[Pᴀʀᴛᴇ ₉﹕ Mᴇɴᴛɪʀᴀs ᴀ ʟᴀ ʟᴜᴢ ᴅᴇʟ sᴏʟ]




Lo primero que hizo cuando llegó al departamento fue arreglar una maleta con todo lo que JungKook había puesto en una lista; Traje de baño, protector solar, dos cambios de ropa, vendas, alcohol, y algunos snacks si así lo quería.

Después junto a Taehyung se dirigieron a casa de sus padres, pasarían la noche allí.

Durante la cena Jimin aprovechó para comentarles sobre la pequeña visita que Jungkook les daría por la mañana.

"Vaya, hasta que ese muchacho se digna a venir"
"¿Tu novio vendrá?"
"¡Sunmi por favor! Tu hermano no tiene ningún novio, deja de decir tonterías, vas a provocarme un infarto"

Su madre solo se habia reído al escuchar las quejas de su padre.

"Es lo mínimo que puede hacer después de que aceptaras ver a ese niño"
"¿Qué acaso tampoco pensaba traerlo? ¿dónde conociste a este sinvergüenza, Jimin?"

Jimin solo se había encogido en la silla con vergüenza, tenían razón al estár un poco molestos. Por eso ahora mismo estaban todos sentados en la sala esperando a que el policía llegara.

Eran las ocho de la mañana y el único dormido era Taehyung.

"No voy a renunciar a mis horas de sueño por Jungkook"

Había dicho mientras se acomodaba bajo las sábanas.

Jimin se mordió una vez más las uñas, estaba nervioso como el demonio, no entendía porqué, si solo serían unos minutos de conversación. Pero el hecho de que Jungkook realmente quisiera conocerlos le revolvía el estómago.

—¡Ya llegó!— Anunció Sunmi espiando por la ventana.

Jimin dio un salto desprevenido, regañó a su hermana para que se quitara de la ventana y evitara que el rubio le viera como una psicópata.

Cuando el timbre sonó su padre se puso de pie y no dejó que él abriera, Jimin hizo todo un berrinche pero su padre no cedió.

Caminó a la puerta y abrió.

— Buenos días señor, soy-

— Yo sé quien eres; vergüenza debería darte venir solo porque ya te vas. Jimin está adentro.

Oh cielos, oh cielos.

No debió dejar que su padre abriera.

— ¿Y tú eres?

— Yonsu.

— Aw, tu si eres en verdad un sujeto agradable. Sin duda no te pareces a tu padre.

Jungkook entró a la casa con el rostro encendido siendo seguido por su padre, que llevaba a Youngsoo en los brazos.

— Buenos días.—Susurró apenado.

— Hola cariño, un gusto por fin conocerte.— Respondió su madre poniéndose de pie.

— Si, esperamos todo un mes. —  Dijo Jungwoo mordaz.

— Jungwoo.— Chilló JiMin.

— ¿Qué? ¿vamos a fingir que esto no lo hace solo porque ya se va?

— Ya basta – Dijo su madre — No importa porqué, él está aqui.

— No, tiene razón, debí venir antes, al menos por cortesía cuando Jimin aceptó ver a mi hijo.

— Tranquilo cielo, entendemos que todo esto fue extraño para ustedes. Soy Joowon, madre de Jimin y el gruñon que viste en la entrada es mi esposo Minjae.

— Un placer, soy Jeon Jungkook.— Estrechó su mano.

— Yo soy Sunmi y el Jungwoo, hermanos de Jimin.— Se presentó la pelinegra sonriendo.

— Y este pequeño es Soo.— Dijo su padre, acercándose con el niño.

Hubo un pequeño silencio que terminó por enloquecer a Jimin.

— Bueno, ya debemos irnos. Los veré el domingo.

— Tengan cuidado y diviértanse – Dijo su madre sonriendo—.Y Jungkook, ven a visitarnos antes de irte.

— Claro que si señora. Con su permiso.

— No tienes mi permiso pero como yo no mando aqui, pues váyanse.

Jimin apresuró a Jungkook mientras bufaba, cuando estuvieron dentro del auto en marcha y lejos de su familia, pudo respirar nuevamente.

Jungkook sujetó su mano y la besó para luego reirse tratando de aligerar el ambiente tenso.

— Lo siento tanto, mi papá fue muy grosero.

— Eso no estuvo tan mal. Nadie más que tu padre y tu hermano me odian, es un avance que la que manda no lo haga.

Jimin se permitió reír al recordar el rostro avergonzado del policía luego de las palabras de su padre, él sólo quería molestarlo.

Suspiró más calmado pensando que en realidad todo había salido bien, aunque si hubiera salido mal no debería importar, no se verían otra vez.

Y ahí estaba otra vez esa molesta opresión en el pecho.

                         






Solo comenzar el viaje Youngsoo se tomó una siesta en la parte de atrás. Ellos no habían hablado mucho, Jimin estaba concentrado en observar el camino afuera, durante su niñez no había tenido muchos campamentos, su madre odiaba los insectos y dormir en el suelo.

Asi que estaba emocionado.

Deslizó la mano fuera del auto para sentir el viento fresco. Jungkook iba concentrado en la carretera mientras tarareaba la canción que sonaba en la radio.

En algún momento sus manos libres se habían enlazado juntas. La comodidad de cercanía crecía cada día que pasaban juntos, cada que cruzaban miradas.

Observó a Jungkook con detenimiento. Podía ver los comienzos castaños de la raíz, y el cabello le caía a los costados del rostro, dándole un aire jovial.

El sol golpeaba su rostro proyectando una ligera sombra de sus pestañas rizadas. Parecía brillar, su rostro encajaba perfecto con cada aspecto físico; sus ojos, su nariz, sus labios, su barbilla, su sonrisa...

Ah, su sonrisa.

Jimin conocía a mucha gente bonita, pero siempre había algo que no cuadraba en toda esa belleza.

En Jungkook, cada detalle de él parecía hacerlo más atractivo. Porque incluso esos dientes de conejo eran justos, no podían ser otros, cada medida, cada arruga aparecida en sus ojos al reír, cada lunar, cada bello, todo estaba justo donde debía.

Jimin aceptó que en realidad le gustaba.

Todo este tiempo mientras charlaban, se miraban o se tocaban en secreto; fue destruyendo el muro que había construido a través de los años.

No había momento en que no se sintiera ansioso por su presencia, encendía un calor inesperado que se expandía rápidamente por sus venas, dejándolo deseoso por más.

La presencia de Jungkook sobrepasaba sus defensas, las obligaba a retroceder solo para que él pudiera acercarse. Hacer su voluntad.

Jimin lo dejaría. Jimin lo alentaría.

Se le aceleró el corazón.

¿Podía acaso haberse enamorado?

— ¿Estás bien?

Con un tono cauteloso Jungkook lo trajo de regreso a la realidad. Parpadeó varias veces enfocándose en su alrededor; estaban entrando a un camino rocoso, la carretera desapareció de su vista y los árboles comenzaron a cubrir el cielo.

— ¿Qué?

— ¿Sucede algo? Te quedaste mirándome por un buen rato.— Dijo riendo.

Jimin se sonrojó violentamente, avergonzado por su actitud soltó la mano de Jungkook y fingió ver por la ventana. Se sentía abrumado, a veces era difícil controlar sus emociones, quizá Jungkook ya podía imaginarse lo que sucedía.

Dios, su pecho dolió otra vez.

¿Al menos de daba cuenta de todo lo que provocaba? ¿Notaría el cambio significativo que hizo en su vida? ¿Lo sabría y aún así lo mantendría cerca para tener a Youngsoo feliz?

No sabía qué pensar. La parte lógica dentro de su cabeza le decía que Jungkook no sentía lo mismo, que todo este teatro era por Youngsoo.

Pero la parte que sueña y anhela le decía que era correspondido, que el brillo en los ojos del policía no era falso, que las miradas y sonrisas significaban algo especial, que había algo ahí.

— Estoy bien.

Murmuró serio, rechazando la mano que quizo volver a enlazarse con la suya.

— ¿Estás molesto? ¿Fue porque me reí? Lo lamento — Dijo Jungkook aún riendo.

— Dije que estoy bien.

Se cruzó de brazos para esconder sus manos y Jungkook no volvió a insistir.

Lo que resto de viaje fue silencio incómodo.

El lago apareció más pronto de lo que pensó y agradeció en silencio, no iba a soportar unos minutos más dentro del auto. Estacionaron junto a los demas autos y bajaron. Jimin se encargó de despertar a Soo mientras Jungkook bajaba el equipaje.

— Buenos días bello durmiente.

— ¿Mi papi?— Jimin sonrió al oir su voz perezosa.

— Está bajando las cosas. Vamos a decir hola.

— ¡Jimin! Hasta que llegan.— Dijo Jisoo sonriendo.

— Lo siento, mis padres son... Algo difíciles de tratar.— Susurró incómodo.

— No tienes que disculparte por nada, así somos todos – La mujer lo sujeto de los hombros mientras avanzaban — Tenemos todo arreglado, su tienda de campaña es aquella roja.

Jimin asintió antes de que la mujer se fuera, luego algo tiró de su pantalón desconcertándolo. Había un niño de no más de cinco años observándolo.

Un atisbo de ansiedad pulso en su pecho.

— ¿Puede Soo jugar?

Youngsoo se retorció hasta que Jimin lo bajó, corriendo junto al niño.

Dando un suspiro, se dió la vuelta para saludar al resto de la familia. Todos eran tan agradables, había tanta amabilidad que llegaba a sentirla falsa.

Aquel día en el restaurante Jungkook le aseguró que les agradaba, así que debía aferrarse a esa idea, tan difícil como fuera.

Minutos después fue el turno de Jungkook para saludar. Jimin trató de prestar atención a la charla que mantenía con la prima de Jungkook, pero sus ojos revoloteaban sin permiso hacia donde el policía estaba.

— ¡Jimin!

Alguien gritó tan de repente que dio un salto del susto. Todos voltearon hacia el bosque de donde Mark venía corriendo siendo seguido por Jinyoung y unas niñas.

Su amigo lo abrazó entusiasmado.

—¿Markie? ¿qué haces aquí?— Preguntó al separarse. Una rápida mirada al policía le hizo saber que los observaba.

— Bambi me invitó. No sabía que vendrías.— Respondió sonriente.

— Jungkook me invitó ayer.

—Oh. – Sus ojos se expanden — Oh, eeeh— Lo codeó mientras le giñaba el ojo.

— No es así.

— Es obvio que hay algo por allí. En el club no pude decirte pero el chico literalmente se enredó sobre ti, no te soltó ni un segundo ¿que se supone que signifique eso?

— Deja de decir tonterías Mark – Su ritmo cardiaco se alteró — No hay nada.

Mark rodó los ojos, pero no volvió a tocar el tema. Conversaron un poco más sobre el paseo hasta que Jisoo los llamó para comer.

Jimin siguió a su amigo hasta la mesa portable donde todos estaban reunidos. Rapidamente se acomodó en la silla libre junto a Jungkook y Youngsoo.

El almuerzo se basó en escuchar historias sobre los antiguos viajes, y sobre el itinerario para los dos días que estarían allí. Al principio Jimin se sintió fuera de lugar pero conforme pasaban los minutos todos lo incluyeron en las conversaciones, haciéndolo sentir más relajado.

La tarde llegó rápidamente, el sol quemando justo sobre sus cabezas y propagando calor por todo el lugar.

Los niños sacaron sus flotadores y corrieron al lago, Mark y su novio igualmente se metieron al agua, Jungkook cambió al bebé con su traje de baño y lo llenó de bloqueador solar para luego ponerle sus flotadores.

— Mira nomás que bonito niño.— Dijo apachurrando sus mejillas.

Alzó al niño en brazos y comenzó a hacerle cosquillas en el cuello y estómago. Youngsoo empezó a reirse y gritar por ayuda cuando su papá empezó a fingir que se lo comía y gruñía.

Jimin sonrió enternecido, el chico a pesar de ser muy jóven y soltero había tomado una gran responsabilidad, debía admitir que lo estaba haciendo de maravilla.

¿Dejar que tu hijo hable con un extraño? Era en todo el mundo algo que jamás verías, y sin embargo el lo buscó por tierra y mar, fue a su trabajo para pedir su número, se encargó de que se sintiera cómodo con todo el asunto y no lo presionó cuando solo se acercaba un poco a Soo.

Era un buen papá, un buen hombre.

— ¡Ah! — Gritó cuando sintió como lo cargaban.

Mark lo tenía sobre su hombro como costal de papas mientras corría directo al lago.

Se aferró con miedo al torso de su amigo para no caer, pataleó intentando escapar, no se había cambiado de ropa aún.

— ¡Mark bájame! ¡no me he cambiado! – El agua salpicó su rostro — ¡No, no!

Con ayuda de Jinyoung lo lanzaron al agua, su piel se erizo por completo al sentir el agua fría.

Nadó rápidamente a la superficie viendo a la pareja reír. Estaba por hacer un drama total cuando vió a Jungkook tomar a su primo y tirarlo igualmente al agua, luego a Mark.

Su amigo dió un grito agudo antes de caer al agua, mojando ligeramente al policía. Detrás de él Youngsoo celebraba con aplausos y una enorme sonrisa.

— ¡A mi! ¡a mi!

El niño alzó los brazos al cielo mientras saltaba en busca de la atención de su padre. Jungkook lo sujetó en brazos y se adentró de nuevo en el agua yendo en su dirección.

Jungkook lo balanceó de atrás hacia adelante contando, Jimin se acercó y cuando dijo tres atrapó al bodoque contra su pecho.

— ¡Otra vez!

El resto de la tarde lo pasaron en el lago, jugando entre ellos y con las primas de Jungkook, quienes habían traído una pelota de goma.

Las dos habían sido muy amables con él.

"Tus ojos son muy lindos"

Había dicho la rubia de ojos saltones.

"Jungkook-ah al fin consiguió un novio lindo"

Le había susurrado la otra riendo.

Luego de esa extraña presentación fueron a jugar junto a Mark y Jinyoung. Jennie la prima de Jungkook y madre del pequeño Renjun, paseaba al niño sobre un flotador de tortuga y de vez en cuando se acercaba para platicar.

Jungkook había salido del agua hacía un rato dejándole a la bola de masa colgada de su cuello.

— A mi, Timin.

Youngsoo salto del flotador y Jimin lo apretó contra su pecho, girando ágilmente gracias al agua. Youngsoo dio un grito y chapoteó con las manos, mojándolos a ambos.

Jimin observó su rostro empapado, sus rizos caían desechos contra su frente cubriéndole los ojos. El verde de su iris brillaba intenso contra el reflejo del agua, eran preciosos, él era precioso.

— ¡Abba Jisoo!

— Hola corazones ¿se divierten?

Jisoo llegó a su lado sonriendo, llevaba un traje de baño completo que acentuaba su figura.

— Claro que si.

—¿Te molesta si me robo a mi nieto un rato?

— No, no.— Negó rápidamente, dejando al niño en los brazos de la mujer.

Cuando la mujer se alejó tuvo la intención de salir a descansar, pero algo lo sujetó y tiró de su cuerpo bajo el agua. Dos latidos después y unas manos en su cintura lo impulsaron de regreso a la superficie. Abrió la boca tomando aire, encontrándose con Jungkook.

El hombre lo ajustó contra su cuerpo con un brazo, iba mostrando su torso desnudó y muy bien trabajado. Jimin tragó duramente.

—¿Disfrutas la vista?

Jungkook sonrió arrogante.

—¿Qué? Yo n-no... Ush.

Rodó los ojos cuando el rubio se burlo, sintió su rostro sonrojarse de la vergüenza.

¿Es que acaso no podía controlar sus hormonas? Se quizo cubrir con las manos para que no lo viera pero Jungkook fue más rápido y le atrapó los brazos.

— Me gusta verte sonrojado, hace que tus ojos resalten.

El rubio los movió contra el agua sin despegar la mirada, su ceño levemente fruncido y sus ojos negros paseándose por su rostro.

Jimin no sabía si podría soportar tanta confianza, el hombre sabía como endulzar las palabras, hacía que se le revolviera el estómago con solo pronunciar su nombre.

Su corazón se alteraba al tenerlo tan cerca ¿y no podía darse cuenta? Porque si seguía asi, terminaría enamorándose de verdad, y eso solo sería sumarle un corazón roto a sus problemas personales, no podía seguir así.

Por eso cuando Jungkook intentó besarlo, reunió todas las fuerzas que aún tenía y lo esquivó.

Centró la mirada en las personas a su alrededor, incapaz de sostenerle la mirada luego de rechazarlo. Gracias al cielo, Youngsoo comenzó a llamarlo, asi que aprovechó el momento para alejarse.

Jungkook se demoró en deshacer su agarre, gruñendo bajó mientras cedía al ver que su hijo los llamaba.

Abrió y cerró la boca como si estuviera por decir algo, vaciló unos segundos pero al final lo dejó ir.

El resto del día evitó tener alguna muestra de cariño que no fueran abrazos o tomarse de las manos.

"¿Seguro que todo está bien?"

La insistencia de Jungkook fue conmovedora al inicio, después de un rato comenzó a ser incómoda porque parecía sentir un pánico real.

"¿Estás molesto?"
"¿Quieres hablar de algo?"

Lo tenía mareado, pero con eso llegó a la conclusión de que Jungkook no sentía algo más que una atracción por él. No estaba preocupado por la situación entre ellos dos, parecía guiarlo más a la situación con respecto al niño y estár con su familia.

Más noche mientras se acomodaban para dormir, Jungkook acomodó al bebé a su izquierda y tiró de él en su derecha.

Su cuerpo agradeció la cercanía y estuvo por ceder a lo que su corazón pedía, a sus manos que quisieron aferrarse a su camisa para atraerlo más cerca, pero sabía que si lo probaba una vez no podría detenerse.

Querría sentirlo cerca más tiempo, tenerlo a su lado, y eso solo manifestaría como desde que lo conoció, problemas.

Sin decir nada al respecto se cambió de lugar dejando al niño como una barrera entre ambos, el policía volvió a quedarse callado mientras lo observaba cubrir al bebé con la manta y recostarse dándoles la espalda.

— Descansa Jungkook.— Susurró con culpa.

El silencio le golpeó el rostro sin piedad. Fue duro saber que tenía al hombre a solo centímetros y no podía tenerlo.

— Duerme bién.








Al día siguiente fue el último en despertar.

"Timin... Despierta"

Los murmullos se oían muy cerca.

"Timin... Timin"

Fingió dormir un poco más porque fue demasiado tierno, pero cuando sintió la boca del niño contra su mejilla llenándolo de saliva fue inevitable no reírse. Una audible carcajada escapó de su garganta y Youngsoo brincó sobre su cuerpo.

Desde entonces no había querido soltarlo, asi que ahí se encontraba, sentado en una de las sillas comiendo pollo con el niño sentado en su regazo.

Los demás se estaban preparando para ir a dar un paseo por el sendero en el bosque.

Youngsoo traía puesto un adorable gorro rojo y unos shorts blancos que dejaban ver sus piernas gorditas, Jimin sintió su corazón derretirse y le llenó de besos el rostro, adorando la risita chillona que soltó cuando le hizo cosquillas en el cuello.

El pequeño bodoque se recargó contra su pecho suspirando, con sus dedos comenzó a picar su brazo hasta posar su palma contra la de Jimin.

— Por fin tengo la mano más grande que alguien.— Pensó en voz alta apretando la manita con cariño.

— ¿Seguro que no quieres venir? — Insistió Mark llegando a su lado.

— Segu-

— Los alcanzaremos después.— Respondió Jungkook por él.

Mark tomó a Youngsoo en brazos y se alejó dándole una última mirada a Jimin. Quien observó de reojo al policía, lo estaba mirando fijamente.

Jungkook tiró de la silla a su lado y se sentó frente a él.

En todo el tiempo que llevaban conociéndose jamás lo había visto asi de serio, sus ojos no se despegaban de los suyos, le daba una mirada tan pesada que no pudo evitar desviar la suya al suelo.

— ¿Qué sucede, Jimin?

— ¿A que te refieres?

— Lo sabes bien. Me estás evitando.

Jimin se estremeció de pies a cabeza, alzó la mirada solo unos segundos y la imagen de Jungkook molesto le calentó las mejillas, quizá mucho más.

Imaginarlo como oficial ya no era difícil, Jungkook solo lo estaba mirando, directo y profundo y ya quería tirarse de rodillas para ser esposado.

Jimin observó sus labios, apretados en una linea. Su cuello mostrando una vena punzante y sus manos en puños le daban un aire... peligroso.

Estaba sentado con una postura vulgar a la vista, piernas abiertas y espalda relajada contra el respaldo. Transmitía puro poder.

Jimin tragó saliva sintiéndose atacado, era un chico atractivo y le estaba afectando los sentidos de razón.

— T-Todo está bien, Jungkook.

Se sonrojó al darse cuenta que no había apartado los ojos de sus piernas abiertas. No podía evitarlo, nunca había visto a un hombre con unos muslos tan gruesos.

— Entonces... No importa si me acerco – Dijo Jungkook, impulsándose al frente acercándose a su rostro — ¿Cierto? No hay problema.

Jimin sintió que se desmayaba.

Los labios del policía se movían ligeramente contra los suyos mezclando sus alientos.

Se aferró a los reposabrazos obligándose a no cerrar los ojos, sus propios labios cosquilleando por probar una pizca los de Jungkook.

— N-No...

Jimin quiso girar el rostro pero Jungkook fue más rápido, sujetándole la mandíbula con firmeza. Le pasó el pulgar por los labios mientras se lamía los suyos.

— Si me rechazas una vez más juro por los Dioses que te arrepentirás.— Advirtió con un tono bajo y lento.

— Jungkook.

Quería decirle que se detuviera, que si seguían las cosas terminarían mal.

¿Por qué siempre se complicaba?

Odiaba sobre pensar la situación. Parecía el único preocupado por lo que hacían, y estaba cansado de eso. Sería tan fácil dejarse llevar el tiempo que pudiera sin amarrarse.

¿Por qué no podía hacer eso?

Jungkook era asombroso, sin duda le costaría encontrar a alguien así, pero tendría que esforzarse porque el policía no mostraba ningún interés amoroso y ya era hora de aceptarlo.

Disfrutar el deseo mútuo y dejarlo ir cuando el momento llegara.

— Bésame.— Susurró.

Lo siguiente que supo fue que el rubio le estaba comiendo la boca con determinación. Empujando contra él como si la vida dependiera de ello. Su lengua se coló en su boca dejando su marca en cada rincón, llevándose el aire de sus pulmones.

Aferrándose a los hombros de Jungkook, Jimin aceptó toda la fuerza del beso, sientiendo la desesperación en el choque bruto de sus labios sin ninguna sincronización.

Lo presionaba contra el respaldo cada vez más y tenía una rodilla en el espació de sus muslos para detenerse.

Sus manos ásperas se encajaron en sus muslos para sostener su peso, erizándole la piel. Fue vergonzoso darse cuenta de lo receptivo que estaba siendo por solo un beso.

De pronto, se sorprendió cuando Jungkook mordió su lengua. La presión calentó la sangre de sus venas, dejándolo en trance. La forma en que la boca de Jungkook abría la suya y chupaba todo a su alcance, estaba haciendo estragos con su mente.

Jungkook se deslizó por su mejilla bajando hasta su cuello, rastrillando con los dientes su piel sensible. Jimin gimió sorprendido, la sensación de hormigueo recorriendole el cuerpo como chispas.

De pronto parecía estar haciendo más calor.

Sin embargo, Jimin tuvo que obligarse a concentrarse porque la silla comenzó a reclinarse hacía atrás cuando Jungkook se empujó contra su cuerpo.

—Esp-pera. – Dijo intentando detenerlo, pero eso solo provocó que Jungkook se empujara más contra él — Jungkook.

Sus pies dejaron de tocar el suelo y se desesperó, empujó el cuerpo pesado pero el impulso los llevó hacía atrás. Cuando Jimin quiso reclamar la silla terminó por echarse atrás.

—¡Ah!

Cerró fuerte los ojos sintiendo su espalda impactar con la tierra, la silla se ladeó tirándolo por completo. El cuerpo de Jungkook golpeo el suyo y luego rodó lejos.

— M-Mierda.— Gimió Jungkook tocándose la entrepierna.

Jimin lo había golpeado por accidente.

— Te dije que esperaras, cabeza hueca.

— ¿Disculpa?

— No te disculpo, fue tu culpa.

— ¿Mi culpa? — La voz de Jungkook salío aguda, con indignación.

— Si te hubieras esperado no nos habríamos caído, pero eres un calenturiento desesperado.

— Pues te veías muy cómodo gimiendo.

Jimin dió un grito ofendido.— ¡Yo no estaba gimiendo!

Se quedaron en silencio solo observándose, Jungkook sonreía con burla mientras él le dedicaba miradas recelosas.

Luego de varios minutos se dió cuenta que ambos seguían tirados sobre la tierra.

—¿No vamos a levantarnos?

Jeon gateó hasta quedar a su lado, le acarició el rostro con cariño y besó castamente sus labios.

— ¿Estamos bien? — Preguntó juntando sus narices en un beso esquimal.

¿Ganaría algo con decirle? ¿cambiaría algo? ¿lo haría quedarse?

Jungkook no dejaría su vida por él, no podía pedirle eso, no eran nada, no había nada y debía apegarse al plan de disfrutarlo mientras durase.

Estaba jodido.

—Si.





LMLY

Quería agradecer a l@s nuev@s lectores por darle una oportunidad a mi saga de libros. Gracias por votar y comentar.

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