||ℙ𝕣𝕖𝕗𝕒𝕔𝕚𝕠||
El aire limpio que hay en el campus universitario me calma, tan solo recordar que ya han pasado cuatro años desde que me enteré quien era mi verdadera familia, pensé que eran una familia feliz, que no me querían y por eso me dieron en adopción, pero la realidad con la que me encontré era otra, ahora agradezco que mi padre biológico me haya dado en adopción.
Estuve a tan solo un paso de conocer a mi hermano mayor, pero se suicidó, dejando en orfandad a dos niños de 4 años, fue poco lo que supe de él, cosas básicas como su nombre, edad, dónde estudiaba, qué estudiaba, pero nadie me dijo nada acerca de la madre de sus hijos, porque no creo que sea padre soltero, además de saber que heredó el genio de nuestro padre.
Mis abuelos, los mayores empresarios de Alemania, quienes no supieron que mi padre me dio en adopción hasta cuatro años después, cuando Holden, mi hermano ingresaría a la primaria.
Lo curioso fue que ambos coincidimos en la misma escuela, pero nunca nos llegamos a ver, al menos, yo no.
Aun recuerdo el día que lo iba a conocer, me había levantado temprano para ir a visitarlos y pasar rato con ellos y saber sus razones, pero cuando llegué, solo vi que mi padre salía presuroso y con el rostro pálido de la casa en bata de dormir.
— ¿Papá? — Cuando lo llamé de esa manera volteo a mirarme y se quedó estupefacto, como si se tratara de haber visto un fantasma.
— ¿Qué es lo que busca Julián? — Su gesto era de confusión y seriedad y con un aire de querer decir: Me estorbas, quítate.
— Solo . — Tartamudeo — Quiero conocerlos.
— Pierdes tu tiempo si quieres conocer a tu hermano, me han llamado porque él se ha suicidado. — Respondió fríamente.
No lo conocía, pero bien dicen que la sangre es más fuerte.
Sentía como si una parte de mí se resquebrajara por completo, haciendo añicos mis emociones llevándome al borde del llanto.
— Me — Lo escuché tartamudear — Me han dicho que debo ir a reconocer su cadáver — Su voz se quebró por completo, rompiendo en llanto.
— Oye, Anthony — Sentía como alguien empezaba a moverse.
— Solo 5 minutos más — Respondí somnoliento, la verdad el ajetreo de la Universidad me tiene muy cansado, y cansancio igual a ganas únicas de dormir.
— No seas descarado Anthony, estás durmiendo en el patio de la Universidad — En el qué de qué.
Abrí los ojos de golpe, dándome con la sorpresa que efectivamente me había dormido en el patio de la Universidad.
Me levanté de golpe, grave error, apenas si despertaba y se me levanto de golpe con el sol fastidiando mi vista y mi cuerpo adolorido por haber dormido en una superficie dura y llana.
— ¿Otra vez ese sueño? — Me preguntó mi mejor amigo, Jazzel
— Quizás hayan pasado cuatro años, pero siento como si hubiera sido ayer. — Respondí con pesar.
— ¿Los has visto? — Vuelve a preguntar, demonios, recuérdenme que no debo hacerme amigos de psicólogos, así me ahorraría estas charlas.
— ¿A quiénes?
— Tus sobrinos, los hijos de tu hermano.
— Ah, ellos, no, dicen que uno de ellos heredó el mal genio de su padre y que el otro es todo lo opuesto.
— ¿Cuáles eran sus nombres? — Se quedó pensando un rato Jazzel tratando de recordar.
— Carter y Adiel, esos son sus nombres. Carter el mayor de los gemelos, él es quien heredó el mal genio de mi hermano, según dicen.
— Ah, sí, cierto.
Vale aclarar que solo él es quién sabe de mi verdadero origen, hasta mi verdadero nombre, solo que preferible me llama por el nombre que me pusieron mis padres adoptivos.
— Hola sanguijuela de agua dulce. — Tenía que ser Emma.
Emma es....
Bueno, la princesa de Inglaterra, estudia conmigo en la misma carrera, es muy amiga nuestra, solo que a veces, es un poco tanto insoportable.
— Hola, Bellota — Cada uno de nosotros tenía un apodo, por no decir que entre los tres, era yo quien tenía más apodos.
— ¿Qué de nuevo traen? — Preguntó.
— Los mismos de siempre, se durmió en el patio. — Respondió Jazzel señalándome.
— Ahora me duele la espalda.
— El césped no es tu cama Thony. — Acotó burlesca.
— Oye, y dinos, convenciste a tus padres de no hacer la lotería matrimonial. — Preguntó Jazzel.
— Es inútil. — Bufó — Lo único que pido es que ustedes no participen, mis padres harían cualquier cosa con tal de que uno de ustedes gane.
— Bah, ni te preocupes, no quisiera estar casado con una gruñona como tú, Bellota. — Comenta rodando los ojos.
— Más te vale Anthony Havertz. — Y aunque mis padres quieren que ya me case, yo lo único en lo que pienso es en acabar mi carrera y ellos en boda y nietos.
Según ellos, sentar cabeza "Me hará madurar"
— Coincido con lo que dijo Anthony, somos amigos, pero no sería capaz de aguantar a diario tus berrinches y terquedades. — El hecho de ser amigos no define que uno de nosotros sea su pareja, o sí.
— Hey — Golpeó a Jazzel en el brazo — Me ofendes.
Continuamos nuestro camino hacia la salida de la Universidad, para llegar a nuestras casas y terminar tirados en nuestras casa durmiendo, pero no, Emma y yo tenemos que hacer un trabajo que nos dejó uno de los tantos maestros.
— Porque la mala suerte, es de dos — Culminó por decir Jazzel para luego despedirse de nosotros.
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