Tjueåttende: Unos recuerdos
No es necesario decir que Tony fue el que más quería o, según el, debía hablar con aquel Asgardiano. Estaba con pijama y descalso, pero tenía su café en la mano que lo mojó un poco al moverse tan bruscamente.
–Amigo de hierro, qué gusto encontrarte —Thor, sin pensarlo demasiado, le dio un abrazo aplastándolo y botando la taza que tenía Tony en su mano, Wanda fue la que usó su magia para que no se rompiera al caer ni quemara a nadie—. Justo el hombre que necesito para que me ayude.
–Ya suéltame, ¿qué te ocurre? —exclamó Tony empujándolo con un evidente tono de molestia que el rubio reconoció de inmediato, confundiéndolo.
Como la relación amistosa con Thor había aumentado gracias a su relación con Loki, todo eso se borró de su mente junto con sus recuerdos. El rubio no lo sabía.
–¿Por qué te comportas así, Tony?
–Eso no importa... ¿Hay alguna razón por la que estés aquí?
–Muchas cosas han pasado. Fui a ver a Heimdall para que me dijera cómo estabas y-
–Sí, sí, eso, me importa un comino —Tony se rascó la nuca, estresado—. ¿Quién mierda es Heimdall?
–Heimdall, el guardia de la entrada del Bifrost, el que te llevó a Asgard, ¿no lo recuerdas? —exclamó Thor muy confundido.
–Pregúntale a tú hermano. Al parecer la diva con cuernos me hechizó para "enamorarme" —hizo grandes comillas con sus dedos—. de él y usarme como su muñequito andante.
–No, no puede ser posible, Loki-
–Ahórrate el discrusito de excusas y explícate qué hizo conmigo exactamente.
Thor quedó de piedra, mirando a aquel humano completamente enrabiado y serio. Llegó a creer que se había intimidado ante su mirada de odio.
–Luego del ataque a Midgard, Loki fue llevado a juicio y dictaron que perdió su puesto como príncipe. Lo vendieron como esclavo y luego logró escapar y quedarse en tú fortaleza.
–Sip, eso ya lo sé, aunque no creo que la haya pasado tan mal, si pudo hechizarme y controlarme, pues... —Tony estaba alterado, hambriento de la verdad, pero intentaba no demostrarlo ni perder la compostura, fracasando bastante.
–¿Por qué piensas que te controló?
–Eh, ¿hello? ¿Enamorarme de un Dios del engaño que intentó conquistar Nueva York?, quiero decir, ¡¿Del puto mundo?!
–Permíteme decir que no creo que haya sido un engaño. Loki estaba genuinamente sorprendido cuando te ofreciste a casarte con él frente al padre de todos para devolverle su status.
–¡¿Qué yo hice qué para qué?! Okey, esto ya es demasiado. Chao —intentó irse pero Thor insistió.
–¿Enserio no recuerdas nada de él?
–Thor, no creo que- —intentó hablar el capitán, pero el castaño continuó insistió.
–Mira, ya no quiero hablar del tema. No me importa nada de eso ahora.
–Así que... Él verdaderamente borró tus recuerdos —eso logró que Tony se volteara a verlo, confundido y muy molesto, sin importarle que el resto de los Vengadores aún estuvieran allí—. Cuando volvió a Asgard dijo que hizo lo que tenía que hacer. Con Brunhilde pudimos especular 2 posibilidades. Una de ellas en que te dejaba aquí solamente a tú suerte, y la otra... Hacía algo para salvarte, para salvarlos a todos.
–Pfff, sí claro —el castaño puso sus manos en sus bolsillos—. Dijiste que necesitabas ayuda, ¿para qué es?
–Oh, sí —se aclaró la garganta—. No hemos sabido de Loki desde que se fue. Pero Heimdall pudo verlo unos segundos en Vanaheim.
–No te entiendo y no me interesa.
–Tony, creo que es mejor escucharlo —dijo Natasha suavemente dando un paso.
–¿Para qué? ¿Para que me hagan mierda Asgardiana de nuevo? No gracias, nope.
–Señor Stark, el señor Thor parece en verdad preocupado.
–Creí haber llamado a Happy para que te viniera a buscar —volteó a ver a Thor—. Ya supe todo lo que debía, estoy feliz de que ya no esté en la tierra o como carajos le llamen en Asgard. No me sumaré a esto.
–¿Ni siquiera por Elin?
–Tampoco sé quién es, y me importan dos gramos de mierda.
–Por favor, Tony, intenta recordar. Elin te extraña mucho.
–No. Me. Importa —le salió con tal odio y resignación que sorprendió a todos los presentes.
Cuando estuvo a dos metros de la puerta su cuerpo tambaleó. Bruce se dio cuenta y lo sostuvo del antebrazo para asegurarse de que no cayera.
–¿Estás bien? —preguntó preocupado.
Tony se acarició el rostro, un dolor agudo le rodeó la cabeza y el rostro de una pequeña niña de 9 años se hizo presente. Ojos castaños llenos de respeto e inocencia y un largo cabello ondulado. El recuerdo llegó junto a un apego emocional, casi tan fuerte que como el que sentía por Peter. Era un recuerdo borroso, pero el sentimiento estaba allí
–Elin —susurró mirando el suelo.
–¡Sí! Elin, la artesana Vanir que salvaste —Thor se acercó unos pasos.
–¿Su cabello era largo y ondulado no? —preguntó luego de unos segundos. Thor sonrió levemente.
–Sí, es ella...
–¿La recordaste? —preguntó Natasha.
–Eso... E-Eso creo —el castaño se acarició la frente—. ¿Por qué-...
–Fui yo —dijo Wanda y todos se voltearon a verla—. Loki me pidió borrarte la memoria porque su magia no sería tan potente todo el tiempo, pero luego de todo esto... No quise engañarte más.
–¿Por qué lo hiciste?
–Loki... Loki me dijo que no habrían corazones rotos si no hubo a quien amar, me hizo borrarlo de tus recuerdos. Lo lamento...
–¿Pero por qué ahora recuerdo a la niña?
–La amnesia es temporal porque ya no estoy entrando tú mente. Volverán solos pasado un tiempo —Wanda empezó a entrar en completo pánico al ver que Tony se acercaba con un completo rostro serio—. L-Lamento haberte borrado la memoria. No sabía qué hacer, Loki me lo pidió, pensé que era lo correcto y lo siento, lo siento. Está bien si te enojas conmigo y-
Tony puso una mano en su hombro y le regaló una sonrisa, dejándola aún más sorprendido.
–Para todas las cosas que han pasado todos estos años... Estoy agradecido que intentaras hacer lo correcto —dijo con un tono que incluso demostraba orgullo. Wanda le sonrió tímidamente. Se separó de ella y miró al Asgardiano—. Supongo que lo de Vanaheim es malo. Me suena peligroso.
–No estarás pensando en ir de nuevo a Asgard —exclamó Steve notándose molesto. Tony lo miró un segundo.
–No por ahora.
–¿No por ahora? Estás consciente de que si vuelve nos encerrarán a todos, ¿cierto?
–¿Cuándo yo...? Ya no importa —hizo contacto visual con Natasha un segundo, y ella asintió casi haciendo una sonrisa—. Wanda, Thor, acompáñenme —estuvo a punto de moverse, pero Steve le tomó de la muñeca para susurrarle.
–Piensa bien en lo que harás —y lo soltó sin darle oportunidad al castaño de intentar zafarse. Y salieron los tres de la sala.
–¿Estás bien, Tony? —preguntó la chica al percibir ese aura de sentimientos ansiosos.
–Sí. ¿Qué es todo eso de Vanaheim? —obviamente desvió el tema y miró a Thor—. Sé que recordaré tarde o temprano, pero la incertidumbre me mata.
–Una de los 9 mundos dirigidos por mí padre. Es el principal aliado de Midgard.
–Sí, sí... Hay un tipo, ¿no? ¿Bon? ¿Jorn? ¿Nor? ¿Jon?.
–Björn —corrigió Thor. Tony movió su brazo en señal de escalofrío.
–No lo conozco, pero lo odio. Fue él quien compró a Loki... O lo que sea.
–Estás en lo correcto. Heimdall lo vio unos segundos en la entrada de Vanaheim, pero su visión fue bloqueada, no sabemos qué ocurrirá con Loki.
–Nada bueno seguramente —Tony se rascó la nuca y luego se volteó a ver a Wanda—. ¿Crees que podrías devolverme los recuerdos?
–Puedo, pero te podría dar un shock emocional.
–Mientras más tiempo pase, menos probable es que podamos salir de esta.
–¿Qué planeas exactamente? —preguntó Wanda.
–Ni puta idea —Thor y la chica bajaron los hombros, decepcionados. Tony se acarició la frente—. Yo conocí a un tipo que copió mí estilo de barba y que usaba una capa roja que tenía vida, ¿no?
–¿El doctor Stephen Strange?
–¡Sí! Ese mismo. Él nos puede ayudar.
–¿Cómo sabes eso?
–Tengo la leve sospecha que él es bueno para negociar.
–Mmh, tiene sentido —Thor se rascó la barba mientras pensaba.
–Bien. Wanda, ilumíname.
–¿Estás seguro de...?
–No es la primera vez que se meten en mí cabeza.
–Bien, pero es mejor que te sientes —lo empujó gentilmente hasta que él accedió a sentarse en una de las silla de los escritorios—. Sólo respira, ¿si?
–Ahora me estoy asustando —era en tono de sarcasmo, y Wanda al notarlo sonrió.
Puso una mano al frente de su cara.
~•×•~
–¿En qué piensas Steve?
–No puede volver con Loki —la rubia giró un poco su cabeza, con curiosidad y seriedad—. Es... Peligroso para todos —miró al resto de sus compañeros. Bruce se cruzó de brazos.
–Démosle el beneficio de la duda.
–El señor Stark y el Dios Loki parecen cómodos uno del otro, se complementan —acotó Visión con su característico tono sereno y amable—. Pienso que el señor Stark merece ser feliz. Incluso si es alguien que no es del agrado de muchos.
–Me parece que el señor Stark está muy débil mentalmente. El tío Loki lo ayudó a recuperarse de... Bueno, ya saben de qué —logró hacer un pequeño contacto visual con Steve. Haciéndolo sentir una gran culpa—. Yo voto por apoyarlo al 100℅ en esto.
–Yo también lo creo —dijo Barton honestamente, sentado desde el sillón e intentando analizar las expresiones de sus compañeros—. Después de todo nos ayudó hasta sus últimas fuerzas. Lo mínimo que debemos hacer es apoyarlo —Sam se cruzó de brazos, dudando. Mientras que Bucky estaba callado en su lugar, mirando de reojo a Steve.
–Lo apoyaremos, pero no con esto —dijo finalmente el rubio. Todos lo miraron extrañados—. Quieran o no, Loki es peligroso. O para los ciudadanos o para nosotros, en especial para Tony. Podríamos... Convencerlo de que no lo... No lo necesita.
Perdió fuerza conforme hablaba, se notó a leguas que se arrepintió de decir en voz alta sus anhelos.
–Lo que tú digas, Cap —suspiró Sam, y miró a Bucky. Él asintió lentamente, pero con duda en su mente.
–Estoy contigo —respondió lento y bastante más pausado de lo que quería. Steve miró a los demás esperando más apoyo, pero sólo encontró miradas serias y desaprobación.
–Ustedes si quieren inténtenlo. Yo no seré parte de eso —dijo Natasha, prácticamente hablando por todos los que no estaban de acuerdo. Bruce, Visión, Peter y Clint la miraron brevemente reafirmando que estaban con ella.
–Él me salvó —dijo Peter logrando la atención del Cap—. Mire, lo admiro mucho después de todo pero... ¿No cree que deberíamos dejar al señor Stark ser feliz?
Wanda y Thor entraron de nuevo a la sala interrumpiendo el ambiente de tensión. Tenían una expresión relajada, con aura feliz.
–¿Dónde está Tony? —preguntó Bruce.
–Me pidió devolverle los recuerdos. Lo tuve que dormir para que no le diera un shock o una crisis —respondió la chica.
–Claro, una sobrecarga de recuerdos podría afectarlo demasiado —acotó Bruce suavemente. Wanda asintió.
–En sólo unas pocas horas partiremos al aposento de doctor Strange para que nos ayude a negociar con S.H.I.E.L.D —le siguió Thor con una radiante sonrisa.
–¿Doctor Strange? —preguntó Bruce.
–Es un mago que nos ayudó cuando Peter fue secuestrado por Killian —explicó Clint.
–El señor doctor Stephen Strange es genial. Hace cosas raras con sus manos y crea portales mágicos. Puede flotar y su capa es genial —habló Peter animado haciendo gestos con sus manos. Luego miró a Wanda—. ¿Puedo ir a ver cómo está el señor Stark?
–Por supuesto Peter. Está en su habitación.
El chico se levantó y desapareció casi tropezando a través de los pasillos.
–Elin estará muy feliz de volver —habló Thor imaginando la cara de felicidad de la niña cuando vuelva a ver a todos los presentes.
Steve se encerró en su mente, ignorando las conversaciones de felicidas sobre traer de nuevo a aquellos dos seres fuera de aquel mundo.
¿Perder a Tony?
No estaba en su vocabulario. No de nuevo, no haría el mismo error.
Lo convencería. Lo enamoraría.
De alguna manera.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top