Nittende: Unas palabras
–Gracias por haber venido.
–Gracias a usted por invitarnos —le sonrió la contraria.
–¿Enserio iremos todos de vacaciones señor Stark?
–Por supuesto mocoso, aprovecha tus vacaciones de verano —le sonrió Tony—. Tú sabes, todo esto del estudio y tus noches de súper héroe te debe agotar —Peter levantó los hombros y ladeó la cabeza a un lado, haciendo un gesto con sus manos de balanza.
–Más o menos. Puedo manejarlo.
–Sí, claro. Ahora hay que esperarlos para irnos.
–Espere... ¿Ellos? No que sólo venía Lo-quiero decir, ¿Tom?
–Bueno... Surgió algo. Es, este... —miró a May pensando en una mentira—. Alguien que conocimos.
Loki salió de la torre con su apariencia de "humano", junto a una maleta. Elin estaba a su lado sosteniendo su bolso entre sus pequeños brazos, apenas logrando caminar pero con una mirada de determinación.
–¿Quién es ella?
–Saluden a Elin —Peter y May miraron estupefactos a la niña—. Saluda Elin.
–Hola.
–Vendrá con nosotros.
–¡¿Es su hija?!
–Peter, no grites.
–Sip, pero no. Estamos... —miró a Tom, quien ladeó un poco la cabeza—. En proceso —sonó más a pregunta
–Eso es genial señor Stark —dijo May con una brillante sonrisa—. Mírenla, es tan preciosa.
–Podemos seguir hablando en el avión —dijo Tony tomando el bolso de Elin y cargándolo en su hombro. La tomó de la mano y se subieron al auto.
Cuando ya estaban despegando, la niña miraba fascinada por la ventana a la par de asustada.
–¿Nunca has volado en avión?
–¿Esto es un avión? —apuntó al suelo y Peter asintió confundido—. Pues ahora sí he volado en avión.
Peter frunció el ceño, algo raro estaba pasado. Alguien le tocó el hombro y lo sobresaltó.
–Mocoso, necesitamos hablar —dijo Tony sentándose en la silla de al frente, junto al lado de la pequeña y de cara a Peter.
Stark cruzó sus manos encima de su regazo y allí Peter lo notó, el anillo en su dedo.
–No puede...
–No grites.
–¿Cómo? ¿Dónde? ¿Cuándo?
–Mira, te diré la versión corta. Recuerda que Loki había sido vendido como esclavo, perdió su status y me casé con él en Asgard para devolverle su puesto y quitarle de encima a un loco sádico. Elin era una de las artesanas de ese tipo, la echó y ahora vive con nosotros. Fin. Toma este anillo más como compromiso y no de matrimonio.
–¿Por qué no me dijo? ¿Los demás lo saben? ¿Seguro que no pasará nada? ¿Cómo fue que usted fue capaz de devolverle el status?
–Deja de hacer tantas preguntas que me estresas —Tony suspiró—. No te dije porque surgió de pronto. Además tú estabas con tus exámenes finales, no te quería estresar. Los demás saben. Espero que no pase nada. Y fui capaz de devolverle el status porque soy el puto amo.
–Ya enserio. Odín se supone que es un dios, ¿no? ¿Por qué perdonaría a Loki?
–El señor Stark es considerado un gran guerrero y derrotador de los Chitauri, digno de gran riqueza y poder, respetado por los demás nobles y de mí anterior dueño. Es el único midgardiano que el padre de todo, respeta —explicó Elin naturalmente.
–Elin, recuerda lo que te dije.
–Claro, señor Stark, lo siento.
–Está bien. Sólo no digas esas cosas cuando esa mujer esté muy cerca, ¿de acuerdo? —Tony apuntó a May, quien hablaba con Loki a unos metros más alejados. Estaban tan metidos en su conversación que no se habían percatado de nada, y el mayor lo agradeció. Elin asintió entendiendo de inmediato y el castaño puso una mano encima de su cabeza—. Ella era una artesana que servía al tipo que compró a Loki.
–Wow, ¿una artesana?
–Era una de las encargadas de analizar y crear tecnología para Lord Björn. Mis conocimientos eran limitados —Peter la miró desconcertado y curioso, era obvio que su hablar no era propia de una niña.
–¿Cuántos años tienes?
–Creo que 54.
–Eres casi tan vieja como el señor Stark.
–¿Disculpa?
–¡Quiero decir! ¿Madura?... ¿Mismos años?... ¿Antiguedad?
Tony soltó una risa sincera y puso una de sus manos en su cabeza—. Yo también me sorprendí al principio. Los artesanos y sirvientes viven mucho menos que los nobles. Ella envejece 1 año cada 5 de humano.
–Eso es increíble.
Tony levantó los hombros satisfechocon la conversación. Miró a lo lejos, May y Loki seguían hablando en su propio mundo.
–¿Y cómo es la vida con el señor Stark?
–Es... Curiosa cuánto menos.
–¿Hace cuánto se conocen?
–La primera vez que nos vimos fue hace 6 años, desde... El ataque de Nueva York más o menos.
–Oh, ¿él te salvó? —Tom movió su cabez entre una afirmación y una negación.
–Pues sí, algo así —la mujer rió un poco y tomó un poco del líquido de la copa que la azafata le había entregado.
–¿Qué te hizo saber que querías estar con él?
–Muchas cosas —ahora él le dio un sorbo a su fino licor—. ¿Y qué me puedes decir tú? ¿De tu vida con el joven Parker?
–También muchas cosas. Ha sido un poco difícil hacer de figura materna, más desde que mí esposo murió. Ha sido duro, en especial desde que supe que mí niño era un super héroe.
–¿Qué le pasó a su marido?
–Una herida de bala.
–Lamento la pérdida —May levantó los hombros.
–Ha pasado tiempo, hace mucho ya di vuelta la página.
~•×•~
Arribaron a la playa del Caribe y fueron al hotel. Como era de esperarse, el hotel más jodidamente lujoso. Era el mismo Anthony Stark quien financió todo el viaje.
El y Tom, o Loki, compartirían una habitación. Peter y Elin otra y May conservaría la pequeña individual. Así cada uno fue a desempacar en sus respectivos dormitorios.
–¿Cuál es el plan? —preguntó el pelinegro sentándose en la cama
–Hay un gran itinerario y un horario muy amplio. No nos aburriremos en toda la semana.
–¿Por qué habrías de hacernos tomar unas vacaciones? Tienes responsabilidades con los Vengadores y Elin aún no sabe adaptarse muy bien a Midgard. Es muy osado.
–Porque quiero y puedo. Ellos se manejan excelente sin mí.
–Otro comentario así y te tiro de nuevo por la ventana.
Tony rió entre dientes terminando de sacar la ropa de su maleta—. Vale, vale, no lo haré.
Loki se dirigió a uno de los armarios empezando a guardar la ropa y le preguntó sin darse la vuelta—. ¿Qué haremos primero?
~•×•~
–Te encantarán los locales midgardianos, eso te lo aseguro.
La morena se cruzó de brazos—. Eso espero. Todo lo que he visto es aburrido.
–La cerveza aquí no es mala, te encantará —ambos se acercaron a la mesa del bar y Thor pidió los tragos.
Brunhilde miró desinteresada el local mientras ponía las manos en sus bolsillos, hasta que una cabellera rubia debajo de un gorro la distrajo. Una chica joven, piel pálida y un poco más alta que ella entró con neutralidad, mirada seria y atenta. Tenía las manos en los bolsillos de su chaqueta.
–Hey —le dijo Thor llamando su atención y le extendió su gran jarro de cerveza.
Se sentaron, pero la morena seguía pendiente de aquella chica misteriosa. Sintió un pánico extraño en su estómago cuando se sentó a dos puestos lejanos a ella mientras miraba al bartender para pedir su trago.
Tomó de su cerveza intentando no ahogarse y así pasaron los minutos.
La rubia ya había terminado con lo que había tomado.
–Eh, señorita, le falta dinero.
–No, bastante segura que pagué los 4,25$.
–Eso fue como hace 3 años. Ahora cuestan 5,50$.
–Pues lo siento, no tengo más dinero —la chica hablaba desinteresadamente, se iba a levantar pero el tipo la tomó del antebrazo.
–Oye tú, no te vas hasta que me pagues lo que debes —la chica ni se inmutó, lo miraba seria, sin pavor alguno. Aún así Thor se acercó.
–No hay necesidad de eso amigo. Yo pago. Puede quedarse con el cambio —el dueño tomó el dinero de mala gana soltando a la chica. Ella miró curiosa al más alto—. Pueden ser... Un poco irritables a veces —y le guiñó el ojo—. ¿Quieres otro? Ya íbamos por la segunda ronda —se hizo un poco para un lado para señalar a Valkiria, quien estaba sentada e intentando pasar desapercibida.
–Me gustaría —sonrió levemente de lado y se sentó al lado contrario del hombre.
–Por cierto, soy Thor. Ella es mí amiga Brunhilde.
–Carol.
~•×•~
–Nunca me he divertido tanto en mí vida —Elin estaba envuelta en una toalla con gorro con su traje de baño debajo. Empapada por el agua de mar y el atardecer sobre su pálida piel.
–Pues prepárate porque ahora vamos a ir al mejor restaurante del Caribe —exclamó Tony casi con la misma alegría.
–No sé dónde es pero suena delicioso —continuó Peter con gracia terminando de ponerse la playera.
–Pero primero hay que ir a limpiarse —dijo May deteniendo el paso animado de los tres.
–Apestan a sales minerales —finalizó Tom.
–Son aguafiestas.
–No me importa. Regresamos al hotel, se limpian y se alistan. Serás millonario pero no irás así.
Stark se cruzó de brazos y May rió tapándose la boca.
–Lo tienes bien controlado.
–Es cuestión de práctica —le guiñó el ojo burlonamente y ahora ambos rieron.
–Conspiran contra mí —murmuró Tony ganando una risa de Peter.
Apenas llegaron, Elin fue la primera en obedecer y meterse al baño.
–Umm. ¿Señor... Tom? —el castaño se giró a verla asomar su cabeza por el baño—. ¿Podría ayudar usted a bañarme?
–Uh... Claro —se levantó del sillón que se había sentado y entró junto a ella.
–¿De dónde dijiste que era esa niña?
–Alguien... La abandonó frente a la torre.
–Me sorprende lo bien que habla, parece muy madura para su edad —el contrario le sonrió—. ¿Están planeando adoptarla definitivamente?
Stark negó con la cabeza levemente y se confundió con sus propios pensamientos—. Sólo es temporal... Hasta encontrarle un buen hogar.
May intercambió miradas con Peter, y el menor levantó los hombros y negó un poco con la cabeza.
–¿Por qué dices eso?
–No creo que sea buena idea.
–¿Y qué cree Tom?
–No lo hemos hablado a profundidad.
–Mh... ¿Tienes miedo de ser mal padre? —el castaño guardó silencio pero no le quitó la mirada de encima. May sonrió con ternura—. Créeme, eso es normal que pase. Estar nervioso o no saber si lo harás bien.
–Tía May tuvo que aprender a cocinar cuando empezó a cuidar de mí —dijo Peter. May, lejos de enojarse, rió nerviosamente.
–No hay crianza perfecta, pero si necesitan ayuda puedo darle algunos consejos —Tony le sonrió en respuesta, una sonrisa genuina y honesta.
~•×•~
Steve golpeaba cada vez más fuerte el saco hasta que lo terminó por romper. Eran de esos que estaban modificados para él, pero golpeó con tanta frustración que se hizo daño a sí mismo en los nudillos, y el saco salió de donde estaba colgado.
–Lo siento, no era mí plan hacerte sentir incómodo en ese lugar —dijo Sam al notarlo. El rubio negó con la cabeza mientras cargaba otro saco.
–Intentabas animarme, y lo agradezco. Creo que esos lugares simplemente no son para mí —le sonrió un corto raro y colgó el nuevo saco de boxeo—. Sólo necesito pensar las cosas, estaré bien.
Sam no estaba seguro, pero terminó por retirarse.
Pasaron minutos de golpes y pensamientos fugaces, acompañados por sentimientos de frustración, odio, tristeza, desamor.
–Idiota, te harás daño en las manos —se giró para ver a Bucky en el marco de la puerta.
–Honestamente no me importa.
–Steve... ¿Por qué no le dijiste? —eso detuvo los golpes de pronto. El rubio sin girarse le respondió.
–Pensé que así podría protegerlo.
–No... Intentabas protegerte a ti y a mí. Me eligiste por encima del amor de tú vida, eso fue un gran error.
–Buck... Eres mí mejor amigo, el único que me conoce en verdad. Quería... Protegerlos a ambos —se giró finalmente—. Ya no lo sé. No sabía cómo sentirme al lado de él. Estos sentimientos... Sólo quisiera que desaprezcan, quizás... Hubier sido mejor si no me hubieran encontrado.
Recibió una cachetada sonora que retumbó en la habitación.
–Ni se te ocurra volver a decir algo así, menos frente a mí, ¿entendiste? —lo tomó del hombro para que lo mirara—. Escúchame, cualquier cosa que hayas hecho sé que fue por buena intención, pero no puedes pedir que el resto piense que es lo correcto. Ya es muy tarde para cambiar el pasado, ¿si? En especial para nosotros, pero podemos mejorar el presente. ¿Está bien?
–De... Acuerdo —soltó el rubio. Bucky sonrió y le dio un golpe en el brazo.
–Ya ven, ya casi es hora de cenar.
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