diez

Hoy vi a Hinata llorar, estaba siendo un verdadera molestia. Así que me acerque a preguntarle el por qué de eso.

—¿Ahora por qué estás llorando, eh?

Y ella apunto a la televisión.

—E-es que, era tan joven... ¡No merecía morir!— Dijo llorando más.

Suspire, aliviado. Por alguna extraña razón pensé que lloraba por algo más serio y eso me asusto.

—Que idiota eres. No deberías llorar por esas estupideces.— le dije.

—¡Pero es que...! Dejalo, no entenderás.— volvió a mirar a la tv.

—Solo no seas tan ruidosa.— la golpee en la cabeza suavemente.

—¡Oye!— me miro y se rió.— Esta bien, l-lo intentaré.

—¡Nada de que lo intentaras! ¡Hazlo!— la regañe.

—¡S-si, jefe!

—¿eh?

—Lo siento.— rió, y yo le sonreí, como idiota.— ¿T-te encuentras mejor, Sasuke-Kun?

—¿Por qué lo preguntas? ¡Estoy de maravilla!— Sonreí victorioso.

Ella me miro seriamente.

—Eso me alegra d-demasiado. P-pero, el doctor dijo que debías descansar. ¿Por qué no estás acostado, eh?

¿Me esta regañando ahora ella a mí?

—¡¿Eh?! ¡Tu no me dices que hacer!— le saque la lengua.

—Ve, ahora. N-no quiero tener que llevarte de nuevo al hospital. Ese día, y-yo... De verdad pensé que morirías— me miro tristemente— No sé que hubiera hecho si eso hubiera sucedido.

—...— puse mi mano en su cabeza y le revolví el cabello.— Seguir con tu vida, idiota.

—N-no podría. No es que te ame, pero... En verdad me importas, y-y... Ya me acostumbre a ti.— me sonrió — eres como, alguien que necesito ver en mi día a día.

—Que tonterías, yo haría lo posible por no ver tu rostro nunca más.— reí.

—Te creería, pero, no veo que estés intentando alejarme de ti, o de tu vida.— rió ella ahora.

¿Qué fue eso? ¡No, no tiene razón!

—¡Eso es porque no puedo dejarte sola ahora!

—Entonces s-si te preocupo.

—No. Si algo te llegara a pasar, yo también estaría muerto. Tu familia es rara, ¿Entiendes?

—No entiendo.

—Bueno, como sea. No es tu asunto. Me voy a dormir.

"¡Él esta evitando el tema!" — pensó Hinata.

¡Ahora me lo dices!

—No, tonta. No es nada. Olvidalo, no es tu asunto.

Me fui a mi cama, y me acosté.

No puedo decirle nada.

...

Hinata no dijo nada, pero la duda quedo ahí. Sasuke tendría que decírselo, quiera o no.

...

Hinata estaba leyendo a lado de la chimenea, como siempre.

Sasuke ya estaba acostumbrado a tenerla ahí.

Y, no le molestaba. Pero no se lo decía a Hinata.

—¿Tu aquí, otra vez? ¡Eres muy molesta!

—No estoy haciendo ruido.

Y así se ponían a discutir por media hora, hasta que se aburrían.

Eran un chiste esos dos.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top