O11


" Tus gestos, tu mirada y sonrisa se han difuminado en mi mente, ¿Pero por qué no desaparecen? "


..

—Me gusta mi jefe.

YeoSang se encontraba en el baño de la cafetería, mojando su rostro con agua gracias a que tenía un fuerte sonrojo en sus mejillas. Se pasó toda la noche y todo el día pensando en el moreno Alfa que en tan poco tiempo ya había capturado su atención y parte de su corazón, su lobito que apenas estaba dejando de ser un cachorro saltaba en su interior con alegría, correteando y rodando pues al fin su humano había reconocido sus sentimientos.

Cuando el pequeño logró calmarse, salió del baño con una sonrisa que no podía borrar por nada del mundo, ¿La razón? Park SeongHwa. A pesar de que los pensamientos negativos llegarían de a poco se obligó a olvidarlos por hoy y solo dedicarse a sonreír, caminó por el corto pasillo de la cafetería en dirección a la barra donde atendían a los clientes que ordenaban algún postre para llevar y los que se sentaban, tomó una pequeña libreta de color rosa, esperando que la campanita de la puerta de entrada suene como aviso de que había llegado un cliente.

Cuando eso sucedió, se puso atento, pues tenía la buena costumbre de atender muy bien a las personas que compraban en su turno, con una sonrisa en el rostro se mostró amable al chico que ingresó, tomando de inmediato un lápiz para anotar el pedido.

— Bienvenido a la cafetería, ¿Qué se le ofrece?

— Hola bonito, quiero un café y un alfajor, ambos para llevar. — Habló el chico que ahora se comía con la mirada a YeoSang, pero obviamente el Omega no se daba cuenta o simplemente no sintió nada ante el coqueteo de el contrario, así que tan solo asintió con la cabeza.

— Lo haré ahora, pase a caja para pagar y espere aquí, no tardaré. — Hizo una pequeña reverencia, para después ir a la cocina y servir el café que ya estaba listo y caliente en un vaso descartable, lo puso en una bolsa  de papel y seguidamente hizo lo mismo con el alfajor, envolviéndolo con papel de seda para que no se vaya a dañar, una vez listo el pedido se regresó a la barra donde estaba el cliente. — Aquí tiene, gracias por venir y no dude hacerlo a la próxima.

— Wow, tu si que eres muy rápido con lo que haces, ¿No te apetecería salir conmigo?

YeoSang no supo como reaccionar ante la propuesta, pero lo único que pudo hacer fue sonreír con emoción al darse cuenta que alguien lo estaba invitando a una salida, eso significaba que por fin haría un amigo después de tanto tiempo, aunque por otro lado no quería faltar a la clase de hoy con su Jefe, pero estaba seguro de que el moreno lo entendería, hacer un amigo para YeoSang era lo más emocionante y valioso, así que sin pensarlo más, aceptó.

— ¿Oh? ¿En serio? Claro que sí, ¿A qué hora?

— A las seis, dame tu número y te paso la dirección por ahí. — La sonrisa coqueta del cliente era ignorada por YeoSang, que no se le pasó por la cabeza las dobles intenciones que tenía ese Alfa, para el solo era una sonrisa y ya.

Intercambiaron números y después de eso el cliente se alistó para irse, no sin antes guiñarle un ojo a YeoSang y decirle; — Por cierto, me llamo SiWoon, no olvides estar ahí a las seis, no me gusta lo impuntual.

El Omega tan solo asintió con una sonrisa en el rostro, viendo cómo el chico con peinado de mango salía de el lugar, soltó algunas risas de felicidad, había conseguido un nuevo amigo y estaba feliz, era la segunda mejor cosa que le pasaba después en tantos meses, obviamente la primera era SeongHwa.

Ya habían pasados dos horas y su turno había terminado, así que corrió a los vestidores para cambiarse y tomar su bolso, tenía que esperar al Alfa tonto para comunicarle que hoy no podría darle las clases y tal vez hasta contarle un poco de su nuevo amigo, para su suerte al salir de la cafetería el moreno ya se encontraba apoyado en su auto lujoso, mirando al Omega con una sonrisa adornada por unos profundos hoyuelos, la cuál hizo a YeoSang estremecerse y mostrar un tierno sonrojo en la piel de porcelana que tenía, corrió hasta SeongHwa, dándole un fuerte abrazo demostrando cuánto lo había extrañado en pocas horas, siendo correspondido de inmediato.

— Estoy listo para la clase de hoy. — Susurró el moreno, sosteniendo el cuerpo de YeoSang entre sus brazos.

— De eso quería hablarte Seonggie, hoy no podré, un chico me invitó a cenar y quiero ir. — Sonrió con emoción, cuál sonrisa fue un golpe bajo para el alto Alfa. — Lo siento, dejemos la clase para mañana.

— ¿Qué chico? ¿Cuándo lo conociste? — Preguntó con un semblante serio, se esforzó por no demostrar su claro desacuerdo con la decisión de el Omega y vaya que lo logró, pues a YeoSang no se le pasó por la cabeza que SeongHwa fuera a estar molesto o ardiendo en celos, simplemente el Alfa no asumía el hecho de que su precioso Omega haya cambiado las clases por una tonta salida con una persona la cuál ni conocía.

— Es un cliente Seonggie, creo que quiere ser mi amigo, no le gusta que llegue tarde así que me voy ya, cuídate. — Se acercó para dar un corto abrazo al torso de el moreno, para después salir corriendo en busca de algún taxi por ahí, dejando a un Alfa con los puños apretados y su mandíbula tensa.

SeongHwa estaba intentando controlarse, nunca se había puesto tan celoso por un Omega como lo estaba haciendo con YeoSang, una parte de el lo impulsaba a que fuera tras el pequeño, pero otra parte lo regañaba y le gritaba que tenga dignidad y respeto con la decisión, que no se arrastrara por un chico cualquiera, pero el dilema era que; YeoSang no era un chico cualquiera, ese lindo castaño había logrado templarlo tan rápido y de manera tan intensa que ahora alejarse se le haría muy difícil, así como estaba pasando ahora, ya lo extrañaba, se supone que hoy tendrían que hacer arroz con leche y pasarla bien juntos.

Pero los planes fueron interrumpidos por un estúpido idiota que llegó de la nada a quitarle a su Omega, se subió a su auto con enojo y tomó su teléfono, marcando a la primera persona que se le vino a la mente.

— Park, ¿Qué es lo que pasa? — Respondió una voz ronca a través de el teléfono.

— Estoy yendo a tu casa, espérame con latas de cerveza MinGi.

— Pero estoy con alguien en la cama...

— ¿No oíste? Hazlo ahora.

— Bien, bien ya voy, joder, pero demórate, no quiero que me veas desnudo. — MinGi gruñó y cortó la llamada, lanzando su teléfono lejos para después mirar al Omega que tenía a su lado, el cual estaba abrazado a él.

Song MinGi era un Alfa sentimental, amable con todo el que necesitaba ayuda y una sonrisa que alegraba la mañana de cualquiera, pero cuando se trataba de relaciones amorosas era un total imbécil, no le gustaba, no le agradaba y odiaba el compromiso en absoluto, nunca le interesó nada serio con los polvos que tenía y eso siempre lo dejaba en claro antes de coger con un nuevo Omega, su lobo tampoco tenía algún interés de marcar a alguien, así que sabía controlarse muy bien cuando el nudo se creaba dentro de algún polvo.

Miró a la figura desnuda que se encontraba a su lado y sonrió ladino, dejó un rastro de besos en el cuello de el lindo chico, para después moverlo con cuidado hasta que vio los ojos de el pasivo abrirse.

— Cosita, tienes que irte, vendrá mi madre a visitarme. — La gran mano de el Alfa estrelló en la nalga descubierta de el pequeño que estaba apenas despertando, haciéndole soltar un chillido.

— ¡Ay! Eres un bruto. — Respondió el Omega con un puchero, para después sonreír. — Está bien Gi, ya me voy, pero me debes los masajes que me prometiste.

— Claro que te los daré preciosura, ahora vístete rápido que te llamaré un taxi. — Ambos salieron de la cama y empezaron a vestirse con rapidez, el Alfa de nariz respingada sacó un neutralizador y lo ambientó por toda su habitación para que el olor a sexo y las feromonas desaparecieran, en cuanto todo estuvo en orden pidió un taxi para su amante, el cual ya estaba con sus cosas listas para marcharse. — Listo, tu taxi viene en camino, ah, y no olvides tomar los supresores.

— Nunca lo olvido. — El pequeño le dedicó una sonrisa y se acercó a dar un beso en los labios de MinGi como despedida, siendo correspondido casi de inmediato, se escuchó el sonido de un claxon fuera de su casa y ambos se separaron. — Nos vemos Gi, gracias por lo de hoy.

— Gracias a ti, ricura.

El Alfa lanzó un suspiró aliviado al escuchar la puerta de su casa cerrarse, indicando que su amante se había ido y ahora solo esperaba la llegada de su mejor amigo, pero por mientras sacó las latas de cerveza y unos snacks sirviéndolos en un plato hondo, llevó todo lo que comerían a la sala, dejando la comida en la mesa de centro hasta que escuchó el timbre sonar, caminó hasta la puerta y la abrió, viendo a su moreno amigo en la entrada.

— ¿Por qué cara de culo Seong? — No pudo evitar soltar unas fuertes risas, pues en cierto modo se veía graciosa la escena de SeongHwa entrando con enojo e ir directo a la lata de cervezas, el de nariz respingada cerró la puerta de su hogar y caminó hasta el sillón, lanzándose a un costado de su amigo. — ¿No deberías estar con tu YeoSang manos de ángel?

— No quiero hablar de eso ahora.

— ¿A caso ya se aburrió de ti? Wow... Al parecer si es inteligente.

— ¿Te quieres ganar un golpe?

— Calma moreno, calma, solo no tomes tan rápido tu cerveza, no te quiero borracho en mi casa. — Exclamó MinGi mirando con una sonrisa burlona a SeongHwa, para después tomar una lata y empezar a beberla con tranquilidad también. — ¿No me contarás lo que pasa?

— Se verá con alguien hoy, joder, pude haber hecho algo para evitarlo pero no lo hice.

— ¿Estás celoso?

— Claro que no, pero me molesta, se supone que yo tendría que estar con el, hoy podía haberle dado más abrazos... Y... Y tal vez lo hubiera...

— ¿Besado?

— ¡No! Agh... Lo extraño. — Susurró el moreno, tomándose lo que quedaba de cerveza en la lata de un solo sorbo, abriendo la segunda.

— A ver si entendí, me estás diciendo que se fue con otro Alfa y no hiciste nada, pero ahora lo extrañas mucho y... Park SeongHwa eres un estúpido.

— Lo sé, lo sé, pero... ¿Crees que el también me extrañe?

— Si se fue así de fácil pueden haber dos opciones, me contaste que el está solo en la ciudad, tal vez solo se emocionó porque conoció a alguien nuevo, eso es emocionante a veces cuando no tienes amigos. — Habló MinGi, empezando a comer los snacks con relajo, mientras que con su otra mano sostenía su lata de cerveza, bebiendola cada que terminaba de masticar. — La otra opción pues, no le gustas y ya.

— En verdad espero que sea la primera.

— Séh, pero deberías empezar a cortejarlo.

— Creo que eso haré a partir de mañana, de verdad no quiero que se aleje de mi, me costó hacer confíe de nuevo.

— Mira, mañana cómprale unas flores y cuando estén en tu casa, dile que no quieres hacer ninguna clase y ¡Pum! Le das unos buenos besotes.

— MinGi, YeoSang no es como tus Omegas fáciles.

— Yo solo estaba dando un consejo... Pero bueno. — Se encogió de hombros, mirando burlón a su amigo. — Deberías aceptar ya que te gusta ese chico.

— No me gusta.

— Claro que si.

— Claro que no.

— SeongHwa, estás bebiendo por el, también estás celoso, hoy parecías una Magdalena enamorada hablando de YeoSang, ¿Que otra prueba quieres?

— Agh... Está bien, tal vez si me gusta un poco... Pero solo un poco. — SeongHwa suspiró, jugando con la lata de cerveza en sus manos. — ¡Está bien! Si me gusta.

— ¡Por fin lo aceptas!

— Pero sigo molesto, espero que YeoSang se cuide... No quiero que le pase algo malo, si ese imbécil le hace algo le daré un buen susto.

— No pero que miedo.

De dos latas siguieron tres, cuatro, cinco, hasta que MinGi pensó que era mejor ponerle un alto a su mejor amigo, así se empezó un pelea entre un ebrio Alfa y uno sobrio, mientras que MinGi intentaba esconder las latas de cerveza SeongHwa estaba bebiendo una a lo loco, mojando su ropa y al mismo tiempo la preciosa alfombra de su querido amigo, el cuál chilló de dolor al ver a su preciosa ser mojada por la bebida de el moreno.

— ¡Ups! Lo siento Minky, te daré una nueva pero... Pero ven aquí, déjame darte un abrazo.

— SeongHwa, después del abrazo quiero que te largues, te llamaré un taxi. — MinGi gruñó, dejándose abrazar por su mejor amigo, sintiendo casi todo el peso de el más alto sobre el, pero por suerte logró soportarlo. — ¡Me vas a aplastar!

— Eres mi único amigo Minky, no sé qué harías sin ti.

— SeongHwa, ¿Me viste con cara de YeoSang? Aléjate.

— YeoSang... ¿YeoSang? Ah, si, YeoSang, eres tan precioso... Dame un beso bebito.

— ¡No! ¡No soy YeoSang! ¡Suéltame!

— Vamos, no te hagas el difícil chiquito, puedo darte todo. — SeongHwa tomó las mejillas de su mejor amigo, su vista estaba borrosa y se estaba dejando llevar por los efectos del alcohol, acercó su rostro hasta el de MinGi hasta juntar sus narices, el Alfa contrario chillaba de terror al sentir los labios de su mejor amigo sobre los suyos, mientras tanto, SeongHwa empezaba a moverlos, iniciando un beso con "YeoSang".

Pero salió de su fantasía al sentir un golpe en sus genitales, no fue uno fuerte, pero si lo suficiente para hacerlo retorcer de dolor y separarse por completo de esa persona.

— L-lo siento SeongHwa, fue necesario, no iba a dejar que le seas infiel a YeoSang. — Rió el contrario con un poco nervios, sacó su teléfono y llamo a un taxi rápido, quería estar libre de borrachos ya, se regaño mentalmente por dejar a su amigo beber tanto, pero lo que si haría una vez lo devolviera a su casa, sería desinfectarse la boca con enjuague bucal y otra cerveza.

Al día siguiente un moreno ya estaba en el escritorio de su oficina, su cabeza zumbaba y dolía, aún no asumía el hecho de que se había besado con MinGi, sentía un poco de asco solo por el hecho de que era un Alfa al que había besado, pero por suerte su amigo si había estado lo suficientemente sobrio como para separarlo.

— Superalo SeongHwa, créeme que yo sufrí más, me tuve que desinfectar como tres veces la boca. — Habló su amigo, riendo con suavidad. — ¿Hoy irás a ver a YeoSang?

— Si, lo extraño.

— Entonces apúrate, ya casi es el fin de la jornada, ¡Ve a darle besos como me los diste a mi! — Exclamó resentido MinGi, para después reír.

— Cállate, es un secreto, ahora me voy. — El Alfa se levantó de su asiento y guardó sus cosas con rapidez, quería hacerlo rápido, estaba ya necesitado de ver el rostro de YeoSang y abrazarlo, respirar su aroma abrazador que desprendía cada parte de el, sonrió de manera inconsciente y se despidió de MinGi, para después caminar hasta la salida de su empresa y pedir un taxi que pasaba por ahí, dió la dirección de su cafetería y el taxi empezó a andar, tal vez hubiera ido más rápido si hubiera recogido su auto en la casa de su amigo, pero no pudo hacerlo gracias a que se despertó tarde, con un fuerte dolor de cabeza y apenas le alcanzó el tiempo para ducharse y cambiarse con ropa decente.

Al llegar a la cafetería, pudo ver a su Omega salir de ahí con la cabeza agachada, bajó de el taxi no sin antes pagar lo debido para después caminar hasta su objetivo, lo tomó del brazo con delicadeza.

— YeoSanggie, ¿Pasa algo? — Pudo respirar el aroma de tristeza que desprendía el castaño, sin embargo, este no giró a verlo. — Hey, YeoSang.

— Seonggie hoy no creo que podamos... Hacer nada, porfavor suéltame. — Murmuró el pequeño, cortando el agarre de el mayor, empezando a caminar en dirección a su casa, la cuál no quedaba muy alejada de la cafetería.

SeongHwa no pudo evitar preocuparse al ver los ojos llorosos de su castaño, y lo primero que le vino a la mente fue la cena que tuvo ayer con otro Alfa, ¿Y si ese imbécil le había hecho algo? Empezó a caminar tras el pequeño Omega, llamándolo por su nombre pero siendo alejado e ignorado por el mencionado.

— ¿Te hizo algo? YeoSanggie dime algo, en verdad me preocupas.

— N-no tengo ganas de hablar, porfavor... — Las lágrimas ya se habían apoderado de el y empezó a soltar sollozos ahogados, deseando poder tener piernas más largas para caminar más rápido.

Pero aunque había pedido que lo dejaran solo el Alfa no lo haría, lo siguió hasta la puerta de su casa y a fuerzas entró, sus miradas se volvieron a conectar y aunque hubo un poco de incomodidad, terminaron por unirse en un fuerte abrazo, YeoSang lloraba de manera desconsolada en el pecho de el Alfa, mientras que este daba caricias en el cabello, hombros y espalda de el cachorro, intentando calmarlo del llanto.

— YeoSang, cachorro, cálmate, ¿Si? Estoy contigo, nadie te hará nada. — Susurró el mayor, llevando a su pequeño hasta el sillón, se sentó y en su regazo se acomodó el cuerpo de su destinado, rodeó al cachorro con sus brazos y soltó su aroma para intentar calmarlo, lograndolo en cuestión de segundos pues pronto dejó de escuchar sollozos por parte de de el Omega.

El menor levantó su rostro para mirar al dueño de el aroma que calmaba su corazón y esbozó una pequeña sonrisa, sorbiendo los moquitos que salían de su pequeña nariz, SeongHwa limpió con sus pulgares los restos de las lágrimas que había en las mejillas de YeoSang, para después limpiar los moquillos restantes.

— ¿Me contarás lo que pasó? — Preguntó el moreno con voz suave. — Es sobre el chico que me contaste ayer, ¿No es así? ¿Te dijo algo malo? — Estaba intentando controlar su enojo, ver a el menor llorar de esa manera lo preocupaba, pero el enojo era más grande cuando alguien lastimaba a su pequeño.

Mientras que el pequeño recordaba las palabras que había soltado ese Alfa, logrando lastimar gran parte de su corazón.

FLASHBLACK:.

— Hola YeoSang, te veo en la entrada de Momo Cafe Courtyard, la cafetería, hacen cenas deliciosas.

YeoSang leyó el mensaje con una sonrisa arreglando su camisa de botones y su pantalón de mezclilla junto a sus zapatillas, trataba de verse algo elegante, no tenía trajes, apenas algunas camisas y pensar en que sus padres lo echaron apenas con 5 cambios y todo lo demás se quedó allá, suspiro al pensar en eso, pero sacudió su cabeza y contestó el mensaje.

— Estaré ahí en 15 minutos SiWoonnie hyung.

Salió de su casa, tomo un taxi dirigiéndose al lugar sugerido mientras acomodaba su cabello y al bajar, se acercó como un niño pequeño viendo a sus padres con regalos, asombrando al ver lo lujosa que era esa cafetería, sin embargo no hizo más que una reverencia.

— Hola YeoSang, pasemos, quiero tener una cena deliciosa con un lindo Omega como tu. — Le sonrió haciendo que el Omega se sonrojara de una manera sorprendente, era tan sensible a comentarios de esa índole, jamás le hacían cumplidos y que un hombre atractivo como SiWoon se los hiciera, solo lo hacía sentir de manera especial.

Entraron al restaurante, SiWoon le corrió la silla para que se sentara y les trajeron las cartas.

— Dime, ¿Cuántos años tienes?, Cuéntame de ti cachorro. — Preguntó con un cierto interés en su voz.

— Tengo 19 años y no soy un cachorro. — Rió suave viendo el menú. — Tengo poco viviendo en Seul, me mudé hace unos meses. — Susurró. — ¿Cuántos años tienes tu hyung?

— Bueno, yo soy más viejo que tú peque, tengo 26. — Tocó la suave nariz del Omega como coqueteo, pero después de eso no hubo más, pues estaban contando las vidas de ambos, así dejando una larga y amena plática.

YeoSang había pedido la comida más barata, no quería parecer interesado, mientras el imponente Alfa se había pedido un vino y las copas se le habían pasado, haciendo que después de un rato, el blanquecino se sintiera incómodo con la cercania que empezaba a tener el alfa con él.

— Mira pequeño... Te seré sincero, no quiero nada serio contigo. — Dijo con la más preciosa sonrisa, mientras de su boca salía pura basura que al principio confundió a él menor. — Se que eres estéril, tu olor es tan neutral que llegue a pensar que eras beta.

Sang bajo la cabeza con vergüenza mientras miraba su plato vacío y alejaba su jugo de naranja, no le gustaba hablar del tema y menos con un extraño con el cuál se la había pasado bien, hasta hace unos minutos.

— Eres como uno en un millón, estás tan seco por dentro que no solo tu físico es el de un muñeco, sino también tu función, eres el juguete perfecto YeoSang. — Los ojos del pequeño se llenaron de lágrimas, ese hombre solo quería abusar de él, y el como tonto había creído que quería ser su amigo, se sentía tan mal consigo mismo no se fijó el momento en el que sus manitos empezaron a temblar. — Así que, ¿Quieres ir a mi departamento a divertirte?

El lobito se paró aún temblando y negó. — No, y no me vuelvas a buscar ni nada, no quiero volverte a ver, soy un ser humano como tú y como todos aquí. — Su voz salió rota, no pudo hacer más que huir del restaurante, corriendo del lugar esperando estar lo más lejos para tomar un taxi y dar su dirección para llegar a su casa, al entrar, se desplomó en la puerta de la  entrada, sintiendo como el aire le faltaba y le costaba respirar.

Recordar esa noche era como recordar una escena de una película de terror, no podía contarle eso a SeongHwa, no quería darle asco así como le dió al chico de la noche anterior, el chico que lo trató como un juguete, como un objeto sin sentimientos y lo dañó con esas palabras, tenía miedo de que su Jefe se alejara de él o que lo humillara, no lo creía capaz de eso, pero ya había sido tan lastimado que desconfiaba incluso de su propia sombra.

Se recostó en el pecho de el Alfa para romper el con el contacto visual, se inventó en segundos una historia, la cuál tuvo que contarla con nerviosismo, odiaba mentir, pero si mentir evitaría que SeongHwa se alejara de él, YeoSang lo seguiría haciendo, era un secreto que guardaría siempre.

— M-me dijo que era feo y pobre, y que ya no quería ser mi amigo por eso. — Murmuró con un hilito de voz, jugando con la tela de la camisa de el Alfa entre sus dedos.

El moreno suspiró, sin poder creerlo. — ¿Feo? YeoSang, tu eres el Omega más precioso y hermoso que pude haber conocido, tu rostro y todo de ti es perfecto, no debes de creer las palabras de personas que solo hablan con malas intenciones. — Declaró, sintiéndose aliviado por decir esas palabras al pequeño que se encontraba acurrucado en su regazo como un bebé. — Tu no eres pobre, solo no tienes la misma calidad de vida que otras personas, pero estas mejorando mucho y eso lo demuestras siempre con tu esfuerzo, estás lleno de valores y cosas buenas, ¿Recuerdas lo que me dijiste? — SeongHwa tomó el mentón de el más pálido para subir su rostro y poder conectar sus ojos. — Tal vez seas "pobre" pero tienes dignidad, educación y orgullo, eso jamás debes olvidarlo, tú vales más que otra cosa.

YeoSang quería llorar ante tales palabras, aunque esa no era la razón exacta por la que estaba triste, nunca creyó haber necesitado frases tan bonitas como las que acababa de decir su Jefe, se dió cuenta que se estaba enamorando de la persona correcta, pero aún así la idea de que SeongHwa se merecía "algo mejor" no se le iba de su cabeza.

Nadie quería a un Omega defectuoso.

— Te quiero Seonggie. — Susurró con una sonrisa triste en sus labios, pero lo que dijo fue sincero, lo dijo desde su corazón, sintiéndose totalmente agradecido por las palabras de el moreno.

— Yo también te quiero a ti YeoSanggie.

" Incluso si mi respiración se termina sólo quiero saber de ti, porque eres el indicado. "

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