ᴄᵃᵖⁱ́ᵗᵘˡᵒ xᴠ

ᴄᵘᵃⁿᵈᵒ ᵉˡ ᶠᵘᵉᵍᵒ ᵃᵗᵃᶜᵃ

《☆》


   Sábado 26 de Noviembre de 1988

     Eric se encontraba cerrando su restaurante. Una jornada dura de trabajo fue lo que vivió aquel día.

     Pero se llevo una gran sorpresa al ver a Louis frente a su automóvil con una maleta.

    —Pero que...

    —Déjame ir contigo, te contaré todo en el camino

     Sin decir nada más, ambos se dirigieron al departamento del pelinegro.

    Por otra parte Agnes decidió levantarse de aquel lugar, seco sus lágrimas y se sintió estúpida.

    Tenía que disculparse con Louis, y debía ser clara al momento de decirle la verdad.

    Con algo de timidez tocó la habitación del castaño, pero al no obtener ninguna respuesta decidió abrir con la llave y su sorpresa fue ver que no quedaba ni un rastro de su ropa, ni de él.

    Observo aquella cama y miro una nota escrita.

    No tuvo que pensarlo ni dos veces para comenzar a leerla.

    Querida Casey...

     Esto se terminó, no planeo hacerte más daño, aunque aún no comprendo el como lo hago. Sé que viviste cosas horribles y difíciles de enfrentar, es por eso que decido darte el tiempo suficiente para que vuelvas a tener mejor estabilidad mental.

    Respecto a que te amo, olvídalo, no puedo a obligarte a que sientas lo mismo que yo siento. Cuando estés dispuesta a decirme aquella verdad prometo ser comprensivo y no te juzgaré.

    Espero que pronto estés mejor y lamento haber sido un increíble dolor de cabeza para ti.

     Con todo su amor
           Louis Phillip Sangster

     Agnes solo analizaba cada palabra que leyó en aquella carta.

    Y se sentía terrible por afectar a Louis, esa nunca había sido su intención.

    Pero tristemente con su actitud luego de aquella cena, la situación cambio haciendo que ambos se sintieron destruidos.

    Agnes decidió hacer lo que no hacía desde hace un tiempo.

    Hacer una llamada a las personas más importantes.

      

   
     Rachel Brown y Camille Winchester se encontraban en aquel departamento junto a Agnes.

     Las tres se encontraban sentadas en aquel pequeño sofá. 

    —Tengo que decirles algo— La pelinegra las miro

     —Por tu mirada se que es algo demasiado serio— Fue la respuesta de Camille

    —¿Qué te ocurrió Agnes? Realmente luces muy mal— Rachel la miraba preocupada

   —Es sobre mi pasado— Ambas sabían a que se refería— Hice que Louis se sintiera culpable y me siento demasiado estúpida

   —¿No pudiste decirle?— Otra pregunta, pero en esta ocasión por parte de la ojiazul

   —No y en realidad no supe que decirle cuando me confeso lo que él sentía al respecto— Ella se sentía terrible— Luego de eso entré en pánico

   —Louis dijo que te ama, ¿no es así?— Rachel la miró— Sé que tienes miedo de lastimarlo, pero en realidad con tu silencio es lo que consigues

   —Yo...

   —No arruines las cosas con Louis— Camille la miro— Él es el menos culpable de lo que te ocurrió, ¡Deja ir el puto pasado!

    Camille no es de las personas que solía expresar lo que sentía con cierto hartazgo, pero en aquella ocasión lo decía más que en serio.

    —Por favor Agnes— Miro a Rachel— Yo hice sufrir a ese buen hombre en una ocasión, no seas la segunda. Si él te dijo que te ama es por algo, si... quizás necesitan tiempo, pero no te guardes lo que te paso y no le hagas malinterpretar sus sentimientos

    —Pero yo...

    —¿Acaso tú lo amas?

     Y se formó un silencio.

    

     Ambos se encontraban en el departamento de Eric. Tenían algunas cervezas cerca, pero en realidad no estaban tomando. 

     —¿De verdad le dijiste que la amabas?— Fue lo único que le pudo preguntar Eric a su amigo

    —Lo peor de todo es que ni siquiera me dijo nada y se alejó de mí— Louis agachó la mirada— ¿Qué tan jodido tengo que estar para que otra mujer me rechace?

    —¡Por dios Louis, ella sufrió demasiado!

    —¿Acaso tú también lo sabes viejo?— El castaño miro al pelinegro

    —Tuvimos una plática y me lo confeso...

    —¡Y yo soy el único que estúpido que no sabe nada!— Louis se levanto de aquella silla— ¡Bienvenidos sean al lugar donde todos se burlan del más idiota!

    El castaño solo podía sentir algo: Impotencia.

    Eric se levantó de su asiento y se acercó a su amigo.

   —Viejo, nadie se está burlando de ti, en realidad no nos corresponde decirte aquella verdad. Es decisión de Agnes si te atreve a decírtelo— El chico de ojos de tonalidad semiavellana lo miraba— Tienes que calmarte, solo necesitan tiempo

    Louis solo asintió y se fue fuera  mientras se sumergía en el ambiente frío de aquella noche de Noviembre.

    Saco un cigarrillo y suspiraba pesadamente.

    Pasaron minutos y miraba el cielo estrellado, y fue ahí que se permitio expulsar todo lo que sentía.

   ¿Acaso los hombres no pueden llorar por alguien a quién ama?

    Por supuesto, los estereotipos solo los hacen las personas con tan nulo sentido común de la vida.

    En ocasiones los secretos pueden dañar demasiado a las personas.
  

  

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