Det sytt: Unos días de calma

    –¡Y así es como creas nanotecno! Bien hecho Elin —Tony levantó su mano y Elin correspondió—. Ouch, mala idea, muy mala idea.

    –¡Lo siento!

    –Jaja, tranquila, tranquila, no duele, ¿ves?

    –Les traje algo para que coman —dijo Loki entrando al taller con una bandeja con comida.

    –Ustedes son muy buenos para ser príncipes.

    –Deberías ver a mí hermano —respondió el pelinegro suavemente. Tomó uno de los tres sándwiches y le dio un mordisco—. ¿No crees que ya es muy tarde?

    –Terminamos aquí y ya nos vamos a dormir.

    –Eso dijeron hace 2 horas. Son las 3 de la mañana, Tony, tienen que dormir.

    –Pero mamá —hizo un puchero sarcástico y sólo se ganó una mirada molesta del contrario—. Vale, vale, ya vamos, no me mates. Voy llevarte a tú habitación.

    –¿Mí habitación? ¿Tendré una habitación propia? Solía compartir con los otros artesanos.

    –Claro que tendrás una habitación para ti sola —Tony le ofreció la mano y la guió hacia donde había dicho ignorando las miradas del resto en la sala. Pasó de largo y abrió la puerta—. Está un poco vacía, pero luego podremos decorarla.

    –¿Decorarla? —Tony chasqueó la lengua. Mientras más hablaba con la pequeña, más le daba ganas de sacarle la cabeza a Björn.

    –Claro —le sonrió.

Luego de asegurarse que dormía, volvió a la sala para buscar un vaso con agua, y se encontró de frente con Bucky.

    –Stark, yo-

Tony puso su mano al frente para que se callara.

    –No te guardo rencor. Estabas siendo controlado y sé que no recuerdas nada de cuando eras el soldado del invierno. No quiero tus disculpas, menos tu lástima. No te puedo perdonar ni tampoco culpar. Sólo olvidemos lo que sucedió, ¿si? —ofreció su mano y Bucky correspondió.

    –Gracias —Tony asintió logrando fingir una sonrisa.

    –En el piso de abajo hay una habitación extra al lado de la de Rogers. Puedes quedarte allí.

Ésta vez fue Bucky quien le sonrió y luego se retiró.

Tony largó un pesado suspiro y se sirvió el vaso de agua. Mientras estaba bebiendo notó a Natasha desde el sillón observándolo.

    –¿Muy egoísta de mí parte? —preguntó el castaño con sarcasmo. La pelirroja negó con la cabeza.

    –Debí saberlo. Soy una espía y nunca me di cuenta que algo pasaba entre ustedes... Menos del secreto de Steve. Lo lamento.

    –¿Podrían dejar de disculparse todos? Comprendan que así no arreglan nada. Ya es muy tarde y honestamente no quiero sus lástimas. Te las hubiera aceptado hace 2 meses, pero ahora... —se tragó sus siguientes palabras y se mordió los labios—. Ya no importa. Buenas noches.

Y se fue a su habitación.

Se sacó los zapatos y no se molestó en cambiarse de ropa para meterse a la cama. Abrazó la espalda de Loki.

    –¿Todo bien?

    –Sólo déjame dormir —murmuró Tony apoyando más el rostro en la espalda del pelinegro. Él se giró y lo abrazó sin decir nada—. Necesito unas vacaciones.

    –Yo también —dijo Loki y postró un beso en su frente.

~•×•~

    –Buenos días —saludó Sam animado desde el comedor—. ¿Cómo estuvo la primera noche de matrimonio? —intentaba ser amable, se notaba a leguas.

Tony y Loki intercambiaron miradas entendiendo a lo que se refería. El pelinegro desvió la mirada hacia su taza de té y el menor sonrió incómodamente.

    –Bien supongo.

    –¿Así que es cierto? ¿Se casaron? —preguntó Clint desde el sillón mientras que Steve intentaba con todas sus fuerzas no decir nada, sentado en otro sillón apartado.

    –A ojos de Asgard, sí —respondió Loki para después darle un sorbo a su té.

Tony miró su anillo con una pequeña sonrisa.

    –Por cierto, ¿dónde está Elin?

    –Aquí —respondió ella asomándose en el sillón justo al lado de Clint—. Tú sirviente me dio esto para dibujar, es muy amable —con sus pequeñas manos mostró un cuaderno y unos marcadores de colores.

    –¡Dile que no me llame así! No me hace caso —exclamó el hombre desganado. Elin miró a Tony como esperando una reacción, pero este sólo se limitó a sonreír para no reírse en ese mismo instante.

Mientras puso la cafetera empezó a jugar con el anillo en su dedo, distraido observando cómo se llenaba la taza. Tenía bendas en sus palmas y unas banditas en sus dedos.

Pensó graciosamente que los artesanos tenían un puesto más alto en la jerarquía de Vanaheim. Una niña que parenta 10 años mandando a un hombre de 30.

    –Gracias... Por dejar a Bucky dormir en la torre —dijo Steve de pronto, ganándose la atención del castaño. Lo miró un largo rato.

    –Era eso o se iba a dormir a la calle —levantó los hombros y retiró la tasa—. Hay muchas habitaciones vacías de todas formas —y se sentó al lado de Loki—. Aunque me llama la atención que aún le falte un brazo, creí que en Wakanda le darían uno.

    –Se lo ofrecieron, pero él se negó —explicó el rubio nuevamente sin dejar su semblante neutral, sin saber muy bien cómo hablar con Tony sin hacerlo incómodo o dañino.

    –Mh, tiene sentido —el castaño levantó los hombros indiferente y le dio un sorbo a la taza. Steve vió el resplandor en el anillo de su dedo corazón vendado casi directamente a los ojos, y tensó la mandíbula—. ¿Dónde está el resto?

    –Nat y Bruce salieron a pasear. Thor y la chica esa fueron a Asgard. El resto sigue durmiendo —respondió Clint mientras le hacía unas trenzas a la distraída Elin, quien dibujaba—. ¿Cómo están tus manos?

Tony se las miró e intentó extender la palma sintiendo el ardor de inmediato—. Meh, han tenido días mejores —y sonrió levemente.

Steve agachó la mirada y frunció los labios.

    –Hey, Steve. ¿Qué te parece si vamos a entrenar? —dijo Sam al notarlo. El contrario levantó la mirada y asintió.

    –Claro —el rubio se levantó y salió junto a él. Cuando estaban alejados le dijo en muy bajo volumen—. Gracias —el contrario le respondió palmeando su hombro.

La pareja decidió sentarse en el sillón al costado de donde estaban Clint y Elin.

    –¿Qué dibujas Elin? —preguntó el pelinegro.

    –A ustedes, miren —mostró el dibujo con emoción e inocencia pura de un niño pequeño. Con su castaña cabellera amarrada por una trenza muy compleja y ojos celestes que mirban a ambis hombres.

    –Wow, eres muy talentosa —dijo el castaño con alegría. Loki tomó el dibujo y entrecerró los ojos intentando entender los garabatos en este. Tony lo notó y le golpeó con el codo.

    –Sí, sí, es muy... Único —Tony rodó los ojos sabiendo lo que pensaba.

    –Stark —exclamó Clint llamando la atención de ambos—. Haber estado en el equipo del Cap fue más una cuestión de suerte. Si me hubieras pedido-

    –No importa, Barton.

El hombre negó con la cabeza e insistió—. Déjame terminar. Yo era más neutral, si me hubieras pedido ayuda, lo hubiera hecho. Te culpé... Bajo mí propia arrogancia y rabia, yo causé que me encerraran, no tú.

    –Pues gracias por aclararlo —se sonrieron.

    –Ahora —con su dedo apuntó a Elin—. ¿Podrías decirle que no soy tú sirviente.

Una carcajada salió de Stark—. Nope.

    –Porfa

    –Nope.  No va a pasar, es mí venganza —Clint se cruzó de brazos y le mostró la lengua—. Además, soy el que paga todas tus cosas, vives en mí castillo.

    –Ya se te subió a la cabeza —respondió el menor con gracia. Tony levantó loa hombros.

    –Creo que debería hacer una llamada. No quiero morir a manos de Pepper —se levantó y salió de la sala sacando su celular.

Se creó un largo silencio incómodo en el lugar, lo único que se escuchaba era el sonido del lápiz de Elin en la hoja mientras coloreaba.

    –Creo que esto es incómodo —soltó Clint y Loki sólo asintió y miró a la niña con curiosidad y, de alguna manera, aliviarse del estrés—. Eres bastante agradable cuando... Tú sabes... No intentas conquistar mí planeta.

    –Ya lo he escuchado —lo miró un momento—. Lamento genuinamente lo que te hice por ese entonces. Me guié por un mal camino y pues... Realicé acciones erróneas.

    –Sí... De todas formas Bruce y Thor ya me contaron de tú vida. Debió ser duro tener un padre tan "agradable" como el tuyo.

    –No es mí padre.

    –Bueno, padre adoptivo o lo que sea. Acepto tus disculpas, pero no vuelvas a meterte en mí cabeza, eso no se hace.

Loki rió entre dientes y el contrario le imitó.

~•×•~

-Déjame ver si entendí. Te casaste con Loki para devolverle su status en su tierra-planeta-lo que sea.

    –Sip.

-¿Y no invitaste a nadie?

    –Pep, me comprometí y me casé el mismo día. Era algo se vida o muerte, te lo juro.

-¿Pero es oficial?

    –Quizás a ojos de Asgard, pero no aquí. Eso era más un casamiento por conveniencia\favor.

-¿Y no planeas casarte con Loki oficialmente? Más bien con Tom.

    –Sí... No... Bueno, te quería pedir ayuda con algo primero.

-Te escucho.

~•×•~

    –¿Necesitas que llame a una ambulancia?

    –Jaja, qué gracioso —Sam estaba sentado en el pasto luego de haber corrido junto a Steve durante 2 horas. Bueno, no juntos, el rubio todavía le tenía demasiada ventaja.

Steve sonrió y se sentó a su lado, mala idea. Empezó a pensar en Tony y su matrimonio con Loki, la imagen del anillo que parecía estar adherido a sus retinas.

    –Hey, ¿estás bien?

    –Sí, sí, claro.

Sam largó un suspiro. Pensando en lo fácil que era saber cuando mentía, y lo irónico que era difícil saber cuándo ocultaba cosas.

Tocó su hombro—. Steve, no sabes mentir —el rubio tensó la mandíbula y miró el pasto—. ¿Hay algo que te haga sentir mejor? No lo sé... ¿Un bar gay o algo?

Steve lo miró perplejo, Sam levantó los hombros.

    –Si no me dices cómo ayudarte, las opciones son complicadas.

El rubio rió entre dientes y pasó una de sus manos por su rostro. Suspiró y miró al cielo.

    –Quizás me vendría bien salir.

    –Esa es la actitud. Mejor volvamos, ya debe ser hora del almuerzo.

~•×•~

    –¿Y tú qué opinas de todo esto?

    –¿Mh?

    –De esto, con Stark y Loki casados.

Bruce soltó un suspiro de resignación—. No puedo decir mucho. Tony parece feliz y si es feliz, estará bien.

    –¿Pero con Loki? —insistió la pelirroja. El castaño levantó los hombros e inclinó la cabeza.

    –Supongo que la gente cambia —Natasha lo miró un largo rato—. Lo sé, lo sé. Sé lo que hizo y lo que puede hacer. Pero no ha hecho nada éste último tiempo, y parece... Verdaderamente feliz al lado de Tony, y eso es recíproco. Son dos partes rotas y sus piezas se unen perfectamente. Dos reactivos totalmente solubles entre sí.

Natasha rió levemente—. Creo que tienes razón. En verdad se ven felices juntos. Pero no puedo olvidar lo que hizo.

    –Nadie puede, Nat. Ni tampoco perdonar, sólo aceptar —la tomó de la mano aún cuando caminaban, logrando que se mirasen a la cara nuevamente—. Pero si el resto pudo aceptarnos, ¿por qué nosotros no a él?

La pelirroja apretó un poco más su mano—. Es cierto —y le regaló un beso en la mejilla.

~•×•~

Ya era casi hora de almorzar, y Elin lo sabía pues su estómago rugió sonoramente.

    –Creo... Que tengo hambre.

    –Pues es obvio, ya casi es hora de comer.

    –¿De nuevo? Pero ya comí en la mañana y ayer en la noche —a Tony le dio un tick en el ojo de la rabia—. ¿No estarás siendo muy considerado, señor Stark?

    –Éste es mí castillo y aquí todos comen 3 veces al día como mínimo. Y eso te incluye exclusivamente a ti.

La niña ladeó un poco la cabeza y luego miró a Loki.

    –Me disculpo, es que esto es muy extraño.

    –Te juro que mataré a ese hijo de-

    –Muy bien Elin, ve a decirle al resto que ya es hora de comer —interrumpió Loki. La niña asintió obediente y se levantó del sillón para irse. Tony seguía murmurando insultos—. Tienes que entender que en los otros 8 mundos las cosas funcionan muy distinto.

    –Lo sé, lo sé. Pero es que me da rabia. ¡Ella es una niña maldita sea! No comía bien, la golpeaba, no tenía sanidad, ¿cómo quieres que no sienta rabia? Te juro que si lo veo de nuevo, si veo de nuevo su puta cara, se la parto en dos.

Loki no pudo hacer más que reir entre dientes, le pareció adorable ese sobre-enojo de Tony y su rabieta dando pisotones e insultos al aire.

    –Mejor vamos a almorzar —Tony detuvo su andar y puso sus manos en sus bolsillos lentamente. Neutralizó su expresión.

    –Tengo... Tengo trabajo qué hacer.

    –Pero Tony, tienes que-

    –Gracias por enviarme comida para almorzar en el taller, te quiero. Adiós.

Loki suspiró pesadamente. No usaría su magia para que almorzara, él tenía que superar la incomodidad por su cuenta y atreverse a compartir la mesa con el resto.

Se rascó el cuello y se fue al comedor.

Sí, me gusta el Brutasha (no me odien). Pero puedo poner un poco de BuckyxNatasha, como celos de Bruce o yo qué sé.

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