Eran más de las tres de la tarde, TaeHyung se encontraba aún acostado en la cama, sosteniendo su barriga su celo había llegado, se encontraba aislado, solo pedía de comer al servicio al cuarto y pedía betas para que la entregarán.

Se sentía fatal, jamás le había pasado con su celo, pero está ocasión era diferente ¿Es por qué descubrió a su destinado? ¿Por qué sabe quién es su alma destinada? Miles eran las preguntas que rondaban en su cabeza pero ninguna la quería contestar, se sentía abrumado ante la situación y no sabe cómo afrontarla.

En su callada y solitaria habitación se alcanzó a escuchar cómo corrían por el pasillo, varias veces, ignoraba lo que pasaba hasta que el toquido en la puerta le indico que alguien quería pasar, lentamente se incorporó, aún envuelto en la sábana que a tenido abrazada desde la noche anterior. Caminaba a un paso demasiado lento, el dolor le era insoportable, nuevamente insistieron en la puerta, quizás era el servicio que pidió, pero antes de abrir la puerta o incluso de tomar el pomo se detuvo, no era nadie más que JungKook, ese característico olor a limón intenso, como un cítrico dulzón combinado con el extravagante olor a tierra mojada hizo que sus piernas temblaran.

Ante esto solo pudo caer de rodillas, sosteniéndose de la pared, rápidamente intentaron abrir la puerta del otro lado, golpeando sin parar. Callo es sollozo del dolor, pero le era imposible ante tal aroma tan exquisito ¿Qué demonios hace aquí sabiendo en las condiciones en las que está?

—¡TaeHyung ábreme! Sé que estás ahí, tu olor, tu bendito olor huele a kilómetros—nuevamente forzaba la puerta sin éxito alguno.

—JungKook vete... No es correcto y lo sabes...—sostenía su estómago con fuerza, quería al alfa, pero tenía miedo.

—Lo sé, más tú omega dice lo contrario, me está llamando—los golpes cesaron y recargo su frente en la puerta, el aroma del omega lo percibía bien y le encantaba, quería más, quería probar, quería abrazarlo. Lo quería a él.

Pero sabía que TaeHyung es un persona fiel a sus acciones y sabiendo que BoGum lo casó a la fuerza, reemplazando a SoWan y que el maldito tenía un plan para arruinarlo a él, como ahora, sin poder pasarlo junto a su omega. Haría lo posible para poder estar con él y vengar los planes tanto personales como profesionales de Park BoGum.

—TaeHyung, escúchame bien, por favor, déjame entrar para ayudarte y te prometo que la próxima vez que nos veamos será para estar juntos, te prometo que todo saldrá bien y sabrás la verdad.

—Jung... Kook...—el dolor era cada vez más insoportable al no poder tener al alfa más cerca, la maldita puerta era un claro estorbo de primera, pero no podía hacer mucho.

—Cher, todo saldrá bien, lo prometo, abre la puerta y te daré un regalo—TaeHyung no dudo ni un poco más, de manera dolorosa, pero ansiosa, se estiró se levantó, sentía el lubricante correr por sus piernas y a su omega llamar cada vez más al alfa.

Abrió la puerta de manera rápida, sorprendente para él y para el alfa que seguía agachado, pero rápida fue su reacción al ver cómo TaeHyung caía nuevamente por el olor tan penetrante y fuerte que tenía en frente. Era extasiante. Jungkook lo tomó por la cintura, evitando la caída, sus pupilas se dilataron completamente por el olor del omega, definitivamente era su destinado, la combinación de vainilla y coco no era de simple olor y perfume, no, era sus dos olores claramente.

TaeHyung no dejaba de restregar su cara en el pecho del alfa, quería más, ser uno con el alfa, Jungkook lo cargo sosteniéndolo por los glúteos y TaeHyung se sostuvo por sobre el cuello del contrario, cerró la puerta con el pie y se encaminó a la habitación donde se encontraba la cama.

Dejó al omega con delicadeza y se miraron mutuamente a los ojos.

Ambos pares se miraron de manera potente, lleno de brillo y deseo, en esa mirada no solo estaba cargada de ambas personas, sino que del alfa y del omega que han sido destinados en todas las vidas y en todas las historias contadas, habidas y por haber.

Un beso tranquilo, lleno de deseo y pasión, JungKook metía sus escurridizas manos por entre las ropas del omega, sintiendo esa piel suave y cálida, haría sentir bien al omega, siempre lo haría. Los besos del alfa descendieron al mentón, después al cuello para detenerse en las clavículas visibles del menor, aquel simple pijama de seda era la envoltura perfecta para tan exquisita piel.

Aquel alfa iba a comenzar a quitar los tirantes del omega, pero solo pudo soltar un suspiro y sonrió, el omega se había quedado dormido, tener de cerca el olor arrullo y disminuyó el dolor del omega, JungKook abrazo al omega y lo acurruco contra su cuerpo, aspiró el olor del contrario, el aun era un cachorro.

Y lo protegerá de todo, cueste lo que cueste.

Las horas pasaron y TaeHyung despertó, su cuerpo se sentía relajado y solo sentía una fiebre ligera, más sentía que algo le hacía falta, o más bien alguien.

Se movió por toda la cama, sintiendo el olor a limón y tierra mojada, era tan deliciosa la fragancia porque era fragancia ¿no? ¡¿No!? Se levantó de golpe, asustado, al saber que era el olor de JungKook no había nadie en su cama, se levantó desesperado buscando por toda la habitación del hotel para ver si estaba por ahí, pero no, nada.

Regresó a la cama, en busca de su celular, cuando entre las almohadas pudo divisar una prenda, una camisa negra. La tomó entre sus manos y noto que de ahí venía el olor, era de JungKook claramente, la olió con ímpetu, no fue un sueño aquello, fue real. su cabeza conectó el momento en el que se quedó dormido y se regañó a sí mismo por dejar las cosas así. Su momento se vio interrumpido al sonar su teléfono, era BoGum marcando, ¿por qué tenía que ser tan inoportuno el alfa?

—¿Diga?—contestó sin dejar de acariciar la prenda del alfa.

—¿Cómo sigues? ¿aun te duele mucho?—pregunto del otro lado de la línea.

—Un poco mejor, gracias por preguntar—miro la hora de su reloj rápidamente, eran las 8 de la noche, al parecer durmió plácidamente, lo que no había hecho toda la noche. —Estaba por pedir la cena a la habitación, mi olor aún es fuerte.

—Lo note, pase hace rato por el lugar, al parecer alguien puso aromatizante de limón y se combinó con tu olor, huele asqueroso—rascaba su nariz ante el recuerdo de la fragancia. —¿Crees sentirte bien para mañana o nos vamos hasta que te sientas mejor?

—¿Puede ser hasta que me sienta mejor? No quiero tener problemas

—Claro, por ello no te preocupes. Te dejo, iré a cenar, por favor disfruta de tu cena.

—Tu igual BoGum—y sin más colgó.

Marco inmediatamente al servicio a la habitación, pidió la cena y que una beta lo llevara, para después tomar nuevamente su celular y poderse distraer, tenía mensajes de JiMin, los cuales contestó gustoso, le preguntaba cómo seguía y si tenía problema de irlo a visitar. Le agradaba la idea, pero su omega se negó al tener en el lugar el aroma del alfa. Rápidamente JiMin le marcó.

—¿Lo hicieron? Dios, se que tengo nada de conocerte pero ¿Cómo te sentiste?—preguntaba al otro lado de la línea, casi que lanzando su copa de vino ante la confesión por mensaje del omega.

—No... Me quedé dormido—suspiro decepcionado ante su actitud, nuevamente.

—Es normal, tu omega se sintió aliviado y protegido, no todo es sexo como te lo muestran los libros de la biblioteca—se vuelo, pues TaeHyung le había contado algo similar respecto a una saga que le gusto muchísimo.

—Yah, crecí con la idea ¿bien? supera—refunfuño en la línea sacándole una risa al rubio omega.

—Tranquilo TaeHyung, todo estará bien ¿si? mejor descansa y disfruta de la cena.

—Claro, gracias JiMin, disfruta de la noche con YoonGi hyung.

—Lo agradece, te llamo después, chao—y colgó.

Miro a la prenda nuevamente, suspiro derrotado. camino hasta el balcón apreciando la luna que brillaba de manera excepcional, todo estaba callado y las olas eran lo único que se escuchaba, abrazo la camiseta con anhelo y miro al cielo.

—Oh reina mía, luna resplandeciente que todo lo ve, mi amada diosa ¿Por qué el? ¿Por qué JungKook tiene que ser mi destinado? ¿Todo hubiera sido más sencillo si me hubiera negado a la boda desde un principio?—preguntaba a quien consideraba su mayor confidente.

Obviamente no tuvo respuesta, solo se resigno a oler nuevamente la prenda y disponer de la cena que acababa de llegar, sin saber que desde una habitación cercana era observado por su destinado, quien con la mano en el corazón se juraba así mismo hacer todo lo posible para estar con su amado de vidas anteriores, de esta y futuras.

Y tenía que actuar ya.

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