Capítulo 10: Un rayito de Sol
La mañana del seis de mayo amaneció teñida de gris, con nubes acercándose demasiado a las aceras y amenazando con lluvia. No obstante, en el hogar de Yifan y Junmyeon se tenía la suerte de contar con su propio Sol.
Aquel Sol era nada más ni nada menos que Baekhyun, y, contra todo pronóstico, el pequeño fue el primero en levantarse de los seis, el chibi ya estaba esperando en la cocina incluso antes de que Junmyeon y Minseok, los más madrugadores, dejaran sus blanditas camas.
—¡Hoy va a ser el día perfecto! —gritó el pelirrosa mientras corría en círculos en la encimera de la cocina.
—Baekhyun, no grites tanto —susurró el rubio con un adormilado Minseok entre sus brazos.
Este dejó al pelirrojo junto a su hermano y fue a prepararse un café y el desayuno de los niños. Un Minseok adormilado se abrazó a Baekhyun, este al principio pensó que era su manera de felicitarle (puesto que apenas estaban comenzando a enseñarle a hablar), sin embargo luego se dio cuenta que lo único que quería el pelirrojo era algo blandito donde seguir durmiendo.
Baekhyun se preguntaba por qué era Minseok siempre el primero en despertarse si luego se moría de sueño durante los desayunos.
—¿Qué quiere nuestro cumpleañero para desayunar? —dijo Suho con una gran sonrisa en su rostro.
—Uh, uh —murmuró el pequeño levantádose sin previo aviso, ocasionado que Minseok (quién apoyaba su cabecita en su hombro) se golpeara con la dura y fría encimera. Baekhyun dejó escapar un pequeño chillido, temiendo que su hermano rompiera a llorar, ¡no quería que Suho se enfadase con él el día de su cumpleaños! Sin embargo, y para suerte suya, Minseok solo le dedicó una mirada somnolienta y confusa, frotándose los ojos después. El pelirrosa se acercó a él y le dió un sonoro beso en la frente.
—¿Qué has dicho, cielo? —preguntó su padre.
—¿Puedo helado? —cuestionó el pequeño, un poco temeroso de si aquella proposición le iba a parece a Suho demasiado descabellada.
—Bueno... Vale, ¡pero ni una palabra a Chanyeol ni a Jongdae!
~❀~
El timbre sonó retumbando por todo el apartamento, ¡los primeros invitados habían llegado! Suho había organizado una pequeña fiesta de cumpleaños para Baekhyun, invitó (obviamente) a Taeyeon y a Tiffany, a su hermana Yoonhye, su marido Dongyul y por supuesto su sobrino. También invitó a sus padres, quiénes aceptaron encantados puesto que todavía no habían conocido a los chibis.
—¡Abro yo! —gritó Yifan al ver que su novio todavía estaba colocando unos globos.
No fue una sorpresa cuando los sonrientes rostros de Tiffany y su pequeña novia Taeyeon se asomaron por la puerta. Kris pudo notar que la hermana de su novio llevaba una gran bolsa.
—¿Dónde está mi cumpleañero? —preguntó (más bien, chilló) Taeyeon, buscando con la mirada al de cabellos rosas.
Cuando lo encontró, vistiendo un gorrito con las palabras "Birthday boy" escrito en él, sonrió tanto que Suho se preguntó como era físicamente posible que pudiera sonreír tanto.
Acunó al pequeño entre sus manos y lo llenó de besos, como ya acostumbraba a hacer. Baekhyun reía y disfrutaba de su cariño, si así serían todos sus cumpleaños, ¡deseaba que todos los días fueran su cumple!
—¿Junmyeon? —susurró la chica de pelo negro a su hermano—. ¿Dónde quieres que deje esto?
El rubio miró la bolsa y la cogió con delicadeza, llevándola a su cuarto.
—No teníais por qué —añadió cuando dejó la bolsa en la cama—. ¡Son demasiados regalos!
—Fue culpa de Taeyeon, fuimos a la tienda esa gigantesca del centro comercial, Chibiuniverse o algo así...
—Chibiworld —corrigió Suho.
—Eso, ¡había tantas cosas! No pudimos resistirnos, era todo tan adorable~ —añadió Tiffany llevándose las manos a los mofletes.
—Lo sé, he estado ahí —dijo Suho con una sonrisa. Recordando aquella ajetreada tarde—. Pero muchas gracias. ¿Cuándo vais a adoptar a un chibi? Consentís demasiado a mis niños.
—No lo sé, Taeyeon repite día y noche que quiere uno, pero viajamos demasiado y casi nunca estamos en casa. ¡Sería como tener un hijo! Y no sé si estamos preparadas...
Otro timbre interrumpió la conversación, los dos hermanos abandonaron la habitación para saludar a los invitados. Esta vez se trataba de los padres de ambos.
—Mamá —saludó Suho con alegría. Se acercó y su madre le dio un beso en la mejilla, su padre, un apretón de manos. Hicieron lo mismo con su hija y más tarde una pequeña pero respetuosa inclinación a Yifan, quién respondió con una un poco más inclinada.
El señor y la señora Kim eran una pareja de ancianos muy dulce y cariñosa. No pasaban de los setenta años puesto que tuvieron a sus hijos cuando aún eran bastante jóvenes, sin embargo, aquello no fue problema alguno para criar a sus hijos con las mejores condiciones. A pesar de que ambos comprendían muy bien a sus hijos y los querían y amaban, les tomó un poco por sorpresa cuando su hijo menor les reveló su homosexualidad al poco de cumplir los veinte. En verdad el joven Suho —como lo apodaban sus amigos de la universidad— reveló aquello porque descubrió la bisexualidad de su hermana Tiffany, quien llevaba ocultando aquello a su familia por años. No sabía como iban a reaccionar sus padres, su familia era muy tradicional, cabe decir, pero no quería que si llegaran a odiar a alguien (por terrible que sonase) fuese su hermana.
No tuvieron la mejor reacción, su madre no le sonrió al instante pero tampoco añadieron nada. Sin embargo, al caer la noche y cuando el chico se iba a ir a dormir, su madre entró y le dio un cálido abrazo.
»Junmyeon, tu padre y yo hemos estado hablando y queremos que sepas que te queremos pase lo que pase. Nunca dejarás de ser nuestro pequeño Junmyeon.
Dos años después les presentó a su novio chino y estos quedaron maravillados por el respeto con el que hablaba a sus mayores, su habilidad con el coreano y por las miradas llenas de cariño con las que siempre miraba a Junmyeon.
Y bueno, el resto de la historia les había llevado allí, al cumpleaños del pequeño chibi de nombre Baekhyun.
Suho notó que su padre también traía una pequeña bolsa y con una tímida sonrisa le preguntó si podía tomarla y llevarla al donde estaban el resto de los regalos.
Después presentó oficialmente a sus "pequeños" (como Suho los había llamado). Por extraño que sonase, sus padres no habían conocido a los chibis. Ellos vivían a las afueras de la ciudad de Seúl, a una media hora, así que las visitas no eran tan frecuentes como las de sus hermanas.
La señora Kim se enamoró perdidamente de las criaturitas. Hasta el padre de Junmyeon rió cuando Chanyeol le preguntó con un poco de vergüenza si le podía llamar "abuelito".
»—Ah, abuelo... —suspiró el señor con una sonrisa en el rostro, sentándose en uno de los sillones color mostaza—. ¡Me hace sentir tan viejo!
No obstante Tiffany le recordó que por rara que sonara aquella palabra en sus oídos, ya era un abuelo, puesto que su hija mayor había sido madre por primera vez hace poco más de un año.
—¡Me va a costar acostumbrarme!—reclamó el anciano entre risas, las risas de todos (menos las de los chibis, que no entendían que era tan gracioso acerca de la palabra "abuelo") acompañaron y crearon una linda banda sonora.
~❀~
Una vez que todos estaban reunidos —Yoonhye y su marido tuvieron un pequeño retraso— Kris sacó unas cervezas y batidos de chocolate para los niños. Sin embargo, la espuma que generaba la bebida alcohólica llamó la atención de los pequeños. Un aventurero Jongdae preguntó si podía probarla y, aunque a Suho no le convencía mucho aquella idea, el señor Kim le dio a probar un pequeñísimo sorbo; el cual fue suficiente para que el pequeño sacase la lengua y empezase a lloriquear quejándose de que «uuugh, ¡sabe fatal!».
La tarde pasó en un abrir de ojos, Junmyeon y Yifan contando anécdotas graciosas y tiernas mientras los cuatro pequeños jugaban con Youngsoo, el bebé de su "tía".
—¡Es un chibi muy grande! —exclamó Baekhyun cuando el bebé despertó. Hasta el momento Yoonhye lo había sujetado entre sus brazos mientras este dormía, pero después lo dejó en el sofá, donde los cuatro chibis jugaban a hacer burbujas con las pajitas de sus batidos.
Los chibis se ilusionaron tanto que empezaron a dar saltitos, el pequeño sonrió enseñando los primeros dientes de leche que empezaban a asomarse. Sin embargo, los grititos de alegría se convirtieron en chillidos de horror cuando el bebé agarró con su gordita mano a Minseok y se lo llevó a la boca.
—¡¡Se lo va a comer!! —gritó Chanyeol intentando llamar la atención de alguno de los adultos.
—¡¡Min!! —Se escuchó a otra voz gritar, una lo suficientemente aguda para asegurar que pertenecía a Jongdae—. ¡Yo te rescataré!
Mientras que el pequeño intentaba librar a su precioso Minseok de las garras de Youngsoo, Baekhyun chillaba dando círculos, ¡su cumpleaños no podía terminar así! ¡Iba a ser el peor cumpleaños del mundo!
—¿Qué está pasando? —preguntó Yifan cuando su conversación fue interrumpida por el alboroto que estaban haciendo los niños. No obstante sus ojos se abrieron desmesuradamente al ver lo que ocurría.
Yoonhye dejó escapar un pequeño chillido horrorizada al ver como su hijo baboseaba el anaranjado pelo del chibi. Hizo que Youngsoo soltara a Minseok —Kris tomó al chibi entre sus manos— y en cuestión de segundos el niño empezó a llorar. Hyukeul, el padre de Youngsoo, tomó al pequeño en sus brazos y le dio el chupete que acostumbraba a usar mientras le intentaba calmar.
Yoonhye, preocupada de que su hijo le hubiera hecho daño a aquella inocente criatura, se acercó a su hermano y a Kris, quiénes intentaban limpiar al pequeño de babas.
—Bebé, ¿te duele algo? —preguntó el rubio, el deje de intranquilidad era notorio en sus palabras.
Para la sorpresa de todos, cuando Minseok elevó su carita, esta estaba adornada por una gran sonrisa. El pelinaranja se llevó las manos al estómago y luego empezó a reír muy alto. Aquella preciosa risa hizo que el corazón de Suho se derritiera; era la primera vez que oía a su pequeño reír tan alto y sin control.
—Junmyeon, lo siento tanto, Youngsoo tiene la manía de llevarse todo a la boca, lo sie-
—No te preocupes por eso —le interrumpió su hermano menor, tranquilizandola con una mano en su hombro—. ¿Ves? Creo que Minseok nos está intentando decir que le hacía cosquillas.
Yoonhye sonrió aliviada al ver que el pequeño repetía una y otra vez la palabra "¡guta!" entre risas. La mujer empezó a reír ante la insistencia del pequeño, esperando que aquel "¡guta!" significase "me gusta".
Una vez que limpiaron todas las babas del pelo de Minseok —aunque Suho llegó a la conclusión de que le iba a limpiar muy bien el pelo aquella noche— y se pasó un poco el susto (sobretodo el de Jongdae, quién no se separó de Minseok en cuanto lo dejaron junto a él). Sacaron la tarta de limón que Baekhyun había pedido. Esta tenía muchas decoraciones y velas de colorines que asombraron a los pequeños. Suho le dio un beso en la mejilla a su novio, había hecho un trabajo increíble al elegir la tarta. No sabían cuántos años cumplía el pequeño, así que solamente pusieron tres velas.
Todos cantaron el cumpleaños feliz y Baekhyun, tras pedir un deseo, sopló las velas. Después cortaron la tarta y todos disfrutaron del ácido y dulce sabor del limón.
~❀~
El pelirrosa corría por todo el baño con su vestido de Sailor Moon. Había esperado toda una semana para poder vestir aquel vestido y, cuando llegó la hora de los regalos, fue el que más esperaba abrir.
—Baekhyun venga, desnúdate que hay que bañarse —dijo Suho mientras metía a sus hermanos en la bañera.
El pequeño bufó molesto e intentó escapar, pero cuando iba a salir del baño apareció Kris y lo cogió con sus grandes manos, haciendo chillar al pequeño de sorpresa. Lo volvió a dejar en la encimera, dónde Suho echaba el champú en su mano.
—Venga Baekhyun, podrás ponerte ese vestido cuando quieras, pero ahora hay que bañarse —dijo el chino con una voz calmante.
Al final el pequeño hizo caso y, con un poco de recelo, se quitó el vestido y se metió en la bañera. La bañera tenía varios "niveles" que consistían en una escalera que bajaba hasta el fondo, donde los pequeños no hacían pie. Los chibis tenían prohibido ir al fondo si Suho no estaba delante.
—Cuando sea el cumpleaños de papá, ¿tendremos tarta de limón? —preguntó el pequeño nada más meterse. Aquel mismo mes también era el cumpleaños de Suho y Baekhyun no podía esperar a tener otra fiesta—. ¿Habrá también regalos?
Kris rió ante las curiosas preguntas de su pequeño y, con una sonrisa dibujada en la cara, enrolló un brazo alrededor de su novio y añadió:
—Ese cumpleaños lo celebraremos papá y yo de una manera muy especial. —Suho rodó los ojos pero no pudo ocultar la pequeña sonrisa que luchaba por saludar. Kris a veces era tan pícaro. ¡Los niños no tenían por qué saber aquello!
Por suerte el pelirrosa no prestó atención a las palabras del mayor y siguió bajando las escaleras. En el primer escalón se encontró con Jongdae y Minseok sentados, el primero lavaba con insistencia el pelo naranja del otro chibi, porque, según él, «¡estaba muy sucio, Min-Min!». En un principio Suho se lo iba a lavar, pero Jongdae le pidió que si lo podía hacer él, así que no pudo decirle que no a su oferta. Baekhyun bajó dos escalones más, dónde se encontraba Chanyeol jugando con unos patitos de goma. El agua le llegaba al alto al ombligo, pero a Baekhyun le llegaba hasta el pecho.
El peliblanco se acercó a Baekhyun y le dio un beso en la nariz, haciendo que las mejillas de este se tornaran tan rosas como su cabello. Luego siguió besando su frente, sus mejillas y sus ojitos.
—Tu regalo de cumpleaños —dijo después de aquello Chanyeol. Baekhyun le sonrió tímidamente y respondió con un "gracias, Yeollie".
Quizá y tan solo quizá, el vestido de Sailor Moon no había sido su regalo favorito.
\(• ε •)/
¡Hola mis amoreeees!
Espero que os haya gustado el capítulo, me costó un poco escribirlo pero me gustó el resultado.
¡Cosa importante!
Esto lo cambié hace mucho pero lo aviso por si acaso, en el resumen de la historia antes ponía que Lay, D.O y Luhan vinieron los tres juntos. Bueno pues lo cambié y primero vendrá Lay sólo y luego D.O y Luhan.
La razón de esto es porque en un principio el fanfic iba a ser un mini-fic, iba a tener un total de 11 capítulos y para el capítulo 7 ya deberían de haber aparecido Lay, D.O y Luhan. Sin embargo (y como podéis comprobar) ya vamos por el capítulo 10 y ni siquiera vamos por la mitad (JAJAJAJ) Decidí que si iba a añadir más historia y profundidad a los chibis, no podía meterlos todos de sopetón, así que conoceremos mejor a los chibis y más despacio.
¡Así que en el siguiente capítulo ya aparecerá nuestro bebé chino Lay!
Con esto dicho, os agradezco una vez más por todos los comentarios tan lindos que dejáis, ¡muchos besos y abrazos!
Kai es una obra de arte lloro
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