-02- Rabia: La maldición del lejano oeste
Antes de comenzar:
Personajes: Terry, Charlie, Niko, Michelle, Jeremy, Vanessa, Christian, Zack, Bryan, Sophie y Alexa.
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Un grupo de nueve amigos fueron invitados a una fiesta, según la carta que recibieron en un rancho a las afueras de la ciudad.
Cuando cruzaron el túnel, el coche que los llevaba se transformó en una especie de carroza llevada por dos caballos.
Bryan se puso a preguntarle al señor que los llevaba que estaba pasando y el porque estaban en una carroza de repente, siendo ignorado. Fue cuando la carroza paró, habían llegado a su destino.
El lugar les recordaba al lejano oeste, entraron al Salon, el logo del Salon era una R gigante. Miraron la fecha que estaba escrita encima del cartel de la R, ponía 1851.
—¿Y si hemos viajado al pasado?— Preguntó Jeremy.
—Eso es lo que estaba pensando. Quiero decir, mucho sentido no tiene, pero...
—¿Entonces entramos?
«Quién tenga miedo a morir que no nazca.»
Jeremy y Vanessa fueron los últimos en entrar.
Al entrar vieron un montón de gente jugando a las cartas, además de botellas alcohol por todos lados.
Pudieron visualizar a tres personas más sentadas jugando a las cartas.
Pero no eran personas cualquiera: Terry, Sophie y Alexa habían vuelto, resucitado quizás sea la palabra más adecuada.
—Pero... ¿Vosotros no estabais muertos?— Preguntó Vanessa a Alexa mientras veía a sus compañeros abrazarse con Sophie y Terry.
—¿Muertos? No, llevamos mucho tiempo aquí.
—¡Lexie!
—¿Niko?¡Niko!¿Has venido a jugar?
—¿Jugar a que?
—Chicos, chicos, un obsequio de la casa.— Una señora apareció con varios pañuelos.—Elegid el que más os guste.
Todos cogieron los pañuelos de colores, sin saber lo que pasaría.
Pero Vanessa y Jeremy ya sabían lo que estaba pasando: Habían vuelto a caer en la maldición de Rabia.
Ellos dos eran los únicos que veían que algo estaba mal, agarrón a regañadientes los pañuelos.
—¿Cómo puede ser que estéis vivos? Yo te enterré, Terry.— Dijo Jeremy.
Se escucho el rumor de una tormenta tronar a lo lejos.
—Nos quedamos aquí encerrados.
—¿Cómo que os quedasteis encerrados?
—Atrapados en el juego.— Respondió Sophie.
—Tu me enterraste, efectivamente. Pero la única manera de salir es ganando una partida.
—¿Pero que partida?— Dudó Charlie.
—Hace un tiempo nos reunimos en un hotel porque Mike nos invitó y pasaron un montón de cosas raras y nos tuvimos que matar entre nosotros porque había que matar a una bestia, ¡Y ellos murieron! A Terry la enterré yo.-
—En definitiva, hay que jugar otra partida.
—Da igual, el juego les explicará que esto no es ninguna broma.
—Lo que no entiendo es que la última vez leímos una maldición, pero es que esta vez no hemos hecho nada.
Los que ya habían jugado antes a Rabia les intentaban explicar a los que no habían jugado nunca que eso no era una broma.
Mientras Vanessa trataba de explicar, una mujer rubia entró por la puerta, con un libro bajo el brazo.
Hubo silencio.
—¿Os referís a este libro?— Preguntó alzando el libro que llevaba, al verla bien supieron que era Leticia Sabater.
Terry señaló el libro con una sonrisa sarcástica.—Ese libro.
Leticia le dio golpecitos al libro.—Pues yo sí lo he leído.— Comentó alegre.
—Te estábamos esperando.— La mujer que les había dado los pañuelos le dio uno a Leticia, para luego irse.
—Chicos, tranquilos, por he conocido al Sheriff y es mazo simpático y creo que nos va ayudar.— Dijo la rubia.
—Pues si es majo habrá que conocerlo.
Al salir y ver al Sheriff, Jeremy y Vanessa se quedaron sin habla al reconocerlo.
—Mr Police Man!— Exclamó la de gafas de sol levantando la mano.
—Alto ahí vaqueros. Dijo el Sheriff montado en su caballo.— Sed bienvenidos.— Al ver las caras de los presentes torció el gesto— ¿Y esas caras?¿Qué pasa, que no soy de vuestro agrado? No puedo forzaros a tener buen gusto.
Terry, Sophie y Alexa lo reconocieron también.
—No se ven mucho forasteros por estos lares, pero podéis alojaros en la posada, la parte superior del Salon— Señaló al Salon—. Eso si, somos un poco estrictos con las normas, por eso os pido que las cumpláis a rajatabla por vuestra seguridad. Regla número uno: Las habitaciones son individuales y quedaran cerradas con el toque de queda de la campana, aseguraos de estar dentro de ellas antes de que termine de sonar. Regla número dos: Bajo ningún concepto abandonéis el lugar antes de completar vuestra estancia, sería una pena despedirse así y por último regla número tres: Seguid siempre las ordenes del orden y la ley, no nos gustaría que nada malo os pasase— Hizo una pausa—. Podéis iros a dormir, pero no sé si muy tranquilos porque uno de vosotros no verá el amanecer de mañana.
Se fue riendo después de decir eso.
—¿Pero esto es verdad lo que ha dicho?
—Sí. Esta noche uno morirá.
—¡¿Pero que estás diciendo?!
—Chavales, vamos a ir muriendo todos uno a uno.— Explicó Jeremy.
—Y mañana tendremos que sacrificar a uno en el cónclave.
Los nuevos se quedaron flipando, esperando que fuese una broma de mal gusto.
Sonó la campana, dando a entender que debían ir a sus habitaciones.
Entraron al Salon, y se distribuyeron en un grupo de seis(parte de la derecha) y otro de siete(parte de la izquierda).
Y como la otra vez, las cartas estaban en cada una de las habitaciones, siendo trece.
Por la mañana todos bajaron a la primera planta del Salon, estaban todos, menos Bryan y Leticia.
—¿Estamos todos?
—Si.
—No, falta gente. Bryan no está.
—Ni Leticia.
—Esperen, ¿Dos en una noche? Siempre moría uno.
—Puede que haya salido.
En ese momento bajó Bryan, pero eso solo significaba una cosa: Leticia había muerto.
Tampoco la conocían de nada, solo por las redes sociales, pero de todas formas su muerte sería igual de triste.
—Me quedé dormido... Perdón— Dijo, bajando las escaleras.— ¿Y Leticia?
Salieron de Salon, ahogando un grito cuando vieron a Leticia ahorcada y con una bolsa en la cabeza.
—Haber, pensad en positivo. Mejor ella que nosotros, nadie la conocía.
—Pero todo esto es de verdad.
—¡Claro que es verdad!
—¿Eso lo ha hecho... Alguien de nosotros?— Se permitió dudar Charlie.
—O sea que el asesino está aquí.— Dijo Christian. En ese momento vieron un flecha, que terminó por clavándose en la pared.
En la flecha venía clavada la carta de Leticia y el pañuelo, Charlie cogió la carta.
«Enterrador: Beso de la no muerte. Puedes resucitar a algún muerto con un beso verdadero.»
—Chavales, eso significa que si alguien muere no va ha poder resucitar.
—En parte eso es bueno. Quiero decir, en la anterior partida eso nos costó caro.
—¿Y por que justo a muerto ella? A lo mejor la bestia sabía...
El Sheriff se asomó por el balcón del Salon, asustando a todos.
—JAJAJAJA, que divertido —Dijo, mientras reía—, eso es una carta de habilidad, cada uno de vosotros tiene la suya, y mejor que la mantengáis en secreto... Pronto se celebrará el cónclave, si encontráis el lugar tendréis una oportunidad para atrapar a la bestia, mucha suerte.
—¿Pero el cónclave dónde está?¿Dónde se celebra?
—Ah, ¿Qué os lo tengo que decir yo? Bueno, venga. Haremos unos pequeños acertijos: Los cuernos duelen al salir, ¿Cuántos necesitas si quieres sobrevivir?— El hombre tiró una especie de pergamino hacía donde estaba Terry, ella lo cogió— Y aquí va el segundo: La estampida ha pasado, ha mis tres hijas a arrasado, treinta huellas he encontrado, ¿Cuántas bestias han escapado?—Tiró el otro pergamino, pero está vez lo tiró hacía donde estaba Vanessa, la chica lo cogió.
Entraron de nuevo al Salon, había un montón de cuernos por todas partes más cuatro pilas de latas con números: 6, 15, 23 y 30. También había unas bolas.
Usaron el segundo acertijo como base para saber que hacer.
«Pista: Lo estampida ha pasado, a mis tres hijas a arrasado, treinta huellas he encontrado, ¿Cuántas bestias han escapado?»
—Quizás hay que tirar la montaña del 30 y el 15.
Sophie sacó sus dotes matemáticos, a ella le dio que habían que tirar la montaña del seis en vez de la del quince.
«Pista: Los cuernos duelen al salir, ¿Cuántos necesitas para poder sobrevivir?»
Contaron todos los cuernos que habían en el Salon, basándose en el primer acertijo.
Llegaron a la conclusión de que había que tirar las montañas 6 y 23.
A Niko le tocó tirar primero, fallando las dos veces. A Christian le tocó después, acertando y dándole al 23, Jeremy también tiró en dirección al 6, acertando.
Un trozó de pared se cayó, dejando paso a una habitación. Todos se asustaron al oír el ruido de la pared cayéndose.
Habían fotos de sus caras pegadas a un postes, habían varios papeles en una mesita y un pequeño fuego. El Sheriff estaba ahí esperándolos. Y todo eso estaba encima de un escenario.
Habían encontrado el sitio.
—Bienvenidos— Dijo, haciendo una reverencia—, a vuestro primer Gran Cónclave, esta noche se ha despertado la bestia y ha acabado con uno de vosotros, o si no que se lo digan a Leticia...— El poste con la cara de Leticia se cayó— y hoy volverá ha pasar, a no ser que se lo impidáis. El cónclave es vuestra oportunidad para detener a la bestia y acabar con todo esto. Votaréis para señalar al más culpable y lo sacrificaréis como grupo. Acertad, y seréis libres. Quiero escuchar vuestras sospechas.
— A ver, yo creo que de la única persona que podemos sospechar es Bryan, debería de ser el único sospechoso.— Comenzó Sophie.
—Bryan a sido el último que ha estado con Leticia y también ha bajado el último.
—No tendría porque ser él, no sé si os acordáis de lo que pasó con Mark en la última partida...— Señaló Terry.
Niko se sorprendió al escuchar el nombre de uno de sus hermanos mayores, no era la primera vez que lo escuchaba. Anteriormente también había escuchado el de Mike.
—"Es que me he dormido"— Dijo Sophie— esa excusa está usadísima, Bryan.
Era raro el ver como el chico no se defendía, literalmente eran todos contra Bryan.
—De todas formas, hay tres revividos. Yo no sé como en ningún día habéis visto ni al Sheriff ni a Leticia.
—Es el juego. Es que no hay más.
—Chicos, lo que habéis jugado antes a esto, los únicos que han hecho algo sospechoso son Bryan y Niko, ambos han hecho algo que han perturbado y han hecho cosas que parezcan sospechosas.
—Niko ha estado callado todo el rato y solo quería la bola para tirar y tirar, aunque fallase.— Dijo Charlie.
—Yo creo que conmigo os equivocáis, solo me he puesto muy nervioso.
—Parecía que lo hacías aposta.
—Hay dos personas de las que no se sospecha nada y podrían hacer buena pareja como bestia y cómplice y son Michelle y Charlie. Y están juntas siempre.
—Y no se os ve muy nerviosas por lo que parece.
—Sí, para ser vuestra primera vez jugando a esto estáis muy tranquilas— Dijo Jeremy
—. Recordad que Michelle no le caía muy bien Leticia.
—A ti tampoco te caía bien Leticia, que lo dijiste varias veces.
—Ya, pero a ti tampoco.
—Es que después de la última vez.., no me puedo fiar de nada. Sí que es verdad que lo de Niko y lo de Bryan es muy sospechoso, pero es que la última vez pasó igual.
—Entonces no tienes nombre.
—No...
—No sé, me parece un poco sospechoso que no tengas ningún nombre y que no tengas nada que decir.
—¿Te parece sospechoso que llevemos aquí un día y no quiera mandar a matar a nadie?
Después de un rato de discusión, el Sheriff silbó.
—Pues yo me lo estoy pasando fenomenal, y más ahora que es hora de votar. Pensad bien a quien traicionaréis. El momento de votar a llegado, podéis subir y proceder.
—El cónclave a finalizado, la sentencia a sido dictada y ahora, deberéis llevarla a cabo como grupo.
«¿Nos vamos a matar entre nosotros?»
—¿Quién será?— El hombre se comenzó a pasear por al rededor de los carteles— Quizás eres tú... O quizás eres tú. El sacrificado, por el bien del grupo, es... Michelle.— Al decir esto, tiró abajo el cartel de la foto de Michelle.
—Yo no soy.
—¿Y ahora qué?— Preguntó Zack, alejándose de la de ojos grises.
Niko agarró una botella de cristal y le pegó con ella a Michelle, esta cayó al suelo.
—Pero, bro...¿Qué has hecho?— Preguntó Terry.
—Había que hacerlo.
—¡NO HA DUDADO NADA!
Y... Bien, ahora Niko era el que más sospechas daba.
— Si queremos salir de aquí hay que hacer caso a ese hombre.
—Tienes una tranquilidad encima que no es normal, han dicho el nombre y no has tardado ni un segundo en matarla.
Salieron del Salon sin rumbo fijo, solo querían explorar un poco el pequeño pueblo. Fue cuando el Sheriff fue hacía ellos con un sonrisa.
—Vuestra primer sacrificada a sido Michelle, ¿Será o no será? Lo sabremos si esta noche no hay ninguna víctima.
—Sheriff, en el otro juego había una cosa llamada "el Caldero de los Inocentes", ¿Podemos contar con eso para este?— Preguntó Jeremy— Es una forma de demostrar si alguien es inocente o culpable.
—Está bien, está bien. Esto— Señaló a donde se había apoyado anteriormente, era un pozo— es el Pozo de Revelación, podréis verter una esencia de coyote y descubrir si uno de vosotros es inocente. El que la vierta si encuentra humo blanco es inocente, rojo o negro la bestia.
Sonó una especie de pitido.
—Mirad, eso es una señal de que se os ha activado un pozo. Cerca encontraréis una pista que os llevará al primer Vial de esencia de coyote.-
En el techo del pozo había un pergamino, Bryan lo cogió.
—Sinceramente espero que no os sirva de nada.
«Pista: Sé el guía, dame descanso, que mi alma toque, y serás recompensado.»
Se fijaron en una estatua de un indio, se acercaron y vieron que estaba mirando a un lugar, concretamente a una flecha que daba a más flechas. Las siguieron y acabaron en una iglesia con un cementerio.
Entraron directamente al cementerio, y una espesa niebla empezó a cubrir todo.
«Tu música nos devolvió a la vida, ojalá descanses en paz.»
Se fijaron en una tumba abierta, miraron y faltaban huesos.
Probaron a jugar a la "búsqueda del tesoro" pero en vez de buscar un tesoro, había que buscar el cráneo, los pies y las manos de un persona ya hasta los huesos.
Reunieron los huesos faltantes y los colocaron con una pala que había por el cementerio, después enterraron el esqueleto y se pusieron a pensar que les faltaba.
Se oyó un piano que parecía venir desde el interior de la iglesia.
Al entrar, vieron un montón de velas en el suelo y un maletín encima de un piano.
Terry, Sophie y Zack fueron los últimos en entrar.
Vanessa levantó la tapa del piano, dejando ver un código.
El código era: Círculo, barra, círculo, triángulo, círculo y cuadrado.
El problema es que el cofre tenía candado con código, y era numérico.
Probaron muchas combinaciones hasta que una les sirvió, Jeremy abrió el cofre, el Vial estaba ahí.
Al llegar al pozo vieron al Sheriff, y, después de una votación, quedaron en que Niko tiraría el Vial.
Salió humo blanco, Niko era inocente.
—Pero acordaos, a lo mejor no es la bestia pero puede ser cómplice.
En ese momento sonó la campana, debían correr o si no se quedarían fuera.
A la mañana siguiente estaban todos, menos Niko. Lo buscaron fuera y lo encontraron ahogado en el bebedero de los caballos.
La carta de Niko era el Chaman "Tu puerta no se bloquea durante la noche".
Un pitido se escucho, Vial desbloqueado.
Fueron al pozo, había otro pergamino.
«Encuéntrame en las profundidades»
Miraron en el pozo, pensando que se podía referir a eso, pero no había nada.
No obstante, se fijaron en un pequeño tubo donde había piezas de puzle en el fondo. Nadie llegaba al fondo del tubo, ni siquiera Zack, que era prácticamente el más alto de todos.
—Podríamos llenarlo de agua.
Alexa tenía razón, además, detrás de ellos había una especie de tanque con grifos y dos cubos.
Sophie y Bryan subieron por la dos cuerdas que habían, bajando los dos cubos.
Pero los cubos estaban vacíos.
Christian se fijó en una especie de palanca, le empezó a dar y observó como el agua empezaba a salir por el grifo.
Empezaron a llenar el tubo de agua con la poca agua que salía, fue cuando Christian se subió a la valla con un cubo y lo empezó a llenar que empezó a salir más agua.
En media hora el tubo ya tenía suficiente agua como para coger las piezas del puzle.
Hicieron el puzle, este formaba la imagen de una persona con un yunque. Vanessa divisó un yunque y, cuando fue a mirar detrás, estaba el Vial.
Al llegar al pozo, el Sheriff apareció.
—Un nuevo Vial es una nueva oportunidad para conocer a un inocente, ya sabéis como funciona. Uno de vosotros lo verterá, si es inocente saldrá humo blanco y si es la bestia, rojo o negro.
Antes de votar, fue Charlie quien dijo que quería romper otra alianza. Evidentemente, se refería a Jeremy y Vanessa.
—Pero vamos a ver,— Dijo la rubia— no tiene sentido lo de las alianzas, las cartas no las elegimos nosotros, nos las dan.
—Normalmente las alianzas, en el caso de que nosotros seamos una, uno tendría que se el cómplice. Os quedaríais con la duda, pero si ahora Charlie lo echara ya no habría duda.
—La verdad es que sí, y justo a muerto quien mató a Michel.
—Queremos cargarnos las alianzas, ¿No?— Reprochó Jeremy.
—Quiero cargarme VUESTRA alianza.
—Ya hemos roto una alianza, vamos a romper otra.
El Sheriff rio.
—Chicos, que no pasa nada, solo es demostrar vuestra inocencia.
Empezó la votación, esta vez fue Vanessa la que tiró el Vial. Aunque Jeremy quería tirarlo él, si alguien se debía poner en peligro, debía ser él.
Al principio salió humo blanco, pero después se fue tornando rojo. Ella era la bestia.
Todos se alejaron de la mexicana-argentina, excepto Jeremy y Christian.
—¿Algo que decir?
—Yo no lo escogí. No fui yo la que ha matado a la gente, también te lo digo.
—¿Y por qué has matado a Niko?
—No lo maté yo. No he sido yo.
—¿Y si hay más de una bestia?— Dijo Alexa.
—Hay que pena, muy bonito, muy bonito... Fastidiándome la diversión.— El Sheriff palmeó y un grillete apareció atado al pie de Vanessa.
—¿Hemos ganado?
—Bueno, bueno, no adelantemos acontecimientos, aún tenemos un cónclave por delante, pero Jeremy, ¿Quieres decirle algo a... Tu bestia preferida?
Jeremy se acercó al rubia, abrazándola, Christian se quedó en su posición.
«¿De que me sirve salir si no es contigo?»
—No voy a dejar que te maten.
«No puedes hacer otra cosa, tienes que salir de aquí.»
—Di adiós.
Cuando el Sheriff dijo eso el grupo ya se había alejado pero se giraron al oír eso, y Vanessa y el Sheriff desaparecieron.
Fueron a buscar a Jeremy con un sentimiento agridulce, estaban felices por salir, pero por otro lado...
Cuando llegaron al cónclave el Sheriff estaba en el escenario, al lado estaba Vanessa apresada y sin poder hacer nada.
—Bienvenidos al segundo Gran Cónclave. El ritual de revelación ha hablado y el pozo no miente. Esta noche, uno de vosotros recibió una visita y decidió darse un bañito— El Sheriff tiró abajo el cartel de Niko—. Ay, Vanessa, como pudiste. Ahora la pregunta es la siguiente: ¿Mataréis a la bestia o tal vez tenga más amigos?
Fue evidente la decisión del grupo, matarían a Vanessa, Jeremy era el único que estaba en completo desacuerdo. Pero mayoría gana a minoría, asique...
—Veo que estáis bien decididos, a veces eres la Bella y a veces eres la Bestia. La verdad es que es una pena, no me gustaría despedirme de vosotros tan pronto, pero... Las normas son las normas. Podéis deciros unas últimas palabras antes de votar.
Jeremy se acercó al escenario.
«Nes, pase lo que pase, volveré a por ti... Y saldremos del juego, juntos.»
—Ya está, es suficiente. Recuerda que mentir no es un accidente, es una lección— Dijo el Sheriff mientras Jeremy abandonaba el escenario—. Venga lágrimas de cocodrilo, fuera de aquí. Ahora subiereis a votar, la bestia votará también, ¿Quién sabe? A lo mejor tenemos alguna sorpresa. Empezaremos por ella.
Vanessa le susurró al oído a quien quería votar, cuando el Sheriff terminó de escribir echó el papel al fuego.
—La sentencia a sido dictada, ahora deberéis llevarla a cabo como grupo. El sacrificado, por el bien del grupo, es...— Hizo una pausa para agregar suspense— ...Vanessa.
Tiró el poste de Vanessa después de decir eso, la chica desapareció de inmediato, su muerte fue horrible.
Atropellada por un tren, quien lo diría...
Esa noche fue de celebración total, ¡Habían pillado a la bestia! En las mesas ellos estaban sentados, tomando licor o(En caso de Zack) agua o Coca-Cola.
Christian, Terry y Zack estaban sentados con Jeremy, este ya se había bebido cuatro copas de vino cuando le dijeron que parara.
—Tío, no bebas más.— Le dijo Christian intentado quitarle la botella de las manos, causando que Jeremy tirara el vaso al suelo de la rabia.
Sophie y Charlie estaban jugando a las cartas, varias estaban tiradas en el suelo. Alexa bajó las escaleras preguntando porque estaban tiradas.
—¿Qué me he perdido?— Preguntó sentándose.— Ostras, mi copa.— Dijo agarrando sin querer la copa de Sophie.
—No, no, está es la tuya.— Corrigió Sophie riendo.
Justo sonó la campana en ese momento. Esa noche se fueron a dormir mucho más tranquilos.
Cuando bajaron estaban dispuestos a irse de aquel lugar, pero....
La bestia tenía más amigos.
Pues, Charlie estaba muerta en medio del Salon, y tenía espuma en la boca.
—¿Qué hace Charlie en el suelo?
—¡Os dije que Vanessa no era!
—Pero que no sabemos si está muerta todavía.
Se acercaron al cuerpo y, evidentemente, estaba muerta.
—Parece como si la hubieran envenenado.
En ese momento entró el Sheriff con una pistola, y todos se escondieron por miedo.
—JAJAJAJA, SI CAE UNO DE LA BANDA CAE TODA LA BANDA.— Dijo como desquiciado apuntando aleatoriamente a las personas que estaban allá.— BAJAD, PÁJARITOS, BAJAD. REGLA NÚMERO TRES: SEGUID SIEMPRE LAS INDICACIONES DEL ORDÉN Y LA LEY.
«Hay que ir»
—TRES, DOS,— Empezaron a salir de sus escondites al pronunciar esto—Uno... Venid, acercaos.— Mandó el Sheriff con un tono más tranquilo— Aquí. Todos— Alexa bajó con las manos por encima de su cabeza—. Ya os lo he dicho, si cae uno de la banda, cae toda la banda.
El Sheriff apuntó a Alexa y apretó el gatillo.
—¡NO, LEX!— Gritó Sophie— Íbamos a salir.., íbamos a salir...
—¿Qué?¿Sorprendidos? Es que quizás en este juego no hay una bestia... Sino dos.— Cuando el Sheriff terminó de decir esto, un pitido sonó, un nuevo Vial había sido desbloqueado.
—¿Hola?¿Hola?— Al llegar al dónde el Pozo de los Inocentes se escuchó un voz dentro de un baño portátil, de ahí salió el Sheriff.
—Os he dejado un regalito— Dijo riendo— ¿No queréis ir a mirar? Es para vosotros— El grupo dudó—. Bueno, si no queréis ningún Vial, es problema vuestro.
Fueron adentro del baño para agarrar el cubo donde se hacían las necesidades. Sin embargo, eso no era caca, sino barro. Venía bien saber eso, pero seguía oliendo fatal.
—Yo no pienso meter la mano ahí dentro.
Fue Christian el que se aventuró a meter la mano dentro del cubo, de ahí sacó una llave.
—Busca, busca, busca un poquito más.
—¿¡Más?!
—Pero que lo haga otro, ¿Miraréis más o no miraréis? Quizá él no es capaz de encontrarlo, pero a lo mejor alguno de vosotros sí sea.
Esta vez fue Terry la que metió la mano dentro del cubo, sacando otra llave.
En una llave estaba dibujada la placa del Sheriff y en la otra el símbolo del dólar.
—Dos lugares, un solo Vial. Deberéis separaros y haber si lo encontráis.-
Y eso hicieron, Terry, Jeremy y Christian fueron al banco y Sophie, Bryan y Zack a la comisaría del Sheriff.
En la comisaría había dos celdas pequeñas(las cuales estaban cerradas), en una de ellas estaba sentada una muñeca.
Sophie fue la primera en fijarse en unos carteles puestos en la oficina.
—Están ahí todos...
Unos carteles de "Se busca vivo o muerto" de Mark y Jay estaban colgados por la oficina.
—¿Y ellos dónde están?— Preguntó Zack.
—Bueno... Mark y Jay escaparon.
También habían carteles de Michael, Mike, Sergio.
—¿Y ellos?
—Se quedaron atrapados en el juego, pero en este no.
—Están en el juego, pero en este no.
—O sea que siguen vivos.
—Bueno, "vivos" como nosotros.
—Chicos, miren esto— Dijo Zack—. "Acerca lo que más me importa"— Leyó encima de un cajón.
—¿Qué puede ser lo que más le importe al Sheriff?
—Dinero, la placa, una escopeta para volarnos la cabeza a todos...
Acercaron una bolsa de dinero, pero nada.
Mientras, con el otro grupito de tres, ellos estaban intentando descifrar una especie de "código", o una regla de tres.
«1€: 9$ 1 plata: 2 bronce 3 bronce: 1 oro»
Al lado de ellos había una puerta que decía "Apertura automática con 66$ exactos o equivalente".
Se pusieron a recoger monedas que estaban por el banco luego de haber leído eso.
Volviendo con Zack, Sophie y Bryan, ellos habían probado con todo lo que estaba en la oficina, hasta que decidieron acercar la muñeca. Y, por más extraño que suene, el cajón se abrió, dentro había una llave que abrió una de las dos celdas.
La celda llevaba a un pasillo extraño, al fondo había un armario. Al abrirlo, se encontraron con la que parecían ser más partidas.
Rabia: La maldición del lejano oeste, Rabia: Comando Squad y Rabia: Sanatorium solo eran algunas de las partidas.
Al final del todo del armario, estaba el Vial, pero en vez de ser como un líquido blanco era transparente.
Se reunieron todos en el pozo, ambos grupos tenían el Vial, y ambos eran transparentes.
Llegaron a la conclusión de que había que mezclar ambos Viales.
Y si, había que hacer eso.
Hicieron la votación, Jeremy votó a Sophie, al punto de crear una pelea y que el Vial se cayese.
Sonó la campana en ese momento para el cónclave, y fueron corriendo.
—Bienvenidos a vuestro tercer Gran Cónclave. Hay una serpiente en vuestro jardín, una serpiente en el paraíso, la pregunta es: ¿Conseguiréis atraparla, o ,por el contrario, os clavará los colmillos antes de que os deis cuenta? Es el momento de poner en común vuestras sospechas, votaréis para señalar al más culpable, y lo sacrificaréis como grupo. Acertad y seréis libres. Quiero oíros, contadme de quien sospecháis.
—Mis sospechas van para los dos que hicieron caer el Vial: Zack y Sophie.— Dijo Terry.
—A ver, os voy a decir que el tema de la botella yo la tenía en la mano y me empujó.
—O perfectamente no querías ir al pozo y dijiste "Uy, se me ha caído".
—Claro, culpa mía ahora, ¿No? Estaba tranquilamente y Sophie me empujó, se cayó al suelo sola.
—El golpe que le he dado a Zack no ha sido lo suficientemente fuerte.
—¿Y tú porque te pusiste así cuando él te acusó?
—¡Por qué Jeremy siempre va a por mí!
— En la última votación todos estuvimos de acuerdo en que daba igual quien echará el Vial y tu ibas solo a por Vanessa.
—Y TÚ cuando sabías que Vanessa tenía que ir porque casi todos la habíamos votado te hiciste el héroe y dijiste: "¡No, voy yo, voy yo!".
—Hombre, es lo que haría cualquier persona que la quisiera.
—¿Y si a lo mejor sabías que ella era la bestia?
—¿Y si lo sabías tú y sabías que ella era la única que podía nombrarte y decir que eres la bestia?
—¿Y que pasa con Bryan y Chris, que están todo el rato callados y no hablan?
—¿Y por que nos metéis a nosotros?
—Es verdad que hay gente que pasa muy desapercibida.
—Cierto, cierto. Bryan anda— El Sheriff se giró para atrás, fingiendo sorpresa—, estás aquí. Te he confundido con un mueble, ¿Qué pasa, Bryan?¿Eres de los que las matan callando?
—¿Qué pasa?¿Qué cómo no reacciono cómo los demás tengo que ser la bestia?
—Te veo observando en silencio.
—Como la bestia anterior.— Dijo Sophie.
«¡AHHH! Perdón, solo quería recordar el grito de Sophie al caer»
—Es cierto que Bryan no ha confirmado con exactitud porque bajó tarde, y no se le oye nunca en los cónclaves.
—Ya lo dije, ¿Qué pasa si me quedo dormido?
—Es que vaya excusa de mierda.
—Pues mira tú Ludwig, no paras de acusar a todos.
—Esta noche murió Charlie y por consecuente la otra miembro de su banda, Alexa. Pero eso ya lo sabíais. Sobre todo tú, Terry. Ahí desde las alturas vigilando a todo el mundo, ¿Qué te crees, que no lo vemos? Aparte, ¿Por qué te haces la tonta si después eres tan rápida resolviendo acertijos?¿Acaso sabías la respuesta?
—Yo también sospecho de Terry.
—La verdad es que... Ahí le ha dado.
—¿Viste algo ayer?
—¡No! Si fui a la habitación.
—Normalmente siempre eres buena resolviendo las cosas, y aquí no estás ni sospechando de nadie, ni diciendo nada. No estás intentando... Parece que no quieras que esto se resuelva.
—Pero si estoy ayudando en todo lo que puedo.
—¿De quien sospechas tú?
—Yo ya te lo he dicho: De Sophie y Zack.
—Christian, ¿Qué pasa contigo?¿Estás en el mundo para rellenar o por el contrario mueves los hilos desde la sombra?
—Yo la verdad no he hecho nada sospechoso, y... La verdad, ojalá hubiera echado yo el líquido en el pozo para poder demostrar mi inocencia.
—La cosa es esa, no has hecho nada raro.— Habló Zack.
—Justo como lo haría la bestia.
—Como no he hecho nada raro no me puedo defender de algo que NO he hecho.
—Es verdad, podrías hacer como Sophie, que conoce perfectamente el juego, pero... Casualmente siempre, siempre sale inocente, ¿Te digo un secretito, Sophie? Nunca nadie te ha votado ¿Por qué?
—Porqué quiero salir de aquí y soy él que más ganas le pone, y ellos lo saben.
—¿Quién creéis que son vuestros amigos? O tal vez nadie en este punto. La verdad es que tengo mejores cosas con las que perder el tiempo. Es hora de votar.
—No, no, no.— Dijo el Sheriff cuando vio que Jeremy iba a votar.- No puedes votar, Jeremy. Uno de tus "amigos" te ha vetado. En el cónclave de hoy no votarás.
—El que sea tan valiente como para vetar, que sea tan valiente como para decirlo, ¿No?
—El cónclave ha finalizado, ¿Quién de vosotros será? La sentencia ha sido dictada y como vosotros habéis dictado la sentencia, deberéis llevarla a cabo. Y el sacrificado, por el bien del grupo, es...— Hizo una pausa— Zack.
El Sheriff tiró el cartel del mexicano al decir eso.
—Os habéis equivocado.
—Se te cayó la botella.
Sophie agarró a Zack y Terry le pegó con una botella en la cabeza, dejándolo inconsciente.
Decidieron tirar el cuerpo del pelinegro por una montaña, si antes estaba medio vivo, ahora estaba muerto.
Era prácticamente de noche cuando ya estaban sentados en las escaleras del Salon.
—Somos poquísimos ya— Dijo Bryan.
—Cada vez quedamos menos...
—¿Creéis que habremos acertado?— Preguntó Terry.
—Es que si no hemos acertado, ya sería otro más está noche. Seríamos cuatro.
—Como no hagamos algo seguiremos cayendo como moscas. Éramos trece, ahora somo cinco.
—Yo ya no tengo nada que perder, asique..
En ese momento sonó un pitido, avisando de que un Vial se había desbloqueado.
Al salir vieron a Sky y Harry atados y rodeados de dinamita, al lado estaba el Sheriff. Fue evidente que la primera en preocuparse fue Terry.
También había una especie de palos con cuerdas y un panel.
—¿Qué cojones?
Terry intentó acercarse a ellos.
—¡EH!¡Quieta!
—Sky...
—Bueno chicos, ¿Qué os parece si subimos las apuestas? Vosotros mismos, una oportunidad de conseguir el Vial y aparte salvar a vuestros seres queridos. O quizá tenemos un poquito de BOOM. Es muy sencillo, un acertijo, continuar la serie y si acertáis, podréis acercaros a recoger el Vial. O si no...¡BOOM! Me voy antes de que esto se ponga peligroso.
—Haber, supongo que con cada cuerda haremos un número.
«Sigue la serie: 1,1, 2, 4, 8, 16, 23»
—Es que esto cuadra hasta el 23.
—El 23, para que a mi me cuadre debería de ser un 32.
—¿Y le damos la vuelta, así sin más?
Mientras pensaban en que hacer, se podían oír los gritos de los dos atado de fondo. Estaban nerviosos, demasiado.
—¿Alguien quiere decir un número para luego, si le llega pasar algo a Sky o Harry, tener nosotros la responsabilidad?
—Entonces lo tiene que decir Terry.
—Yo... No puedo.
—Es que ninguno tenemos la solución.
—En los cónclaves hemos matado todos juntos, aquí lo mismo.
—Podríamos poner 64...
Y eso hicieron, poner el 64 con los palos y las cuerdas.
Le dieron a una especie de palanca, si la cuerda no se prendía fuego significaba que habían acertado. Fue Bryan quien la pulsó.
—¡NO!
Gritó Terry al ver que la cuerda se prendía fuego, habían fallado.
Los demás tuvieron que agarrar a Terry para que ella no fuera adónde sus dos amigos.
La explosión fue tan fuerte que les tiró al suelo.
—¡NO!¡Ha sido todo vuestra culpa!— Gritó, con los ojos llorosos.
—Había que hacerlo, lo siento.
—¡Daba tiempo de sobra para ir a por ellos!
—Si hubieras ido hubieses sido tú la que moriría.
—Tú...- Dijo la peli naranja, medio reincorporándose— ¡Fallaste, inútil!— Exclamó mientras se abalanzaba sobre Christian, este se echó para atrás y Bryan volvió a agarrar a Terry.
—No, él no tiene la culpa. Lo hemos elegido todos, tú aceptaste.— Dijo Jeremy mientras ayudaba a levantarse a Christian.
—No había otra opción.
Se oyó al Sheriff silbar detrás de ellos, Terry se levantó del suelo con ayuda de Sophie al oírlo mientras trataba de regular su respiración.
—No para, es que no para.
—No me dejéis solo por aquí.— Dijo el Sheriff.
Terry avanzó amenazadoramente hacía el Sheriff, cuando el hombre notó eso sacó una pistola de su bolsillo.—Eh, eh, quieta. Tú a tu sitio.
—Te voy a matar, te lo juro.-
—No sé porque me odiáis, mejor un enemigo que te odie a la cara, que un amigo que te apuñale por la espalda. Pero para que veáis que no soy tan malo, tengo un regalo— El Sheriff agarró una caja—. Pero... Solo tengo uno, ¿Quién lo quiere?
Todos se echaron para atrás, no se fiaban.
—Yo lo quiero.— Dijo Terry una vez con la respiración más calmada.
—¿Quieres el regalito? De acuerdo— El Sheriff abrió la caja, dentro había una llave—. Esta es la llave de la celda, tú escogerás a alguien que dormirá en el calabozo. Si escoges a la bestia, esta noche no habrá ningún muerto.
—Vale, piénsatelo bien. Usa la cabeza.
—No te dejes llevar por lo que estás sintiendo ahora mismo.
—Christian.— Ese nombre salió de su boca casi sin pensarlo dos veces.
—No, no...
—No, Terry.
—He dicho Christian.— Al decir eso empujó a Jeremy, este trataba de convencerla de que se lo pensara bien.
—Terry, por favor te lo pido que te lo pienses bien... Ese número se nos ha ocurrido a todos. Lo siento, de verdad.
—Escuchad, estamos nominando todo el rato a gente que creemos porque es muy sospechosa y nunca acertamos. Lo mismo eres tú.
—He... Dicho... Christian.— Respondió ella casi tartamudeando.
—Pues Christian será— Dijo el Sheriff, Terry se acercó a la celda(la cual estaba al lado del Sheriff) donde Christian pasaría la noche—. Enhorabuena, Christian, te has ganado una noche en una mugrosa celda.
Christian entró por las buenas, sin pelear.
Después de encerrar a Christian, Terry le dio la llave al Sheriff.
La campana sonó en ese mismo momento anunciando la hora de dormir.
Christian se sentó en el banco de la celda, pensando si estaba más seguro o, por el contrario, menos.
A mitad de la noche el rubio oyó un ruido, sobresaltándose.
—No mames... ¡BRYAN, TERRY, LA BESTIA!¡AYUDA!
El chico estuvo gritando, pero nadie le ayudó, nadie le escuchó... No era la primera vez que hacían esto.
Por la mañana, Terry, Sophie, Bryan y Jeremy fueron a ver a Christian. Lo que vieron fue al Sheriff al lado de la celda y al español muerto, una flecha le estaba atravesando el cuello.
—Me gusta estar contigo, Christian, porque te mantienes mucho en silencio— Dijo el Sheriff—. No, él no era la bestia, él era el Predicador y podía vetar a alguien en un cónclave. Ya sabes quien fue, Jeremy. Uno de vosotros sigue siendo una sucia sabandija, pero, ¿Quién será? Pito, pito, gorgorito..
Un pitido sonó, Vial desbloqueado.
El Sheriff puso los ojos en blanco al oír ese molesto sonido y les lanzó un pergamino, el cual Jeremy atrapó.
«PISTA: Colgada te espero, piensa con astucia. Cuando estoy negra, estoy limpia, cuando estoy blanca, sucia.»
—¿A alguien se le ocurre algo?- Preguntó Jeremy al leer la pista.
—Una pizarra quizá.
—Si, una pizarra, ¡En la escuela!
—Di adiós Christian. ¡Adiós!— Dijo el Sheriff cuando se estaban yendo.
Al entrar en la escuela, vieron que las mesas de delante estaban llenas de platos con cúpula y en la pizarra había una especie de ahorcado.
Sophie leyó unas palabras que estaban en la pizarra:
«Destapar: 1
Pasar: 1
Comértelo todo: 1 »
Se sentaron y Terry fue la que destapó el primer plato. Habían unos gusanos.
—Agh, huele asqueroso. Imposible, lo paso, Bryan.
Bryan se comió los gusanos a regañadientes.
—¡Mira, mira!— Le dijo Sophie a Bryan mientras este intentaba no vomitar, pues en al pizarra había aparecido la letra "A" al final.
Sophie destapó esta vez, habían ojos de pez, intentó comérselos, pero al ver que casi le vomita a Terry encima decidió dejarlos.
«Si Sophie intenta hacer lo que hizo en la primera partida sobre darme un beso con los ojos de pez, yo juró que aquí me desplomo»
(Nota de Autora: Perdón, estaba viendo la escena y necesitaba ponerlo XD)
Bryan destapó su plato, había erizos de mar, pero al ver la pinta que tenían decidió pasárselos a Terry. Ella los probo, estaban buenísimos.
Salió otra letra, la "I" siento la quinta letra de la palabra.
Jeremy destapó su plato, había una lata, la abrió y empezó a salir una especie de líquido raro que olía fatal, decidió tirarlo fuera y dejar eso de lado.
—Bueno da igual, podemos comernos el resto, tendremos cuatro letras todavía.
Terry destapó otra vez, habían dos guindillas, se lo pasó a Jeremy porque no había comido nada.
—Lo compartimos, mitad y mitad.— Dijo Bryan.
Y eso hicieron, pero no ganaron ninguna letra.
Jeremy levantó otro, había un corazón.
—Chicos, yo abandonaría.
Y justo en ese momento sonó la campana anunciando el cónclave.
—Bienvenidos a vuestro cuarto Gran Cónclave. Sigue habiendo una manzana podrida en vuestra cesta de frutas, ¿Conseguiréis sacarla antes de que pudra a las demás? Esta noche ha habido un saltamontes que no ha podido saltar— Tiró el cartel de Christian después de decir eso— ¿Cuántos eráis y cuantos sois? Cuantas caras caídas veo por aquí, eráis trece, sois uno, dos, tres y... cuatro y encima uno de vosotros es un mentiroso. Este es el momento de poner en común vuestras sospechas, votaréis para señalar al más culpable y lo sacrificaréis como grupo. Es una de las últimas oportunidades que tenéis yo de vosotros la aprovecharía. Qué vuelen los cuchillos.
—Llegados a este punto solo queda votar.
—Pero no os desaniméis, ¡Esto es una fiesta! celebremos todos juntos, ¿Sabéis un secretito? Jeremy, te libraste por un pelo en el anterior cónclave, ¿Quién crees que te votó?
—Más de los que me gustaría.
—¿Y por qué?
—No lo sé.
—Quizás porque se te ve un poquito el plumero. Te libraste porque hubo voto doble, porque sino, sino...
—¿Quién votó doble?
—A ti te lo voy a decir.
—¿Y por que Christian anuló tu voto?
—No lo sé.
—Algo pasaría entre vosotros dos, ¿No?
—Fuiste tú la que lo metió en la cárcel.
—Pero ya sabes el porqué.
—No. Fuimos todos los que decidimos poner ese número, tú lo sentenciaste a muerte.
—Yo no sabía que iba a morir ahí.
—Si que lo sabías. Todos lo sabíamos.
—Si yo fuera la bestia tendría sentido que matase a quien más odie. Terry, ¿Por qué a muerto Christian?
—Yo no sabía que iba a morir.
—Qué no dice...
—¿Y tú qué?¿Por qué tiraste la botella?
—No fui yo, fue Zack.
—Tú le empujaste.
—Es que es verdad, Sophie. Tú eres la que vas acusando a todos.
—Yo quiero salir.
—Esa es tu excusa de siempre, todos queremos salir, pero nadie se pone como tú. Y, Bryan, ¿Qué te pasa que siempre pasas desapercibido? Llegando tarde a los sitios, no sé, pero también es sospechoso.
—Perdona pero para que lo sepas solo he llegado tarde una vez, y fue porque me quedé dormido, y ya está. Me lo estáis diciendo en cada cónclave.
—Hasta el Sheriff te llamó mueble, porqué es como si no estuvieras.
—También es verdad que le has echado menos ganas a la comida, has ayudado cero.
—No es que yo haya ayudado cero, es que comparando lo que me ha tocado a mí con lo que te ha tocado a ti... es muy diferente, Sophie.— Respondió Jeremy.
—No eras capaz ni de abrir una lata para conseguir una letra.
—Tampoco era la primera letra que se perdía.
—No le echáis ganas a nada.
—Mentiras y secretos, y pensaba que había muchas ratas pero ahora estamos al completo. Sophie— Dijo canturreando— ¿Qué te crees, que no tengo para ti? Me gusta mucho como juegas, de hecho, eres mi favorita. Siempre estás ahí, siempre vigilando. Y te diré más nunca nadie te ha votado, ¿Por qué será?
—No lo sé, pero por algo será digo yo.
—Yo creo que todos hemos dudado de ti en algún momento.
—¿Ah, si?¿Y cuantos me habéis votado? Uyy, cuantas ganas tenéis de salir.
—Han habido otros sospechosos.
—Bryan, ¿Te alegraste de que murieran tus amigos?— El Anderson negó— Dime la verdad.
—¿Te alegraste?
—¿De qué?¿De que murieran en el juego?
—Realmente ningún amigo suyo a muerto sigue viva, a su lado.
—Pero si su hermano.
—Anda... Que casualidad.
—Ya os lo digo yo, si fuera la bestia, yo creo que Sophie sería de las primeras en morir.— Sophie musitó un "gracias" sarcástico al oír eso.
—¿Por qué?
—Porque lo demás sospecharían de mi directamente si no lo matara.
—O estás usando ese argumento para volver a darle la vuelta a todo.
—Entonces ya pensemos cualquier cosa.
—Una verdad a medias, es la mentira más cobarde. Es hora de votar.
—El cónclave a finalizado. La sentencia a sido dictada, ahora deberéis llevarla a cabo como grupo. Y el sacrificado, por el bien del grupo, es... Anda, si tenemos un empate. Sí, un empate. Terry, tú eres una de los más votados, Bryan, tú eres el otro.. ¿Y sabéis como resolvemos los empates por aquí?— El Sheriff fue atrás del escenario a por una cosa, y volvió con una caja en las manos.— ¿A quién el apetece.. Un duelo?— Dijo mientras abría la caja con dos pistolas dentro.
Salieron afuera del Salon, los dos más votados estaban uno frente a otro preparados para dispararse en cualquier momento.
Bryan fue el más rápido al disparar.
A la mañana siguiente comprobaron que estaban todos, significaba que Terry era la bestia, habían ganado.
Antes de irse miraron atrás, viendo al Sheriff y a los espíritus de todas las personas muertas, menos de las dos bestias.
Cruzaron el túnel por el que habían entrado el primer día, recordando todas las muertes.
Habían ganado, sí, pero... ¿A que costo?
»»»Fin del Capítulo«««
Empezado: 06/05/'23
Terminado: 09/06/'23
Palabras: 6894
Sí encuentran errores dígamelo por favor, estoy terminando esto por la noche y creo que el escribir todo el día me esta afectando JSJSJA
¿Qué les pareció?¿Debería hacer los caps más cortos?¿Quién les gustaría que fuera la bestia?¿Muerte que les haya dado más pena? CUENTENME!!
Por cierto, los "»«" los pongo cuando dicen alguna frase, recuerdan un momento o descubren una pista.
Funfact: Aunque vean que Bryan y Sophie aquí se lleven medio mal estos dos se llevan muy bien, para comprobar cuan tan bien se llevan tendrán que esperar al capítulo 6 xd-
(PD: Estaba viendo el capítulo 5 de Rabia mientras hacía esto y el "gracias" sarcástico de Sieteex cuando Guillem dijo "Si yo fuera la bestia, Siete sería el primero en morir" me dio algo de pena-)
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