ɪ ʟᴏꜱᴛ ʏᴏᴜ... ꜰᴏʀᴇᴠᴇʀ?






Ya habían pasado tres días desde que se había acoplado.

Su "esposa" yacía con su madre aprendiendo todo lo que debía saber para criar a sus hijos y ser la compañera idónea del futuro líder del clan.

Era gracioso porque ellos ni siquiera dormían juntos.

Habían acordado fingir delante de todos, pues la Omega aún estaba con su alfa y él no pensaba en nadie más que en Jin.

En la casa que compartían, cada uno tenía su habitación, incluso la Omega solía irse por las noches con su pareja, claro, sin ser vista, así que Kook se quedaba solo con su miseria.

¿Que si le molestaba aquello?

En lo absoluto, si él pudiera, haría lo mismo.

Pero no le era posible. SeokJin no podía estar muy cerca sin ser detectado y él no lo pondría en peligro.

Además de que nadie sabía acerca del amorío de su "esposa" con otro alfa, por lo que eso le resultaba ventajoso a la Omega.

Pero en su caso, todos sabían que él había estado con un Omega Tigre. Y no a todos les había caído en gracia.

JungKook quería matar a todo su clan.

Los quería destruir, dejar en ruinas aquel imperio, empezando por sus malditos padres.

El día de la "boda" se llevó a cabo, él y JiEun en su forma de dragones, habían mezclado su sangre y ahora estaban acoplados, no hubo marca, tampoco la necesidad de aparearse, pero sabía que en algún momento se daría, pues la finalidad de aquella unión, era la de procrear crías.

Pero él no quería tener hijos con la dragona, él no quería "casarse" con ella. Él no quería unirse a ninguno que no fuera SeokJin...

Aquella unión había sido ejecutada de forma más simbólica, y lo había pedido así para que el hijo de puta de su padre por fin dejara a Jin tranquilo, al verlo "casado" con alguien de su clan, sabía que había perdido la batalla.

Su alfa se retorcía del dolor, su Dragón quería salir y arrancar las cabezas de los culpables de su martirio.

Entre Jin y él no había marca, pero no era necesaria, pues él podía sentir perfectamente las emociones negativas de su Omega.

Frustración, odio, dolor, desesperanza, traición... Era lo que el Omega cargaba en su corazón. Siendo él, el único culpable.

Ese día en que todo pasó, JungKook sólo pudo pensar en Jin. En lo mucho que lo amaba y en lo miserable que era por herirlo así.

¿Pero qué otra solución había?

Él debía hacerse de su clan primero para poder correr a sus brazos.

Él debía matar a sus padres y a los malditos ancianos que tenían temerosos a todos los de su pueblo, pero para ello debía hacerse de aliados, aliados poderosos. Y sólo lo conseguiría siendo el líder.

Cuando escuchó ese rugido, su corazón se aceleró. Jin había llegado, Jin había estado ahí.

Pero cuando vio a su padre rápidamente llamar a sus matones y decirles que se encargaran del Omega, su corazón se rompió y con "humildad" le pidió a su padre desistir de aquello, pues no quería que su "preciada" boda se viera manchada por un ser "insignificante".

Pudo ver en los ojos de su padre aquel brillo de superioridad al creer que tenía control absoluto sobre él.
Al creer que por fin había "renunciado" a ese Omega que sólo traería problemas, según el viejo.

Pero gracias a ello, no fueron tras SeokJin, pues cinco dragones gigantes y con poderes, lo habrían asesinado en segundos.

Cuando sintió que su presencia se alejaba cada vez más, su corazón volvía a romperse y sólo quería tirar todo y correr tras él, las lágrimas se acumularon en sus ojos pero no se permitió llorar. Eso lo hizo en la intimidad de su habitación.

Habitación en la que se hallaba en esos momentos bajo la penumbra que era testigo de sus dolorosas lágrimas.

Lee se había ido, por lo que podía desahogarse tranquilo.

Quería llamarlo... Quería escuchar su voz. Lo necesitaba tanto...

¿Pero Jin querría escucharlo?

Tomó su celular, buscó el contacto y se quedó mirando la foto por varios minutos.

«Jin...»

Presionó el símbolo de llamada y esperó.

Era de madrugada, así que no sabía si le contestaría...

¿Hola? -Se escuchó una somnolienta voz.

Jinnie... -Sollozó. Rápidamente se tapó la boca y sus lágrimas corrían por sus mejillas con más fuerza.

¿JungKook? -Esta vez, su voz sonaba sorprendida. — ¿Eres tú, Kookie?

S-sí... -Susurró, el dolor en su garganta no le permitía hablar muy bien.

¿Qué sucede? ¿Por qué lloras? -Cuestionó preocupado el Omega.

Te extraño... Te necesito. -Murmuró dejando escapar otro sollozo. —Me siento tan mal sin ti...

Jin se quedó en silencio, y Kook no sabía cómo interpretar aquello. ¿Acaso no le creía? ¿Había perdido la confianza en él?

También te extraño... -Concedió después de unos minutos.

¿Cómo estás? ¿Todo bien? -Preguntó con voz gangosa.

Sí... Estoy en la aldea de tus abuelos... -Comunicó.

Kook suspiró. Sí estaba allí, eso significaba que aquel Tigre tenía pase libre con el Omega. Los feos sentimientos de los celos, envidia y frustración lo invadieron de repente.

Ya veo... -Se limitó a decir. No quería hablar de más.

Se pasó una mano por los ojos limpiando las lágrimas. La cabeza empezaba a dolerle.

¿Y tu esposa? -Cuestionó el Omega después de otros minutos en silencio.

El tono que usó le hizo pensar a Kook que había sido por celos... Aunque no estaba seguro.

Con su alfa. -Respondió tranquilo. —Su alfa lobo. -Aclaró por si acaso.

¿Qué? ¿Cómo que con su alfa lobo? ¿Qué demonios le pasa? ¿Cómo te puede dejar solo?

Una oleada de esperanza llenó su alma de repente al escucharlo tan indignado.

Bueno... Ella lo ama, yo no me voy a oponer a eso. -Respondió con una sonrisa.

Pero Kook... Si tus padres se enteran-

No lo harán. -Le cortó. —Estamos siendo cuidadosos, sabes que si ella es feliz con él, a mi no me importa, tiene la ventaja de que su clan no está lejos de aquí, así que va casi todas las noches con él y durante el día cumple son su papel de "esposa". -Dijo lo último en tono molesto.

No me gusta que estés solo. -Dijo con tono molesto también.

Es lo que hay, Jinnie... -Habló resignado. —Pero escuchar tu voz me hace sentir tranquilo. Quisiera que estuvieras conmigo...

Jin volvió a quedarse en silencio y Kook podía jurar que se estaba mordiendo los dedos por la ansiedad de no saber qué decir.

Estaré aquí lo que resta de las vacaciones. -Cambió de tema abruptamente.

Jeon lo dejó pasar aunque aquello le dolió.

Saluda a mis abuelos de mi parte y diles que estoy bien, por favor. -Pidió suavemente.

Lo haré. -Concedió el rubio.

Siguieron hablando hasta que el alfa cayó rendido.

Tenía mucha presión y desesperación cargando sobre sus hombros, pero Jin cantándole, con esa voz de Ángel, aquella bonita canción que había escrito llamada "Tonight" fue lo único que necesitó para dormir profundamente.

Jin había sonreído cuando escuchó los suaves ronquidos de su alfa.

Le deseó dulces sueños y cortó la llamada.

Esa noche fue él quien había llorado hasta quedarse dormido. JungKook no lo sabía, pero su corazón también había anhelado escuchar su voz.

Saber la situación que vivía con la Omega lo había desconcertado pero también aliviado.

Él no quería que la tocara. Sus celos al imaginarse aquello eran horribles. Pero sabía que cuando le exigieran crías, Kook debía ceder.

Y Jin odiaba aquella realidad. Odiaba a ese clan.

Pero sobre todo, odiaba el no poder correr hacia el alfa y consolarlo en las frías noches como esa.

Esa noche en la que su alfa dormía solo en una oscuridad total...

Sin imaginarse que él dormía con el calor y compañia de otro alfa. Ese alfa que lo arrulló y limpió sus lágrimas, que acarició su cabello hasta que por fin se durmió luego de la inesperada llamada.

Ese alfa que poco a poco se colaba bajo la piel del Omega, mientras el Dragón sufría en soledad.























Sólo les voy a aclarar una cosita...









Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top