𝖈𝖆𝖕í𝖙𝖚𝖑𝖔 ¹

1895

La noche estaba cubierta de niebla, las últimas hojas caían de los árboles dándole la bienvenida al invierno, el silencio sepulcral del lugar era intenso y el viento que soplaba a lo lejos no daba buena pinta.

El murciélago negro azabache que volaba sigilosamente alrededor de la casa, se detuvo frente a la ventana de una de las habitaciones y tras unos segundos de agitar las pequeñas alas, el brillo morado dio entrada al cuerpo del que parecía ser un humano.

Las puertas que daban a la habitación se abrieron sin él mover un solo dedo, caminando de prisa entre la oscuridad, se movió a lo largo del pequeño espacio donde residía en sumo silencio hasta la cuna que estaba en una esquina de la habitación.

Acercándose cada vez más, sus largas manos se estiraron buscando sujetarse de la pequeña cuna de colores pastel, y su rostro frío, una vez vio al pequeño bebé dentro despierto, pronto se transformó en una sonrisa.

— ¡Onta la bebaboo! — Exclamó mostrando inconscientemente sus colmillos, mientras que su sonrisa se extendía de oreja a oreja.

La criatura, que en un principio estaba chupando su pequeño dedo, abrió los ojos asustados y rápidamente gruesas lágrimas comenzaron a rodear sus mejillas. Un llanto, parecido a un chillido, se escuchó.

— ¡No, no, no, no! — Exclamó tomándolo en brazos, mientras lo acurrucaba en su pecho —. No era para asustarte, mi bebito, shh — Sonrió tratando de tranquilizar al pequeño que, tan pronto sintió los cálidos brazos de su padre rodearlo, se quedó en silencio. Mientras que el mayor caminaba de un lado a otro, sintiéndose irremediablemente culpable por asustar al bebé. Tras un par de pasos de izquierda a derecha, le surgió una pequeña idea y tras darle una rápida mirada al bebé comenzó a cantar —. A dormir mi vampirito, duérmeteme ya, papi un pajarito descabezará — Y su nariz pronto acarició la nariz de su pequeño bebé, haciéndole reír por primera vez en la noche.

El móvil de la cuna se movió en círculos y Drácula sonrió en grande.

— ¡Pequeño Jimin! — Sus manos lo tomaron desde las axilas, haciendo que el bebé moviera sus piecitos entusiasmado —. Te beso tu ombliguito — Canturreo acercando su rostro para dejar castos besos en su estómago —. ¡Te beso tu ombliguito! — Y tras decir eso, lo recostó sobre una suave cama para cambiarle sin quitar esa expresión relajada en su rostro. Sin siquiera tocar el pañal manchado, al mover sus dedos, la magia que poseía cayó sobre el pañal, el cual sacó rápidamente del cuerpo de su niño, colocando uno nuevo de repuesto.

El bebé sonrió tomando sus piecitos mientras se balanceaba de un lado a otro.

— Sí, me gusta.

Le habló al zombie a su lado, que, con un lápiz en su mano izquierda y un casco mal puesto en su cabeza, dibujaba los planos para la nueva mansión o el hotel, que tenía Drácula pensando desde hace ya bastante tiempo.

— Ándale, pero quisiera que sea un poco más grandecito — El zombie asintió comenzando a borrar unas líneas ya dibujadas —, quiero cientos de monstruos aquí — Y tan pronto terminó de hablar una gota de baba cayó en la hoja, Drácula y zombi levantaron la mirada, cayendo rápidamente en Jimin, quien sonrió para después seguir gateando sobre el techo como si nada.

1900

Un Jimin de cinco añitos corría, evitando ser atrapado por su padre, su risa se escuchaba por todo el pequeño lugar mientras fingía cabalgar algún caballo con el juguete en sus manos.

— No te escapes, pequeño Jimin. ¡Aquí te alcanzoooo! — Exclamó con una sonrisa —. Uhg — Detuvo por unos segundos su correteo, mientras que su mano buscaba apoyarse de la pared a su lado, ya cansado.

Jimin, por su lado, detuvo de inmediato sus acciones al ver la puerta media abierta, inconscientemente dejó el juguete caer al suelo, y abrió sus ojitos maravillado por la idea de salir por primera vez al exterior.

— ¿Qué hay afuera? — preguntó con una sonrisa señalando la puerta. Y sin esperar respuesta comenzó a caminar curioso hacia ella.

— Jamás hay que ir afuera — Demandó Drácula tomándolo en brazos, mientras que en su rostro se dibujaba la preocupación y angustia —. Jamás.

Y tras decir aquello la puerta se cerró.

— ...Y luego los monstruos fueron forzados a ocultarse — Dijo rodeando con un brazo a su hijo, quien se escondía tras una sábana con notable miedo —, ¡pero los encontró Pepito el humano! y los sorprendió debajo de la cama — Su rostro se acercó más al de su hijo, y el pequeño subió la sábana tapando la mitad de su rostro.

— Me asusta — Chilló aterrorizado mirando a su padre.

— Y quemó sus cosas — Continuó con voz espeluznante. Su mano, que antes acariciaba el pequeño cuerpo de su hijo, comenzó a mover sus dedos de arriba abajo.

El pequeño Jimin, terminó por taparse por completo, temblando asustado, casi sollozando, pero eso no detuvo las acciones de Drácula.

— Luego mordió sus dedos — Contó pellizcando los dedos de su hijo sobre la sábana —. ¡Y les quitó sus dulces!

Su mano se movió rápidamente quitando la sábana sobre el cuerpo del pequeño, sin embargo, al hacerlo, su hijo ya no estaba, sus ojos se movieron alrededor de la habitación y sonrió ya sabiendo donde se encontraba, así que, inclinó su cuerpo al borde de la cama hasta que su cabeza sobresale desde abajo de esta.

Ahí se encontraba Jimin, debajo de la cama y con un puchero en sus labios.

— No me quites mi dulce — Murmuró abrazando protectoramente su pequeña paleta roja en forma de calavera.

— Pero cielo, no tienes porqué asustarte — Habló suavemente —. Le prometí a tu madre que yo te protegeré para siempre.

Y tras decir eso, volvió a sentarse correctamente sobre la cama, para luego sigilosamente moverse por la habitación.

Jimin sonrió, gateando hasta que la luz de la habitación volvió a golpear con su rostro, para luego recostarse en el suelo. Siendo visto por completo por su padre, quien había comenzado a tocar el ukelele.

Tan lindo mi Jimin — Cantó mirándolo desde arriba, mientras que su pequeño gateaba sobre el estante, donde su padre estaba sentado, para quedar a su lado con sus piernas colgando y sus brazos siendo un soporte —. Tu popo limpiará papa.

Jimin ladeó la cabeza con una sonrisa.

De humano inmundooos, alejado te mantendrá — La magia que poseía cayó sobre el ukelele, que comenzó a tocarse solo, para que Drácula pudiera tomar de las axilas a Jimin, sentándolo correctamente a su lado. Una vez hecho, el ukelele se acercó y nuevamente comenzó a tocar —. Sí un humano te amenaza, le advertiré-

Y su rostro se desfiguró mostrando sus largos colmillos y un rugido amenazador, para luego mostrarle tranquilamente una sonrisa a su hijo.

El nene eres tú... de papá.. Soy tu papi-

Jimin estaba sobre la cama con una polera negra y unos calzoncillos cubriendo su cuerpo, además, tenía un casco color amarillo pato puesto y pequeños parches en sus brazos, se veía notablemente nervioso y sus piernas temblaban ligeramente.

— Ahora solo dobla las piernas e impúlsate, confía sabandija — Murmuró su padre estirando sus brazos. Dándole confianza.

Jimin tragó en seco y tras mirar a su padre y ver su sonrisa, hizo caso al mandato y saltó con los brazos estirados. Un, dos, tres segundos después, se vio a sí mismo convirtiéndose en un pequeño murciélago.

¡Huaja! — Exclamó Drácula sonriente mientras celebraba a saltitos la transformación de su hijo.

— ¡Puedo volar! ¡Puedo volar! — Gritaba con una suave voz el pequeño Jimin, mientras daba vueltas en la habitación.

— ¡Rápido! ¡Más rápido! ¡Ya lo tienes mi muñequito de vudú! — Y sin más, Drácula también se transformó en un murciélago siguiendo el recorrido de su pequeño.

Y juntos volaron alrededor del candelabro lleno de velas de la habitación por unos largos minutos, disfrutando de la compañía del otro.

¿Por qué es tan difícil tener momentos así más seguidos?

La puerta fue abierta suavemente y un zombie, el que hace un tiempo planeaba su nuevo hogar, entró con el gorro de construcción en sus manos.

— Disculpe, señor.

— ¡Qué! ¡Qué! — Gritó impaciente dejando de ver a su hijo, para seguidamente ver al zombi frente a él.

— ¡Auch! — Se quejó Jimin al chocar con un cuadro, llamando la atención de ambos monstruos —. ¡No me dolió! — Repuso de inmediato. Drácula sonrió.

— Está listo — Dijo el zombie mostrando su sonrisa y una mirada satisfecha.

Drácula asintió.

Ambos caminaron hasta el balcón más cercano, que daba una vista espectacular a la construcción recién terminada.

— Se ve bien — Fue lo primero que dijo Drácula. El lugar era enorme, parecido totalmente a un castillo, espacioso y cubierto, en su mayoría, con musgo —. ¿Solo monstruos entrarán? — Preguntó lascivamente.

— Ah, por supuesto, está muy bien oculto.

Y Drácula agudizó su vista viendo el recorrido.

— Tiene cuatrocientos acres de bosque embrujado al frente — Comenzó a enumerar —. Y la tierra de los zombis en el perímetro. Cualquier humano que se atreva a asomarse ahí, va a salir por piernas. Pero para esta trucha — Dijo en modo de advertencia —, nada de hogueras, ni juegos artificiales — Su rostro pronto se acercó más al de Drácula, quedando así, a escasos centímetros de ésta.

— Ya, ya, ya — Con su mano lo apartó frunciendo el ceño —, sin fuego, entiendo, entiendo.

Tras un suspiro, su mirada cayó sobre el cuadro sobre el estante de la habitación. La imagen mostraba una familia de tres integrantes, la que alguna vez fue su esposa, su hijo y él.

— Es hora mi amada, Hwasa — Susurró tomando aquel pequeño cuadro con la melancolía implantada en sus ojos —. El lugar del que siempre hablamos para Jimin — Sus largos dedos comenzaron a acariciar con delicadeza la fotografía —. Nadie le va a hacer daño aquí.

Lo prometo.

Al llegar la noche, con su mano entrelazada a su hijo, caminaron lentamente, con una sonrisa y una mirada alegre, a su nuevo hogar, dando un comienzo a la que sería su nueva vida.

hihi, este sería el primer cap.

hotel transilvania es una película que me ha marcado KJSKSDJ y creo que merece hacerle una adaptación.

¡espero lo disfruten!

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