Pareja: Oh Yoon Seo y YiJie Wu.

Primera parte.

¿Qué es lo que realmente quieres?.

Una vez más miré la pregunta escrita en la hoja, se suponía que en base a la pregunta debía escribir un ensayo de al menos quinientas palabras, pero ni si quiera tenía una idea de cómo empezar, por lo que frustrada lancé el lápiz hacía mi cama.

Estaba enojada, con la vida, con la maestra, pero sobretodo conmigo misma, porque a estas alturas no tenía ni una idea de lo que quería en la vida.

Si alguien le hubiera preguntado a la Oh Yoon Seo de hace un año, seguramente habría respondido 'Una familia y un guapo marido', pero ahora ya no estaba tan segura de eso.

Desde pequeña ya sabía con certeza lo que quería en la vida 'Quiero casarme con un hermoso y voluptuoso vestido blanco, me casaré con el amor de mi vida y viviremos en una casa pequeña pero acogedora y llena de amor, y tendremos tres hijos'.

Nunca había dudado de ello, hasta hace tres años, cuando una chica extranjera llegó a la preparatoria donde estudiaba.

Desde el principio no me importó y la ignoré como lo hago con el resto de las personas, pero no sé porque clavó su atención en mi, me seguía cual cachorro a todas partes, y a la hora del receso no me quedó más que presentarla a mi grupo de amigos.

"Chicos, ella es la chica nueva de mi clase, chica nueva, mis amigos"

Todos mis amigos se disculparon por mi actitud, diciendo que así era yo, y yo solo rodé los ojos, no negué ni alegué nada porque todo era verdad.

Pero lo que recuerdo perfectamente de ese día era el singular brillo en sus ojos y su sonrisa que provocaban una rara sensación en mi estómago.

Si alguien me hubiera dicho que terminaríamos siendo mejores amigas, habría reído a carcajadas, ni si quiera la conocía y ya podía decir que la odiaba, pero su terrible actitud positiva y su terquedad nos trajeron hasta donde estamos ahora.

Y eso mismo era lo que me tenía en un lío conmigo misma.

Siempre había buscado complacer y enorgullecer a mis padres hasta con lo más mínimo, por lo que nunca tuve amigos o un novio que ellos no aceptaran.

Pero mucho antes de que YiJie hiciera su aparición, alguien más llegó a hacer cambios a mi vida, y a día de hoy sigo en deuda con él.

Se trataba de un chico muy agradable y mayor que yo, por esos días tenía trece años y problemas de insomnio.

Así que cada noche salía a dar un paseo mientras mis padres y los que trabajaban en casa dormía, exploraba durante una hora o dos antes de regresar a casa, hasta que un día lo ví sentado en mi lugar favorito.

Y desde ese día quise pasar el resto de mi vida con él, era joven y algo tonta, pero hasta ese entonces sabía lo que quería.

Él era diferente al resto de chicos en mi colegió, a él no le importaba la vestimenta, el lenguaje formal, el aspecto de los demás y mucho menos la condición económica.

Con él aprendí a reír, a jugar en el barro, a correr descalza por el césped, a jugar con la harina mientras horneábamos, y que los mejores besos se daban en la obscuridad.

Ya no dedicaba mis tardes a salir con mis amigas a los centros comerciales ni a ir a comer, ni mucho menos a hacer tareas.

Ahora todo mi tiempo era para él.

Pero así como empezó terminó, mis padres lo descubrieron luego de haberme seguido durante la tarde y al verme salir de su casa.

Aún era tonta y fácil de manipular, así que cedí a dejar de verlo, todas las tardes podía verlo desde mi ventana, llamando a la puerta y como los empleados le negaba entrada.

Desgraciadamente nunca hice algo para salvar lo nuestro, siempre dejé de que se fuera con la cabeza baja y la falta de ese brillo en sus ojos.

En el fondo anhelé volver a pasar mis dedos entre su alborotado cabello y recargar mi cabeza en su hombro mientras le escuchaba cantar.

Ese año entendí que no quería darle el gusto a mis padres, entendí que no eran nadie para impedir mi felicidad.

Así que hice que me cambiasen a una escuela pública, hice amigos maravillosos que a día de hoy siguen conmigo.

Y tanto mi apariencia como personalidad tuvieron cambios, y aunque ya no vestía de rosado y blanco y mucho menos vestidos, aún seguía intentado enorgullecer a mis padres.

Pero cada vez que pensaba en el chico perfecto, no se me venía un chico a la mente, sino YiJie.

Entonces no sabía con quien estar enojada, conmigo por no haber nacido siendo hombre, la culpa de YiJie por ser tan jodidamente atractiva o la culpa de mis padres por no aceptar que el amor no conocía de edades ni sexos.

Narrador Omnisciente.

No le sorprendió que ya fuera tarde, para nada, pero igualmente dolió como la primera vez, sentía como la herida volvía a abrirse.

Se sintió tan ridícula, tan desilusionada.

La forma en la que los ojos de la mitad mexicana brillaban al ver a alguien que no era ella acompañados de una preciosa sonrisa.

Había sido un error citarla allí.

De pronto su cabellera rubia ya no le resultaba tan linda, su pálida piel y el particular color de sus ojos ya no la hacían sentir especial.

La chica era linda, no podía negarlo, tez similar a el color de la canela, una larga y rizada cabellera negra tal cual carbón y llamativos ojos color miel además de una blanca sonrisa.

Parecía que había sido sacada de una revista.

Y aunque no estaba lo suficientemente cerca, podía notar que no llevaba maquillaje, lo que agregaba más puntos a su favor.

Uno de los mayores miedos de Seo era fallar, no tenía oportunidad alguna contra aquella chica, así que se resignó a acercarse, iba a dejarle plantada.

Era lo mejor, esa chica podría darle lo que Seo no era capaz, cariño puro.

Era incapaz de expresar algo que no fuera sarcasmo o algo parecido a la simpatía, YiJie merecía alguien que la abrazara y besara todo el tiempo, que le diera la atención y le mimara cada vez que estuviera mal.

Pero sobretodo, una relación que no fuera a escondidas.

Por primera vez luego de mucho tiempo sintió que había tomado la mejor decisión, ella sería feliz si YiJie lo era, no importaba si ella tenía que acallar una vez más a su roto corazón.