Første: Una visita inesperada
<Capítulo 1>
Era Loki, lo reconoció de inmediato.
Aquella alta y delgada figura logró mirarlo unos segundos de pie, y luego se desvaneció cayendo al suelo fuertemente.
Tony lo miró unos largos segundos, analizando sus movimientos esperando un ataque o algo más. Pero sólo se quedó allí tirado, inerte y respirando pesadamente.
El humano se acercó y primero pateó su pie, no muy brusco, para ver si despertaba, nada. Se agachó y movió su hombro atento a cada movimiento, pero también nada.
Lo sintió helado, demasiado para no espantarlo más de lo que ya estaba. Se veía débil, indefenso, como un polluelo que cae desde el nido de su árbol, abandonado.
Lo dio vuelta y lo recostó en su espalda para verlo mejor. Su respiración era pausada y lenta, como si le costara respirar. Sonaba rasposa desde su garganta.
Su cabellera negra tapaba levemente su rostro demacrado. Su cuerpo estaba muy delgado, sus dedos eran muy flacos y los nudillos sobresalían. Y, por debajo de las ropas anchas y gastadas, se notaban moretones y heridas que sólo pudo haberlo hecho un tumulto de personas, cortes diversos y al azar en su cuerpo, en especial su pecho. Su piel era aún más pálida, y lo peor quizás fue cuando miró su boca, estaba cosida malamente con hilo negro. Además de que había sangre seca que se pegaba en su ropa de la cintura hacia abajo.
"Jesús...", exhaló Tony como pudo llevando una de sus manos a su boca y sintió sus ojos arder. Sea lo que sea le hubiera sucedido, tenía que ayudar. "¿Nena? Prepara uno de los trajes. Necesito llevar a Loki a una habitación y hacerle análisis"
"Sí, señor Stark."
Uno de los trajes fue hacia donde se encontraban y éste cargó a Loki fácilmente. Los tres fueron a la habitación luego de que Tony buscara el botiquín que tenía en el baño de ese piso.
El traje dejó al dios suavemente en la cama y se alejó un poco para que su creador lo analizara.
"Viernes, análisis. Dime qué hacer", Tony había acabado de quitar los hilos que unían la noca de Loki, y enseguida notó una pizca de alivio en el Asgardiano al poder jadear sin problemas. Había abierto la boca e inhalado mucho aire, como un suspiro de alivio.
"Ya los hice. La parte que más requiere atención es su pecho. Tiene que desinfectarla y vendarla adecuadamente."
"Sí, sí...", murmuró Tony sacándole la camiseta al Asgardiano cuidando de no empeorar la situación. Observó las heridas. Cortes irregulares por todo el pecho todavía frescas, el olor a sangre y suciedad inundó sus fosas nasales preocupándolo más, eran tan profundas que le sorprendía que aún estuviera vivo, olvidando claro, que era literalmente un Dios.
¿Por qué se preocupaba? Ni él lo entendía, o al menos no con razones completamente válidas en el momento. No veía a un villano, sólo una persona que había sido torturada.
Al untar el líquido en las heridas, Loki se retorció de dolor aún inconsciente. Tony lo tomó como una buena señal, no estaba tan mal si podía reaccionar a dolores.
"Lo siento cuernitos", le salió con más sarcasmo de lo que esperaba, y rio nerviosamente por su propia estupidez. Le temblaron las manos sin darse cuenta, estaba demasiado tenso, pensaba que cualquier error podía hacer que aquel hombre muriera en aquella habitación.
Siguió atendiéndolo como se lo decía la inteligencia artificial. Estuvo al menos 1 horas haciendo eso y sólo eso, sin pararse a respirar y pensar si era lo correcto salvarlo en vez de llamar a Fury.
"¿Algo más nena? Necesito saber."
"Tiene unos desgarres internos por su zona interna, las herramientas que usted tiene no son suficientes para atenderlo."
"De... Acuerdo", volvió a exhalar sintiendo de nuevo los ojos cristalinos al intentar no pensar en qué le pasó a ese pobre diablo. Pero sólo viendo el holograma que mostraba el dibujo de una figura humana señalando las heridas en su zona pélvica... no había mucho espacio a la imaginación.
Terminó por limpiar un poco la sangre seca del rostro con un paño húmedo, eso era lo último. Un moretón arruinaba su rostro perfecto y las marcas del hilo en sus labios era preocupante. Cuando lo limpió ya no había rastro de sangre, sólo, tal vez, una futura y fea cicatriz.
Sacó todas las cosas de la cama y las dejó a un lado. Tapó al hombre con la manta a sus pies con cuidado y se sentó a observarlo gracias a una silla que estaba allí.
"¿Quién pudo hacerte esto?", exclamó con rabia y en voz alta.
Suspiró.
Sí, era su enemigo, era el enemigo principal de la tierra tal vez, pero nadie merecía eso, nadie.
"Señor Stark, ¿necesita que llame a alguien?", soltó su I.A. Tony miró el cuerpo del pelinegro unos segundos, analizando lo que acababa de decir Viernes. Negó con la cabeza.
"No, no... Gracias."
Observó el rostro de Loki. Tenía el ceño fruncido en sueños, pero aún así era una expresión mejor a la que tenía cuando estaba tirado en el suelo de su terraza. Ya no jadeaba ni respiraba forzadamente, pero aún así sus respiraciones eran largas y cada cierto tiempo suspiraba con pesadez.
Pasó otra hora hasta que el Asgardiano se levantó. Tenía un ataque de tos que lo hizo sentarse en la cama. Tony reaccionó tocando su espalda pensando que se estaba ahogando.
Le acercó un vaso de agua y Loki la logró beber, pero luego de unos segundos su estómago no lo resistió y vomitó encima de las sábanas blancas, lo más preocupante es que habían unas cuantas manchas de sangre.
"Mierda... ¿Viernes? Ayuda."
"Las contusiones en su cuerpo y su inanición extrema no permiten que sus órganos funcionen correctamente."
"Mierda", exclamó nuevamente Tony dejando el vaso a un lado. Loki jadeaba intentando tomar aire, sus ojos estaban irritados por el esfuerzo y dolor, además de que estaba asustado, se notaba por cómo agarraba las sábanas entre sus manos con fuerza y temblaba. "Hey, hey, tranquilo. Respira."
Su tono era suave y el toque delicado en su espalda, hacia forma de círculo y no se detuvo hasta que Loki se relajara.
"¿Estás mejor?", el pelinegro asintió lentamente mirándolo. Abrió la boca para decir algo, pero sólo dio un pequeño gemido de sorpresa al sentir que podía abrir la boca. Tocó con sus dedos su labios, sorprendido y desconcertado. "¿Quién te hizo esto?"
Loki negó lentamente con la cabeza y miró las sábanas un rato, las apretó temblorosamente con sus manos una vez más. Tony entendió el gesto de inmediato y lanzó un suspiro.
"Está bien, hay muchas más habitaciones en las que te puedes quedar mientras limpio ésta. ¿Puedes caminar?", Loki asintió, pero apenas puso ambos pies descalzos fuera de la cama, sus rodillas flaquearon y tuvo que ser apoyado por Tony para no caer. El castaño puso una de sus manos afirmando su cintura mientras que el pelinegro lo abrazaba con un brazo, y así ambos caminaron hacia la habitación de al lado.
Al llegar, Tony movió las sábanas y ayudó a Loki a recostarse. También lo arropó levemente.
"Necesitas dormir", el pelinegro lo miró fijamente y sin expresión alguna, pero sus ojos gritaban que no quería quedarse sólo. "No me iré, pero necesito que duermas."
Loki se acomodó mejor y cerró sus ojos. Cuando se aseguró de que dormía le habló al traje y más específicamente a Viernes.
"Limpia la otra habitación por favor. Y avísame si hay alguna irregularidad con Loki."
"Sí, señor Stark."
Tony observó su rostro tan afectado por lo que sea que le haya pasado y sintió verdadera lástima, pero también confusión.
¿Quién le hizo eso? ¿Por qué llegó aquí? ¿Debería llamar a Fury? ¿Está haciendo mal al ayudarlo? ¿Por qué siente tanta preocupación?
Esas dudas estuvieron presentes hasta que se quedó dormido en la silla que había llevado de la otra habitación para no despegarse de Loki.
Al volver a abrir los ojos se encontró con un gran dolor en el cuello. Había dormido de brazos cruzados y su cabeza agachada.
Pasó una de sus manos detrás de su nuca intentando aliviar el dolor y largó un gran bostezo. Ya era de día, se notaba por los rayos de sol entrando por la ventana.
Al dirigir su mirada hacia la cama, se topó con los ojos de Loki clavados en él completamenre serio y callado. Tony se puso notoriamente nervioso y se revolvió en su silla.
"¿Qué? ¿Tengo algo en la cara o qué?", Loki desvió la mirada a sus manos un segundo y lo volvió a mirar. "¿Te sientes mejor?", el pelinegro asintió con lentitud. "Iré a preparar el desayuno, ¿necesitas algo antes de que me vaya?", una negación de cabeza sin romper el contacto visual. "Ahora vuelvo. Viernes te estará cuidando, si necesitas o te pasa algo ella me avisará y volveré de inmediato. Sólo habla al techo."
Llegó a la cocina y empezó a buscar cosas para desayunar por el refrigerador y muebles, pero sólo eran cosas insanas.
"Nena, ¿puedes decirme qué puedo hacer con esto para ayudar al cuernitos?"
La I.A le dio las instrucciones de un batido alto en nutrientes. Además que le indicó que habían pastillas para suplantar una buena cantidad de proteínas y llevó las dos cosas hacia la habitación nuevamente.
Loki estaba viendo la ventana con nostalgia y los ojos caídos, como si fuera lo más hermoso que hubiera visto. Como un prisionero que añoraba la libertad, o la ilusión de un daltónico que ve los colores por primera vez.
Tony apenas dio un paso en la habitación, el contrario lo volteó a mirar.
"Hice un batido, no sé si lo puedas tomar, pero tienes que hacer el intento", se sentó de nuevo en la silla y le entregó el vaso junto con las pastillas y el accedió a tomarlas con calma. El pelinegro hizo una mueca de asco al dar el primer sorbo. "Si, no es deliciosa, pero te salvará de morir de hambre", el mayor volvió a mirarlo unos segundos en completo silencio hasta que se tomó la mitad del batido. Le pasó el vaso lentamente mientras terminaba de tragar y ponía su mano en la boca en clara seña de querer vomitar. "¿Ves? No fue tan difícil."
Loki asintió y volvió a abrir la boca.
"Gracias", sonó a jadeo, su garganta seguía bastante seca y tuvo que hablar muy bajo. Un tono parecido a cuando uno está resfriado y le cuesta tragar pues tiene la garganta irritada e hinchada.
Tony le sonrió de lado y ésta vez él asistió.
"Bien" ambos se mantuvieron en silencio un momento. "Hay una ducha con tina en esa habitación, te llevo allá", Loki asintió nuevamente y ayudó a que Tony lo ayudase a caminar. Al llegar al baño, Loki se sentó en el inodoro con dificultad y el contrario abrió el agua caliente de la ducha. "Creo que te manejarás bien. Iré a buscarte ropa limpia. Y ten cuidado con las vendas, ¿sí?", otro movimiento de cabeza. Tony asintió sintiéndose más preocupado al ver que le costaba mucho hablar con alguien más. Pero salió sin decir nada más y cerró la puerta tras él.
El pelinegro se desvistió casi sin levantarse del inodoro, y cuando se metió a la ducha tuvo que sentarse en la tina, sus piernas no soportaban su peso.
Dejó que el agua salpicara su rostro y cabello unos segundos, cerró los ojos para poder sentir esa completa calma. Pasó sus manos por su cuerpo para comenzar a limpiar, lento y seguro cuidando de hacerse daño. Hacía mucho que no sentía tanta tranquilidad. Al momento de que sus manos se toparon con las vendas las miró con, se puede definir, ternura.
Cuando creyó que había tenido suficiente, puso el tapón para que la tina se llenara y sumergió su cuerpo dejando sólo desde la nariz hacia arriba en superficie.
Cerró los ojos nuevamente sintiendo que en cualquier momento se podía quedar dormido del silencio y la paz.
Escuchó unos golpeteos en la puerta, suaves.
"Necesito pasar, te traje ropa limpia y una toalla", no respondió, pero observó la puerta abrirse y de ella pasar a Tony con lo mencionado en sus manos. Lo miraba fijamente, casi como esperando un ataque. Stark inclinó la cabeza para rascarse la nuca y dejó las cosas encima del inodoro cerrado. "¿Todo bien?", Loki asintió. "Bien, recuerda, cualquier cosa puedes pedirla", de nuevo un movimiento de cabeza y el humano se fue.
Se envolvió con la toalla luego de quitar el tapón y se sentó en el suelo para poder vestirse.
Logró levantarse, sus piernas temblaban de forma exagerada mientras se dirigían afuera de la habitación. Tony estaba en la sala revisando unos hologramas y tomando su tercera tasa de café en los últimos 40 minutos.
El castaño dirigió su mirada hacia el pelinegro observándolo de arriba abajo. El pantalón deportivo le quedaba una talla más corta dejando ver sus calcetines azules, mientras que la camiseta celeste opaco le quedaba un poco grande, o eso parecía, por lo delgado que estaba.
"Te veo mejor... Bueno, considerando de que antes te estabas herido a muerte, estás mucho mejor", Tony guardó los hologramas y lo observó con una ceja levantada, pero cambió a una mirada de preocupación cuando el pelinegro apoyó su cuerpo en la pared casi cayendo. Se acercó. "Cuidado, ven. Tienes que sentarte", intentó tocar su hombro, pero el contrario se quitó en un reflejo asustado. Tony levantó las manos en señal para intentar tranquilizarlo. "Está bien, nadie te hará daño. Ven...", lo ayudó a sujetarse y lo sentó en el gran sillón. "¿Quién te hizo esto?"
Loki lo miró y luego miró sus manos, las sujetaba intentando no temblar.
"No quiero hablar de eso."
"Bien, como quieras". el castaño se volvió a levantar y se dirigió a tomar su taza de café para servirse otra vez. "¿Tienes hambre? Pasaste mucho tiempo en el baño y ya casi es la hora de almorzar."
El pelinegro asintió nuevamente sin despegar su cuerpo del cómodo y gran sillón.
"Bien. Nena, pide algo a domicilio para comer, lo que sea."
"Sí, señor Stark."
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