[Pᴀʀᴛᴇ ₁₂﹕ Lᴀ ᴠᴇʀᴅᴀᴅ]






ᴶᵘᶰᵍᵏᵒᵒᵏˑ



Jamás podría considerarme una persona obsesiva, quizá un poco entrometida.

Pero la situación comenzaba a salirse de control.

Empezaba a creer que conocer a Jimin pudo ser una mala idea, no porque él fuera alguien horrible, en realidad era el chico más tierno y dulce que había conocido, claro, debajo de ese caparazón que él mismo se había creado.

Sinó por las consecuencias que conllevaban tenerlo cerca.

Cuando adopté a Soo, me prometí velar por su bienestar antes que el mío.

Daría mi vida por él, era mi motor, el sentido de levantarme cada día, y solo pensar en la idea de perderlo me congelaba en una tristeza inmensa, no podría soportarlo.

Ahora recuerdo todo, yo ya había conocido a Jimin. Hace tres años cuando ocurrió el secuestro en el hospital, chocó conmigo, incluso su amigo Taehyung, al que golpeé con el carrito aquel día en la tienda estaba ahí.

Por eso cuando nos vimos en la tienda de zapatos en el cumpleaños de Soo me pareció familiar, y se que él también lo sintió por cómo me miró.

Encontrármelo en repetidas ocasiones no estaba en mis planes, ni mucho menos que mi hijo reaccionara de esa forma al verlo.

Parecía hipnotizado, no le quitaba los ojos de encima, como si hubiera estado buscando por él, y Jimin no fue algo distinto, pareció enamorarse de Youngsoo casi al instante en que sus ojos se encontraron, como si hubiera una conexión que me excluía totalmente.

Y lo admito, me dió mucha envidia saber que no era el único al que el niño viera de esa forma. No fue fácil, buscar a Jimin y conseguir que aceptara verlo, me miraba como si fuera algún lunático que se escapó de un hospital.

Lo cierto es que, en realidad me sentía como un lunático.

Pero tuve que tragarme el orgullo y la incomodidad para buscar información sobre Jimin, así que fui a su trabajo.

"¿Para qué quieres su número?"
"¿Eres su novio? Aunque eso sería imposible, Jimin odia a todo el mundo"

Eso parecía ser verdad, Jimin parecía estar en un constante estado de mal humor. Me sentí asustado cuando fue el momento de llamarlo, estuve casi dos horas viendo el teléfono debatiendome entre llamar o botar el trozo de papel con su número a la basura, pero el comportamiento de Soo me preocupaba.

Tan inquieto y al parecer con muchas ganas de hacer berrinche, me obligó a hacerlo.

"¿Hola? Busco a Jimin"

Todavía recuerdo los nervios en mi estómago. Cuando me respondió hubo un tono de alerta que me dejó saber que había reconocido mi voz, y fue suficiente para que toda la valentía que tenía se esfumara.

"Soy Jimin, ¿Quién habla?"

Fue como ser reñido con una sola pregunta, las palabras se atoraron en mi garganta opacadas por un miedo frustrante. Nada me había puesto tan nervioso como lo hizo el llamar a Jimin.

Milagrosamente, luego de esa llamada las cosas se tornaron pacíficas.

Lo visitábamos al trabajo, nos acompañaba al parque o por un helado, a comprar ropa o simplemente en la casa a ver televisión.

Se volvió parte de nuestros días, revivió algo dentro de mi que ignoré por mucho tiempo, pero las cosas no eran tan simples.

De mi trabajo, era el que más lógica tenía. Podía sacar conclusiones a una velocidad increíble y que me ha destacado entre los demás policías. Ahora, nunca estuve más seguro de querer ser despistado, quizá así la culpa no me hubiera comido vivo.

Fue fácil notar el parecido entre Youngsoo y Jimin. Como dos gotas de agua, bastó con verlos juntos para deducir que algo no estaba bien. Mi hijo era su viva imágen, y desde ese momento mi mente trabajó sin parar.

Yo no creo en las coincidencias, esto estaba pasando por algo.

Pero intenté olvidarlo, seguir con la corriente y luego volver a Busan a seguir mi vida normal.

Claramente la situación dio un giro inesperado, y comencé un plan que no sabía que me llevaría a perder lo más importante de mi vida.

Todo comenzó cuando su amigo se acercó muy confundido a mi el día que lo visitamos en el hotel, Jimin había ido con su jefe.

"No me lo tomes a mal, pero es bastante extraño que, aborreciendo a los niños, Jimin luzca encantado con tu hijo"

Ni siquiera pude responderle. Estaba tan sorprendido y las dudas crecieron en mi cabeza. Desde ese momento fue inevitable crear posibles escenarios donde Jimin estuviera relacionado con mi hijo.

Cuando Jimin insistió en saber de qué habíamos hablado su amigo y yo, sentí mucha pena por él, su rostro reflejaba tanta tristeza que yo era capaz de sentirla también.

"Oh"
"¿Es cierto?"
"Bueno... si"

Eso solo me inquietó más, ¿por qué entonces mi hijo era especial?

Cuando le pregunté por qué lo meditó profundamente, y en el fondo, puede que yo ya supiera la respuesta.

Preferí cegarme. Porque sabía lo que eso significaría y mi parte egoísta no podía soportarlo.

"No puedo explicarlo."
"Inténtalo. Me estoy volviendo loco con todo esto, es como si compartieran una conexión que yo no puedo entender."

Para ese momento mi evidia no se detuvo, me sentía ofendido, reemplazado. Youngsoo es mi hijo, no podía simplemente aparecer un chico de la nada y robarmelo.

Es donde comencé a confundirme, a entrar en pánico. Jimin sacaba en mi una necesidad de protección que solo había mostrado con mi hijo. No podía siquiera pensar en tratarlo mal, me debatía sobre lo que mis acciones le harían si solo... si solo cayera en cuenta como yo lo hice.

Asi que cuando vi sus ojos rojos me sentí avergozando de cuestionarlo por algo que obviamente él no sabía. No suficiente, se atrevió a dejarme pasar el muro que había creado, sumergiéndome en sus recuerdos dolorosos, y me cuestioné si estaba haciendo lo correcto.

"Tenía unos ojos de color verde que se grabaron en mi memoria como fuego a la piel."

Ojos verdes.

No había algo más parecido a Jimin en Soo que sus ojos. Ambos verdes cristalinos, brillantes y hermosos, eran únicos, idénticos, y en algún momento de la vida antes de que yo lo encontrara se miraron mutuamente.

Supe entonces que todo este tiempo, mi hijo lo buscó a él, despierto o dormido, lo recordaba.

Me asusté. Y me callé.

" ¿Qué le pasó?"
"Yo sabía que no debía dormirme, algo dentro de mi me gritaba que no me durmiera. Pero estaba tan agotado y seguían haciéndole chequeos, asi que dejé que la enfermera se lo llevara. No tenía idea de cuánto me arrepentiría después... Robaron el hospital"

Como un golpe, todo vino a mi mente, él era el padre del bebé con el brazalete de oro.  Me sentí tan culpable y simplemente no pude detenerme, cuando menos lo pensé ya lo estaba abrazando, algo dentro de mi se revolvía impaciente.

En ese momento creí que era una buena idea, yo en serio quería saberlo.

Asi que cuando fui a dejarlo a su casa, lo detuve antes de salir y lo besé, al principio era para poder conseguir una muestra de su cabello.

No imaginé que al probar su boca todo mi cuerpo se volvería loco, no creí que me sentiría tan completo al sentir sus labios, su aroma, su tacto.

Una parte de mi disfrutó del contacto, de ser el causante de borrar su doloroso pasado por unos momentos. Pero la otra me gritaba que era un completo hijo de puta, un cabrón sin sentimientos por utilizarlo para mis propios beneficios.

Definitivamente era un cabrón.

Un día antes de pedirle a Jimin que cuidara del niño fui al hospital. Todavía recuerdo mis manos sudadas y como me empezó un tic en el ojo izquierdo.

Algo dentro de mi gritaba peligro, que me detuviera ¿cuál era el propósito? La verdad, ni yo mismo lo sabía, pero no me detuve y pedí la prueba de paternidad con Jimin y Youngsoo.

No dudé cuando les entregué el cabello y el algodón con la saliva de mi hijo, simplemente escuché lo que tenían que decirme. Podía ir al día siguiente por la mañana a recoger los resultados, luego simplemente me marché.

No pude dormir.

Sabía que convivía con Jimin por Youngsoo, pero después acepté que en realidad me gustaba. El hombre llamó mi atención desde el primer instante, se me escapó de las manos y no pude controlar mis sentimientos.

Me encantó descubrir sus diferentes etapas de confianza, verlo relajado a mi alrededor y mostrarse como imagino que una vez fue, antes del accidente; alegre, confiado, con un brillo especial en sus ojos verdes.

Me dí cuenta que me agradaba tenerlo cerca, abrazarlo, besarlo.

Su respuesta a mi cercanía me dejó por los suelos. De un momento a otro solo quería más y más de él.

Y las cosas solo se complicaban.

Abrí el sobre en el estacionamiento, solo. Cuando vi los resultados, lo único que pude hacer fue echarme a llorar.

Era suyo.

Fue ahí, encerrado en el auto, que por primera vez en la vida deseé no tener la razón.

Cuando tuve que ir a dejarlo a su departamento por la noche, se me partió el corazón. No podía más, solo me despedí con un beso y corrí, corrí lejos antes de tirarme de rodillas y decirle la verdad.

No quise, y no lo hice.

Youngsoo es mío, mi bebé, yo lo encontré por azares del destino, ¿qué haría Jimin si lo supiera? ¿lo alejaría de mi? ¿me odiaría?

No, no podía permitirlo, y como el egoísta que soy preferí callarme.

Dos días después mi madre estaba impaciente por que invitara a Jimin a la casa. Lo hice, pero al llegar no pude mirarlo a los ojos.

La culpa y el enojó desequilibraron mi mente, asi que como todo un cobarde, huí.

"Tengo que atender un asunto, quédate con mi madre en lo que vuelvo"

Corrí al segundo piso sacando mi teléfono, necesitaba contárselo a Namjoon, necesitaba ayuda urgentemente.

"Creo que arruiné todo"

Mi ansiedad salió como vomito mientras le contaba todo a Namjoon. Cuando llegó el momento de hablar sobre la prueba de ADN me asfixié con mi respiración.

"¿Qué fue lo que hiciste, Jungkook?"

Namjoon sonaba tan relajado que me enfureció.

"Él es el padre de Soo"
"Estas jugando conmigo"

Yo quería estár jugando.

"Hice una... Una prueba de paternidad sin decirle a Jimin"
"Tienes que decirle"
"No puedo"
"¿A qué te refieres con que no puedes? Acabas de contarme lo miserable que está y aún así lo obligas a convivir con el niño sabiendo que es su hijo. Esta desesperado por encontrarlo sin saber que lo tiene enfrente ¿cómo diablos te sentirías?"

Jamás había escuchado a Namjoon tan molesto.

"Tengo miedo, no quiero perder al niño"
"¿Así que se lo ocultarás? ¿Podrías vivir con eso?"
"¿Qué más puedo hacer? Mierda, voy a morirme si me lo quita, va a odiarme"

Sus últimas palabras me destruyeron: "Lo hará, créeme que lo hará"

Justo en ese momento tuve que despedirme porque Jimin entró a la habitación, guardé el teléfono y me tense mientras me miraba curioso.

"Tu mamá me pidió que te buscara, la comida está lista"

Sus ojos me interrogaron silenciosamente pero decidí ignorarlo a pesar de que parecía realmente preocupado, me odié tanto en ese momento.

Sujetó mi rostro con tanta dulzura que me tranquilizó al instante, me recargue en su tacto disfrutando de su cercanía, me envolvió en su aura, me hizo sentir querido, y me gustó el sentimiento.

"¿Todo está bién?"

Me cautivó. Me derretí allí mismo mientras el se preocupaba por mi, no lo merecía.

No pude responder, sabía que si hablaba se me quebraría la voz, asi que solo lo atraje en un beso necesitado, tratando de que sintiera mi arrepentimiento.

Tratando de llenarme de su paz, esa que él decía que nosotros le dábamos, pero que realmente él me daba a mi.

A pesar de todo eso, mi egoísmo crecía.

Mientras Jimin lavaba los platos luego de la comida, Soo me arrastró hasta la sala con sus juguetes.

"Mira papi, nuestro carro"

La manera en que me miró hizo a mi egoísmo hincharse orgulloso. El me amaba, no podía simplemente dejarlo ir, no después de todo lo que habíamos pasado juntos. Me negué a renunciar a él.

Es feliz a mi lado, no quería cambiar eso.

Y se que Jimin tampoco, podía notar como se le ponía rojo el rostro cuando el niño pedía por él, pero yo jamás le negaría algo a mi hijo y hasta cierto punto tampoco me molestó que Jimin lo quisiera, que cuidara de él.

Le pedí perdón tantas veces y aunque siempre se mostró fuerte, sus ojos no podían mentir.

"Lo siento"
"¿Por qué?"
"Porque nos iremos"
"Iba a suceder de todas maneras"

No creí que su tristeza llegara a afectarme tanto. Quise volver a verlo, quise que formara parte de nuestra vida.

Fue peligroso imaginarnos como una familia, fue todavía más peligroso que los demás creyeran que lo éramos.

Como olvidar el día que estábamos en el cine, cuando la chica de las botanas pensó que Soo era hijo de Jimin.

"Su hijo es muy lindo"

Pude ver el momento exacto en que su comentario afectó a Jimin. La incomodidad habló a través de sus gestos, y mi ansiedad movió mi cuerpo para sacarlo de allí.

Fue difícil despejar mi mente dentro de la sala. La culpa estaba consumiéndome, ¿debería decirle? ¿sería una buena idea? ¿entendería mis razones para ocultarlo?

Estaba tan inmerso que me asusté cuando me sujetó la mano, nuevamente preocupado.

Eso me partía el corazón y a la misma vez me tranquilizaba, después de Eunbi no pensé en volver a tener pareja, principalmente por mi trabajo.

No quería a nadie gritoneandome porque no teníamos tiempo para nosotros y bla bla bla. Pero al tener cerca a Jimin, ver que estaba dispuesto a consolarme cuando estuviera mal, me atrapó, mi alma danzó alegre por tener compañía, su compañía.

Me llenaba de tanto cariño con una mirada y yo deseaba poder demostrárselo.

Comencé a quererlo de verdad, sin poner en primer plano a Soo, porque Jimin siempre aseguró que mi familia lo aceptaba sólo por el niño.

También lo creía de mi. Fue fácil darme cuenta, había días en que aceptaba mis muestras de cariño, y otros donde se ponía alerta apenas acercarme.

Mis sentimientos jamás se basaron por mi hijo, obviamente estaba agradecido por aceptar este trato, pero lo demás simplemente surgió de la nada.

Y cuando mi tía Hye me propuso llevarlo al campamento no lo dudé, quería estár a su lado y que al despertar fuera él a quien viera, todo antes de irme.

Creo que con lo que no conté fue que quizá la despedida sería más difícil de lo que pensé.

Durante los días del campamento pude dormir a su lado, pude verlo por la mañana y seguir pensando que se veía perfecto, pude tocarlo un poco más a fondo, confió en mi y yo destruí todo por mis estúpidos secretos.

Se entregó a mí.

No solo en el ámbito sexual, me dejó entrar en su vida, en su pasado, destruyó una parte de su caparazón sólo para que yo pudiera acercarme.

Fue tan satisfactorio verlo andar con comodidad a nuestro alrededor, que muchas veces olvidé que esto podría suceder.

Me refugié entre sus brazos esa noche, lo amé con todo mi ser, le entregué un amor que no fui consciente que estaba creciendo en mi pecho con fuerza, y se que él sentía lo mismo, lo sentí en sus gemidos, en sus manos que me tocaban, en el brillo de sus ojos.

Pero como siempre, mi egoísmo terminó aquello que todavía no comenzaba.

Y siento que voy desmayarme al verlo con el sobre en las manos.

El miedo me recorre hasta hacerme sudar, no puedo moverme aunque lo intente, mis piernas no responden y mi corazón golpea mi pecho desesperado.

Se acabó, todo se acabó.













LYLM.

Muchas gracias a jiminssi-jk porque es mi apoyo para seguir con este intento de fic.

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