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Y tal y como pedía una y otra vez la joven, el tiempo paso...

Los mensajes nunca cesaron, el saludo nunca falto y el apoyo siempre estaba presente.

Entre mas transcurrió el tiempo para ambas, sus vidas se volvían cada vez mas complicadas, pero de alguna manera ambas pudieron soportar el tiempo suficiente para poder conocerse.



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Después de 6 largos años, el día por fin había llegado.

¡Y Paulina estaba con los nervios de punta!

Citlali había ahorrado lo suficiente para poder tomar un vuelo al distrito, por meses estuvieron planeando todo.

La chica demasiado entusiasmada no dejaba de dar vueltas por la sala de su mejor amiga, Andrea; una chica un año mayor que ella, con la piel un poco morena, con la mitad de su cabello largo pintando de un brilloso color azul, que hacía resaltar demasiado sus ojos color gris; vestía una falda a cuadros de color negro con rojo que le llegaba un poco más arriba de las rodillas y que tenía una cadena plateada como cinturón; combinándola con una blusa holgada de color negro, que tenia bordado una pequeña bolsa de la misma tela que la falda, finalizando con unas botas negras.

La mujer se encontraba sentada en el sillón de su sala (ella vivía sola), observando como su emocionada e imperativa amiga de la preparatoria no dejaba de dar vueltas.

"¡Paulina, por favor deja de dar vueltas!" grito, comenzaba a marearse.

"¿Cómo me pides que me calme? Citlali llegara en menos de 5 horas al distrito" paro de caminar y volteo a ver a su amiga dejando ver por fin sus ojos que eran de un color azul cielo; cabello corto y completamente negro. Llevaba puesto unos pantalones de mezclilla; una blusa de color mostaza y un chaleco. Finalizando con unas botas de tacón de color café claro.

"Lo sabemos, has estado diciendo lo mismo desde hace una semana" respondió una tercera persona desde la cocina.

"Alexia deja de esconderte en la cocina y ayúdame a controlar a esta niña" suplico Andrea, era capas de golpearla para que estuviera quieta.

De la cocina salió una mujer de cabello largo de color café oscuro y un par de ojos marrones. Su piel era de un tono claro igual que el de Paulina, aunque a diferencia de las chicas ella mantenía su cabello amarrado con una liga. Estando vestida con un par de vaqueros de color claro; una blusa de color azul, su color favorito y unos tenis de color negro. "Vamos Paulina, aun faltan unas horas para que tu futura pareja llegue al distrito. Dando vueltas por la sala no va a hacer que el tiempo valla mas rápido"

"No es mi pareja" repite por enésima vez la pelinegra.

Sus amigas se miraron entre si "No, claro que no" dijeron al unísono.

Las mujeres eran las únicas que sabían de la existencia de Citlali. Por 6 años, ambas chicas han estado aguantando los cambios de humor de su amiga, tanto sus sonrisas de enamorada, como sus lagrimas cuando algo malo había pasado. Solo ellas dos eran testigos de lo intenso y verdadero que era el amor de Paulina hacia la mujer que le enviaba mensajes todos los días, y todo lo que había sacrificado...

"Bien esto es lo que pasara" dijo Alexia, acercándose a sus amigas "Iremos las tres al centro y compraremos un lindo regalo a tu novi... Citlali"

"Estoy de acuerdo" respondió Andrea "Apenas son las 9 de la mañana, y ella no llegara hasta bien entrada la tarde. Tenemos tiempo de sobra para que le compres algo"

"De acuerdo... Pero prométanme que llegaremos media hora antes de que aterrice el avión"

"Claro que llegaras" dijeron ambas sonriendo.


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Tal y como ellas prometieron, llegaron tiempo antes del aterrizaje del avión.

Paulina había pedido noticias sobre el vuelo, informándole que tardaría un poco en llegar, pero que estaba en camino. Fue así como las amigas se fueron hasta los asientos, esperando la llegada de la nueva integrante.

El tiempo comenzaba a pasar y no había noticias del avión.

Algo que juntaba a Alexia y Andrea era el hecho de que ambas eran personas muy importantes en la vida de Paulina, era tal que conocían sus acciones cuando estaba nerviosa o ansiosa. Una de estas acciones era el mover innecesariamente sus piernas estando sentada, lo cual... era lo que estaba pasando.

"¡Paulina por favor cálmate! Estas comenzando a marearme" pidió Andrea deteniendo la pierna de su amiga.

"Luego te andas quejando de que te duelen las piernas..." menciona Alexia.

"Es que simplemente no puedo" dijo, poniendo su cara entre sus manos "Han pasado 6 años... 6 benditos años desde que hablo con ella, y hoy es la primera vez que la voy a ver en persona..."

"No tienes que explicarnos... solo intenta relajarte, sabes que nerviosa no te ayuda en nada. Recuerda los exámenes de la universidad" comienza a contar Andrea.

"Okey ya no debes recordarme esos venditos exámenes..." dijo, volteando ligeramente.

Paulina rápidamente se levantó de su asiento, sus amigas sorprendidas la llaman, hasta que observan la razón por la que se levanto fue que pararon de llamar su atención.

A no mas de un metro, una chica de unos 21 años se encontraba en la recepción. Ella tenia el cabello largo, suelto; de color café oscuro. Su estatura era no mas de 1.67 un poco mas baja que Paulina; llevaba puesto un pantalón de color negro, unas botas largas negras; un top de manga larga de color blanco, con un collar pegado al cuello del mismo color que el pantalón.

No fue hasta que la recepcionista señalo hacia su dirección que la chica volteo, y pudieron observar que tenia una piel clara, sus ojos eran de un peculiar color café claro. Era exactamente igual a la foto que envió hace unas horas antes. Aunque la foto no le hacia justicia al momento en que dirigió su vista a Paulina mostrando una enorme y gran sonrisa.

Las dos amigas comenzaron a caminar hacia la dirección de la otra, el sonido del resto del aeropuerto no les importaba, tampoco el ruido de las ruedas de las maletas. Sus miradas estaban fijadas en una a la otra y nada del exterior les importaba.

Hasta que quedaron por fin una frente a la otra fue que las lágrimas que retenían comenzaban a descender de sus mejillas.

"Eres tú la chica que le gustan los colores pastel ¿verdad?" pregunto Paulina, al borde del llanto.

"Y tú eres la única amiga que se a quedado a mi lado... ¿no?" pregunto Citlali, con una gran sonrisa.

Rápidamente las grandes amigas se rodearon en un fuerte y cálido abrazo, comenzando a soltar sollozos.

Alrededor de la pareja las personas a su alrededor no podían evitar ver tan conmovedora escena, pensando que era el reencuentro de unas hermanas o de unas viejas amigas, sin conocer todos los secretos que guardaba esta amistad...

Ni lo que pasaría después.

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