once

Sasuke estaba triste hoy, y no sabía la razón. Se encontraba acostado en su cama con su rostro muy apagado, tenías ganas de llorar y el no saber la razón lo frustraba demasiado.

Hinata lo notó y no dudo, bueno, si lo hizo, en preguntarle.

-¿Q-qué sucede Sasuke-Kun?- se sentó a los pies de la cama, sin dejar de mirarlo.

-¡Nada que te importe!- desvío la mirada.

-M-me preocupas.

-Siempre dices eso.

-Es p-porque es la verdad.

Sasuke no dijo nada más y cerro sus ojos. Evitando lo más que podía a Hinata. Era molesta siempre, pero cuando le preguntaba cosas como esas, lo era más. ¿Por qué tenía que ser tan entrometida?

-S-si no me quieres decir, esta bien. Lo entiendo - se levantó- s-si necesitas algo... Me llamas.

-Solo deja de joderme.

-B-bien.- frunció el ceño, y no le funcionó.

Salió de ahí y se fue hacía la cocina.

Llamo a su madre.

-¿Halo? ¿Hinata?

-Hola, mamá.

-¿Sucedió algo?- pregunto muy nerviosa.

-¿Qué? ¿Por qué tendría que suceder algo para llamarte?- dijo enojada.

-Quise decir... ¿esta todo bien?

-Si.- Pauso por unos segundos - ¿Puedo ir a visitar Hanabi?

-¡No!- respondió rápidamente.

-¿Eh, por qué?

-¡Se esta cortando la llamada...!- y cortó.

¿Qué fue todo eso? ¡Ella lo hizo a propósito! Estaba decidida a preguntarselo a Sasuke, y ahora. Fue hasta su habitación y lo encaró.

-Sasuke...¡T-tu me lo tienes que decir, y ahora!- lo apuntó.

-No.- la miro- no sé de que hablas.
Si sabía.

-¡Lo que no me quisiste decir el otro día!

-¿Me estás gritando tú a mí?- se levantó y se acerco a ella- No te permito que me grites.

—¿E-eso importa ahora? ¡Responde!— Sasuke la tomó de los hombros.

—No me grites.— apretó sus hombros — y ya te dije que eso no es de tu incumbencia.

—M-me duele... Sasuke— chillo.

—Entonces no hagas preguntas tontas.—la soltó.

—A-acabo de llamar a mi madre, le pregunte si podía ir a visitar a mi hermana y me dijo que no.— lo miro tristemente — y luego corto.— tomo una mano de Sasuke— ¡P-por favor, Sasuke-Kun! Dime que es lo que esta pasando...

—No te lo diré. —su madre es una idiota.— no es algo que te involucre.

—¡P-por favor!

Sasuke se soltó de su agarre y se fue hacía la cocina.

—¡Por favor!— repitió.

Y Sasuke gruño.

—¡Que no, ya deja de molestar! ¿Por qué siempre tienes que estar siendo un estorbo?

—¿P-por qué tu nunca me dices lo que esta pasando?

—Porque no.

Y Hinata se fue a su habitación, a llorar. Y Sasuke no la detuvo.

Pero sí... Le dolía no poder decirle. Eso era algo con lo que siempre tendría que cargar. Hinata jamás podría saber algo al respecto. Jamás.

—Lo siento.— dijo Sasuke.

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