Cincuenta y Siete

Los meses continuaban pasando, como si ella ya ni pensara que los meses sean semanas, sentía que cada mes era un año menos en el que no estaba con Sasuke-Kun, otro año en el que no lo vería ya... Nunca más.

Sus hijos están bien, sanos y saludables, ellos comen bien.

...

Sasuke-Kun, sé que tengo que ser fuerte por los niños pero... Creeme que hay días en los que no puedo, no puedo seguir, no quiero continuar, pero, vuelvo la mirada y los veo a ellos, ellos son todo para nosotros, es el fruto de nuestro amor, ellos deben estar bien para que nosotros, de algún modo estemos juntos y tu sientas y veas que tienes una familia y un hogar al que volver.

Es maquiavelico meditar a solas donde tu viviste todo con él

Los días son tan lentos y grises, pero la sonrisa de Sugumi siempre brilla más que la luz, sus ojos erriadan felicidad y esperanza, pero no logro entender por qué. Ella debería estar triste también de no poder verte, no entiendo como puede estar tan feliz sin ti. En cambio Sasuke, él demuestra que si quiere verte, casi siempre está triste de alguna manera, pero su ceño fruncido es igual al tuyo jaja, son idénticos. Los amo tanto en verdad, y a Sugumi también, pero no quiero que su rostro sea tan brillante, hija, nada es luz en esta casa. Debes comprender eso.

...

Sin previo aviso, cinco meses más habían pasado ya. Wow, los niños ya tienen 7 meses, eso fue demasiado rápido, ¿Pero por qué no se sentía así? Todo parecía ser tan despacio, lento, roto, que el crecimiento de sus hijos la piyaba por sorpresa.

Cada minutos sin Sasuke en ese hogar se sentía tan mal, no sentir su presencia, el saber que él está ahí con ellos, sus sonrisas, sus caricias, sus enojos... S-sus lágrimas, su cabello, todo de él ya casi no se sentía pero ella sabía que él estaba ahí, de alguna manera sentía su calidez en los días grises, tal vez su presencia. Pero le dolía tanto el no poder verlo, el oírlo... La distancia a miles de kilómetros, a miles y miles de millas, lo intento, creeme que lo intento ¡Pero es imposible! No quiero dejar de pensar en ti, no quiero olvidarte jamás, no quiero, no quiero que te vayas para siempre, ayúdame, ayúdame a continuar, por favor, te necesito, te extraño, no quiero perderte para siempre, no quiero pederte para siempre, regresa a casa, ven conmigo, ven con los niños, seamos la familia que siempre debimos ser, no esta, no quiero no verte aquí, esta familia no es lo que soñábamos, tu no estás aquí, tu no estás aquí, y eso no me gusta, no me gusta.

Agachaba su cabeza hacía sus manos y sacudía su rostro en estas, gritando de vez en cuando, llorando los otros segundos, volviendo a gritar pero con dolor, tocando su pecho, su corazón siempre se apretaba y sus ojos no querían ver nada, ella en verdad lo ama, y el perderlo... No puede aceptarlo.

La persona que la salvo de la muerte, que le dijo la verdad de todo lo que pasaba con su familia, quién la hizo sentirse en casa, quién la lastimó, pero que, todo dolía, a él también le dolía ser así, y a ella el dejarlo ser así y no escucharlo realmente... Pero, todo tenía una razón, él estaba tan roto como ella, tan roto, Hinata no podía negarse a querer a ese estúpido. Y no saben cuanto duele el perderlo... No saben cuanto duele.

También pensar que el día en que todo marchaba bien, era todo feliz, de color, el sol, la playa, estaban siendo felices y teniendo los mejores meses de sus vidas, pero por qué... Por qué debía ser así, si tan solo lo hubiera dejado acompañarla o si no hubiera querido ir al baño, o si hubiera salido muchos momentos antes o... O, maldita sea, siempre pensaba en lo que pudo haber hecho y no pudo hacer, siempre pensando en la manera en que si pudiera haberlo salvado, proteger su luz, protegerlo de todo el mal, salvarlo. Nada de eso pudo hacer, nada, absolutamente nada. Y eso le destrozaba tanto el corazón, demasiado, y si todo hubiera sido diferente, ahora estaríamos juntos con nuestros hijos, siendo felices una vez más y para siempre, duele tanto vivir, duele siempre sin ti, necesito tu olor... Necesito tu calor, quiero que estés aquí querido, quiero salvarte.

Quiero tanto poder regresar el tiempo, y poder haberlo salvado, caminar a su lado para siempre, te quiero tanto mi amor... Duele tanto vivir, duele siempre sin ti...

Mi mente pinta amaneceres en los que despertamos juntos, tomados de la mano, diciéndonos buenos días, buenas tardes, mi amor... Ay Sasuke-Kun, por qué, por qué tuvo que ser así... Por qué, por qué

...

Esa mañana Hinata desperto muy animada, sintió la voz de Sasuke-Kun, así que como una adolescente enamorada, se hizo un moño en su largo cabello y se miró al espejo, sus ojos brillaban, el día tan esperado había llegado por fin, hasta la ventana se veía colorida. Bajo corriendo las escaleras directo a la cocina, pude verlo en su mirada, su ojos, se apagaron una vez más. El día estaba oscuro, la ventanas no irradiaban colores, todo era opaco, fue difícil concentrarse en la mala jugada que su mente le había hecho.

-¡Pero si yo lo escuche, él debe estar aquí! ¡Sasuke-Kun, este tipo de bromas ya no me gustan! – Comenzó a caminar alrededor de todo la cocina, luego el comedor, luego su amado espacio, el de la chimenea, dónde siempre leía mientras Sasuke-Kun dormía en su cama, cuando ella se sentaba a su lado por largas horas y el nunca lo notó por tener un sueño tan pesado, Hinata siempre se sentía feliz cuando esos momentos ocurrían, por eso amaba el invierno y los días grises, se completaban tanto con ellos, que eran sus días propios... – Sasuke-Kun, por favor ya para de hacerme esto, vuelve a casa. – Se arrodilló y se ganó dentro de la chimenea, con su cabeza agachada en sus piernas. La chimenea está tan helada y fría, ya no tiene calor, parece un verdadero refrigerador, porque así se sentía todo, la chimenea, la casa, su corazón. Comenzó a llorar ahora, y lamentarse una vez más, entre dolor, lágrimas y un corazón apretado.

Los minutos, los segundos, incluso las horas, eran tiempos en los que Hinata nunca supo en cuál de ellos se encontraba, de igual forma los niños ya gatean un poco, así que se ditrae pasando el tiempo con ellos.

Sasuke lo hace bastante mal jaja, pero no duda en ayudarlo, en cambio Sugumi lo intenta como no queriendo fracasar, jaja, es una niña muy lista. Pero sigue sin gustarle su cabello.

–Vamos pequeño Sasuke, una vez más jaja– él tenía un ceño muy fruncido– Vamos pequeño jaja– Sugumi se acercó a ella y agarro sus piernas con sus manitas– Hola pequeña, lo has hecho muy bien– Le sonrió.

–Aen hahaja– Dijo la pequeña, aplaudiendo con sus manitas y sonriendole

–Sí cariño, muy bien– Le dio un beso en su cabezita, Sasuke le busco su pecho– Ay querido,  tu no te cansas de comer ehh...– Lo miro sería y riendo– ¿Quieres también Sugumi?– La tomó en  brazos, Sugumi también quizo. Sugumi tenía un diente muy pequeño, Sasuke aún no tenía ninguno, por lo que darle pecho a Sugumi dolía un poco. – Recuerdo la vez en que tu padre pensó que serías una pequeña deforme jaja porque sólo veía manchitas oscuras en su ecografia, y eran sólo dos manchitas, cada una en una bolsita jiji, él... No había,... No había– las lágrimas comenzaron a salir– él no había notado que eran dos manchitas y no sólo una... Sugumi, eras la única que tú padre conocía, como me hubiera gustado decirle de tu hermanito también – Lloro con más tristeza – Por eso nunca debes estar celosa de tu hermano, siempre tienes que protegerlo, y cuidarlo, tal y como  tu padre hubiera querido, serias la niña fuerte de papá – le sonrió tristemente– Pero el día en que él regrese te dirá cuán orgullosa está de ti y tu hermano, de ambos, y por fin podremos estar juntos, como tiene que ser.

Sugumi solo sonrió y continuó tomando leche.

...

Pretendiendo, pretendiendo siempre estar bien ante las personas de su alrededor cada vez que iba a comprar, cada vez que salía para pagar sus cuentas...

Los días en que los niños se enfermaban eran tan difíciles, aveces solo se enfermaba uno, pero el otro igual salía enfermo del hospital, aveces prefería no llevarlos y curarlos como pudiera, las fiebres eran de las más difíciles. La carita que ponían cada vez que algo les dolía, a Hinata se le partía aún más su corazón.

...

Esa noche Hinata recordó que existe el día más triste de su vida, uno que jamás olvidara, y que nunca podrá superar. El día en que nacieron sus hijos... Era, era sin dudarlo el día más feliz de su vida, pero... Pero, él no lo vio, él no estuvo ahí, pero no es porque el lo quisiera así, ese día, en ese mismo momento, ella lo estaba perdiendo, y ella no lo sabía y no lo supo si no hasta horas más tarde. Su día feliz dejó de ser feliz desde que esas palabras de aquel doctor habían salido para ya no tener vuelta atrás, las palabras que apagaron su corazón, apagaron sus ganas de vivir, apagaron su existencia, mataron su esperanza, su fe. Ese día sólo quería morir, sólo quería desaparecer, dejar de existir e ir con él, estar con él para siempre. Ese día no quería permanecer en este mundo. Y que, tarde o temprano se cumpliría un año de ese día... Un año del día en que, no ve un sentimientos más que dolor para ese día. Y es tan triste y decepcionante para la vida de sus hijos, ya que ellos merecían lo mejor ese día, y ella tal vez no iba a poder dárselos nunca. Nunca darle alegría ese día, nunca darles amor ese día, tal vez nunca hacerles un pastel de cumpleaños... Ellos no merecían eso, no. Pero Hinata no sabía si podría darse cuenta de eso en ese día y tal vez en ese mes.

No lo merecen Hinata, tus hijos no lo merecen, entiende eso, debes, debes intentarlo, por ellos, por ellos.

...

Fugaku quería ir a visitar a Hinata, pero no se atrevía, así que visitaba a Sasuke para preguntarle.

–Mikoto, siempre quiere ir a visitarla, yo en parte también pero, quiero ver a los niños, no sé si han venido a verte... Nunca me los he encontrado. Ay hijo mío, como me gustaría no habernos separado antes de tu partida... Siempre quise protegerlos de todo el mal de este mundo, el mal siempre fui yo, que no pude proteger a ninguno de los dos. Y te hice tanto daño Sasuke... Tanto daño, que incluso llego a pensar que matar al maldito que te arrebato la vida es algo bueno para ti... Cuando solo es sed de  venganza mía... Pero es que, ese maldito bastado... Mato, ¡Me arrebato a mis dos hijos! Por la mierda... Por la mierda.– Suspiro frustrado – Sin Mikoto, este mundo realmente no tendría sentido ya. Solo por ella sigo aquí, ella me necesita y yo la necesito. Los amo mucho chicos.– Se despidió y salió de la "casa Uchiha" Ahora que le pertenecía a Itachi y Sasuke...

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A un mes del primer año de todo, el peor día de este año ya se aproximaba, no estaba lista, no estaba lista, no quiere, no quiere, no quiere que llegue ese día.
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Perdón por actualizar tarde siempre 😔
Las amo mucho, y falta poco
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trxck-

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