Empezaba un nuevo día, a través de la ventana de la chica entraba la luz del sol que empezaba a salir. La noche anterior, cuando llego a casa se percató que sus papas aún no llegaban, pues se habían ido a una reunión, el peliazul se percató de ello y ella no quería quedarse sola, así que entró a casa y sacó dos latas con cerveza, al salir se encontró con el chico mirando las demás casas y este al percatarse de su presencia volteó y le sonrió, ella le ofreció la lata con cerveza y le invitó a sentarse a las afueras de su casa, esa noche habían conversado mucho, ambos disfrutaron de la compañía del otro, pero todo se vio arruinado por el sonido del celular de la chica, era su hermano quien la llamaba para saber si había llegado bien a casa y avisándole que el iba de regreso, y así que al colgar la llamada el chico se fue y para cuando ella entro a su casa se percato que traía aun la chaqueta del chico, quiso devolvérsela pero cuando nuevamente salió, él ya no estaba.

HyeJung al sentir los rayos de sol, se empezó a mover por la cama, y se dio cuenta que aun traía puesta la chaqueta de TaeHyung y debajo solo se encontraba ella en ropa interior. Salió de la cama, se sacó la chaqueta para luego dejarla a un lado para después entrar al baño y asearse, al rato rato sale con una toalla envuelta en su cuerpo, se viste y sale de su cuarto en dirección a la cocina.

Al llegar ve a su mamá con una bata de seda que suele usar al dormir, se encontraba preparando el desayuno, por todo el lugar se sentía un delicioso olor a pie de fresa con jugo de plátano, en la mesa se encontraba su papá con ropa mas relajada tomando su tasa de café y mirando su tablet y Jungkook, pues...el deseguro seguía durmiendo en su cama después de la borrachera que seguro se tiró ayer, esa mañana empezaba bien para la familia Jeon.

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Taehyung se levanto esa mañana con una sonrisa en el rostro, pues los recuerdos de la noche anterior se le vinieron a la cabeza apenas y abrió los ojos. Unos toques en la puerta le hicieron volver a la realidad, el da el permiso para que pasen, y al abrirse la puerta se llega a ver a la sirvienta, ella hace un reverencia y habla

—Joven hay alguien que quiere verlo, esta en la oficina de su padre.—

—¿Dio algún nombre?- dice levantándose, pero sin destaparse.—

La joven pareció dudar de lo que iba a decir, pero así era como esa persona se había identificado.

—Dijo que era su tío.—

Un sorprendido Taehyung voltea a ver a la joven, la cual se asusta un poco por la cara que puso el chico, había escuchado bien, dijo ¿Su tío?, el no recuerda algo como eso, su padre jamás se lo menciono.

—Ok dígale que en un momento bajo.—

—Si señor.—

Y así, la joven sale de la habitación del muchacho, este se coloca unos shorts, ya que se encontraba solo en bóxer, y se coloca otro polo, va al baño y se asea rápidamente para salir de su habitación. Pasó por el pasillo y bajó por las escaleras, llegando así al vestíbulo de la casa, cruza una puerta por la izquierda y llegando a la gran sala, atraviesa esta y entra por la puerta que se encuentra a espaldas del mueble, al llegar ve a un hombre con un cuadro entre sus manos, era una foto de él y su padre tomada para su cumpleaños número 15, en el se podía ver al chico usando su nuevo uniforme, para el primer día de la escuela secundaria, su padre se sentía alegre por su hijo y el igual.

—¿Quién es usted?— Preguntó cerrando la puerta a sus espaldas.

El hombre al voltear deja ver su rostro, era la viva imagen de su padre, claro sin canas y sin lentes.

—Soy Kim Tae-oh, el hermano menor de tu padre, tu tío.— El señor extiende su mano a él.

Y es que el no podía negarlo, se parecía mucho a su padre, pero mas joven, ¿Cómo es que nunca su padre le hablo de el?

—Kim Taehyung.— El peliazul acepta el saludo a duras penas, aún no podía imaginarse que alguien de su familia estaba en frente de el. Pensó que era el único Kim que quedaba de su familia.

—Eres igual a tu padre.—

—Y usted igual.—

—De seguro el nunca te hablo de mi ¿Verdad?—

—No, no a decir verdad.—

—Pues tenemos mucho de que conversar.—

Antes de que ellos empezaran a hablar, Taehyung le propuso tomar desayuno, ya que el peliazul aun no tomaba y ya empezaba a tener hambre, su tío—que raro le sonaba eso—aceptó y así conversaron de todos esos años en los cuales el nunca se presentó.

Le explicó que el no era muy digno de la familia, ya que jamás se dedicó a estudiar algo que sus padres querían, por eso se fue desde muy joven a los EE.UU, y ahí vivió hasta hace unos días, su padre jamás lo mencionó ya que antes de irse ambos hermanos que eran inseparables, pero tuvieron una pelea, ambos llevaban 10 años de diferencia pero eso no fue impedimento para llevarse de maravilla, pero antes de que el huya, ellos se enfrentaron diciéndose palabras muy duras, el padre de Taehyung envidiaba la libertad que tenía su hermano, sin miedo a nada ni nadie, y el menor envidiaba la inteligencia de su hermano, enviaba que todo el mundo hablara de lo buen hijo que es, y lo dejaran a el como su sombra. Al final se entero de su muerte, pero demasiado tarde, unos días antes de planear llegar a Corea, el llamó a la empresa de su hermano y ahí le informaron de tal hecho, inmediatamente empacó sus maletas rumbo a Venecia y fue a verlo, ese día lloró, lloró como nunca antes lo había hecho y ahora se odiaba por no haberse despedido de el como debió de ser, luego de eso partió a Corea, en busca de su familia, el no sabía de la existencia de Taehyung, pero cuando llegó a la empresa de su hermano le informaron de este y de inmediato vino en su búsqueda, y sinceramente era la viva imagen de su hermano mayor cuando era joven, alto y de buen cuerpo, y muy guapo.

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—Jungkook concéntrate ¿Si? No me hagas perder mi tiempo por favor.— La mayor lo miró con un semblante serio, ella empezaba a irritarse.

—Estoy poniendo mi 100%, enserio, pero te juro que ese tema no me entra ni por el trasero.— dice jalándose los cabellos.

—Jungkook...— Reprochó la madre de ambos, no le gustaba que dijeran groserías, así sus hijos ya estén grandes.

—Lo siento mamá..— El menor respondió agarrando una de las galletas que su madre le dejaba en la mesa.

—¿No quieres Hye? Para navidad no comiste mis galletas y quiero que hoy si lo hagas.—

—Esta bien- Hye con una sonrisa algo forzada tomó una galleta, no es que no le gustara, sino que simplemente no quería.

Hoy era Año Nuevo, sin embargo, Jungkook por nada del mundo iba a salir ese día, pues tenia un examen al día siguiente y el tema que le tocaba era el peor de todos, para el. En cambio su hermana esa noche si saldría con unos amigos, pero antes de eso se ofreció a ayudar a su hermano con el tema que tan agobiado le tiene, y es que el menor a pesar de ser muy inteligente, siempre lograba confundirse en la clase de Filosofía. El esta estudiando diseño industrial, pero, lamentablemente, en todas las carreras universitarias se llevaba obligatoriamente un curso de Filosofía, cosa que el odia.

Su hermana ya se cansaba de repetirle infinidad de veces que para Tales el origen de todo era el agua y que para Anaxímenes, lo era el aire o la niebla, que Parménides, no creía en nada, ni aunque lo viese, que para Heráclito, todo fluye, y que para Anaxágoras, todo se convierte en algo todavía mas pequeño. Peor aún fue cuando menciono que para Empédocles, la naturaleza tenía en total cuatro elementos, los cuales conocemos hoy en día; tierra, aire, fuego y agua y que tenía que haber dos fuerzas que actuasen con la naturaleza, las cuales llamo "amor" y "odio", esas pequeñas cosas simplemente hacían que la cabeza de Jungkook explotara y mezclara papas con camotes.

Rindiéndose, se levanto de ahí dejando a la deriva a su hermano, pues no iba a gastar su tiempo explicándole algo que, para ella era fácil. Aunque su hermano rogó y rogó, ella se fue a su cuarto encerrándose, no era mala hermana, simplemente sabia que si se quedaba ahí, la cabeza que explotaría no iba a ser la de Jungkook, y eso haría que malograse sus planes para mas tarde.

— Mamá!— JungKook sacó su lado más infantil y chilló.—¡Noona no me quiere ayudar!—

—Lo siento hijo, pero...eres un bruto— Y sin más, se fue de ahí dejando al chico, este, sin nada más que hacer, prefirió tomar las galletas y comérselas, si no iba a estudiar, al menos disfrutaría de las grandiosas galletas que su mamá le dejo.