Capítulo 3: Hermanos

—¡No uses geles con aromas fuertes! —le explicó, más bien gritó, Hyunjin a través del teléfono—. Y si piensas secarlo tú, no frotes demasiado, ¡puedes irritar su piel!

—¡Y cómo mierdas sé yo qué gel usar! 

—¡Si sale el culito de un bebé en la etiqueta es perfecto!

—¡No pienso comprar un gel solo porque salga el culito de un bebé!

Suho suspiró en un intento de dejar escapar todo agobio de su cuerpo. Terminó la llamada y siguió avanzando hasta entrar en el baño azul, dejó el móvil en el suelo y seguido tomó el cuenco naranja que había cogido de la cocina y lo llenó de agua templada, vigilando con cuidado que el agua no salía demasiado caliente. Cuando el cuenco estuvo lo suficientemente lleno, lo dejó en la mesita que había al lado del lavabo.

—Jongdae, quitate la ropa pequeño —le indicó mientras él buscaba algo ajetreado un gel y champú que le pudiera servir.

Jongdae se acercó al cuenco y asomó la cabeza, poniéndose de puntillas para poder ver.

—¿Me vas a convertir en sopa? —preguntó con inocencia el pequeño, haciendo reír sin proponérselo a Suho.

—No amor, te voy a bañar —le explicó sin girarse, siguiendo buscando los productos necesarios. Después de decir aquello pudo oír al pequeño susurrar «Pero Suzy no lo hacía así...», pero no le dio mucha importancia, Jongdae debía aprender que a veces había que hacer las cosas de otra manera.

El gel que había escogido se le resbaló de las manos cuando su móvil volvió a sonar, ocasionando que Jongdae dejase escapar un pequeño grito por el incidente.

—No pasa nada amor —dijo mientras corría a consolarlo, acariciando su pelo y haciéndole cosquillas en su desnuda tripita cuando vio que su pequeño aún seguía algo sobrecogido—. Es sólo que soy un poco patoso, ¿no crees? —rió.

El móvil siguió sonando hasta que Jongdae se tranquilizó un poco y Suho decidió atender la llamada. Pensó que era Hyunjin de nuevo, pero sonrió al ver el nombre de Miyoung en la pantalla.

—¿Está ya en casa? —preguntó sin rodeos su hermana nada más coger, sus palabras sonaban neutrales pero parecía tener una bestia es casa porque Suho podía oír grititos a través del teléfono.

Miyoung era su hermana mayor por tres años. Sus amigos y conocidos acostumbraban a llamarla Tiffany, sin embargo, él seguía llamándola por su nombre de nacimiento, "Miyoung", le era mucho más fácil llamarla como la había estado llamando desde pequeño.

—¿El qué? —preguntó confuso el rubio mientras extendía su mano a la altura de Jongdae.

El pequeño dudó unos segundos, sin embargo, para alegría de su dueño, acabó por subirse solito a su mano. Se agarró fuerte al pulgar del rubio para no caerse a pesar de que este no iba a subir mucho la mano de altura.

—¡El qué va a ser! ¿Dónde está Jongdae? —respondió entusiasmada la chica. «Así que para eso me llama...», pensó Suho para sus adentros.

—Está aquí, conmigo, estaba a punto de bañarlo —respondió y, nada más decir aquello, Jongdae soltó su pulgar y, decidido, se tiró a "la bañera" haciéndose una bolita, salpicando todo y recreando el efecto de una pequeña bomba en el agua.

Suho sonrió enternecido por el acto, había salpicado, sí, pero Jongdae era tan pequeñito que unas pocas gotas le habían mojado la mano.

—¡Qué adorable! —exclamó una voz que no era su hermana, el rubio tardó unos segundos en reaccionar pero finalmente unió cabos y comprendió que aquella alegre voz le pertenecía a Taeyeon, la novia de su hermana.

Desde que le había contado a Tiffany y a Taeyeon que pensaba adoptar a un chibi, las chicas —y con las chicas uno se refiere a una loca Taeyeon y a una Tiffany curiosa— se entusiasmaron y preguntaron mucho por el pequeño.

Algo le decía que su pequeño Jongdae iba a recibir mucho amor cuando su "tía" Taeyeon le viniese a visitar.

Después de bañarlo y sacarlo casi a la fuerza —porque el pequeño no quería salir de su "piscina"— lo envolvió con cuidado en la toalla más pequeña que encontró, aunque esta aun así seguía siendo enorme, lo llevó al cuarto y le puso el pijama que le había entregado Seokhyun y que llevaba usando Jongdae desde que llegó al centro y al cual le tenía mucho aprecio. El pijama era un kigurumi que imitaba a un dinosaurio, era de un verde oscuro y tenía una cola con la que Jongdae al parecer adoraba jugar. Al cambiar a Jongdae se dio cuenta de lo suave y blanca que era su piel, Hyunjin tenía razón, parecía tan delicado que tenía miedo de hacerle daño así que secó al pequeño con mucha calma, como el diamante más caro que se podría encontrar.

Suho de preguntó si era alucinación suya o de verdad existía una criatura tan pura y perfecta en ese mundo. ¿Cómo era que todavía seguía en el centro hasta que llegó? O lo peor de todo, ¿por qué había acabado en ese centro? Él sería incapaz de separarse de Jongdae y dejarlo en la calle.

Simplemente, después de conocer el gran corazón que tenía el pequeño, se había enamorado irreversiblemente de él.

~❀~

Como él había predicho, Taeyeon cayó ante los encantos de Jongdae al segundo, bueno, no cayó, más bien le dio un pequeño infarto. Nada más verlo soltó el brazo de su novia, corrió hacia él y lo cogió como si fuera lo valioso que había en su vida.

Tiffany bufó algo molesta y estuvo a punto de regañar a su pareja por ser tan irrespetuosa —porque ni había saludado ni se había descalzado al entrar a la casa— pero al verla tan ilusionada con el niño prefirió callarse.

—¡Aaww! —suspiró la rubia haciéndole cosquillas en la barriguita al chibi—. ¡Qué tierno!

—¿A qué sí? —respondió ilusionado Junmyeon al ver a su cuñada tan ilusionada. Avanzó hacia donde estaban ellos dos y se colocó al lado de Taeyeon, sonriente añadió—: Tienes que verlo cuando duerme, ¡es tan adorable!

Las mejillas de Jongdae se tiñeron de rojo al oír hablar a sus familiares acerca de él de esa forma tan íntima. Nunca nadie le había llamado "tierno" ni se había ilusionado tanto en verle como había hecho la chica rubia, así que en cierto modo le agradó sentirse tan querido, le agradó mucho.

Kris se acercó a Tiffany y le pidió su abrigo para colgarlo en el perchero de madera que había al lado de la puerta.

—¿Molesto de que te hayan quitado el puesto de Rey de la casa? —rió Tiffany mientras acompañaba al chino a la cocina. Ni siquiera el sonido de los tacones de Tiffany resonando con el suelo de la cocina hizo a los dos rubios levantar la vista.

Kris sonrió y dejó escapar una pequeña sonrisa ladeada por el comentario de Tiffany. Sabía perfectamente por qué decía aquello, desde que Jongdae había llegado a su hogar, Suho había estado muy pendiente de él, llenándole de mimos y palabras bonitas que en un pasado no muy lejano habían sido suyos, sin embargo no le importaba. Ahora su apartamento era un lugar mucho más agradable y alegre para vivir, Jongdae era como un pequeño sol que irradiaba felicidad por donde quiera que pasase y eso se notaba. Ahora tenía muchas más ganas de salir del trabajo para ir a casa y besar a sus dos amores, porque también se había ganado su corazón, el cual había pensado hasta ahora que sólo podía ocuparlo Junmyeon.

—La que deberías preocuparte eres tú, Taeyeon parece que se ha enamorado de Jongdae y lo acaba de conocer hace dos minutos —respondió entre risas el más alto.

—Y qué lo digas, creo que tiene un fetiche extraño con los chibis, ¡es ver uno y se pone a chillar!

Kris rió aun más fuerte al saber las reacciones de Taeyeon al ver a una de esas criaturas. La verdad es que en cierto modo la comprendía, ¡los chibis eran tan tiernos! Con disimulo giró la cabeza y miró a Suho y a Taeyeon, Taeyeon no paraba de besar a Jongdae, quien reía avergonzado al recibir tanto cariño. El sonido de un "click" le despertó de su embobamiento y le hizo girar el rostro buscando al dueño de aquel sonido, sonrió al ver a Tiffany con su móvil en alto, acababa de hacerles una foto. La chica, al ver que la estaban observando, le devolvió el gesto y añadió un «¡era demasiado adorable para no hacerles una foto!».

~❀~

Con el tiempo descubrió que, a pesar de que a veces Jongdae era un poco travieso, era un chibi con un gran corazón, que de preocupaba mucho por los demás y que adoraba dar amor. Recordaba la vez en la que Kris se cortó sin querer el dedo cocinando y Jongdae empezó a llorar pensando que este tendría que ir al hospital, ambos tuvieron que consolarlo diciéndole que el moreno estaba bien y que sólo había sido un pequeño corte, que no tenía que preocuparse tanto.

Jongdae era un niño muy inocente.

También tuvieron algún que otro problema, ambos, Kris y Suho, trabajaban y, aunque Suho pasaba algo más de tiempo en casa, llegaba un momento en el que Jongdae se tenía que quedar sólo en casa. Suho estaba muy preocupado por la situación, recurrió una vez más a Hyunjin:

—»No hay de que preocuparse Suho, mis chibis pasan bastante tiempo solos y nunca he tenido ningún problema, sólo debes de dejarles claro lo que pueden y no pueden hacer y a que hora volverás a casa.

—»¿Y si entra alguien a robar? —replicó el rubio sin estar del todo convencido.

—»A todos los chibis les enseñan a esconderse cuando vean algo que no es habitual para ellos, si entran a robar se escondería y nadie le haría daño, pero Suho, ¡no seas exagerado! ¡Nadie va a entrar a robar a tu casa!

Aún así, las palabras de Hyunjin no le convencieron del todo, alguna que otra tarde Tiffany y Taeyeon cuidaron encantadas de Jongdae, pero ellas también tenían cosas que hacer y no iban a poder encargarse de él siempre. En otras ocasiones le pidió a su vecino, Onew, que si se podía quedar alguna tarde con él, el chico aceptó con una sonrisa y pronto le cogió cariño a Jongdae, pero estaba otra vez en el niño bucle, no podía pedirle cuidar de Jongdae todos los días.

En cierto modo no le preocupaba tanto que entrase alguien a robar, sabía que las probabilidades de que ocurriese eso eran mínimas. Lo que le preocupaba era que Jongdae estuviese sólo en casa durante tantas horas. Cuando él llegaba a casa, el pequeño corría a abrazarle y no se separaba de él hasta la hora de dormir, lo que le llevó a pensar a Suho que debía de extrañarlo mucho en las horas de soledad.

Pensó en como Hyunjin podía ser tan indiferente a cerca de dejar a su chibi solo, pero recordó que ella tenía tres chibis en casa, ¡si eran tres, no estarían solos!

Pensó mucho sobre aquello, no sabía si estaba preparado para llegar a otra criatura a casa, pero tras hablarlo con su pareja y compañeros, llegó a la conclusión de que sería mejor traer a alguien para que hiciera compañía a Jongdae.

Y vaya que si Chanyeol y Baekhyun le iban a hacer compañía.

Desde que pisaron la casa los dos nuevos chibis, Suho no temía acerca de cómo debía de sentirse Jongdae cuando no había nadie más en casa, no.

Ahora temía acerca de si su casa iba a estar destruida cuando volviese después del trabajo.

♡*:.。.(*˘︶˘*).。.:*♡

¡Hola! Aquí os dejo el capítulo, espero que os haya gustado, ¡en el próximo capítulo ya aparecen Chanyeol y Baekhyun! ¿Están ilusionadxs?

Gracias por todos los votos y comentarios bonitos que me dejan, ¡animan mucho a seguir!♡

Hasta la próxima, ¡abrazos!

(Daeul es tan lindo ;u; es como la versión mini y rechonchita de Jongdae, ¡morí cuando Chen le envió un mensaje diciendo que iría a visitarle! *Reza para que eso ocurra*)

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