Tjuefemte: Un plan

Wanda estaba leyendo en su habitación, hasta que un dolor de cabeza logró que apartara la vista de su libro. Cuando miró al frente notó la figura de Loki a distancia prudente, la miraba con una sonrisa neutral.

Estuvo a punto de decir algo, pero él le hizo un gesto de silencio.

    –No hables, te pueden escuchar —era como si se comunicara telemáticamente. Su voz sonaba en eco en su cabeza y los labios del mayor no se movieron.

    –¿Cómo está Tony? —susurró la castaña.

    –Necesito que me ayudes.

    –Claro, ¿pero con qué?

    –En unas horas volveremos, tengo un plan para que ninguno de ustedes ni Tony salgan heridos.

    –¿Cuál... Cuál es?

    –Es de suponer que de cualquier manera yo seré visto como un enemigo, al igual que ustedes, nadie saldrá ganando —hizo una pausa y agachó un poco su cabeza, frunció los labios—. La única opción es darles lo que quieren. Vendré como enemigo.

    –No puedes hacer eso —habló un poco más fuerte, se acercó al mismo tiempo que el pelinegro le hacía un gesto con la mano para que bajara el volumen—. ¿Qué sucederá con Tony? ¿Contigo y el señor Thor? ¡Con Elin! —logró susurrar.

    –Elin estará segura en Asgard, Thor no sabe de esto y yo no importo en este momento. Sólo me interesa la seguridad de Tony.

    –Le destrozarás el corazón.

    –Allí es donde entras tú —Wanda calló y lo miró atenta. Loki miró sus manos—. Mi magia no es tan fuerte para la mente, puedo hacer hechizos difícilmente, de los cuáles tú puedes hacer de forma natural —la volvió a mirar—. No hay corazón roto si nunca hubo quien amar.

    –Quieres... Borrarle los recuerdos.

    –Yo sólo puedo hacerlo temporalmente, pero tú... Tú puedes ayudar en eso —Wanda negó levemente con la cabeza—. Por favor, no quiero que Tony ni ninguno de ustedes acaben perjudicados por mí culpa, no es justo.

    –Yo no...

    –Por favor, Wanda. Hazlo por él —Wanda calló, pensando un buen rato. Para luego asentir.

    –De acuerdo.

    –Gracias —y si figura desapareció.

~•×•~

    –Lamento que los hayan traído así. Pero como ya sabrán quedan horaa antes de la fecha final —habló Ross suavemente mientras tenía a los Vengadores frente a él. Excepto Steve y su equipo, Tony y Thor claro.

    –No se preocupe por eso —contestó Bruce con algo de simpatía.

    –¿Es muy tarde para arrepentirme e ir a casa? Le prometí a mis chicos volver a fin de semana —dijo Clint con una pizca de burla en su voz. Ross sonrió con lástima.

    –Podremos trabajar en eso. No es problema.

Fury, quien también estaba allí, se cruzó de brazos y levantó un poco la cara dispuesto a decir algo, pero el brillo multicolor se hizo presente en medio de la sala, rompiendo el vidrio del que estaba compuesto parte del techo.

Tony estaba desmayado y siendo sujetado del brazo fuertemente por Loki.

    –¿Qué tal midgardianos? —exclamó fuertemente para que todos lo escucharan. Los agentes, incluyendo a Fury, lo apuntaron con sus armas. Él sólo chasqueó la lengua y mostró el rostro desmayado del castaño, lo tomó del cuello sin llegar a apretar realmente—. Yo que ustedes no lo haría.

    –¿Qué es lo que quieres? —dijo Fury sin bajar su arma.

    –Quiero devolverles algo. Ya no me sirve y no vale la pena acabar con su patética vida. Es un obsequio —lo lanzó con todas sus fuerzas y fue atrapado en el aire con cuidado gracias a la bruja escarlata, y postrado en el suelo suavemente. Loki hizo contacto visual con Wanda un milisegundo y luego se giró a ver a los agentes, en especial a Fury—. Fue fácil corromper su mente, hechizos fáciles, criaturas salvajes —se refirió a los terrícolas y lo hizo entender con un gesto de su mano—. Ya nos volveremos a ver —Fury y María dispararon, pero como antes la balas no hacían nada y terminó por desaparecer en el portal brillante.

    –Stark, Stark responde —decía Clint moviéndolo un poco. Bruce se acercó rápidamente a revisarlo. Su cabeza estaba recostada en las piernas de Wanda para que sirviera como apoyo. Ella logró poner una mano en su cabeza antes de que el doctor le revisara el pulso.

    –Estará bien, creo que sólo está desmayado —su voz tembló. Inhaló aire y se sacó los lentes, cerró los ojos mientras frotaba sus párpados.

    –Doctor, tiene que calmarse —mencionó Fury.

    –¿No cree que lo estoy intentando? —soltó serio con las venas verdes empezando a marcarse en su cuello. Wanda rápidamente lo calmó al dormirlo. Ésta vez Clint fue el que lo sostuvo y lo dejó en el suelo. Él y Wanda intercambiaron miradas y después ella miró a Tony, le acarició la frente una vez más lamentándose de lo que tuvo que hacer.

~•×•~

    –Gracias, Heimdall —el contrario guardó silencio.

    –Si hubiera sabido que era para-

    –Pero no lo hiciste. No has traicionado a nadie, Odín te creerá, yo me encargo de eso.

    –¡Hermano! ¿Dónde estabas? La dulce Elin y yo los hemos buscado por todos lados —Thor bajó a la niña de su espalda y ella miró a todos lados.

    –¿Dónde está el señor Stark? —el pelinegro bajó la mirada y luego conectó de nuevo con Thor.

    –Hermano, ¿qué fue lo que hiciste?

    –Lo que debía.

~•×•~

Tony se despertó y sólo pudo ver el techo claro del hospital. Pestañeó un par de veces intentando espabilar, confundido y desorientado intentó mover las manos, pero estaban amarradas a la cama gracias a unas esposas.

Las jaló con un poco más de fuerza para confirmarlo y las miró extrañado, e incluso asustado.

    –Maldita sea, ¿cuánto fue que bebí? —murmuró y recostó de nuevo la cabeza en la almohada sintiendo un agudo dolor de cabeza—. ¡Hey! ¡Ya desperté! ¿Alguien que me explique qué mierda por favor?

Todo estuvo en silencio unos largos segundos, hasta que Fury y María Hill entraron con una mirada completamente seria.

    –Buenos días, Tony —dijo el mayor.

    –Muy gracioso, pirata. ¿Qué fue lo que sucedió? —preguntó molesto y luego jaló de nuevo sus esposas—. ¿Y por qué siento que estoy en unas de esas películas sádicas y eróticas?

    –¿Qué es lo que recuerdas que pasó? —preguntó la mujer a la par de seria que su acompañante.

    –No lo sé. Estaba en la torre terminando el traje —contestó de inmediato levantando de nuevo la cabeza.

Ambos agentes intercambiaron miradas y volvieron  salir sin darle más explicaciones que:

    –Serás formalizado hasta que descubramos qué sucede —eso lo dijo María, dejando a un Tony más que confundido en la camilla.

Apenas minutos después, Tony fue enviado al edificio de S.H.I.E.L.D para ser encerrado hasta nuevo aviso. Todo frente a protestas y pataletas del castaño, quien preguntaba una y otra vez qué era lo que pasaba.

Lo único que lo calmó fue la completa soledad en aquella celda, parecida a donde habían encerrado un tiempo al equipo de Steve luego de la guerra civil, más no igual. Había tanto silencio que tenía que mover su pierna para intentar calmar su ansiedad, los mareos y dolores en el pecho ya no eran algo nuevo.

Pasó un hora de tortuoso silencio y miradas al vidrio con rejas. Hasta que una figura conocida para Tony se presentó.

    –Tony —era Steve. El menor estaba feliz de verlo allí, pero al mismo tiempo se sentía extrañado. Se acercó.

    –Rogers, ¿qué sucedió? ¿Por qué me encerraron? —preguntó suavemente. Steve frunció los labios un momento.

    –¿Enserio no recuerdas nada?

    –Nada de nada. Ya escúpelo, me estoy poniendo de los nervios. La comida aquí se de seguro es asquerosa.

    –Loki...

    –¿Loki?

    –Creemos... Que te hechizó para que te "enamoraras" de él, te... Usó para volver a su status en Asgard.

Tony retrocedió un poco, un leve dolor de cabeza inundó su cerebro.

    –¿Qué dices? ¿No se supone que estaba muerto? ¿Y Thor?

    –Al parecer fingió su muerte. Thor no sabía que te utilizaba —el castaño pasó su mano por su rostro, completamente estresado.

    –Increíble. Ser usado por un Dios nórdico como su pasiva personal. ¿Algo más? ¿Cuánto más me quedaré aquí?

    –Poco —Steve desvió la mirada un momento—. Fury, Ross y la señorita Hill están trabajando en liberarte. Si en verdad te encuentran inocente no se presentarán cargos.

Tony suspiró y se cruzó de brazos.

    –Hace... ¿Cuánto ha estado haciendo esto?

    –Unos meses.

    –Mierda... Eso explica las lagunas mentales y los martillazos en la cabeza —volvió a mirarlo con rostro preocupado—. ¿Cómo está el resto? ¿Están a salvo?

    –Por ahora sí.

    –Bien —eso lo relajó lo suficiente para darle una sonrisa sincera.

Querían seguir hablando, pero un agente le dijo al rubio que ya terminó la visita. Él se fue de mala gana luego de mirar a Tony una última vez.

El castaño se acarició el dedo corazón casi por reflejo, pero sintió de inmediato que algo faltaba, pero no sabía el qué.

Miró su mano confundido, analizándola buscando algo que no sabía, y se sentó en la pequeña cama que había en la pequela habitación. Se rascó la cabeza frustrado y aún confundido.

¿Loki controlarlo? ¿Cómo fue eso posible? ¿Por qué le duele la cabeza al intentar recordar las lagunas de tiempo? ¿Ha hecho algo malo gracias a él?

De pronto se sintió ahogado. Sintió que las paredes se acercaron a él. Algo le faltaba, ¿pero qué era?

Sentía que le arrebataron algo precioso, algo que ahora necesitaba para poder continuar.

Se sentó en el suelo con desesperación mientras se tomaba el pecho con fuerza. Intentó hacer sus ejercicios de respiración para calmarse pero no funcionaba, no había botón de apagado, no había salida.

Cayó de lado en posición fetal, tomando su pecho y abrazándose a sí mismo, intentando con todas sus fuerzas comprender qué sucedía.

Los Vengadores vieron todo desde una pantalla.

    –Tienen que sacarlo de allí —dijo Clint rápidamente, se levantó de su asiento.

    –No podemos hacer eso —respondió Fury seriamente.

    –¡Él no está bien! ¿Qué no lo está viendo? —exclamó Bucky fuertemente.

    –Está teniendo un ataque de pánico muy severo —siguió Visión notoriamente preocupado.

El único que no estaba consciente era Bruce, pues Wanda tenía que tenerlo bajo control y dormido para no causar más problemas.

    –Yo iré de nuevo, no intenten detenerme —advirtió Steve para volver sobre sus talones y desaparecer en el pasillo. Fury y Maria intercambiaron miradas.

El rubio accionó el botón para abrir la celda. Tony no se movió de su posición, seguía en posición fetal y respirando muy agitadamente. Sus ojos clavados al frente y muy abiertos, completamente asustado.

    –Tony... —lo llamó Steve suavemente tocando su hombro. Estaba temblando exageradamente.

El contrario no respondió, pero sí llegó a mirarlo un momento.

El mayor lo movió con suavidad para volver a sentarlo y lentamente lo rodeó con sus brazos.

    –Sólo... Respira, ¿si? —volvió a decir entre el suave abrazo. Tony puso una de sus manos en su torso y apretó la camisa.

Luego de unos largos minutos logró calmarse, al menos lo suficiente como para separarse un poco.

Pasó sus manos por su rostro, estresado porque Steve estaba allí y lo había visto en ese estado

    –Ahora todos saben que soy un maníaco-paranóico-sin-dignidad-bastardo-hijo-de-

    –Detente. No digas eso —Tony frunció los labios y miró el suelo.

    –Quiero estar solo.

Steve iba a decir algo para replicar, pero terminó por rendirse y salió de la celda, cerrándola.

~•×•~

    –¿Por qué hiciste eso? Te acabas de condenar, hermano.

    –¿Qué esperabas? Ya no necesito a Stark, ya no me es útil.

    –Loki, sé que me estás mintiendo —el pelinegro agachó la mirada—. No puedes quedarte aquí, padre te encerrará de nuevo, ¡puede que incluso vuelvas con Björn! —Loki notó el temblor en las manos de Elin, quien se abrazó a sí misma.

    –Por eso debo escapar —Thor iba a decir algo—. Es la única manera. No me obligues a hechizarte para que me dejes ir por las buenas —se agachó a la altura de la niña y la tomó de las manos—. Te veré pronto, ¿de acuerdo?

    –¿Y el señor Stark? —Loki se tragó su expresión triste, le sonrió y le acarició la cabeza.

    –Te prometo que los tres estaremos juntos de nuevo —la niña asintió y el mayor se levantó—. Cuídala.

    –Lo juro por mí vida.

Loki sonrió y se giró a ver a Heimdall. Él asintió con un rostro serio y giró la espada de nuevo.

El pelinegro se marchó sin mirar atrás.

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