6
Ryuuji Shirogane observó de nuevo lo que había en su libreta.
Sus dibujos tan sólo con tinta habían mejorado considerablemente desde las últimas veces. La descripción que los complementaba estaba escrito con una caligrafía simétrica. Definitivamente era una caligrafía perfecta.
Suspiró al cerrarla, observó el reloj en su muñeca antes de abrir la puerta de la Agencia de Detectives.
Era temprano. Normalmente, las mañanas eran demasiado tranquilas...
--¡S-SHIROGANE-SAN...!
El menor de inmediato corrió hacia él, visiblemente preocupado y hasta asustado. Sus ojos estaban un poco cristalizados al no saber qué hacer, también se veía un poco más pálido.
--¿Qué pasa chaval...?
--A-Akasawa-san... Mírelo...
El mayor observó a donde el menor señalaba.
Ahí estaba el mencionado, de pie sobre el escritorio, pero su rostro estaba ensombrecido. Sus ojos estaban un poco más abiertos de lo normal. Reía de una forma extraña.
--¡Shirogane! ¡Ryuuji, mira esto!
Señaló sobre su cabeza.
El de cabellos oscuros solamente suspiró y le dio unas palmaditas en el hombro al menor antes de acercarse a donde estaba su compañero.
--¿Qué le pasó?
--N-no sé...
--¡SHIROGANE, TE DIJE QUE MIRES ESTO! ¡HE LLEGADO A LA TIERRA DE LOS MUERTOS! ¡VEN, ACOMPÁÑAME!
--Tenemos trabajo.
--¡VAMOS, VEN! ¡PUEDES COMER LO QUE QUIERAS, BEBER LO QUE QUIERAS! ¡Y TAMBIÉN-
Narumi se encogió un poco de hombros ante el repentino golpe que el castaño recibió en la cabeza, para luego caer al suelo. El mayor aún reía un poco.
--Cállate. Debemos trabajar.
Ren se reincorporó de a poco, pero esta vez volvió a acercarse a Narumi. Lo sostuvo, rodeándolo con sus brazos.
--¡TE ATRAPÉ, ESCARABAJO ARCOÍRIS!
El chico se quedó completamente quiero un momento, no sabía cómo zafarse.
--A-A-Ak-Akasawa-san...
Estaba cada vez más nervioso conforme el castaño lo rodeaba con vendas, imposibilitándole más movimiento.
Tropezó un poco y cayó al suelo al poco tiempo. El contrario le puso un pie encima.
--¡SHIROGANE , MIRA, LO CAPTURÉ!
--... Ren, si no lo cuidas, te pisaré yo, ¿Oíste?
--...
El más pequeño fue levantado de golpe de nuevo, esta vez el castaño lo dejó en una silla y lo amarró allí también. Había tomado un par de almohadas y las puso a los costados para que no se cayera.
--¡MIRA, YA ESTÁ SEGURO! ¿LO PODEMOS CONSERVAR?
--Shirogane-senpai...
Kayano se asomó detrás del escritorio del mencionado. Le mostró la página en concreto de un libro titulado "El completo manual del suicidio."
--¿Hongos venenosos...?
--¡AJAJAJAJAJAJA, NUNCA CREÍ QUE COMER HONGOS VENENOSOS SERÍA UN SUICIDIO TAN DIVERTIDO!
--Creyó que lo eran... ¿Quieres que lo saquemos?
--No, déjenlo. Basta darle un "suave" golpe y luego le gritaré «CERRA EL ORTO, DEBEMOS TRABAJAR.» Claro, si el Presidente no viene.
--...
La chica le hizo una seña a su gemela antes de acercarse a su superior castaño, intentando sostenerlo por ambos brazos mientras aún deliraba.
--¡No me suelta la caraaa!
--¡PERO QUÉ PIEL MÁS SUAVE TIENE ESTÁ CRIATURA! ¡SHIROGANE MIRA!
--No, suéltala.
La otra chica le golpeaba el brazo con el propio libro que había llevado para mostrarle a Ryuuji las causas del actual estado de Ren.
Ryuuji, una vez acabados sus informes, se acercó al chico menor para desatarlo.
--¿Estás bien, chaval?
--...
Asintió ligeramente, pero pareció reír un poco.
--... ¿Te estás riendo?
--F-Fue divertido...
Shirogane lo miró un momento, luego él también sonrió un poco.
--¡SHIROGANE-SENPAI, AYUDA!
Kirako trató de sostenerlo, pero Ren volvió a tomarla de la cara. Esta vez ella hizo lo mismo, ambos apretaban el rostro del otro mientras Kayano se acercaba con el manual del chico, empezando a golpear al castaño.
--Te dije, dale un golpe.
--¡Golpéelo usted, por favor!
--¡Shirogane, no me traiciones así!
El menor seguía cubriendo su boca mientras reía.
Ren se soltó para ir hacia Narumi nuevamente.
--¡TÚ, ABAJO!
--A-Ah, claro.
De nuevo tenía un pie sobre él, pero esta vez los pistones del chico mientras reía de esa forma tan extraña le generaba una sensación de cosquillas en el estómago. Él también empezó a reír, pero ya no se cubría la boca.
Ryuuji sólo reía desde su escritorio.
A los pocos minutos la puerta se abrió de nuevo. Se trataba de un hombre alto, de cabello rojo y ojos verde claro brillantes, con un lunar debajo de ellos, de forma simétrica. Vestía un haori negro sobre una yukata verde, llevaba calcetines y sandalias.
Su mirada se fijo en los presentes. Narumi tuvo un pequeño escalofrío, sin duda parecía alguien imponente. Que los otros se detuvieran en ese momento reforzó esa idea.
--¡PRESIDENTE!
--Buenos días, presidente.
--Ah... Buenos días, presidente.
--Buenos días, presidente.
--... Akasawa, ¿Quién es este niño tan adorable?
La mirada del hombre intimidada, pero parecía serena en ese momento. Si era así... Narumi estaba seguro de que no quería verlo molestarse.
Las gemelas de inmediato se hicieron a un lado, Kayano estaba por responder a la pregunta, pero el castaño se adelantó.
--¡ES UN ESCARABAJO ARCOÍRIS QUE ENCONTRÉ EN LA TIERRA DE LOS MUERTOS!
La mirada serena del hombre ahora se volvió amenazante mientras ambas cejas se arqueaban.
--¡I-Ignórelo, son hongos que comió creyendo que eran venenosos!
La chica de cabello suelto suspiró tras lo dicho por su gemela.
--... Ya hemos hablado. No apuñaladas. Ahora tampoco pisar y mucho menos hongos. Shirogane, ¿permitiste esto?
--... Se reía.
--¡Puede lastimar al niño!
--Y-Y-Yo... Supongo q-que y-yo lo permití, señor...
Narumi se levantó de a poco.
--Entonces tú eres Narumi Maihara...
--A-Ah. Sí.
--Akasawa me habló de ti la última vez. Él y Shirogane te recomendaron. Por lo que supe... Tu cabeza tiene una recompensa aún.
--M-Me temo que sí... L-Lo lamento mucho, n-no quería molestar al resto de Agentes.
--Descuida. Tus compañeros mencionaron que tienes talento... ¿Te importaría acompañar a Shirogane y Akasawa a un caso?
--P-Por supuesto que no.
--Shirogane, te lo encargo. No te perdonaré si le sucede algo.
--Descuide, presidente.
--Y tú... Akasawa, vamos, que mi pequeña estrella te cure...
La puerta se abrió de golpe, la chica de cabellos rubios se asomó.
--Por supuesto que no, esto vale mi vida.
--Mirai-
--Oye, Ren, ¿Puedo grabarte pisoteando a Narumi?
. . .
--E-Él era...
--Sí, el presidente de la Agencia. Kyosuke Mikoun.
--¿Su estrellita...?
--Un apodo cariñoso para su hija.
--E-El padre de Mikoun-san... Entiendo.
Los tres habían tomado un vehículo hacia el lugar indicado. Ryuuji observaba el portafolios con las fotografías de las evidencias del caso asignado.
--Narumi, dime una cosa.
--¿Q-Qué sucede, Akasawa-san?
--¿Qué clase de interruptor de la felicidad tienes?
--¿Q-Qué...?
--Te ves mucho más feliz, te reíste como nunca antes... Narumi, no me gustaría tener que pisarte cada que necesitemos que estés así de feliz.
Sonrió un poco.
--U-Usted también parecía divertido...
Cubrió un poco su boca.
--Narumi, no necesitas que coma hongos para ser feliz de esa forma.
--... S-Si se lo pido...
--Ren, ¿Recuerdas mi amenaza?
El de cabellos oscuros de arrojó el portafolios al rostro de su compañero. Él observó un momento las fotos.
--Estos son los sospechosos. Según nuestros informantes, un grupo de personas quieren implantar una bomba en algún lugar de la ciudad para inculpar a la Agencia.
--¿E-Es un acto de la P-Port Mafia...?
--Lo más probable es que no. Hay mucha relación con antiguos casos policíacos.
--¿E-En serio?
Ren le acercó las fotografías y el expediente.
--¿E-El Rey Azul...?
--Un criminal. Hizo estallar un edificio gubernamental, luego envió una declaración: Iba tras asesinos cuyos casos fueron abandonados por fiscales incompetentes y parlamentarios involucrados en corrupción política a nivel global; eran gente intocable.
--Según a lo qué el decía, quería construir el mundo ideal... A través de sus dedos manchados de sangre.
--Hace unos años... Lo acorralamos.
--¿E-Eh...?
--Tú mismo lo dijiste, Narumi. Fui policía antes. Ese hombre no hizo más que acabar con su propia vida una vez que lo acorraláramos en su escondite.
--¿P-Por qué seguiría vivo...?
--Porque las desapariciones han coincidido si revisamos lo que conocemos de las víctimas al final. Mucha información sobre ellos salió a la luz, chaval. Aunque sería ilógico... Los forenses de la Policía Militar confirmaron su muerte.
"Incluso si hubiera una relación... ¿Por qué hacia la Agencia? ¿Algún discípulo suyo o algo así...? Querrá... ¿Querrá vengarse de Shirogane-san entonces...?"
Una idea cruzó la cabeza de Narumi al ver los encabezados de las próximas hojas en el portafolio.
--¿I-Iremos a interrogar?
--Tal vez. Registrar lugares donde sea más posible que haya una bomba oculta. Son bastantes a decir verdad... Y nuestro informante y conductor aquí presente nos reportó que él había transportado a dos de las víctimas a sus hoteles antes de su desaparición, así que cuenta como un testigo.
--Y... W-William-san... ¿E-Él no tomará el caso...?
--Tuvo otro trabajo en Kyuushu. El caso está llegando a su clímax por el momento, supongo que regresará o nos contactará en cuanto atrapen al criminal.
"El presidente se refirió a esto como un ataque cobarde a la Agencia... Tenemos que descubrir a las personas detrás de el ataque y desactivar la bomba... Aunque... También cabe la posibilidad..."
--¿Y-Y si es una trampa...?
--Qué listo, Narumi. Por supuesto que también puede tratarse de algo así.
--N-no parecen preocupados...
--Ya tomamos las posibilidades en cuenta, podemos prepararnos.
--¿D-De qué manera?
--Ya debemos saber actuar ante un ataque enemigo así. Si es que llegasen a haber rehén es, habrá que repartirnos el trabajo, pero lo principal siempre será salvar a los rehenes.
--Es algo que viste en tu examen de ingreso, ¿No?
Demasiado similar en realidad. Pero le aterra a pensar en qué esto no era ninguna prueba. No había bombas falsas, ni criminales falsos...
Pero de alguna forma, la calma de ambos compañeros suyos lo tranquilizaba también. Ellos sabían cómo debían actuar ante cada situación que se les presentase. Los admiraba por ello.
--Es aquí. Suerte en su trabajo.
El conductor se estacionó a unas calles del lugar que visitarían.
Descendieron del vehículo para empezar a caminar hacia aquel almacén.
. . .
"Estos rehenes..."
Narumi observaba a las personas en la cámara de vidrio blindado frente a él. Yacían completamente inertes, aún se podía ver la expresión de haber sido asfixiados por el gas venenoso en los últimos instantes. A pesar de que no habían pasado más que segundos, sus rostros pálidos y ojos desorbitados, rastros de haber sido intoxicados, parecían tratar de hacer notar que la vida había desaparecido hace mucho más tiempo. La muerte los pudriría aún más.
"¿No pudimos salvarlos?"
Sentía su cuerpo temblar ligeramente ante esos pensamientos y su vista se volvía ligeramente borrosa.
--Narumi.
--A-Akasawa-san... E-Estas personas...
--Sí.
Esta vez observó a Shirogane, quien miraba distraídamente hacia otro lado, pero después volvía a enfocarse en las víctimas. Estaba sorprendido por la actitud tomada por su superior: sus ojos carentes de brillo seguían reflejando una tranquilidad increíble. Entonces, no supo si se debía al reflejo de la luz, pero le pareció que por un momento esos ojos se nublaban ligeramente; aún así, su expresión tan tranquila no se iba.
--S-Shirogane-san... ¿C-Cómo...?
--¿Disculpa?
Su tono de voz no había sido lo suficientemente alto como para que el mayor lo escuchara. En ese momento, lo agradeció. Veía de nuevo al hombre de cabellos oscuros alzar la vista: sí, había una nubosidad extraña en sus ojos. Algo le decía que sucedía algo con él.
--Narumi, así como hombres armados, bombas, emboscadas y trampas... Las muertes durante misiones también pueden ser de lo más común. Sí, es decepcionante no poder haberlos salvado, pero es parte de ello.
El hombre suspiró.
--¿Te gustaría hacer algo por ellos?
El menor asintió ligeramente.
--Podemos visitar sus tumbas a cambio. Escucha, cometimos errores y esto sucedió. Normalmente esto debería ser evitado a toda costa, pero eso no implica que no sea inevitable.
Se acercó y posó su mano sobre el hombro del chico.
--¿Quieres compensarlo de otra manera? Acabaremos con el caso. Haremos justicia por ellos, Narumi.
Era una gran responsabilidad pertenecer a una Agencia como la de ellos.
--D-De acuerdo.
--Oh, ¿Sabes una cosa, Shirogane?
El castaño se acercó al más alto.
--Confirmar nuestras siguientes sospechas podría ser una opción. ¿Quisieras comprobarlo ahora?
--¿Te parece una buena opción?
--No tan descabellada al final.
--¿Q-Qué...?
--Reportaremos las muertes y nos iremos.
Los tres salieron del lugar. Caminaron un poco más calle abajo hasta que vieron el vehículo acercarse de nuevo para recogerlos. Entraron al vehículo. Shirogane se dirigió del otro lado para ir en el asiento del copiloto.
--¿Acabaron su trabajo?
--Algo así. Vamos a reunirnos con el culpable.
--¿Y en dónde será?
--Ya llegamos. Aquí ocurrieron los secuestros.
El silencio que se hizo en el vehículo por algunos segundos fue interrumpido nuevamente por la voz del conductor.
--¿Qué?
--Secuestrabas a tus pasajeros tras dormirlos con gas somnífero. Utilizabas una máscara anti-gas.
La manera tan tranquila en la que Ryuuji Shirogane daba sus respuestas hacia el conductor era sorprendente, estaba incluso más calmado que antes, pero el tono que usaba era firme. También parecía anotar o dibujar algo en su libreta mientras decía esto. Narumi tomó un poco de aire antes de hacer su pregunta.
--¿T-Tenía un objetivo?
--Se me ocurre uno: Mercancía.
Miró a Akasawa junto a él.
--¿L-Los vendió...?
--Puede que al mercado negro para obtener sus órganos. Son muy rentables si trabaja solo.
--Esperen un momento. Si fuese culpable, la policía ya habría registrado este taxi en busca de la última ubicación conocida de las víctimas.
--No. Nadie observó este taxi con detenimiento porque las víctimas dejaron su último rastro un día después de subirse a él. Cuando dormiste a tus objetivos después de abordar el taxi, los encerraste y te quedaste con su ropa y equipaje; por eso todos estaban en ropa interior en aquel lugar. Usaste su ropa para disfrazarte de ellos e ingresar a los hoteles donde habían hecho reservas. Dado que todas las víctimas eran de tu misma constitución y peso, los seleccionaste a detalles; tan sólo usaste sombrero y lentes para que fueran más fáciles de suplantar. Procuraste aparecer en las cámaras de vigilancia también... Eso habría engañado hasta a la policía. Para cuando se registraron las "últimas apariciones", las víctimas ya habían sido secuestradas.
Después de la declaración de Shirogane, nuevamente el silencio rodeaba aquel ambiente. Al haber extendido un poco más la libreta sobre su regazo, Narumi pudo observar lo que había estado dibujando: espirales. Múltiples espirales recorrían la hoja. ¿Era acaso una señal de alguna emoción negativa de Shirogane?
--Si hacen lo que les digo me entregaré.
Las palabras del conductor los hicieron mirarlo. Mantenía su cabeza inclinada, su voz empezaba a temblar.
--¡Protéjanme en su agencia, por favor! Necesito protección por 72 hasta que concluyan los interrogatorios y se fije la protección de testigos.
--¿De qué hablas?
--Me incitaron a hacerlo. Esa nueva organización de tráfico de órganos... Algunos tienen numerosos antecedentes en otros casos. Me aseguraron que ganaría mucho dinero y que jamás me atraparían...
--¿Dónde están?
--Me reunía con ellos en el edificio central del puerto.
--Ahí entonces...
--¿Y por qué necesitas protección?
--Las víctimas que secuestré eran sospechosos de casos abandonados por fiscales... Y uno de ellos pertenecía a la Port Mafia.
Apenas el hombre mencionó eso, los sonidos de las numerosas ametralladoras no se hicieron esperar. Las balas causaban abolladuras en el metal de las puertas, el simple contacto rompió los vidrios en pedazos.
Se agacharon entre los múltiples disparos, pero el hombre había escapado por la puerta del vehículo. Ryuuji intentó alcanzarlo, pero los miembros de la mafia ahora le cerraban el paso, dirigiendo sus disparos hacia la puerta.
Desde allí, sus otros dos compañeros bajaron. No había señal en los celulares como para llamar a la policía.
--No podemos perder al conductor. Akasawa, ve por él. Chaval, irás a buscar a la policía. Yo haré de señuelo por aquí.
Sacó la libreta de su bolsillo mientras empezaba a hacer algunos trazos en una nueva hoja.
--Doppo Ginkaku: ¡Granada cegadora!
La libreta no tardó en materializar aquel objeto. El detective lo arrojó hacia los enemigos para cegarlos por unos segundos, permitiéndole a Ren y Narumi movilizarse. Él se puso de pie para luego apuntarles con su propia arma y disparar hacia sus propias armas y manos para incapacitarlos de usarlas.
El pequeño reflejo negro y rojo que vio a través del rabillo de su ojo instintivamente lo hizo saltar hacia atrás para alejarse del taxi en el que habían estado, que de inmediato fue rebanado a la mitad. Parte del suelo por debajo también se hizo pedazos. La explosión generada por el vehículo lo arrojó un poco más lejos.
--El metal es frágil, como la mente humana. ¿También lo es su agencia de detectives?
--Hideki de la Port Mafia...
--En persona. ¿No estás orgulloso?
El rubio arremetió contra el contrario con su habilidad de inmediato. Las "extremidades" que su habilidad le hacia generar a aquella bestia a través de su abrigo lo arrojaron contra el suelo con fuerza. Antes de que la bestia lo atacara de frente, el de cabellos oscuros disparo a un lado de la cabeza del rubio, causándole un corte en la mejilla. Aún así, el mafioso sonrió.
--Si no vas a darle al objetivo, no será necesario que detenga tus balas.
--No asesinaré incluso tratándose de ti.
--Así hablan los débiles. Despreciable.
El ruido metálico lo hizo darse vuelta. La bala había dado en una tubería, que empezó a desbordar agua sobre el rubio, quien se limitó a apartarse para no recibir el agua directamente.
--Doppo Ginkaku: Pistola eléctrica.
El detective sostuvo el arma recién creada y la encendió. Miró el gran charco de agua que aún caía a los pies del contrario antes de arrojar el objeto.
--Compórtate, perro rabioso.
Hideki apenas reaccionó cuando las descargas eléctricas empezaron a correr a través del agua. Gritó de dolor mientras las descargas pasaban ahora a recorrer su cuerpo, incluso empezó a perder fuerzas para mantenerse de pie. Sus rodillas se doblaron un poco, pero se recuperó y saltó fuera del agua con ayuda de su habilidad.
--Son más que aficionados después de todo... No esperaba menos del escudo de Akasawa-san...
Las sirenas de policía se escuchaban a lo lejos. El rubio parecía ciertamente molesto ante ello.
--Llegaron los estorbos. Bien, nuestros caminos volverán a cruzarse. Continuaremos entonces.
--No vuelvas a aparecer.
. . .
Esperarían el transporte que les enviaría la agencia para llegar al edificio del puerto. Narumi estaba en silencio mientras sus dos compañeros conversaban sobre el conductor: había sido entregado a la policía y lo tendrían bajo custodia en la comisaría hasta que se resolviera el caso.
Dudaba mucho si preguntarle o no a Ryuuji. No parecía el mejor momento...
--S-Shirogane-san...
--¿Qué sucede?
--A-Antes vi... ¿Qué son esos espirales en tu libreta?
Ren incluso miró a su compañero con curiosidad. La mirada del mayor cambió por tan solo unos instantes, pero dejaba suficiente para saber que algo andaba mal.
--Como te dije... Ya ha sido demasiado común encontrar muertos en numerosos casos. Muchos no los pude evitar. Han pasado demasiadas cosas que me han afectado así... Y esto... Los ojos de mi hermana tenían esa figura.
--¿E-Espirales...? Shirogane-san...
Los ojos del menor se habían cristalizado un poco de nuevo, algo que el de cabellos oscuros notó de inmediato.
--¡N-No es su culpa, Shirogane-san! ¡Las muertes no son su culpa! ¡Son culpa de los criminales...!
--Exacto, Narumi. Pero Shirogane no puede evitar sentir la responsabilidad de alguna manera... Creo que de todos en la Agencia habremos pasado por algo así.
--No soy ningún desalmado, pero por ahora tampoco me permitiré llorar por las víctimas mientras los responsables sigan impunes. Narumi, eso forma parte de mis ideales.
El teléfono sonó.
--¿Sí? ¿William? Entiendo, la bomba... Iremos en camino.
Shirogane colgó la llamada antes de dirigirse a los otros.
--Ya vienen por nosotros. Iremos a desactivar una bomba a aquel edificio. Si no la desactivamos para mañana al atardecer, miles de personas morirán. Será un viaje algo largo, pero esta vez la detendremos a toda costa.
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