ᴍᴏᴛɪᴠᴀᴛɪᴏɴ.

Ok...

Debía admitir que estar en la misma casa con JiEun no le era cómodo en lo absoluto...

No cuando podía detectar un aroma adicional al de la Dragona...

Por supuesto, él no podía decir nada, pues cargaba cachorros que no eran de su alfa.

Pero la idea de JungKook estando con JiEun era tortuosa, tanto que sentía desprecio de sí mismo por haberse acostado con TaeHyung.

Sabía que no lo hizo por amor, en parte fue influenciado por su celo, además que la verdadera razón por la que se acostó con él había sido más un deber que otra cosa.

De igual manera, eso no lo hacía sentir mejor en lo absoluto.

No es bueno para tus cachorros que estés molesto... -JiEun murmuró con cautela.

Jin reaccionó, miró a la Dragona que lo observaba con curiosidad.

Sí... Tienes razón. -Simplemente dijo.

JiEun suspiró. —No pretendo que seamos amigos, pero me gustaría que al menos nos llevemos bien, ambos estamos encinta y necesitamos tranquilidad...

SeokJin sintió un enojo repentino, ¿cómo se atrevía? Ella que se había metido con su hombre. SU JungKook.

JiEun decidió moverse de su sitio, el ácido aroma de Jin la estaba mareando.

«Soy un maldito descarado.» Se regañó.

Perdón, JiEun. De verdad lo siento. Tienes razón y necesitamos paz por nuestros bebés. -Dijo mirándola, ella se había alejado unos cuatro metros al menos.

Entiendo que mi presencia te incomode, pero las cosas no son como tú las crees. -Comentó acariciando su plano vientre de forma distraída.

SeokJin sintió la cruda necesidad de saber a qué se refería.

JiEun comprendió la mueca de confusión en el rostro del chico y decidió hablar.

Solo te pido de favor que no me interrumpas, todas tus preguntas serán contestadas.

SeokJin asintió sereno y no estaba listo para lo que salió de labios de la Dragona.





Entonces, atacaremos al amanecer. -JungKook dictaminó con severidad.

Los alfas y betas que se hallaban en aquella junta asistieron de acuerdo, todas las especies allí representadas por sus mejores guerreros estaban completamente decididos a que la tiranía del rey Dragón por fin terminara.

Todos deseaban su libertad.

Los guerreros se fueron a descansar, tenían todo listo para proceder a su batalla contra la dictadura.

Sin embargo, había un alfa pensativo.

Ven conmigo. -JungKook pidió caminando hacia el claro de aquel bosque donde había encontrado a Jin hacía una semana.

TaeHyung lo siguió en silencio, sintiendo aquella ansia crecer en su pecho.

Sé cómo te sientes, sé cuál es tu posición, y sé que temes morir. -El Dragón habló con calma. —Pero también sé, que eres tan fuerte como yo y puedes sobrevivir.

TaeHyung sintió el nudo formarse en su garganta.

Sé que anhelas conocer a tus cachorros. -Aquella declaración tomó por sorpresa al Tigre. —Y sé que SeokJin quiere criarlos junto ti.

TaeHyung observó perplejo el rostro sereno del alfa Dragón, ¿acaso había renunciado a SeokJin?

Yo también quiero un futuro con Jin. Lo he anhelado desde que éramos niños.

Parecía que no...

Eres su alfa, tienes el derecho. -Fue la simple respuesta del Tigre.

Él sí había renunciado a un futuro con el Omega.

Escucha, mañana iniciaremos una batalla a muerte. Estoy consciente que por más fuerza que tenga, no soy inmortal. -JungKook observó con sus intensos ojos rojos al Tigre. —Es tu deber como padre sobrevivir, no te atrevas a dejarte vencer, TaeHyung. Tus hijos y SeokJin te necesitan, tu familia te necesita.

Kim sintió que su acongojado corazón se calmaba, pensar en sus futuros cachorros y en Jin, de cierta manera hacían que su mundo cobrara color, él tenía una familia ahora, su propia familia. Tal vez no estuviera con Jin de forma romántica, pero sabía que contaba con su cariño además de compartir a sus cachorros...

Sus hijos, aquellos seres qué serán suyos hasta el final.

La idea le hizo sentir emocionado.

¿Por qué me dices esto? -Preguntó sintiendo sus ojos arder.

Porque necesito que tengas una fuerte motivación para ganar. Todos nosotros tenemos a alguien por quién regresar. Todos nosotros tenemos sueños que deseamos cumplir. Sé que tú también los tienes, entonces; toma esos sueños y lucha por ellos. -La fortaleza que JungKook mostraba en esos momentos era admirable.

¿Cuáles son los tuyos? -Kim preguntó.

Poder darle a mis abuelos la paz que tanto desean, así como a todas las demás especies. Me gustaría tener una vida con Jin y no, no me importa si él y tú tienen hijos en común, también lo hago por ellos y los que vendrán, los bebés merecen vivir en un mundo de libertad. Donde ellos puedan escoger el rumbo de sus vidas. Mi familia es mi motivación. Espero que también sea la tuya.

TaeHyung asintió, comprendió perfectamente el mensaje de JungKook.

Ellos lucharían mano a mano contra el mismo enemigo, pues deseaban sobrevivir por sus familias.

«Por mis hijos, lucharé sin rendirme.» Su Tigre gruñó decidido.

También SeokJin me exigió sobrevivir, si muero, es seguro que me revive solo para matarme nuevamente... Ese Omega es rudo. -Comentó a la ligera.

Pero la suave sonrisa que adornaba sus fuertes rasgos, no dejaban lugar a dudas.

JungKook haría todo lo posible por volver con su amado.

Por volver con su Omega SeokJin.

Y lo mismo va para ti. -JungKook lo miró con su peculiar rostro severo. —No te atrevas a morir, Kim TaeHyung.

El Dragón se fue, TaeHyung se quedó congelado en el mismo lugar.

Parecía que por fin se dio una tregua entre ellos, y es que ya no habían motivos para una enemistad.

Las cartas estaban lanzadas sobre la mesa, SeokJin había escogido a JungKook y TaeHyung respetaba la decisión, al menos lo había intentado.

Ya llegará el indicado... -Susurró frente a la imponente Luna que los había escuchado. —Mientras tanto, me debo a mi familia y a mi gente.

Él sentía que su Tigre estaba igual de decidido que él, ambos lucharían con todo su poder, al tener a JungKook de su lado, podían de alguna manera acoplar sus poderes.

Sería genial que pudiéramos fusionarnos como Goku y Vegeta. -Se dijo pensativo.

No era mala idea, pero sabía que lograrían hacerlo aunque no fuera una fusión como tal, lucharían juntos, lo cual haría que el enemigo tuviera doble problema.

«Ayúdame amigo, préstame todo tu poder.» Le dijo a su Tigre.

El color azul que lo rodeaba se intensificó, TaeHyung de repente sintió sus fuerzas renovadas, jamás había sentido el poder completo de su Tigre, era sorprendente y aterradoramente difícil de soportar.

TaeHyung luchó por sostener todo lo que su Tigre le daba, su cuerpo se estaba acoplando a la intensidad de su poderío, y cuando todo terminó, su cuerpo cayó como peso muerto.

Respiraba agitado, estaba completamente entumecido, pero al menos había resistido, eso quería decir que su cuerpo era más fuerte de lo que pensaba.

¡TaeHyung! -NamJoon y YoonGi auxiliaron a su amigo. —Maldita sea, estábamos buscándote, ¿qué demonios te pasó?

Digamos que... -Murmuró sintiendo como entre ambos lo levantaban. —Mi Tigre cargó nuestra batería.

El Lobo y la Pantera se miraron sin entender por qué TaeHyung sonreía mientras sudaba sin poder caminar, por lo que se concentraron en llevarlo a descansar.

Ellos necesitaban que todos tuvieran sus baterías cargadas al cien por cierto para soportar lo que se venía.

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