◇°•「 Ꮯᾰ℘!ɬʊʆꪮ 20 」•°◇

[The Chosen's One POV]

Han pasado varios días, y aquí estoy, encerrado en esta celda, como un perro. Apenas si Dark muestra compasión hacia mí. Me da comida cada seis horas, lo cual empieza a afectarme. Además, la comida es horrible, pero al menos no estoy completamente solo.


Comparto este encierro con un niño llamado Viro. Es una persona dulce, amable y adorable. A veces, me trae galletas a escondidas y me muestra los dibujos que hace. También me enseña algunos trucos, como cómo pararme de manos. Su presencia me alegra; al menos tengo un amigo que me hace compañía en medio de tanta oscuridad.

Por su parte, Dark solo aparece para asegurarse de que sigo vivo y atrapado en esta celda. Aún no tengo claro cuál es su plan...

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Estaba sentado en mi celda, observando cómo mi mano parpadeaba erráticamente, glitchando. Odiaba cuando eso sucedía. Tan absorto estaba en mis pensamientos que no me di cuenta de la llegada de Dark, quien ya me miraba desde la entrada.

-Hola, Chosen One -me saludó con frialdad.

-Dark Lord... -respondí, imitándole el tono gélido.

-¿Cómo te la estás pasando? ¿Todo bien? -preguntó mientras se sentaba en su silla, sus ojos fijos en mí.

-¿Cómo crees que me la estoy pasando? ¡¿No se supone que ibas a buscar tus malditas pulseras?! -me levanté furioso, gritándole sin contenerme.

-Baja la voz -replicó con calma mientras se levantaba y comenzaba a caminar alrededor de mi celda-. Estos días he estado trabajando en nuestro viejo hogar, organizando el lugar para que nos mudemos y no molestemos más a Hangman.

-¿Sabes que estoy muriendo, y tú remodelando la maldita casa? ¡Claro, cómo no! ¡Estoy hablando con The Dark Lord en persona! -bufé, rodando los ojos y mirándolo con desprecio.

-¿Y? -preguntó, fingiendo confusión, con un tono burlón al final.

-Qué maldito eres... jaja. ¿Y me vas a dejar ir? -le pregunté, tratando de leer su expresión, esperando su respuesta.

-Mmm... no. Solo te voy a cambiar de lugar, eso es todo -respondió, abriendo la celda. Sabía que podía intentar escapar, pero había hecho una promesa.

-... -Me acerqué lentamente hacia la salida, pero antes de que pudiera reaccionar, sentí cómo Dark me agarraba fuertemente del brazo. Me jaló con brusquedad y me ató con cuerdas, no solo las manos, también las piernas.

-Vámonos -dijo con indiferencia, levantándome como si fuera un simple saco de papas, o peor aún, como si fuera un pez recién atrapado. Me sacó del sótano, y ahí estaba Viro, acompañado por otro chico, que asumí era Hangman.

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-Aww... ¿ya te lo llevas? -preguntó Hangman con tristeza. Nunca llegamos a conocernos bien.

-Me voy. Gracias por todo, Hangman. También me llevaré a Viro -dijo Dark, y pude ver cómo Hangman se desanimaba. Me sentí mal por él.

-¿Visitaremos a Hangman, verdad, papá? -preguntó Viro con un toque de tristeza. Dark se quedó pensativo por un momento antes de responder.

-Te haré un horario. Ahora vámonos.

Salimos de la casa. Dark ni siquiera se molestó en despedirse. Solo Viro lo hizo. Qué cruel... aunque, ¿qué se podía esperar de alguien como Dark?

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Sin darme cuenta, ya estaba siendo llevado de vuelta a nuestra antigua casa. Ojalá Dark se diera cuenta de lo vacía que se sentía cuando me quedé allí, varios días después de... su "muerte". Aunque ahora no puedo llamarlo así, considerando que en este momento es él quien me lleva.

Vi cómo Viro tomaba de la mano a Dark, mientras él me cargaba solo con la otra. ¿Tan flaco estoy? ¿O es que Dark está más fuerte? Probablemente sea porque estoy flaco... demasiado tiempo en esa celda.

Finalmente llegamos a la casa, y sin demasiada delicadeza, me lanzaron al sillón.

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-Bueno, Chosen, bienvenido de nuevo a casa -me dijo Dark con una sonrisa perturbadora.

-Mmm... sí, nada nuevo.

-Lo que sí es nuevo es tu celda mejorada.

-Solo dime que la comida mejorará... con eso me basta -susurré lo suficientemente alto para que Dark pudiera escucharlo.

-Agradece que sigues con vida -respondió, agarrándome de la camisa y sentándome bruscamente en la mesa. Me puse nervioso por su repentino gesto.

-¿Qué haces...? -pregunté con temor, ya que cualquier movimiento de Dark me ponía en alerta.

-No te muevas y quédate quieto -dijo mientras me agarraba el brazo con fuerza, apretándolo.

-Agh... ¿Qué mierda estás haciendo? -me quejé, tratando de liberarme.

-Quédate quieto -repitió mientras acercaba una jeringa para sacarme sangre.

Odiaba que me sacaran sangre, así que aproveché que no tenía bien amarradas las piernas y le di una patada en la mano a Dark, haciendo que la jeringa volara lejos de su alcance. Dark no mostró ninguna expresión en su rostro, solo suspiró, me miró por un momento y luego volteó hacia Viro.

-Viro, tráeme las cuerdas que están ahí -dijo, señalando una caja cercana. Viro obedeció sin dudarlo. -Hay que enseñarle a Chosen cómo se amarra a una perra cuando no obedece... -añadió Dark mientras me miraba con frialdad. Entré en pánico al escuchar esas palabras.

Sentí cómo Dark me empujaba y me acostaba sobre la mesa, atándome fuertemente con las cuerdas. Luego, me puso un trapo en la boca, silenciándome, y me observó detenidamente mientras volvía a agarrar la jeringa.

-No cooperas...

-¡Estás loco, Dark! -le grité, lleno de enojo.

-Sí, lo que digas... -ignoró mis palabras y sentí cómo sus manos comenzaban a subir mi camisa, lentamente, hacia arriba. Al darme cuenta de lo que intentaba hacer, empecé a moverme con desesperación, tratando de evitar que me tocara.

-¡No me toques, maldito enfermo! -le grité de nuevo, cada vez más furioso.

-¿Puedes callarte de una puta vez? -replicó, perdiendo la paciencia, y con un movimiento brusco, agarró mi camisa y la rasgó por completo, dejando mi pecho expuesto.

-¡¿Pero qué carajos?!

-Respira... -dijo, como si sus acciones fueran lo más normal, y sin más, hundió la aguja en mi pecho, provocándome un grito ahogado de dolor.

-A-ah... D-Dark...! -balbuceé, tratando de soportar el intenso dolor que se extendía por mi cuerpo.

Vi cómo Dark permanecía en silencio mientras sacaba un litro de mi sangre. El dolor era insoportable, y en ese momento, sentí que las lágrimas comenzaban a acumularse en mis ojos. Después de lo que pareció una eternidad, finalmente sacó la jeringa y se apartó. Viro se acercó a mí, intentando limpiarme las lágrimas con la manga de su camisa. Ese gesto me hizo sonreír un poco, a pesar del tormento.

Viro me ayudó a quitarme las cuerdas, y cuando al fin logré levantarme, sentí algo de alivio. Al voltear a ver a Dark, seguía con la misma expresión imperturbable en su rostro. Me acerqué a él.

-¿Por qué dolió como el infierno...?

-No es una jeringa normal. La fabriqué durante días. No puedo usar una jeringa común -dijo mirándome, como si eso lo justificara.

Luego me tomó del brazo sin previo aviso y me llevó a otra habitación, la misma donde habíamos peleado la última vez. La pared seguía rota, y todo estaba igual de desordenado, salvo que ahora había una celda. Sin pensarlo dos veces, me arrojó dentro y me encerró... de nuevo.

-Bueno, quédate allí. No es como si pudieras ir a otro lado, pero... ponte cómodo, -dijo Dark con una sonrisa antes de cerrar la puerta. Lo observé caminar hacia su escritorio, donde comenzó a examinar la sangre que acababa de extraerme.

-Joven Chosen One, aquí tiene, -escuché la suave voz de Viro al entrar en la celda. Me traía una nueva camisa, ya que alguien había destrozado la anterior.

-Gracias, Viro, en serio lo aprecio... -le sonreí y le acaricié la cabeza suavemente. -Cómo algo tan tierno pudo salir de alguien tan horrible... -murmuré, lanzando una mirada hacia Dark, quien simplemente rodó los ojos ante mi comentario.

-Eeh, algo así, mjmj, -respondió con una sonrisa. Su presencia me daba algo de alegría, saber que al menos tenía un amigo en todo esto.

-Malas noticias, Chosen... Tu sangre está afectada por alguna porquería que te inyectaron, -mencionó Dark, observando cómo mi sangre glitchaba en su equipo.

-Oh... sí, agh... Esto no hubiera pasado si Freedom no me hubiera abandonado, -dije, cruzándome de brazos, frustrado. Al parecer, el nombre captó la atención de Dark, ya que me lanzó una mirada curiosa.

-¿Freedom? ¿Quién es Freedom? -preguntó, claramente intrigado, pero decidí provocarlo un poco.

-Alguien, -respondí con una leve sonrisa, mirando a Viro, quien me devolvió el gesto con un pulgar hacia arriba.

-¿Él te hizo esto? -preguntó Dark con un tono más serio, sus ojos fijos en mí. Solo negué con la cabeza.

-No, él no me haría daño. Intentó alejarme de todo esto, pero... pasaron cosas, -murmuré, bajando la mirada al recordar la tortura que sufrí en aquel lugar.

-Agh... está bien. Trataré de curarte lo más rápido posible, pero para eso necesitaré mis vira-bracelet, -comentó mientras se acercaba a mi celda.

-Mmmmh... -murmuré, evitando hacer contacto visual con él, intentando controlar el torbellino de emociones que me generaba estar tan cerca de Dark.

-Haré mi esfuerzo, Chosen, -dijo mientras pasaba su mano cuidadosamente por los barrotes, dándome una palmada en la espalda antes de alejarse. -Viro, tráele unas cobijas y almohadas a Chosen.

-Sí, padre, -respondió Viro, obedeciendo rápidamente la orden y yendo a buscar lo que le pidió Dark.

-Buenas noches, Chosen One, -dijo Dark mientras se alejaba, saliendo del cuarto.

Me quedé en silencio, sorprendido. ¿Me acababa de desear buenas noches? Fue algo que no esperaba en absoluto.

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[Continuará...♡]

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