Andre: No son tan distintos.
<Capítulo 2>
Ambos terminaron por almorzar sentados en el sillón viendo una película. Loki parecía no prestar atención, sus ojos divagaban sin ninguna fijación en la pantalla y el contrario lo notaba. Y el humano no entendía cómo había acabado en esa situación de estar comiendo justo al lado de quien intentó matarlo tirándolo por la ventana.
Tony observó el plato del contrario encima de la mesa de centro en frente, habría comido apenas 1/3.
Estuvo a punto de decir algo, pero una pequeña alarma rodeó el lugar. Tony suspiró, pero notó la incertidumbre y miedo en los ojos de Loki.
"No, no, no te preocupes. No es algo malo, no al menos para nosotros", Tony sacó el dispositivo para conectarse a su traje mientras que el pelinegro lo observaba con curiosidad. "Unos ladrones causaron una explosión en el banco, nada muy grave", bromeó intentando tranquilizarlo a la vez. Hizo aparecer un holograma al frente suyo y programó el traje.
Loki lo miraba con curiosidad verdadera y completamente expectante. Con un par de botones y comandos, Tony guardó todo y se sacó el dispositivo.
"Como siempre, pan comido", el pelinegro levantó la ceja. "¿Qué? Me gusta salvar el día en la comodidad de mí casa", silencio. "¿Me vas a volver a lanzar por la ventana? Porque si sigues siendo tan silencioso acabaré por tirarme yo. Me pones de los nervios", Loki desvió la mirada y observó sus manos. Tony suspiró. "Escucha, lo siento, ¿está bien? Pero es que es raro tener a un anterior enemigo en mí torre... ¿Por qué estás aquí?"
"Porque me dejaste entrar a la torre", salió más en tono de pregunta que un respuesta. Tony desordenó su propio cabello producto de la frustración.
"Sabes perfectamente a qué me refiero. Hace dos años Thor nos dijo que habías muerto, y ahora apareces sólo medio muerto en la terraza de la torre y viéndote como un vagabundo", Loki frunció los labios y lo miró seriamente. "Cuernitos, estás viviendo aquí y te curé a pesar de que intentaste matarme, necesito una explicación, ¿no lo crees?"
El pelinegro desvió la mirada nuevamente y sujetó sus manos por el temblor. Tony se sintió culpable al instante, pero el dios habló antes de que pudiera retractarse de sus palabras.
"Intenté adueñarme del trono de Odín. Creí que mí magia sería suficiente, pero me confié y volvió. Me despojó de Asgard", hablaba cansado, arrastraba cada palabra sintiendo lástima de sí mismo. Tony se acercó un poco más, suavizando su mirada. "Y, bueno... Cosas pasaron"
"¿Cómo escapaste?"
"Odín me dejó a mí suerte en un lugar donde mí magia poco o nada podía hacer para defenderme, pero me las ingenié lo suficiente para lograr escapar. Heimdall se apiadó y me envió a la Tierra."
"¿Pero por qué Nueva York? Más bien, ¿por qué la torre?"
Loki dio un suspiro.
"No tenía a dónde más ir", Tony arqueó las cejas. "¿Por qué atendiste mis contusiones y por qué dejaste que me quedara? ¿Por qué no llamaste a tu gobernador o a tus compañeros Vengadores?"
"Primero que nada, el pirata no es mí gobernador. Segundo no tengo compañeros."
"¿Por qué?"
Tony negó con la cabeza y pasó una de sus manos por su rostro.
"Eso no interesa. Y no llamé a nadie porque quería saber qué te había pasado. Si hubiera llamado al pirata o alguien más, te encerrarían sin hacer preguntas o simplemente te dejarían morir."
"Pero de todas formas ¿por qué ayudarme tanto?"
"Simplemente acéptalo. Ya tuviste tu momento de suspenso, ahora te toca esperar", el celular de Tony empezó a sonar y lo miró. "Ni una palabra cuernitos", apuntó un poco al pelinegro mientras se levantaba. "Mocoso, ¿estás en problemas o algo? Es raro que no llames desde tú I.A."
"Señor Stark, h-hola. No, es que... Como ya sabe habrá una salida de mecatrónica y robótica de mí instituto e iré a Nueva York y a su torre, y pues-"
"Espera, ¿salida de qué de tú instituto?"
"Sí señor Stark. Tengo entendido que el director le avisó que iríamos a la torre, ¿cierto? ", Tony se golpeó la frente con su palma, lo había olvidado completamente.
"Claro, claro que recuerdo, ¿quién crees que soy?", escuchó una risita burlona del otro lado.
"Pues no creo que deba recordarle que es el Martes."
"¡Eso es en 1 semana!", otra risita.
"Nos vemos señor Stark."
"Adiós mocoso."
Y colgó.
Lanzó un largo y pesado suspiro.
"Necesito un trago", fue a la cocina y vertió Whiskey en un vaso. "¿Quieres un poco?", Loki negó con la cabeza mientras lo miraba con curiosidad. "¿Sabes dónde podría estar Thor?"
"Me temo que no lo sé exactamente. Lo último que supe fue que se iría por los nueve mundos buscando respuestas para sus visiones."
"Mh, también tenía entendido eso."
"¿Entonces por qué preguntas?"
"¿Porque quizás no he sabido nada de él en 2 años?"
"Los humanos son muy impacientes", Loki lo miraba con desdén. "De cualquier manera, ¿qué harás?"
"¿Qué haré con qué?"
"¿Qué harás?", insistió levantando un poco un hombro y ladeando la cabeza.
"Supongo que esperar a que me tires de nuevo por la ventana."
"No tengo suficiente fuerza y mí magia en este mundo, y por cómo está mí cuerpo, es muy débil, no podría aunque quisiera."
"¿Y quieres?", negó con la cabeza.
"Sería estúpido de mí parte hacerlo, salvaste mí vida. Estoy en deuda por tus servicios."
Hablaba de forma muy correcta, tanto que a Tony le recordó los príncipes de cuentos de hadas.
"No sé si sentirme halagado, incómodo o prendido por tu forma de hablar sin parecer psicópata."
"¿Prendido?"
"Olvídalo", tomó un poco del vaso que se había olvidado que se había servido. "¿Crees que estás seguro en la Tierra? ¿No que Odín era el padre de todo y todo eso?"
"No con su salud actual, a no ser que Heimdall se arrepienta de su piedad y le guíe hacia donde me encuentro. Él es quien puede ver los nueve mundos."
"Osea que si te descubre junto a mí, seguramente nos mate a ambos."
"No, él pensaría que te controlé. No es necesario preocuparse de tú seguridad. A ojos de Odín eres un pestañeo."
"Mh... De todas formas tu rostro es muy conocido aquí. No vas a poder salir."
"Puedo cambiar de forma."
"¿Puedes hacer qué?"
"Cambiar de forma. Pero no demasiado, reitero que mí magia está débil. Puedo modificar un poco mis rasgos si lo deseas."
"Bien, lo tendré en cuenta si alguna vez sales", Tony terminó de beber su Whiskey y dejó el vaso en el fregadero. "Estaré en el taller si me necesitas. Cualquier cosa le preguntas a Viernes. Sólo habla al techo y pregunta lo que desees...Creo que ya te lo había dicho", Loki volvió a asentir y el contrario salió de ese piso.
No pasó demasiado. El pelinegro estaba frente a la televisión concentrándose en recuperar la salud totalmente. Cuando se quiso dar cuenta ya era de noche y volvió a la habitación que lo había resguardado hace horas. No se preocupó en cambiarse de ropa o de las vendas, simplemente quería descansar.
Su mente le jugó una mala pasada.
El dolor en el pecho, la desesperación por querer escapar y la impotencia de no poder defenderse. Los ojos fríos de Odín que no se quebraban con nada, mirándolo ahogarse en su tortura sin ofrecerle ni siquiera la paz de la muerte. Esas manos que lo tomaban con fuerza y los prisioneros arrinconándolo.
Despertó empapado en sudor frío, temblando y sollozando. Había inhalado aire al intentar no gritar de miedo. Sentía una mano en su hombro.
"Tranquilo, hey, adivina quién. Soy yo, estás a salvo", dijo Tony suavemente. Conservaba la ropa que tenía puesta antes de bajar al taller. Era obvio que ni siquiera se había ido a dormir. Loki respiró un poco más tranquilo, pero aún así jadeaba y hacía notar, más de lo que quería, su tembloroso cuerpo. "¿Pesadillas, huh?", el pelinegro tragó saliva y asintió. "Iré a buscarte un vaso de agua", intentó levantarse, pero Loki lo tomó de la manga. "¿Qué sucede?"
"No quiero estar solo", soltó en un pequeño hilo de voz. Odiaba sentirse así, débil e indefenso.
"Quieres que me quede", Loki asintió. "¿Quieres que me acueste al lado de ti?", el pelinegro lo miró sin moverse. "Anthony Edward Stark, genio millonario, playboy filántropo ahora es la niñera del Dios de los engaños", murmuró rodeando la cama para evitar que Loki se moviera y se hiciera daño. "Sólo por ésta noche."
Tony se recostó, pero antes de poder darse la vuelta para darle la espalda y no sentirse tan raro, Loki se recostó en su brazo y hundió su rostro en su pecho. Estuvo a punto de negarse, pero sintió que su cuerpo volvió a temblar y sollozaba silenciosamente. Terminó por abrazarlo sintiendo su cuerpo muy helado, pero no pudo negarse y acabó por dormirse al igual que Loki.
El castaño fue el primero en despertar puesto que la luz de la ventana le daba de frente. Loki seguía entre sus brazos dormido profundamente. Su piel había adquirido un poco de color, y su expresión relajada lo hacía ver angelical. El cabello enmarañado cubría parcialmente el rostro y las heridas de su rostro ahora eran cicatrices.
Se sintió estúpido.
En sus brazos dormía profundamente un Dios que intentó adueñarse de su mundo mandando un ejército alienígena. Pero de todas formas se sentía bien, incorrectamente bien.
Iba a tocar su rostro, pero los ojos esmeralda se abrieron y lo miraron directamente. Estuvieron unos segundos así hasta que Loki se separó para sentarse en el colchón.
"¿Por qué no me mataste? Tenías la oportunidad perfecta."
"Porque eres malditamente cómodo, ¿todos los Asgardianos son tan helados o sólo tú?"
"No soy Asgardiano, soy un gigante de hielo."
"Ah, eso lo explica", Tony logró fingir que sabía del tema, o eso creía.
"No sabes qué son los gigantes de hielo, ¿cierto?"
"Lo siento, mitología nórdica nunca fue mi fuerte."
"Los gigantes de hielo eran la especie enemiga de los Asgardianos, soy hijo de Laufey, el rey de ese mundo. Odín me encontró y me llevó a Asgard como premio de guerra, un trofeo más."
"Wow, y yo pensaba que tenía un mal padre."
"¿Qué te ha hecho tú padre?"
"Nunca me dijo que me amaba y nunca me demostró que le agradara. ¿Cómo era tú madre? Quiero decir, madre adoptiva."
"Era perfecta. Ella me enseñó todos los trucos que sé, mí magia fue perfeccionada gracias a sus enseñanzas. Me trató como un igual, incluso en mí captura después de lo de tú mundo ella intentó que estuviera cómodo en aquella solitaria celda."
"Hablas de ella en pasado, ¿falleció?"
"Sí, y es mí culpa...", Tony por primera vez y para su sorpresa, vio verdadero remordimiento en los ojos de aquel Dios. "¿Y la tuya?"
"La asesinaron junto a mí padre... Al parecer no somos tan diferentes después de todo."
"Te doy la razón, hombre de hierro."
"Dime Tony."
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top