LOS ORÍGENES NO CONTADOS DE LA AGENCIA DE DETECTIVES II



"Sigo siendo... Demasiado compasivo. Aunque trato de evitar involucrarme con los demás, no puedo evitar hacer cosas como esta. Quiero estar solo, pero ni siquiera puedo abandonar a un niño como este entre las calles. Es cierto que le debo, pero..."

--¿Queda muy lejos tu lugar de trabajo? Espera, ¿Cómo que no llegamos todavía? No puede ser, ya me duelen las piernas... ¿Seguro que no tomamos el camino largo?

No hubo problema ante todas aquellas divagaciones por parte del muchacho. El entrenarse en artes marciales había fortalecido de una forma increíble su paciencia. Y el muchacho parecía reconocerlo pues, incluso pudiendo continuar con aquellas innumerables preguntas hacia Kyosuke en voz alta durante lo que quedaba del trayecto, decidió quedarse en silencio.

Después de viajar durante dos horas, finalmente había llegado a su destino. Un edificio rectangular, con un enorme cartel que indicaba la obra actual pegado en el tablón de anuncios. Dentro, había clientes dentro incluso cuando todavía faltaba mucho tiempo antes de que el espectáculo comenzara siquiera. Un monumento de piedra estaba instalado en la pared mostraba el nombre del lugar: "THEATRUM MUNDI"

--Eh... ¿Un teatro?

--Sí. El propietario tiene poco personal. Si todo va bien, entonces probablemente pueda conseguirte un trabajo.

--Entiendo... ¿Y por qué te contrató el cliente?

--Por una amenaza de muerte.

Cuando Kyosuke ingresó al lugar, William entró detrás de él. Pasaron la entrada de servicio en la parte posterior para bajar por las escaleras de personal hasta el sótano, donde la dueña del teatro pareció aliviada al verlo... más o menos.

--¿Entonces? ¿Cuál es tu excusa para llegar tarde?

--Mis disculpas, señora Joou. 

Inclinó la cabeza ante la mujer. Pudieron tener todos los contratiempos del mundo a lo largo del camino, pero eso no tenía nada que ver con la dueña, quien se limitó a suspirar.

--Está bien.

Entonces se dio la vuelta rápidamente para continuar caminando por el pasillo, con sus tacones haciendo clic con cada paso que daba. Kyosuke la siguió en silencio.

--Todavía hay tiempo antes de la presentación. 

--¿Cuál será mi trabajo entonces?

La mujer se detuvo en seco y se dio la vuelta.

--Ya alerté a la policía, así que sus oficiales capacitados vigilarán e investigarán. Tu trabajo como guardaespaldas es capturar al culpable si alguien es asesinado, solo eres seguridad. No puedo creerlo... Primero, alguien nos envió una amenaza de muerte y adivina cuántos policías fueron enviados. ¡Cuatro! ¡Solo cuatro! Ugh, me enoja el solo pensarlo. Probablemente piensan que esto es una broma, parecen tan seguros de que nadie será asesinado. Si alguien termina asesinado, entonces sabrán que la sangre está en sus manos y por fin marcarán nuestras palabras.

 Kyosuke estaba confundido, pero ni siquiera pestañeó. No iba a comentar sobre cómo los demás hacían su trabajo, solo necesitaba hacer el suyo.

--¿Podría contarme sobre la amenaza? 

--Mire. Alguien envió esto a mi oficina hace unos días. 

La mujer sacó una hoja de papel impresa, con recortes en ella para formar el mensaje que querían dar a conocer:

--"Un ángel traerá la muerte, en el verdadero sentido de la palabra, al intérprete V". Añadieron también la fecha y hora de la presentación junto con su título. Pero en serio, ¿"Ángeles"? ¿"V"? Esta amenaza de muerte en sí es ridícula. Apuesto a que es uno de los teatros rivales que intentar perjudicar el negocio.

--¿Lo cree?

Antes de que la mujer pudiera responder, el muchacho se había adelantado y tomó la palabra: 

--Creo que está bastante bien hecho. Si debiera responder con total sinceridad, me gustaría ver cómo termina todo esto. Pero usted no parece sorprendida... Disculpe, con todo el respeto del mundo, nunca importa la edad de la persona para seguir expresando sus emociones en situaciones así, ¿no lo cree?

--... Mikoun, ¿quién es este niño? No es momento de traer invitados.

--Mis disculpas. Él está... El chico busca trabajo. Tu gente dice que tienes poco personal, así que cuando todo se solucione pensaba en que podrías concederle una entrevista.

--Bueno, necesitamos más trabajadores durante todo el año, pero... - miró al niño, como meditándolo por un momento. Su expresión se suavizó. --Está bien. Envíe su currículum a la oficina de acuerdo con las reglas. Lo examinaremos junto a los demás candidatos.

Esas últimas palabras parecieron hacer que la expresión del muchacho se tensara.

--No habrá forma así. Además... Creo que este no es el empleo que quiero. Digo, mírese usted.

--¿Disculpa?

--No me malentienda, pero... Debe ser realmente horrible vivir de esta forma. ¿Por qué nunca hay lugar para decir cómo nos sentimos realmente en lugar de ocultarlo todo? ¿Por qué ya no podemos hacer lo que queremos? Usted no quiere ser dueña de un teatro. Gastó mucho dinero en ropa y zapatos para intimidar a los trabajadores, pero apenas y tiene tiempo para cuidarse a sí misma. El collar tan bonito que lleva es nuevo, pero no fue un regalo, lo compró usted misma. No lleva anillos, pero hay una marca en su dedo anular... Ha pasado algún tiempo desde su última relación... 

La mujer movió sus labios como si tratara de decir "¿Qué..?" al tiempo que ocultaba sus manos y su expresión se tornaba todavía más tensa. Sin embargo, el muchacho continuó hablando, como si recitase una historia triste. Su propia voz hacía pausas, como intentando no quebrarse. 

--Además...

--¿Además qué?

Pareció dudar un momento, mirando a la mujer y luego a Kyosuke. Pero ella estaba esperando una respuesta. Tomó un respiro y luego hizo una pausa un poco más larga de lo normal antes de continuar. 

 --... A-Además, no confía en la policía, su guardaespaldas o cualquier otro que trabaje en el teatro. Si lo hiciera, habría presentado a Mikoun con los policías. Pero no lo hiciste, quería que él los vigilara por ti y viceversa. Quiero decir, no la culpo, la vida de alguien está en riesgo, pero... La forma en la que usted actúa me resulta de alguien que, de verdad, no está feliz con su vida.

--Qué niño tan grosero.

Pero había dado en el clavo. Kyosuke lo supo no solo por la visible tensión de la mujer y por la extraña reacción del muchacho, cuyo rostro también estaba tenso y sus labios temblaban como si hubiera querido romper a llorar en ese momento. 

--Discúlpelo, por favor.  Solo quiero asegurarme de que nadie muera esta noche. En cualquier caso, ¿le importaría si les hiciera algunas preguntas a sus trabajadores?

--Haz lo que sea mientras sea parte de tu trabajo. Ya he tenido suficiente por hoy, no he podido tomar un descanso... ¡Ah, y me gusta lo que hago!

Su taconeo se hizo más fuerte y rápido durante todo su camino hacia la entrada para desaparecer.

El muchacho continuaba en silencio. Tal vez fue su propia incomodidad con el silencio lo que por fin lo motivó a hablar: 

--Lo siento.

Kyosuke respiró hondo, hizo una pausa y luego exhaló. Realmente conseguirle un trabajo al muchacho iba a ser difícil.

Debía investigar a gran detalle lo que los artistas harían durante el show. Si las amenazas de muerte iban dirigidas a ellos, tenían que precisar muchas cosas: ¿Dónde iban a estar y a qué hora? ¿Habría momentos donde quedaran completamente solos? Aparentemente, la policía vigilaba principalmente las entradas y salidas, por lo que no había suficientes para proteger a cada artista individualmente. En otras palabras, una vez que el criminal entrara al lugar, sería libre de hacer lo que quisiera.

Habló con cada artista. Se le entregó el horario de todos ellos junto con un programa que tenía sus roles y apariciones en una lista. Sin embargo, debía verificar qué harían exactamente y cuándo serían vulnerables, además de recordarles que no hicieran nada solos. Si se le daba la oportunidad, tenía pensado preguntar a los artistas si tenían idea de por qué se les habría enviado una amenaza de muerte.

El primer entrevistado fue la estrella del espectáculo: un joven que interpretaría al protagonista, quien leía religiosamente sus líneas, sentado en su camerino privado.

--¿Uh? ¿Desea algo? Es casi la hora del espectáculo y estoy leyendo mi guion. ¿Tienes idea de cómo se siente esto? Nos sumergimos en otro mundo para transformarnos en otra persona. Practicamos casi un año para este momento. Si algo sale mal gracias a ti, estás muerto.

Bastó tan solo una mirada cercana para notar que el joven estaba pálido. Unas bolsas ligeramente oscuras colgaban bajo sus ojos de expresión nerviosa.

 --Respeto tu trabajo, pero existe la posibilidad de que los artistas puedan morir esta noche. ¿Hay alguna parte durante la obra donde estés solo?

El joven de nombre Murakami tuvo que respirar hondo para responder.

--Estaré solo en las alas un par de veces. Habrá algunos actores detrás del escenario, así que no estaré solo cuando vaya al vestuario. También estaré solo justo antes del llamado a la cortina. De todos modos, estamos haciendo todo lo posible para tener cuidado, así que me aseguraré de estar con alguien en todo momento... Oh, pero seremos bastante vulnerables en un lugar en particular, especialmente yo. Estaré solo durante diez... Veinte minutos.

--¿Y dónde está eso?

--En el escenario.- sus labios se curvaron en una sonrisa --Soy la estrella del espectáculo después de todo.

No podría proteger a los artistas en el escenario y no era como si pudiera ordenarles que actuaran en las sombras porque podrían ser atacados. Sin embargo, el escenario tendría los ojos y oídos de todos: sería casi imposible asesinar a un artista en el escenario y escapar con tanta gente mirando. El momento más peligroso sería cuando los actores estarían solos.

--El actor principal...

--¿Mikoun...? Oh, es solo un niño. ¿Eres el ayudante de Mikoun?

William parecía estar examinando al actor de la misma manera, frunciendo el ceño al darse cuenta de la forma en la que el contrario le estaba mirando.

--Oye, ¿De qué trata la obra exactamente?

--¿Qué pregunta es esa? Si eres parte de los guardias, te debieron dar el guion de la compañía, ¡léelo tú mismo!

--... De acuerdo, es hora de confesar algunas cosas: ni siquiera leía completos los libretos de mi hermana. Salté unas cuantas partes de este porque me resultó un poco tedioso... Hasta sofocante diría yo.

--¿Tedioso y sofocante?

--Sí, a veces hay hasta partes en las que se vuelve todo más bien... ¿Cómo decirlo...? Mire, hay escenas que están bien en primer momento cuando te hacen ese énfasis en los objetivos de cada personaje, pero que lo sigan repitiendo casi por cinco escenas más, se vuelve ciertamente repetitivo y hasta una obra aburrida, considerando la duración que ya tiene predeterminado el espectáculo. Es como "Oh, ya sé que tu objetivo es ese... No me lo recalques en voz alta todo el tiempo, por favor." 

--¿Aburrida?

--Sí... Tal vez si hubieran acortado los diálogos un poco... Digo, las acciones o las propias expresiones dicen mucho de uno mismo, ¿no? 

--Vaya...

Kyosuke inconscientemente se cubrió la cara de la vergüenza. No había dejado al chico en el vestíbulo por miedo a que sucediera algún incidente por dejarlo solo, pero tal vez tampoco fue buena idea traerlo desde el principio. Ya esperaba la peor reacción por parte del actor en contra del muchacho y en su cabeza trataba de encontrar las palabras correctas para mediar la situación en general.

--Aburrido, sofocante y tedioso... Bueno, si tú lo dices, entonces debe ser así. Los espectadores son los que deciden si una obra es aburrida. Sería fácil estrangular a alguien para que aceptara leer el guion completo, pero ese no es el trabajo de un actor. ¿Cómo te llamas?

--William.

--Muy bien, William, cuéntame... ¿Qué haría que la obra fuera interesante para ti?

--Oh... Veamos... El asesinato de uno de los actores tal y como dijo la amenaza de muerte le daría un giro impresionante a todo.

--¡Pero qué respuesta insolente! ¡Niño insensible!

Pero el actor seguía sonriendo, completamente alegre.

--Si es lo que la gente quiere, tal vez dárselo no sería una mala idea...

--Espera.

Kyosuke se vio obligado a intervenir. Ese comentario había sido de mal gusto en su opinión.

--Obviamente no planeo morir. Pero como alguien del mundo del espectáculo, pienso... "¿Tomaría yo una vida para lograr el máximo rendimiento?" Lo haría. Sin duda. La única razón por la que no lo hice es porque nadie se me acercó y me ofreció enseñarme el secreto de actuar a cambio de la vida de alguien... todavía. Así que me quito el sombrero ante quien hizo esa amenaza de muerte si planearon todo esto solo para sorprender a los espectadores.

Murakami ya ni siquiera los miraba. En sus ojos estaba la expresión de alguien que estaba perdido en su cabeza, entre esas fantasías de él frente a todos los espectadores en los que podría influir.

Kyosuke no sabía cómo sentirse. ¿Acaso la dueña del teatro tenía toda la razón al afirmar que nadie había tomado en serio esa amenaza de muerte? Ahora que lo pensaba... Para empezar, ni siquiera deberían tener esa actuación en primer lugar. Reprogramar la función para salvar una vida era el movimiento más obvio. Sin embargo, para ellos el espectáculo debía continuar. 

Era como si todos ellos pensaran igual que Murakami.

--Bueno, la gente debería estar ocupando sus asientos ahora mismo.

El joven se levantó de su silla.

--Debo ponerme en marcha. Los dos somos profesionales aquí, ¿sí? Un profesional protege a su cliente y se asegura de que nadie resulte perjudicado. Cuento con usted.

.            .           .

Kyosuke se reunió con los otros artistas y les hizo las mismas preguntas. Hubo un total de doce actores que iban a estar en el programa: siete mujeres y cinco hombres, incluido Murakami como el protagonista.

Dado el gran tamaño del teatro, parecía justo suponer que cada actor tendría su propio vestidor, pero aparentemente, Murakami fue la excepción. Todos los demás se habían reunido en un gran vestidor donde revisaron sus disfraces, practicaron sus líneas y se movieron alrededor de pequeños accesorios como espadas. Kyosuke escuchó que Murakami iba a tener la mitad del tiempo para el escenario él solo.

--En realidad es un actor muy popular, básicamente esto es casi un espectáculo individual. Él tiene muchas más líneas que el resto de nosotros, incluso tiene una escena de pelea – comentó una de las actrices mientras retocaba su maquillaje. – Tuvo muchas reuniones solo con Kurahashi, el dramaturgo. Parece que realmente ha puesto mucho stock en ello. Incluso escuché que alguien lo vio gritando en el carpintero del escenario.

--Para ser sincero, nadie realmente cree que vaya a haber un verdadero asesinato. Trabajamos en entretenimiento después de todo. Los celos están lejos de ser desconocidos. Incluso hay fanáticos que adoran la compañía, así que no hay que preocuparse por cada amenaza – un actor poco mayor se había dirigido a él. -Por supuesto, solo tengo una parte lateral, por lo que no tendría ningún valor matarme. Si alguien en el elenco va a recibir amenazas de muerte es Murakami. Tiene un montón de seguidores y ese tipo de cosas.

El hombre sonrió, pero la actriz frunció el ceño y de inmediato se dirigió a donde estaba apenas se terminó de acomodar la peluca plateada.

--¿Una amenaza? Honestamente, estoy segura de que todos sabemos de dónde vino la amenaza de muerte.

--¿Qué quieres decir?

--Oh, ya sabes... Es una industria pequeña, la gente se junta o se separa, ¿sí? Tal vez alguien golpeó a una de las chicas nuevas, o se separaron y ella renunció. ¿Quién no tiene una o dos personas en su lista de resultados?

--¿Tú sí?

La actriz solo se echó a reír y evadió la pregunta.

Con suerte, eso no era más que un crimen pasional y la amenaza se hizo para asustar a alguien. Pero eso solo le trajo a la memoria el caso del secretario. ¿Y si el que hizo la amenaza a muerte era un asesino de ese calibre? No estaba seguro de poder proteger a todos: a los artistas, los espectadores, a William y a él mismo.

Se retiró del camerino tras escuchar lo que todos tenían que decir. En el camino pensó:

"Podría manejarlo. Pelear uno a uno incluso si el asesino fuera un usuario de habilidad. Pero no importa cuán hábil sea el guardaespaldas, solo hay tantas personas que no pueden protegerse..."

Si él fuera el asesino, entonces cuatro policías no cambiarían nada. Podría abrirse paso, aprovechar la conmoción y matar al objetivo sin ningún problema. Pero él estaba ahí para proteger y, si quería garantizar la seguridad de todos los presentes en el teatro por encima de todo, iba a necesitar por lo menos diez hombres. No importaba cuán talentoso fuera, el enemigo ya tenía una enorme ventaja sobre él. Él era solo un hombre. No podía proteger la vida de toda buena persona con un solo cuerpo. El mal, por otro lado, necesitaría solo un cuerpo para elegir un lugar, encontrar una abertura y atacar.

El desequilibrio entre el poder necesario para proteger y el poder necesario para atacar tenía una brecha enorme: la única forma de protegerse de una habilidad y poder increíbles era tener una habilidad y poder propios. Desafortunadamente... Se encontraba muy lejos de compensarlo.

--¿En qué piensa, señor Kyosuke?

Entonces su mente fue golpeada con una especie de epifanía. ¿Quién encontró al verdadero asesino esa mañana? 

--Oye, William, ¿Te ha llamado algo la atención desde que llegamos aquí?

Tal vez el muchacho pudiera hacer una significativa diferencia entre esa desequilibrada balanza en la que se encontraba. Sin embargo, el albino se quedó en silencio un momento, mirando distraídamente hacia el suelo. Jugaba con sus dedos. Entonces fijó su mirada en el hombre pelirrojo por un buen rato, aunque la apartó casi al tiempo en el que respondió.

--Nada demasiado destacable en realidad... Solo diré que todo resulta confuso. Muy, pero muy confuso.

Kyosuke se detuvo en seco.

--Ya veo.

A través del vestíbulo en la entrada, la multitud de personas empezaba a ingresar al edificio para el comienzo del espectáculo. ¿En verdad nada le había llamado la atención?

El muchacho suspiró.

--Ya no importa. Perdí la oportunidad de conseguir trabajo aquí. Y tomando en cuenta que alguien está a punto de morir, lo más probable es que el teatro cierre.

No le importó que alguna que otra persona se detuviera brevemente tras el comentario del chico, pero Kyosuke se tensó. Usó el mismo tono que había usado cuando sentenció al secretario como el culpable del asesinato.

--¿Me equivoco...?

--Nadie va a morir. Por eso estoy aquí. Ni la policía ni los artistas creen que esta amenaza es real. La razón por la que alguien amenazó a la compañía no era importante.

--No es una amenaza, parece más bien un anuncio... O al menos, hasta donde yo entendí de lo que recuerdo sobre redacción... Una amenaza me parece más bien como "Deja de hacer esto, o lo haré". Solo te dejan dos opciones. Ese fue un anuncio, hasta podría llamarlo declaración. Es porque definitivamente el criminal vendrá y matará a alguien. No busca nada de la compañía, solo que su objetivo muera.

No se equivocaba: cualquier amenaza ordinaria habría aclarado los principios del criminal. "Detén la obra, pide disculpas." Habría algún tipo de demanda. Pero la amenaza, la declaración, no tenía eso.

 --"Un ángel traído de la muerte, en el verdadero sentido de la palabra, a la ejecución. -V."

--¿Por qué no dijiste nada?

--¿Qué bien hubiera hecho eso? ¡Nadie le creería a un niño lo que iba a pasar! Además, todos se enojan cuando digo la verdad.

¿Estaba hablando de todo lo que le había sucedido desde que llegó a la ciudad? La mirada en sus ojos marrones tenía un brillo tembloroso.

--No tiene sentido para mí, no lo tiene. Si un niño como yo fue capaz de resolverlo, entonces seguramente tú y la policía lo notaron hace mucho tiempo, ¿verdad? Mi madre siempre me decía: "No olvides que todavía eres un niño". Y estoy de acuerdo con ella... Ella... Me lo advirtió una vez. En su momento no le creí, pero... Ya puedo dar por hecho que tenía razón. En verdad, no entiendo lo que ustedes piensan.

"Todavía eres un niño". Pero había hecho tanto por él... 

--¿Crees que percibimos también las cosas que notas?

--Sí... ¡Deberían hacerlo! ¡Después de todo, son adultos!

Por primera vez, Kyosuke se sintió abrumado ante aquel problema: el chico no entendía el cómo la gente muchas veces no tiene ni idea de lo que sucede. No entendía que todo lo que veía era tan solo visible para él y solo para él. Solo después de crecer, las personas aprenden que los demás son diferentes, que pueden estar mirando las mismas cosas y percibirlas de manera diferente. Incluso hay quienes a esa edad se olvidaban de ello, asumiendo que todos piensan lo mismo que ellos, a menudo desembocando en conflictos de todo tipo, conflictos que, en su momento, Kyosuke había visto con sus propios ojos.

El muchacho frente a él todavía era ingenuo en ese sentido y podría haber caído en esa trampa. Pero no merecía ser culpado. Sin embargo, fue una especie de caso extremo: no creía ser especial en absoluto.

¿Por qué, exactamente?

Recapituló nuevamente todo: su hermano mayor, su hermana melliza, su madre... La situación familiar que él había mencionado. ¿Había algo ahí al respecto? No podía ignorar todo aquello y mucho menos lo que el niño estaba pasando. Le encantaría averiguar todo sobre el niño tanto como él había adivinado cosas sobre la dueña del teatro, pero en su cabeza una idea que le aterraba había empezado a surgir. 

--William... ¿Qué sabes de mí?

--... ¿Qué?

--Quiero que me digas lo que sabes de mí desde que nos conocimos.

El chico inclinó la cabeza ligeramente antes de inhalar y empezar a hablar. 

--Un guardaespaldas de poco más de treinta años. Un talentoso maestro en las artes marciales, derribando a todos los asesinos a los que te enfrentes como si no fueran nada. Siempre has preferido trabajar solo. Te sientas siempre donde haya vista a la entrada, como si esperaras que alguien irrumpiera con intenciones violentas siempre, una especie de hábito que puede hacerme suponer que has sobrevivido a genuinas carnicerías a lo largo de tu vida. No haces ruido cuando entras a un lugar, por todo tu entrenamiento supongo yo. Desde antes de entrar, tú mantenías un ojo cerrado y no lo abriste hasta entrar al teatro a oscuras; era para ver mejor, como si estuvieras esperando una emboscada en la oscuridad. Y, a pesar de tener una de las mejores reputaciones como guardaespaldas, no llevas en el negocio mucho tiempo. Pero eso de escabullirse en lugares oscuros sin hacer ningún ruido no es algo típico de un guardaespaldas. Dejaste ese trabajo anterior tuyo: ya no querías matar a personas en la oscuridad como ese sicario de antes. Pero ya no has usado esa espada de nuevo porque te avergüenza lo último que la involucró. 

Sentía su garganta secarse conforme las palabras del chico llegaban a sus oídos. Los recitaba con una voz perfectamente moderada, a un ritmo y volumen constantes, de la misma forma en la que había hablado con la mujer: Como si estuviese recitando un poema trágico, tal vez más trágico de lo que debería haber sido. ¿Realmente se sentía así cada vez que hablaba sobre las personas?

No se detuvo. 

--¿Qué sería tan vergonzoso para alguien como usted?  Hace algunos años hubo una disputa sobre el acuerdo de alto al fuego. Algunos burócratas optaban por expandir la línea del Frente. Pero uno a uno, fueron encontrados muertos, al igual que los líderes de los partidos militares que los apoyaban y respaldaron. Todos decidieron poner su firma en aquellos acuerdos de paz entonces. Pero tuviste una razón... Siempre han habido rumores sobre ese guardaespaldas implacable al que es imposible acercarse de cualquier forma... Pero es mentira. Por más que todos lo nieguen, por más imposible que les parezca aceptar que un hombre así sea capaz de tener afecto... Tú tienes una familia. 

"Basta" quería decirle al muchacho. Pero el shock ante aquellas palabras había sido tan grande que su cuerpo entero se había paralizado. 

--Tres integrantes. Por supuesto que temes involucrarlas en todo esto y, por eso mismo, preferiste que sea ella quien dirija una organización benéfica y protectora en otro país, una realmente importante... ¿La Orden de la Torre del Reloj es muy conocida por aquí? Supondré que no, porque no hay forma que ningún mercenario esté relacionado o quiera estar en contra de aquella organización que salvaguarda a la familia real inglesa, tendrían que ser unos tontos para hacer un movimiento tan arriesgado. Además, una de tus hijas-

--¡Suficiente!

El golpe en la pared había sobresaltado al chico, quien todavía le miraba con una expresión sorprendida. 

Todo aquello había tensado a Kyosuke de tal manera que se dio la vuelta un momento para tranquilizarse. Suspiró. ¿William sabía todo eso desde el momento en el que se habían conocido?

--Damas y caballeros, el espectáculo esta por comenzar. Tomen todos sus asientos.

Se quedaban sin tiempo.

--... Ven.

Kyosuke tomó la mano del muchacho, quien todavía tenía su mirada perdida mientras se dirigían a la puerta del auditorio.



.          .          .



La obra comenzó al tiempo que ellos tomaban sus asientos al centro de la primera fila. Estaban realmente cerca del escenario, lo que los hacía lejos de ser aptos para vigilar las entradas del teatro, pero Kyosuke los eligió por ser los que estaban más cerca del escenario en caso de que debiera proteger a algún artista de cualquier ataque. El chico estaba a su lado. Todavía tenía la mirada perdida, jugaba con sus manos de forma ansiosa y sus piernas temblaban.

Había aproximadamente cuatrocientas personas mirando la obra, llenando el teatro. Una mezcla de edades y géneros, aunque parecía haber más mujeres bastante jóvenes.

Para cuando sonó el timbre y las cortinas se levantaron, todo comenzó por fin. Kyosuke ya había leído el guion, así que sabía de qué iba la obra.

La amenaza de muerte decía: "Un ángel traerá la muerte, en el verdadero sentido de la palabra, al intérprete". El uso de la palabra "ángel" probablemente no fue una coincidencia o una broma: después de todo, esta obra era sobre la historia de un ángel. Si pensara en resumir la obra en una frase sería "Una historia sobre un ángel que asesina, la historia donde el ángel mata a cada uno de los doce personajes uno tras otro". Los personajes asesinados en la historia no tienen idea de que están siendo masacrados por un ángel porque no hay nada único en la forma en que son asesinados: apuñalados con un cuchillo, una caída fatal, estrangulamiento, veneno... Además, nadie ve que ocurran los asesinatos, simplemente mueren uno por uno. Por lo tanto, los personajes no tienen idea de si están siendo sobrenaturalmente juzgados por un ángel o son víctimas de un asesino en serie.

Uno de los personajes planteó una idea: "Si fuera un ángel, usaría la espada divina en sus manos. No habría razón para que esperen hasta que alguien esté solo para matarlos de alguna manera física". Por eso afirma que uno de los doce personajes es un asesino en serie que hace que parezca que el asesino es un ángel.

Otro personaje decía: "Si este fuera el trabajo del hombre, eso significaría que el asesino es uno de nosotros. Pero eso es imposible. No hay razón para que nos matemos unos a otros. Sin embargo, el ángel tendrá un motivo. Somos pecadores que desobedecimos al ángel, y es un trabajo del ángel purgar a los que han hecho el mal. Los doce somos iguales: todos hemos pecado y estamos conectados a través de nuestro miedo al ángel. ¿Para qué ayudaría a matar a un compañero fugitivo?"

Murakami cumplía su rol de protagonista, era como un líder que los mantenía juntos. De pie en el escenario, gritó: "¡Oh, Señor! ¡Hemos pecado! Nos has cortado nuestras alas y nos has dejado en este planeta para castigarnos. ¿No fue suficiente para expiar? ¿Por qué debemos sufrir tal crueldad?"

Los doce pecadores también fueron ángeles en el pasado. Admiraban a los humanos y buscaban convivir con ellos, lo que enfureció tanto a Dios que los despojó de sus poderes y los desterró a la Tierra como humanos. La obra se titulaba "El mundo es un sueño, el sueño es la realidad". La trama involucraba a antiguos ángeles desterrados del mundo celestial y convertidos en mortales que se reunieron en un antiguo teatro para ganarse el perdón de Dios. Pero eran asesinados uno tras otro y trataban de descubrir si era un ángel matándolos a ellos o a uno de sus semejantes. 

Era, en cierto sentido, una historia de misterio también: entre esas partes iban las relaciones entre los personajes, su amor y su odio. Los antiguos ángeles que habían trabajado juntos como amantes, hermanos y enemigos, que al mismo tiempo dudaban de otros. Vagaron por el viejo teatro, preguntándose si sus hermanos podrían ser los asesinos. Su objetivo: Encontrar a cierto usuario de habilidad que viviese allí.

--¿Usuarios... de habilidad?- había escuchado murmurar al muchacho, quien por fin pareció enfocarse en la obra al menos durante ese momento.

Al parecer, no había llegado a esa parte del libreto.

La obra mencionaba la existencia de usuarios de habilidad. Revelar su existencia no estaba prohibido, pero sin duda, había una oscuridad que rodeaba el tema.

Debido a la guerra, el número de usuarios de habilidades que trabajaban legalmente disminuyó y la mayoría de ellos desaparecieron de la vista pública o comenzaron a trabajar para organizaciones clandestinas. Además, había una agencia gubernamental que administraba usuarios de habilidades domésticas, por lo que transmitir la existencia de usuarios de habilidades podría convertirse en un problema: no mucha gente sabía de su existencia fuera de los rumores y los cuentos de hadas; por lo tanto, una obra de teatro que incluía uno de ellos era una anomalía. Debido a estas circunstancias, el usuario de la habilidad fue representado con buen gusto, pero como una ficción total.

Una habilidad por persona. Algunos podían usar libremente su habilidad, mientras que otros eran incontrolables y ocurrían automáticamente. Mientras que algunas personas nacían con habilidades, otras de repente desarrollaron las suyas.

Y esas habilidades no siempre hacen feliz al poseedor.

Los personajes de la obra buscaban un usuario de habilidad que se ajustara a esas reglas. Uno tras otro, sus compañeros desaparecieron. Sospecharon el uno del otro, pero continuaron deambulando por el teatro en busca de ese rayo de esperanza, ya que ese usuario de habilidad era el único que podía perdonarles sus pecados.

En la obra explicaban cómo los usuarios de habilidad eran antiguos ángeles que, tras ser expulsados del mundo celestial, se les permitió regresar. Recuperarían una pequeña porción de sus poderes ilimitados y se les permitiría presentarse ante Dios nuevamente. Eran nuevos ángeles que terminaron de expiar sus pecados: usuarios de habilidad.

La interpretación creativa era interesante. En general, él conocía a varios usuarios de habilidad, innumerables personas. Pero si absolutamente todos ellos hacían lo que hacían con el fin de expiar sus pecados... El cielo debía ser un caos. En todo caso, estaba claro que el escritor del guion sabía acerca de los usuarios de habilidad y probablemente esperaba lograr algo al convertirlo en obra de teatro. Además, no iba a negar que resultaba un tanto inquietante pensarlo de esa manera al compararlo con la realidad.

¿Estaba relacionado de alguna manera con la amenaza de muerte? 

Un asesino que se refería a sí mismo como "V"... Una oba sobre la búsqueda de un usuario de habilidad...

Kyosuke miró hacia la multitud. Ni una sola alma abrió la boca mientras sus ojos estaban pegados al escenario. Olvidando incluso hacer expresiones, seguramente olvidando hasta quiénes eran mientras miraban con atención la obra. El poder de la actuación estaba haciendo que la audiencia olvidase que estaban allí, los llevaban a algún lugar, lejos. Habían ido hasta allí y pagado por el evento, sabían que sucedería; por eso vinieron. Todos dejaron que el drama, el guion excéntrico y la actuación impresionante, especialmente la de Murakami, se los llevara mientras dejaban temporalmente sus cuerpos para que su consciencia se sumergiera en la trama que habían creado. 

Pero Kyosuke no podía permitirse tal lujo. Dejar su cuerpo atrás ahora mismo podría conducirlo a un problema. Seguramente el enemigo no estaba sentado descaradamente con la audiencia, pero era común actuar como un cliente para colarse. Miró casualmente detrás de él mientras se acomodaba un poco en su asiento, buscando a alguien que actuara con sospecha o que se levantara de su silla sin ninguna buena razón durante el acto.

Tensando los ojos en la oscuridad, veía a alguien de vez en cuando que no era necesariamente sospechoso, pero que no parecía estar muy entusiasmado. Una madre y su hijo, una joven pareja, un viejo con el ceño fruncido, una mujer de mediana edad dormitando... Y esa persona que parecía centrarse en el teatro en lugar de los actores en el escenario.

Esa última persona llamó ligeramente su atención, aunque no había mucho demasiado destacable salvo esa ropa tan... elegante podría ser demasiado, pero en absoluto era ropa casual; era más bien una especie de formalidad discreta, pero no menos extraña para una sola salida al teatro: una capa de invierno negra y de cuello alto por encima de un vestido también negro cuyos bordes llegaban al piso. Unos guantes negros impedían la vista de su brazo. El cabello parecía ser dorado platinado e iba corto, como abombado en la parte inferior, hasta la altura de los hombros exactamente. Llevaba un sombrero también negro, pero con un curioso velo negro. La tela del velo era ligeramente translúcida, pero parecía irse oscureciendo conforme descendía, haciendo imposible ver su rostro más allá de sus ojos. Era imposible no compararla como la viva imagen de una dama noble inglesa del siglo XIX.

Ella regresaba a su asiento, también en la primera fila. Se sentó completamente recta, con el cuello erguido, y no se movía en lo más mínimo. La forma en la que contemplaba el escenario era como si estuviese mirando a través de los actores con esos ojos que eran una mezcla eternamente oscurecida entre el dorado y el marrón, cuya única pizca de brillo parecía ser nada más el reflejo de las luces del escenario.

No dejaba de jugar con sus dedos distraídamente mientras sus ojos contemplaban el escenario... No, no era de forma distraída. Había ápices de tensión en sus movimientos. Era impaciencia. Contemplaba la obra con impaciencia. Y esos ojos no podrían ser mejor descritos que los ojos de un depredador asechando a su presa entre la maleza, esperando el momento adecuado... Una cosa era segura: esos no eran los ojos de alguien que estuviese disfrutando la obra.

El que cubriese su rostro de esa manera con el velo de por sí no era muy normal, ¿acaso estaba evitando que alguien del teatro la reconociera? El que portara guantes tampoco ayudaba. Incluso la propia capa que llevaba y cubría la mitad de su cuerpo podía ser sospechosa. ¿Llevaría algún arma oculta? No sería la primera vez que veía tal cosa al hacer su trabajo.

Midió en silencio la distancia con la mirada. Jugó cada movimiento que el enemigo pudiese hacer en su mente y calculó.

--Todos pagaron por esto, ¿verdad?

A su lado, el chico seguía absorto en la obra de teatro. Él también estaba con la misma expresión del público en el rostro, pero hablaba en susurros... ¿A él? ¿O consigo mismo?

--...

--A veces hasta yo me llegué a preguntar varias veces por qué terminé pagando por cosas tan predecibles.

El chico extendió su mano para señalar a uno de los actores.

--Ese es el asesino.

Incluso si hablaba a susurros, las personas a su alrededor habían empezado a murmurar entre ellos o para ellos mismos. A Kyosuke poco le importaban los demás en la audiencia: en ese momento, el muchacho parecía haber entrado en una especie de trance, murmurando para sí mismo de forma casi inentendible, como si estuviese teniendo un delirio.

Y Kyosuke no tardó en llegar a tal conclusión tras ver al muchacho tan solo de reojo. Sus expresión tensa, los ojos cristalizados... De nuevo usaba el tono con el que le recitó su respuesta cuando le preguntó qué sabía sobre él.

--Llegó a estar con el protagonista al momento del primer asesinato fue porque usó una vela como retraso de tiempo para el gatillo; solo había dos velas. Por el que ruegan su ayuda es el asesino. Tiene que ver la foto que tomó, podría ver que es el asesino si lo mira bien... ¿Por qué no se dan cuenta? ¿Por qué nadie se da cuenta? ¿No pueden darse cuenta?

Hablaba rápido, en susurros que empezaban a ser captados por otros en la audiencia, quienes empezaban a conversar también entre ellos.

--¿Y este chico?

--Pero... ¿Ese es el asesino? De ninguna manera.

--Pero todo tendría sentido si lo fuera... ¿No creen?

--Eso sí que sería interesante...

--William, detente.

Fue más para evitar cualquier inconveniente en contra del chicho que otra cosa. Kyosuke tocó uno de los hombros del chico, pero éste pareció no reaccionar, confirmando que había entrado en una especie de trance. Sus ojos estaban vidriosos, a nada de empezar a derramar lágrimas.

--Los que fueron solos a la sala de carga serán asesinados porque acaban de ver la telaraña que podría haber sido utilizada como evidencia. El asesino inventará una excusa para salir de la habitación como si necesitara obtener el mapa o algo así...

--No se preocupen, iré a buscar el mapa – dijo uno de los personajes en el escenario, casi al tiempo que el muchacho había hecho su pausa, para desaparecer detrás de la cortina del ala.

---No puede ser, ¿es él realmente...?

--No hay manera... E-Es tan buen tipo... ¿Por qué?

--¿Todo lo que le dijo a su novia fue solo una mentira?

Pronto los murmullos se habían comenzado a extender por la sala.

--William...

--¿Qué es lo que ellos piensan? No puedo entender lo que piensan... Lo intento y no puedo, lo intento de nuevo y me confunden todavía más, ¿por qué actúan de forma contraria a lo que sienten?

La voz del muchacho se iba quebrando de la misma manera que la del protagonista en el escenario, quien entre lamentos angustiados rogaba al usuario de habilidad, que no se encontraba en ningún lado, que los salvara.

--Si hay un usuario de habilidad aquí, ¡sálveme! Si hay un ángel, ¡sálveme! ¿Por qué debo estar solo? ¿Por qué tengo que vivir solo en medio de un montón de monstruos?

--¿Por qué Jayden me dejó solo...?

Los labios del niño estaban temblando, tenía los ojos casi desorbitados, su expresión entera  estaba consumida por la frustración y por sus mejillas enrojecidas habían empezado a rodar lágrimas desde hacía rato. Él mismo estaba temblando, abrazándose a sí mismo.

--¡Suficiente!

Kyosuke se puso de pie en su asiento y le sujetó por los hombros con ambas manos. El muchacho entonces parpadeó un poco.

En ese momento, el escenario se oscureció y las luces comenzaron a brillar una por una sobre la audiencia.

--Ahora tendremos un intermedio de quince minutos. La segunda parte comenzará a las seis y veinte. – sonó la transmisión por los altavoces del teatro.

Por un momento, Kyosuke casi había olvidado el descanso durante el espectáculo que habían especificado en el programa.

Varias personas ya estaban de pie, entretenidas en sus conversaciones. El pelirrojo miró al muchacho.

--Ven conmigo.

La mirada del muchacho seguía perdida y sus labios temblorosos. Kyosuke le tomó de la mano para hacerlo levantarse de su asiento y abrirse paso entre la multitud del teatro.

Se acercaron a unos pocos asientos cuadrados en el vestíbulo, lejos de la multitud. El muchacho estaba sentado en uno de estos, todavía sin poder enfocar bien los ojos. Estuvieron cinco minutos en silencio hasta que el muchacho por fin pareció regresar en sí.

--E-Está bien... Termina con esto. Dime lo que tengas que decir, aunque ya lo sé.

--...

--Me regañarás porque hice algo mal, ¿verdad? Tal vez hasta eso me haga sentir un poco mejor... Siempre sucedía en los otros trabajos. Saber que hice algo mal es fácil de comprender para mí, ¿sabes? No debes contenerte, prometo que no lloraré esta vez. - expresó el muchacho secando sus lágrimas con la manga de su uniforme. --De verdad, lo prometo.

Reflexionó las palabras que le dedicaría al chico a continuación. No pensaba en un regaño como el muchacho decía, no se sentía capaz de ello, pero tampoco creía poder encontrar las palabras correctas para hablarle en ese momento. Una u otra implicaría corregirlo. Guiarlo. Siempre había evitado guiar a los demás toda su vida por el miedo que daba, ese miedo que le daría si esa forma de guiarlos los dejaría al borde del acantilado... Pero el niño frente a él ya estaba frente a otro borde, inclinándose hacia adelante.

--Háblame de ti. ¿Acaso tu hermano o tu madre... Te dijeron algo sobre tu don?

--¿Mi "don"? ¿De qué hablas? No tendría problemas para encontrar un trabajo si tuviese un don.

--... Volvamos a lo de tu madre y hermano en ese caso. No me contaste mucho de ellos. 

--Ah... Bueno, mamá siempre esperó mucho de nosotros, demasiado. Pero nunca forzó nada. Fue más como "Quiero que vean lo que hay afuera. No duden en decirme si quieren algo". Si había algo que de verdad amáramos hacer, era eso lo que realmente esperaba de nosotros. Mi hermano... Incluso antes de que él se convirtiera en detective, la gente que vivía cerca siempre recurría a él para sentirse más tranquilos respecto a algo, les inspiraba la paz o certeza que necesitaban. "Clarividente", "Oráculo", "Profeta", "Mensajero de Dios" era el cómo se referían todos a él entonces.

--Entiendo. ¿Hablaban mucho entre ustedes?

--Demasiado, siempre fuimos demasiado cercanos. Pero creo que Jayden se apegó mucho a mí, todavía más, desde aquel día. Yo era todavía pequeño en ese momento, demasiado según mi madre, pero todavía recuerdo ese día... El día que "Vio mi futuro".

--...

--"Un día, me superarás. Vas a ganar la admiración de todos los que te rodean. Pero ahora no es ese el momento. Es cuestión de tiempo para que llegue el día donde te conviertas en ese observador silencioso, que se ha vuelto capaz de ver través de los corazones de la gente". Tal vez eso motivó a la gente a visitar nuestra casa no solo por Jayden, sino por mí también. De repente, todo el mundo quería confirmar las palabras de mi hermano.

--Ya veo.

--Mamá decidió que fuéramos a la casa de vacaciones más seguido. Dijo que tanta gente nos agobiaría pronto y se los dejó en claro hasta a ellos. Yo... Creo que no he cumplido con la promesa que le hice...

--¿Promesa?

--"Te recuerdo que todavía eres un niño. Jayden lo dijo: no es el momento. No quieres lastimar a los demás con lo que descubres, ¿Verdad, William? Lo mejor que puedes hacer por ahora es ser humilde y guardar silencio: No sabes la cantidad de gente que le teme a la verdad."

Kyosuke asintió en silencio.

Al menos su madre y su hermano lo sabían, después de todo. Entendían que el niño poseía un don extraordinario, una habilidad especial de observar, recordar y descubrir la verdad en un abrir y cerrar de ojos... Algo que debía controlar. No querían que el niño se perdiera en todo lo que sabía, lastimase a otros. No querían que William terminara por convertir al mundo en su enemigo. Ese comentario demostraba que su madre estaba más que empeñada en que el niño aprendiese sobre las virtudes de cualquier persona común hasta crecer con ese buen juicio y su conocimiento.

Había tejido alrededor de él ese capullo transparente para protegerlo del mundo. Kyosuke solo pensaba en lo difícil que debía haber sido convencerlo de que el mundo que veía era normal y que nada de lo que sabía era algo más allá del sentido común. Entonces pensaba en cómo Jayden había sido un niño también, un niño seguramente idéntico a William cuando era más pequeño. Alguien que pudo ir aprendiendo paso a paso todo aquello... Su madre se había encargado de que así fuera la infancia de ambos y Jayden lo había comprendido perfectamente, había llegado a donde había llegado tan solo por ello. ¿Qué era aquello sino amor incondicional, un profundo deseo de proteger a sus hijos de todo aquello que podría sucederles?

La idea de la muerte de Jayden no hizo más que provocarle un escalofrío a Kyosuke. Seguramente Jayden, al tener hermanos menores, habría aprendido muchas cosas en el proceso y eso le haya beneficiado en entender cómo funcionan muchas veces las personas pues, después de todo, vio crecer a un par de personas frente a sus ojos. En cambio, William había visto a un referente que comparaba como el único "igual a él" partir de esa vida. Era como haber sido despojado de aquel capullo de repente, viendo todavía más cosas ahora.

Se le vinieron las palabras del muchacho a la cabeza, sobre cómo podría ser bien recibido en la policía cuando quisiera. Eso no era una invitación de bienvenida a su hermano, como tal vez habría pensado Jayden: era directamente un juramento que había comprometido a William a acelerar ese crecimiento en su percepción desde la muerte de su hermano.

Los puños apretados de Kyosuke temblaban ligeramente. Nunca en su vida había experimentado un miedo como ese. El ver al muchacho frente a él, incluso ya recuperado de su colapso, era igual a ver a un polluelo que se había caído de su nido, a nada de ser devorado por el mundo exterior.

--Tú... tienes un don. Un don para observar y deducir. Nadie había descubierto todo eso sobre mí. Nadie sabía quién mató a la presidenta de la compañía aparte de ti. Eres especial, William. Jayden lo dijo: podrías convertirte en una mente mucho más grande, incluso que él.

--No hay forma. Mi hermano no tenía un don, así había sido él siempre. Si hubiese un don así en la familia, me lo habrían dicho. O lo habríamos descubierto un día, como con...

Se detuvo un momento que Kyosuke aprovechó para continuar.

--¿Sabes? También descubriste al asesino en la obra cuando nadie más en la audiencia lo descubrió. Hubiera sido igual para mí si no hubiese leído el guion.

--No me mienta. Si lo descubrí, un adulto no debería tener problemas para hacerlo.

Ahora comprendía: el muchacho no tenía idea que era especial porque no creía que fuera especial.

--Dime esto. ¿Alguna vez pensaste que las personas a tu alrededor, en un salón de clases por ejemplo, eran tontos que no entendían nada?

--... Lo hice-

--Eso es. Cree en ese sentimiento. Tienes un don, pero todos los demás estamos por debajo de aquello que tú entiendes. La razón por la que te sientes así es tu talento. 

--Mi madre dijo que igualmente no debo menospreciar así a los demás. Además, si de verdad hubiese alguien en mi familia dotado de esa manera, apostaría por Jayden. Y en el mundo hay todavía más gente. ¿Por qué solo yo sería especial?

--Porque...

El momento de su decisión estaba cerca. Solo le quedaba algo que jugar: su sinceridad.

--Tenías razón. Solía llevar una espada en mi cintura. Desde temprana edad, me formé en las artes marciales. Realmente pensé que mi espada se convertiría en el pilar de la paz y bien de la nación, por el bien de quienes quiero... Y maté por esa creencia.

El muchacho miraba con cuidado sus expresiones.

--Los asesinatos fueron simples. Tenía una ventaja abrumadora y en ningún momento había luchado en batalla. Comenzaba a asustarme cada que había otra misión. Temía que ya no estaba matando por proteger, sino por disfrutar la sangre... Entonces decidí dejar mi espada.

Ya no había momento para arrepentirse de toda esa sinceridad: las palabras seguían fluyendo de su boca.

--El poder debe mantenerse bajo control: la energía que no se puede controlar debe mantenerse más bien a salvo del mundo, de aquellos que desean poseerla y, en el acto, corromperla. Si te niegas a reconocer tu talento, no eres diferente de lo que otros solían ser. Debes reconocer tus talentos, especialmente cuando tu hermano se ha ido.

Nunca supo manipular, nunca supo mentir de forma correcta. Y aun así, todo lo que haría a continuación era un acto comparable a una especie de mentira piadosa para que el niño pudiese ver la simple verdad.

--Entonces... ¿Qué soy en realidad?

--El intermedio está por terminar. Por favor, vuelvan a sus asientos. – habló la persona en el altavoz.

Unas pocas personas volvían a entrar al teatro y regresar a sus asientos, mientras que el resto seguía murmurando dentro.

Se le acababa el tiempo. Debía darle las respuestas al niño o no habría nadie más que pudiera dárselas.

--Eso es porque...

Cualquier cosa. Cualquier cosa. Lo que fuera. Necesitaba decir algo. Vio de repente el guion enrollado en las manos del muchacho, quien ya había confesado no haber pasado del primer párrafo todavía. Sus palabras siguientes fueron casi como un reflejo.

--Porque eres un usuario de habilidad.

--¿Qué...?

--Un usuario de habilidad. La razón por la que eres especial es porque eres un usuario experto. Una habilidad que se disparó al máximo al morir Jayden. Es como si esa parte que ya pertenecía a Jayden quisiera haber ido contigo, como si Jayden te la hubiera transferido a ti. Por eso te dijo aquello, que lo superarías... Eso es. Eso es precisamente.

--¿Un usuario de habilidad? ¿Por qué?

El chico estaba confundido y Kyosuke también. Nunca en su vida había hablado tan impulsivamente.

--Todo es gracias a tu habilidad. Puedes ver la verdad con nada más posar los ojos frente a una escena. Hablaron de eso en la obra, ¿recuerdas? Hay personas en este mundo que poseen habilidades sobrenaturales. Y estas no siempre hacen feliz al poseedor. La tuya es la razón por la que sientes tanto dolor y el mundo te parece tan ajeno.

--...

--Tienes que controlar esa habilidad.

Ya no tenía idea de lo que estaba diciendo, pero su corazón seguía acelerado. Agradecía el haberle dado tantas cosas que procesar al chico que ya ni siquiera se estaba fijando en su expresión corporal.

 --Eres un usuario de habilidad, por lo tanto, eres especial. Para probarlo, te enseñaré cómo controlar esa habilidad que te causa dolor.

--¿Cómo...?

--Tal vez cierto objeto determinado. Si tu hermano te transmitió aquello que quería, seguro que tú puedes hacer lo mismo hacia un objeto para que este pueda ayudarte a controlar tu habilidad, por ejemplo. ¿Has escuchado sobre los magos? Tienen poder, solo deben utilizarlo a través de una varita para poder conrolarlo bien. Esos son historias, sí, pero ahora mismo debes saber mejor que nadie que los usuarios de habilidad son reales

--¿Cierto objeto...? ¿Cómo cuál?

No pensó en eso. Sus ojos vagaron por la habitación en busca de una pista.

Su mano rozó ligeramente su bolsillo.

--Esto.

--... ¿Lentes?

--Fue un regalo de un conocido. Cuando los uses, tu habilidad se activará y podrás ver la verdad de inmediato. Por otro lado, cuando no los uses, ya no te importará que las personas que te rodeen no entiendan lo que tú. Ten, son tuyos.

--... Está bien. Aunque parecen gafas ordinarias...

--Si quieres verlo de esta manera, cada que las uses es ver a través de un cristal, como una ventana. La ventana que todos necesitan para saber lo que tienes frente a tus ojos. Una ventana que otros no tienen.

--Entonces... ¿Me las pongo?

Desplegó las sienes, bajó la cabeza para acomodarse las gafas...

.       .       .

Kyosuke esperó a que el muchacho, habiendo quedado inconsciente por el golpe durante algunos segundos, recuperase la compostura.

--... ¿Q-Qué acaba de suceder...? ¿Me desmayé acaso...?

--Observa. El mundo es un lugar nuevo.

--¿Realmente mantienen mi habilidad bajo control? Pero yo no me siento tan diferente... Siento mi cabeza extraña...

--Las gafas te han aceptado. Podrás controlar tu habilidad. De ahora en adelante, serás el legado de tu hermano: el hábil detective William Lockbird, que usa sus habilidades para descubrir la verdad y destruir el mal. Puedes hacer eso porque eres el mejor detective del mundo.

--¿El mejor detective del mundo...?

--Sí. El mejor detective del mundo. El mundo no es un lugar aterrador, solo no son capaces de ver lo que tú.

--Pero... Entonces esa vez, y la otra vez... por eso yo... y ella... Luego Jayden... ¿Por eso la gente no nos entendía, ni nosotros a ellos? Todo el dolor que me seguía... Pero si lo pones de esta manera... Ya veo... ¡Mamá tenía razón! Nadie... ¡Nadie me odia!

--No, nadie te odia.

Su rostro era iluminado por una radiante sonrisa que Kyosuke no pudo comparar sino con la del hermano mayor del muchacho que había visto alguna vez en su vida. Sin embargo, tal vez la diferencia resultó ser que la expresión de William parecía hacerse todavía más brillante, como si realmente acabara de renacer, lleno de vitalidad y energía, una luz propia. Incluso había empezado a reír de alegría.

--¡Yo también debo proteger a estos invitados! ¡Vuelve al teatro sin mí, Kyosuke Mikoun! Tengo algo que hacer... ¡Incluso tal vez pueda evitar que ocurra el asesinato!

--... ¿Qué?

--¡El asesino hará lo que dijo que haría! ¡Todo está tan claro como el cristal, así que lo usaré para mi ventaja! Necesito que se quede cerca del escenario, justo al lado, ¡Ve!

Había empezado a empujar a Kyosuke hacia la puerta. El hombre no tenía ni idea de qué estaba sucediendo: tenía claro que el flujo de su mentira llevó al niño a eso, pero ahora se sentía completamente ajeno a lo que se había desarrollado frente a sus ojos.

--¿Sabes qué sucederá ahora? El asesino está a punto de atacar.

--... William- Espera, ¿qué?

--¡Cree en mí! ¡Solo ve!

El hombre entonces se dejó empujar hacia el pasillo, sintiéndose incapaz de hacerle algo al niño. Pero... si el asesino realmente estaba a punto de hacer un movimiento, ¿no sería peligroso dejar al niño solo?

En ese momento, sonó el timbre que señalaba el ascenso de la cortina.

--Estaré bien desde aquí. ¡Quiero que vigiles a la audiencia!

Al ver la expresión del chico, fue casi imposible ocultar su sorpresa. Era la expresión de alguien que había salido victorioso tras romper aquellas cadenas con las que lo habrían sellado, realizaría su primer trabajo como héroe nuevo.

Kyosuke decidió confiar en él. Hacer cualquier otra cosa más sería irrespetuoso.

--Bien. Ve con cuidado.

--¡Lo haré! Después de todo, ¡soy el mejor detective del mundo! 

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