio a su actuación.

— ¿SeongHwa? — Preguntó, mientras agradecía que no sonara a una afirmación, cuando el nombrado volteo sonrió en grande. — Hey hermano cuánto tiempo.

— Hola Gi, ¿Qué haces por acá? — Dijo simple, saludando a la Omega por cortesía con una inclinación de cabeza, cuando volvió a su amigo este tenía una expresión de pedir ayuda a gritos y no pudo evitar reír suave. — Aunque sabes que bueno que te veo, la Omega que fue a tu oficina hace dos semanas habló ayer y dijo que tenía el celo retrasado... — Se hizo el pensativo, sabiendo que ninguna Omega lo había visitado a la oficina y este reaccionó rápido, haciéndose el sorprendido.

La Omega al escuchar eso frunció el ceño y miro al pelirrojo, soltando su mano de el brazo contrario.

— Sabes que Gi, yo tengo cosas que hacer, ya no me busques. — Dijo la rubia caminando de manera rápida fuera del Alfa, el cuál suspiro con alivio.

— Dios SeongHwa te debo una hermano, esa tipa era como un chicle.

— No entiendo, ¿Qué pasa Seonggie? — Habló el confundido Omega mientras metía más algodón a su rosada boquita. El Alfa rió y le besó la frente.

— El es Song MinGi y es mi amigo y mano derecha en la empresa. — Sinceró sin importancia.

— ¿Y tú quién eres bonito beta?— Habló con coquetería Ho, refiriéndose a Sang.

— El es YeoSang y es mi Omega, quita tus asquerosos ojos de mi inocente cachorro, pervertido sexual. — Un Alfa algo celoso abrazó por la cintura a su cachorro como manera de protección.

— Aaah, ¿El es el Omega del que no dejas de hablar? Hombre, que de verdad no exagerabas, si es como un muñeco de porcelana. — Sonrió rascando su nuca.

— Soy el Omega de Seonggie, no puedes coquetearme. — Se defendió el castaño como si fuera un niño de kínder peleando con sus compañeritos.

MinGi abrió su boca indignado, pues era la primera vez que un Omega le hablaba así, de paso el primero que le sacaba la lengua como burla, así que decidió defenderse. — ¿Quién te crees pequeño? SeongHwa, no debes mimarlo mucho, se volverá malcriado.

— Seonggie dile algo. — Lloriqueo YeoSang con un suave puchero, escondiendo su rostro en el pecho de su moreno.

— MinGi, te dije que SeokJin no es como tus Omegas fáciles, así que no vayas a coquetearle, el y yo ya estamos en algo.

— Yo solo era amable, así no se puede SeongHwa. — El Alfa de nariz respingada seguía con su indignación actuada, mirando como la pareja contraria se daban algunos besos entre risas.

— Como sea, para la próxima no te salvaré de ningún polvo fallido que tengas, deberías dejar ese hábito

— No fue mi culpa, yo le dije que solo quería un polvo y ella pensó que llegaríamos a tener algo más que eso, por Dios.

— ¿Qué es un polvo? — La voz del pequeño se escuchó en la conversación, los tres se fueron a sentar en el césped para poder tener una charla más cómoda, YeoSang sentado entre las piernas de SeongHwa y este mismo abrazándolo por detrás, dando besos al mismo tiempo.

— Un polvo es cuando tienes relaciones sexuales con alguien pero sin sentimientos por medio.

— ¿Hacen el amor? — Preguntó de manera inocente, haciendo reír con suavidad al Alfa y lo tenía entre sus brazos.

— No, no es hacer el amor, solo es sexo, solo es excitación, cosa del momento, ah, no se porque te estoy explicando esto, SeongHwa tendría que hacerlo.

— Sanggie aún es pequeño para saber de esas cosas, no podría corromper su inocencia cuando apenas dejó de ser un cachorro. — Habló SeongHwa pegando el cuerpo contrario un poco más a él, para después dar un pequeño beso en los labios rositas y gorditos, siendo correspondido de inmediato por el menor.

— Eso dices, pero después serán igual o peor que conejos en celo.

— Seonggie tu amigo es muy pervertido. — Se quejó con un sonrojo, no podía negarlo, imaginar su primera vez con SeongHwa lo emocionaba, pero a la vez lo ponía nervioso y tímido por varias razones, además de que era muy rápido pues apenas estaban empezando una pequeña relación.

— Ignoralo corazón, así nació. — YeoSang soltó pequeñas risitas junto a su Alfa, burlándose un poquito de MinGi, se recostó en el pecho contrario para después hablar.

— ¿Tu tienes Omega MinGi? — Preguntó con curiosidad.

— ¡Jamás! No me gustan las relaciones, prefiero estar así, libre y soltero.

— ¡Pero las relaciones son bonitas!

— Claro que no, solo te quitan la libertad, no puedes salir, no puedes coquetear con nadie más ni bailar plácidamente en una fiesta.

— Seonggie ¿Tu piensas eso? — YeoSang giró su cabecita para poder mirar al mayor, sus ojitos estaban un poco cristalizados, pues las palabras de MinGi le habían llegado a doler, el anhelaba tanto tener una relación bonita y alguien que lo amara, mientras que algunas personas tenían un punto de vista algo retorcida, aunque de todos modos trataba de gustos y preferencias.

— Si pensara eso no estaría aquí contigo. — Ambos sonriendo con suavidad, para después hundirse en un abrazo cariñoso, MinGi quería vomitar arcoiris en esos momentos, nunca había visto a SeongHwa ser tan cursi y empalagoso como lo estaba siendo ahora con el Omega, se veían tiernos y muy lindos juntos, no quería matar ese momento romántico pero unas pequeñas gotas empezaron a caer del cielo, indicando que pronto caería lluvia o habría una tormenta.

Después de que ya estuvieran los tres en el auto este mismo empezó a andar, siento manejado por SeongHwa. — Primero te dejaré en tu casa Sanggie, ¿Si? No pudimos cenar juntos pero quiero que lo hagas apenas llegues a tu casa.

— Lo haré Seonggie. — Obedeció el castaño con una sonrisa, fijando su mirada en las calles poco transcurridas por la lluvia.

Cuando llegaron al destino, la pareja se acercó para despedirse, juntaron sus labios y se dieron un lindo beso, intentando no hacerlo tan largo para no incomodar al Alfa pelirrojo que estaba concentrado en su teléfono en los asientos de atrás.

— Duerme bien esta noche bebé. — Susurró el moreno con una suave sonrisa.

— Tu también Seonggie, sueña con los angelitos. — Se dieron un último piquito, la puerta fue abierta por YeoSang, quién bajó rápido y corrió a su puerta para no mojarse, SeongHwa no movió su carro hasta asegurarse de que su pequeño haya entrado a su casa sano y salvo, al confirmarlo, arrancó rumbo a casa de su amigo.

Mientras que MinGi tenía un tema muy en mente el cuál trataba de ignorar pero simplemente no podía, era algo que lo tuvo preocupado desde que vio a su amigo con ese lindo Omega.

YeoSang no tenía aroma, las fosas nasales de MinGi no percibía algún aroma, todo era neutro y eso le trajo muchas sospechas, muchas preguntas y pocas siendo respondidas por sus conclusiones, no aguantó más la duda así que decidió hablar a su amigo, el cuál conducía.

— SeongHwa, ahora que YeoSang no está, quería preguntarte algo... — Murmuró un poco indeciso, jugando con el teléfono entre sus manos. — Tu... ¿Puedes sentir el aroma de YeoSang? Es que cuando lo vi creí que era un beta, no tiene aroma, ¿Estás seguro que es un Omega?

— ¿Un beta? ¿Y eso por qué? El es un Omega.

— ¿Un Omega estéril? Su aroma no se siente por ningún lado y normalmente eso pasa con los Omegas... Defectuosos...

SeongHwa frunció su ceño, apretando el volante con sus manos. — No se de qué hablas, el aroma de YeoSang es perfectamente percibido por mi lobo y por mi, tal vez el que tiene las fosas nasales defectuosas eres tú, Minky, estoy tratando de no ser brusco con esto, pero ningún Omega es defectuoso solo por no poder tener cachorros, ese no es un problema ya que hay muchos métodos, los Omegas no vienen al mundo solo para parir. — Y es que si, SeongHwa se había molestado con ese comentario tan desubicado que dió su amigo, pero era entendible, a veces las personas no se daban cuenta de sus palabras erróneas, pero eso no era razón para hacer burla, al contrario, nunca es tarde para corregir o enseñar cosas buenas.

— Entiendo SeongHwa, lo siento si te molestó, solo me pareció algo extraño. — Suspiró, aunque la idea de que algo iba mal con ese lindo Omega no se iba de su cabeza, no pretendía hacer sentir mal a nadie o ser grosero, pero era inevitable no pensar eso.

No quería ver a su amigo sufrir después.

" Si el mundo está en contra de ti, yo estaré en contra del mundo. "

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Holaa, hoy les traigo un maratón para celebrar que hemos llegado a los 200 votos, ¡muchas gracias!. 🤧💗💗

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