YoonGi se encontró vagando por las calles. Sólo tuvo tiempo de coger las llaves en caso de que Seok Jin no fuera muy lejos. Casi se sentía disgustado por lo que había hecho, romper un lazo era la peor forma de tortura que podía infligir a un compañero. Hubo casos de personas que murieron por romper un enlace. 

Rápidamente sacudió esos pensamientos de su cabeza. Seok Jin había roto el vínculo básicamente cuando decidió que tendría un cachorro con otro Omega. Sintiendo las lágrimas humedecer sus ojos, se obligó a parpadear rápido, no tenía lugar a donde ir, su Alfa comprobaría la casa de sus padres y el lugar de Jimin, no, no podía ir allí y no quería volver, él nunca iba a volver.

Seok Jin buscaba desesperadamente cualquier señal de YoonGi, no había forma de que su compañero le hubiera dejado, las cosas habían ido tan bien el último par de años.

El Alfa se agarró el pecho sintiendo ya el dolor de su pérdida, no había manera de que pudiera sobrevivir sin su compañero, Ni siquiera podía comenzar a imaginar una vida sin el pequeño Omega, con su olor dulce, las mejillas prominentes y los labios perfectos.

Luchando para levantarse, arañó la cama en busca de alguna prueba de que todo esto había sido una broma de mal gusto. Que su Omega no lo había abandonado dejándolo para que muriese. Agarrando su teléfono, llamó a la única persona que sabía que sería capaz de ayudarlo.

El Omega siguió devanándose los sesos buscando una solución, no podía conseguir un hotel porque todas las cuentas estaban a nombre de Seok Jin, no podía usar las tarjetas de crédito porque sería capaz de realizar un seguimiento de ellas, el Alfa había hecho a su Omega incapaz de hacer nada en absoluto por sí mismo.

Seok Jin se subió al coche y le dijo al chofer que condujera alrededor, YoonGi no podría haber ido tan lejos a pie y tenía la intención de encontrarlo.

El teléfono de YoonGi comenzó a sonar por milésima vez. Por último, se le ocurrió que podía ser rastreado mediante el dispositivo, envió un mensaje de texto a sus padres diciéndoles que no se preocupen, que estaba bien y lanzó el teléfono en la papelera más cercana sin mirar hacia atrás. 

Cinco horas, habían estado conduciendo alrededor de cinco horas y no había ninguna señal del Omega. El temor comenzó a asentarse en el estómago del Alfa, ¿Qué pasaría si alguien había lastimado a su Omega? La mandíbula de Seok Jin se apretó, si alguien ponía un solo dedo en él, lo despedazaría miembro a miembro. 

Usando el nuevo teléfono que compró con el poco dinero que llevaba encima, YoonGi llamó al número que había memorizado. Con la única persona que Seok Jin nunca podría encontrarlo debido a que no sabía que existía.

—Hola —respondió la voz sensual.

—¿Hoseok? soy yo, YoonGi. 

—¿YoonGi? Hace mucho tiempo que no sabía nada de ti ¿Cómo estás? —dijo Hoseok rápidamente.

—Necesito tu ayuda.

Se detuvieron en la casa de dos pisos en la avenida de Jefferson, donde ahora vivía Hoseok.

—Muchas gracias por esto —YoonGi dijo inclinando la cabeza, agradecido.

Hoseok extendió la mano y con sus delgados dedos levantó la cabeza de YoonGi hacia arriba. Hacía tanto tiempo que otro Alfa no lo tocaba que casi se encogió y se apartó, pero Hope era tan dulce como siempre y sabía que no tenía nada que temer. 

Media hora más tarde, YoonGi estaba vestido con un pijama de Hope, bebiendo té con él en la encimera de la cocina, se sentaron en un silencio cómodo hasta que el Alfa tomó la palabra.

—Yoon... ¿Por qué me dejaste?

YoonGi se tensó ante la pregunta a pesar de que debería haber sabido que se la iba a hacer.

—Hope, sabes que me encontré con Seok Jin. Es la otra mitad de mi alma.

—Incluso si es tu alma gemela, obviamente, las cosas no están funcionando si viniste corriendo de nuevo a mí.

YoonGi se sintió muy mal por la elección de las palabras de Hope, no vino corriendo hacia él, sólo necesitaba un lugar para alojarse, donde Seok Jin no pudiera encontrarle.

—Escucha, realmente lo siento por la forma en que terminaron las cosas pero sabes que dicen que encontrar tu alma gemela es tan increíblemente raro que la tienes que agarrar con las dos manos. Todo lo que se cuenta en los libros que leemos sucede. Nuestros cuerpos se reconocieron entre sí y nuestros olores se mezclaron perfectamente. Yo sabía que él era el único y que no habría sido justo para ninguno de ustedes si me hubiera quedado.

—¿Qué haces aquí YoonGi? —Hope suspiró con cansancio.

—Te dije que necesito un lugar donde Seok Jin... 

—Yo quiero decir ¿por qué estás realmente aquí conmigo? —suspiró frustrado interrumpiéndolo—¿Es una especie de juego enfermo YoonGi? ¿Disfrutas de hacer daño a la gente? No necesito hacer frente a tus señales mixtas en este momento.Yo te quería y no me importa si tu has encontrado a tu alma gemela, me abandonaste, habíamos estado juntos desde que teníamos dieciocho años y tiraste los cinco años que estuvimos juntos por el desagüe, no puedo pasar por esto de nuevo YoonGi, quédate aquí el tiempo que necesites, pero no me des una excusa idiota sobre encontrar a tu alma gemela, me dejaste sin echar una mirada hacia atrás, yo te amaba, pero tú nunca me quisiste — Hoseok se alejó dando media vuelta con la esperanza de no comenzar a llorar delante del Omega, se prometió que nunca volvería a pensar sobre esto de nuevo, YoonGi era una parte de su pasado y hoy él le había dado el cierre que necesitaba.

YoonGi vio que Hoseok hizo su camino hacia su oficina, la partida le hizo reflexionar sobre todas las cosas que dijo. ¿Era realmente tan egoísta? 

No, decidió, el no lo era, dejó una nota en el mostrador pidiendo disculpas y  prometiéndole permanecer fuera de su vida para siempre. YoonGi se puso su ropa y se dirigió a la fría noche. Por lo menos cuando estaba solo no había nadie a quien pudiera hacer daño.