cuarenta y dos

Finalmente había encontrado la casa del maldito uchiha, una horrible y podrida casa, igual a él. Me acerqué y observe un poco más, sigilosamente, viendo cada parte, y cada... persona.

Hinata, Hyuga Hinata. Todo se nubló. Era mi adorada prima, parada justo a unos metros de mí, viva, ¡viva! P-pero, con una barriga enorme y... en la casa Uchiha. ¿Qué mierda estaban viendo mis ojos? ¿Era real? No, esto no era para nada real. Que te pasa, no. Esa era una sutil pero igualable, con esos ojos vacíos de color purpura pastel, su largo cabello color azulado morado, esa era sin duda, mi querida prima. Parada, embarazada, y viviendo en la casa de mi, nuestro maldito enemigo. ¿Qué era lo que ella estaba pensando? Quería entrar y sacarla de ahí, por qué talvez la abría secuestrado ¿o no? Claro que si. La secuestro y abuso de ella, yo debo hacer algo, pero no ahora... no tengo fuerzas, quiero vomitar.,,

...

Hinata ya lo había decidido y Sasuke también lo había pensado, se merecían algo, una linda semana de vacaciones en la playa, si, y sus bebés también lo querían. Pero shu, Sasuke no sabe que son bebés.

Los pequeños niños ya tenían ocho meses, pesaban demasiado, pero ella podía con los dos, porque los amaba, mucho, mucho, a solo un mes de nacer, estaba tan feliz.

Sasuke estaba igual, a su pequeña solo le quedaba un mes en el vientre de su madre, ya podría conocerla, ya quería conocerla.

...

La semana paso rápido y el día de irse a la esperada playa había llegado, guardaron todo en el auto y se fueron, dejando la casa bien cerrada y todo en su lugar. Fue más o menos dos horas de viaje, en donde Hinata había estado maravillada y a la vez dormida con el paisaje, Sasuke estaba más que feliz con eso.

Al llegar, dejaron el auto estacionado y bajaron, Hinata no llevaba nada, pues no podía, Sasuke iba más cargado que una mula, jaja, Hinata traía cosas como para un mes, en verdad era hambrienta, su pequeña hija seria enorme. Coloco la sombrilla y una silla para Hinata, su esposa se acostado en la silla y miro el hermoso mar, esto realmente le encantaba, no quería nada más.

Sasuke se sentó al lado suyo y le dió un tierno beso.

—Me encanta estar aquí con las dos chicas que amo- miro a Hinata y luego a su barriga.—Pero, mamá como demasiado, ¿no crees bebé?— rió

—Sasuke-Kun, no seas tan cruel.— lloró de mentiras

—Jaja, es broma Hina, tu eres perfecta tal y como eres, o como quieras- sonrío y le dio un beso.

—Sasuke-Kun, jaja— rió y le sonrió.

El día paso muy lento, en esas horas que llevaban no había casi nadie de gente, casi nadie bañándose en el mar, tenían todo para ellos, Sasuke ayudó a Hinata para que fuera a mojarse los piesitos, ella estaba muy feliz, realmente le gustaba este lugar, al que casi nunca había ido... amaba estar aquí con Sasuke-Kun y sus pequeños bebés. Sasuke se tiraba bajo las olas a lo que Hinata estaba muy triste porque ella también quería.

—Cariño, cuando nuestra hija este un poco más grande, te prometo que vendremos otra vez—la agarro del dedo meñique y lo apretó suavemente en forma de promesa—te amo, Hinata.

Hinata le sonrió con amor, puro amor.

—Yo t-también te amo, Sasuke-Kun.

Al salir del mar se fueron a secar y abrazar en la arena, sentados y con una manta encima de sus cuerpos, tenían mucho frío.

...

Hinata luego de unas horas, tuvo ganas de ir al baño, Sasuke la acompañaría pero ella le dijo que podía sola, a lo que Sasuke solo la quedo mirando hasta que entrara al baño y luego se dio vuelta para mirar el mar. Estaba hermoso, y jamás lo había podido disfrutar como ahora... estaba tan contento.

Pero...
Todo
Acabo, en unos segundos.

Frente a él se encontraba un mal nacido, uno que odiaba con toda su alma, se levanto y lo enfrento.

—¿Qué mierda haces aquí?

—Vengo a salvar a Hinata-Sama de un abusador como tú.

—¿Abusador me dices? ¿Quién fue el maldito que asesinó a Itachi luego de que él se cansara de ser abusado por el maldito? ¡Así es, Hyuga Neji! Yo amo a Hinata, con un amor real, el que tu jamás tuviste de parte de mí hermano.

Neji cansado de esas palabras, saco lo que se traía guardado.

—Cállate imbécil, tú no sabes nada. Tu tienes secuestrada a Hinata-sama. Además el bastardo de Fugaku me las tiene que pagar por haber asesinado a toda mi familia, tal vez tu muerte lo lleve a entender que es un hijo de puta que tiene que morir.

Sasuke al ver el arma se exaltó, así que inmediatamente, se lanzó a quitársela, pero por más que intento, Neji apretó el gatillo sin más, justo en su pecho, a unos centímetros de su corazón.

Hinata vio todo escondida tras un quiosco, vio como el cuerpo de su amado esposo iba cayendo lentamente...

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