ᴅᴇsᴛɪɴᴀᴛᴇᴅ.



JungKook aspiraba tranquilo, su Dragón se hallaba en paz al estar entre los brazos de la persona que más amaba en el mundo.

Pero él no era estúpido, había detectado tres aromas aparte del que poseía el rubio.

Eran tenues, pero no se equivocaba. SeokJin estaba preñado.

Suavemente se separó de él, con el corazón hecho trizas, pero no podía culparlo. No... Él sabía que había tenido mucha culpa en su actuar y como resultado, Jin había terminado en los brazos de otro.

Felicidades... -Murmuró con la mirada gacha.

SeokJin sintió una fuerte opresión en el pecho, la culpabilidad lo azotaba.

Déjame explicarte, lo que-

No es necesario. -Dijo sin atreverse a mirarlo. —Es tu vida, haces lo que quieres. ¿No es así?

SeokJin quiso golpearlo, ¿por qué tenía que amar a alguien tan terco?

Es un deber que tengo con mi clan. -Explicó sin importarle nada. —TaeHyung debe dejar herederos y su Tigre me escogió. -Se tocó el vientre plano aún. —Eso no quiere decir que no amaré a mis cachorros, todo lo contrario, ellos ahora son mi vida y espero que puedas aceptarnos.

Entonces JungKook lo miró asombrado. ¿SeokJin le estaba dando la oportunidad de quedarse a su lado?

No importa si son hijos de otra persona. Te amo, SeokJin, y acepto todo lo que venga de ti. Incluidos esos bebés. -JungKook sintió sus ojos arder. —Pero no puedes culparme por sentirme mal, me hubiese gustado ser yo quien engendrara esos cachorros contigo.

Kookie, mírame. -El mencionado se limpió un par de lágrimas rebeldes y lo observó. —Aún podemos formar nuestra propia familia, empezando por estos bebés que te van a necesitar, ¿me apoyarás?

¿Qué quieres decir? Tienen a su padre. -Dijo con cautela.

SeokJin asintió y le contó todo acerca de la leyenda del Tigre azul.

Después de algunos minutos, JungKook pensaba sobre lo que había escuchado.

Esa fuerza contra la que el Tigre azul peleará, es mi padre. Está más claro que el agua. -Concluyó.

También lo pensé, pero nadie de mi clan lo da por hecho.

La tiranía de mi padre acabó con muchos clanes, incluído el tuyo. Sé que a causa de las guerras sin sentido que organizó, mató a todo aquel ser que él consideraba inferior, pero no contó con que algunos sobrevivieran y repoblaran, aunque sea en un diminuto tamaño; los clanes. Por eso, y debido al inminente peligro que mi padre representa para cualquier raza, el Tigre azul apareció para proteger a los suyos.

SeokJin asintió, triste por el destino que le esperaba a TaeHyung.

Tu padre no me contó nada de eso, no me dijo que tenían un ser letal como TaeHyung con ellos... -JungKook comentó un poco irritado por la escasez de la información. —Debemos unir fuerzas, él y yo somos los seres más fuertes hasta ahora, y los únicos que podríamos acabar con mi padre.

SeokJin lo miró asombrado. — ¿Hablas en serio?

JungKook acarició la suave mejilla del Omega con cariño. —Hago esto por todos nosotros. Quiero que vivas en un mundo diferente, que esos bebés y los que vengan, se críen en un mundo lleno de armonía, que puedan jugar con quien ellos quieran sin importar si son de la misma raza o no. Quiero que sean libres. Y haré lo que sea necesario para conseguirlo.

Jin se sintió sumamente orgulloso de su Dragón, ¿en que momento había madurado tanto? Sin lugar a dudas, le estaba dando el ejemplo.

Oh Kookie... -Jin lo abrazó y aspiró su adictivo aroma. Cuanto lo había extrañado.

Ellos se fundieron en ese abrazo, sus animales reconociéndose nuevamente, sus mentes fusionándose al saber qué, sin importar la situación, se apoyarían y protegerían para salvarse mutuamente ante cualquier amenaza.

El Dragón de JungKook se sentía eufórico, tanto que pensaba por fin decirle a su Omega la verdad.

Por esa razón, el cuerpo de JungKook tembló y SeokJin fue testigo de cómo sus ojos cambiaron a ese fuerte rojo, las escamas hicieron aparición en su piel, largas garras aparecieron en sus dedos y poderosos colmillos se mostraron sin temor.

El ambiente se volvió pesado, pero Jin se sintió reconfortado, sabía que el Dragón no lo lastimaría.

Omega. -Gruñó el pelinegro sin apartar sus ojos del rostro suave y dulce de su destinado.

Alfa. -Jin contestó con una sonrisa.

El Dragón dejó reposar su frente sobre la del rubio, suavemente creando una atmósfera tranquila, entonces habló.

"Eres mi destinado." -Dijo a través del lazo que naturalmente se había creado entre ellos minutos atrás.

"¿Qué? ¿Cómo es posible?" -Jin prácticamente gritó en su mente.

El alfa rió encantando. "Lo supe desde el día en que hicimos el amor por primera vez."

"¿Cómo es que yo no sentí nada?"

"Debido a nuestras razas diferentes, ibas a sentirlo a menos que te marcara, pero ahora, al estar tanto tiempo alejados y debido a nuestros fuertes sentimientos, nuestras almas rápidamente se compenetraron, es por eso que podemos hablar a través del lazo sin haber una marca de por medio."

"Nuestras vidas estuvieron destinadas desde el principio... Pero al yo no sentir aquel llamado, mi amor nació de forma inconsciente... ¿No es así contigo?"

"Por supuesto que lo es. Me gustas desde que éramos niños, ni siquiera tenía idea que éramos destinados. Incluso yo, como Dragón, desarrollé sentimientos por ti sin saber nada. Ya no se diga el humano."

"Mi Kookie... Haz sufrido tanto."

"Es momento de curar heridas y empezar de nuevo."

El ambiente cambió radicalmente y JungKook volvió a la normalidad.

SeokJin lo miraba con amor. —Tenemos un mundo ideal que alcanzar, mi alfa.

El pelinegro lo miraba con anhelo. — ¿No estás molesto?

¿Por ocultarme información valiosa? No lo sé, tú dime. -El Omega se alzó de hombros indiferente.

Pero Kook sabía que solo estaba jugando, por lo que lo atrajo hacia su pecho y se aferró a él sin lastimarlo.

Te amo y cuando esta lucha contra la tiranía de los Dragones termine, voy a marcarte y criaremos a esos bebés juntos. Te lo juro por la Luna. -JungKook declaró con fervor.

Prométeme que harás lo posible por que TaeHyung y tú sobrevivan. Mis bebés y yo los necesitamos.

JungKook besó sus labios con suavidad por algunos segundos.

Haré lo que esté en mis manos, pero no puedo prometerlo. -Jin lo miró angustiado. —Es una guerra a muerte, mi amor. Todos lucharemos y sabemos... Que podríamos desaparecer en el intento. Por favor entiéndelo, no puedo hacerte promesas que no estoy seguro de poder cumplir.

Jin lloró en el pecho de su alfa, él lo sabía, no podía culparlo pero tenía tanto miedo de perderlo, a ambos. Que su corazón dolía.

Estaré esperándote... Sé que podrás contra ellos, eres inteligente y fuerte, tienes mucha gente de tu lado... -Jin lo miró decidido aunque de sus ojos caramelo seguían saliendo lágrimas de preocupación. —Tanto TaeHyung como tú volverán, tengo fe en ustedes. Sé que lo conseguirán.

Jin volvió a abrazar a su hombre con fuerza, aferrándose a sus deseos, confiando en la capacidad de ambos alfas y la de sus compañeros de batalla.

JungKook no podía negar la felicidad que sentía al saber que su Omega lo esperaría, conociendo de ante mano que podría con ello.

En dos días dejarás la ciudad. Volverás al pueblo donde viven mis abuelos, ellos están advertidos y esperan por ti, en tu estado no es correcto que te mantengas en esta zona peligrosa. JiMin y HoSeok saben qué hacer. -Informó de manera apresurada. —JiEun también irá contigo.

SeokJin se tensó, había olvidado por completo a la esposa de su alfa.

Ella también está embarazada. -Le dijo sabiendo de antemano la reacción del Omega, por lo que lo apresó con un poco más de fuerza para que no se escapara.

Jin forcejeó intentando liberarse, después del momento tan bonito que habían compartido le dice tremenda cosa, ¿que acaso era imbécil? ¿Cómo se atrevía?

JungKook se rió y con calma dijo: —Cuando hables con ella, te darás cuenta de la realidad. Mientras tanto, es mejor que regreses, empieza a hacer frío y no quiero que te enfermes.

El alfa lo alzó sin problemas, Jin lo miraba con el ceño fruncido y no pudo evitar besarlo con todas la ganas que tenía desde que lo vio.

El Omega olvidó su enojo cuando sintió aquellos dulces labios regalándole aquella caricia.

Maldito alfa, sabía cómo persuadirlo.

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