☾⋆ Capítulo 3 ☾⋆



Seok Jin entró en la casa recibido por el rico aroma de fideos naengmyeon y langosta, el plato favorito de su infancia en Gwacheon. Se dirigió a la cocina de color beige y fue recibido por la maravillosa vista de su mascota bailando una de las canciones nuevas que últimamente lo habían obsesionado. En silencio, se quedó admirando la fluidez de los movimientos de su pareja, y lo hermoso que se veía cuando él bajaba la guardia. No se dio cuenta de la llegada del Alfa.

Finalmente su Omega se dio la vuelta y dejó escapar un grito de sorpresa al ver a su Alfa allí de pie. Con sus mejillas rojas, el Omega salió corriendo para saltar a los brazos de su Alfa buscando la comodidad de tenerlo cerca.

—Veo que alguien me echaba de menos —canturreo el Alfa al ver las mejillas del Omega sonrojarse a un más mientras enterraba su rostro en el cuello.

Seok Jin colocó suavemente a YoonGi en el suelo sobre la alfombra y lo vio correr al otro lado de la cocina donde estaban los fideos. Su Omega agarró dos platos y puso una porción considerable en uno antes de llevárselo a su Alfa y esperó que empezara a comer para así poder comer el.

Seok Jin probó un bocado de langosta, que estaba perfectamente preparada como siempre, y sintió el sabor explotar en su lengua. YoonGi en silencio tomó una pequeña porción para sí mismo y se unió a su Alfa en la mesa de la cocina. Mientras comían en silencio, no sintieron la necesidad de hablar.

Sin embargo, este no era el cómodo silencio al que estaban acostumbrados. Algo más estaba pasando, pero ninguno quería ponerlo en palabras. YoonGi se levantó para llevar ambos platos al fregadero cuando su alfa tiró de él. Ojos color avellana se reunieron con los verdes y de repente YoonGi estaba siendo levantado del suelo. Agarrando los platos de sus manos, Jin, los colocó sobre la mesa y comenzó a caminar con el menor hacia las escaleras.

El Alfa comenzó colocando pequeños besos en el cuello de su Omega, haciendo una pausa para chupar la marca de apareamiento.

—Alfa —gimió el Omega agarrando el pelo rizado y grueso del alfa, que lo sostenía con fuerza. Seok Jin de una patada abrió la puerta del dormitorio, y tiró a YoonGi en la cama, haciendo caso omiso de los gritos de protesta cuando él salió de la habitación.

Unos minutos más tarde, cuando regresó, fue recibido por la mala cara de YoonGi. El Omega comenzó a provocar al Alfa que lo miro divertido a pesar de la tensión sexual en el aire.

Se acercó lentamente a la cama quitándose la camisa blanca, el pantalon de color caqui y el boxers a su paso, mientras miraba a los ojos muy abiertos del Omega. El Alfa de pie junto al borde de la cama lo miró con impaciencia.

—Mascota ¿vas a deshacerte de tu ropa o no? —gruñó Seok Jin, enfadado por tener que esperar. En un instante, la camiseta, los pantalones cortos y boxers de YoonGi estaban en el suelo junto a la cama. Seok Jin se metió en la cama encima de su Omega antes de capturar su boca en un ardiente beso. YoonGi lo beso con la misma ferocidad envolviendo sus brazos alrededor del cuello de su compañero.

El Alfa sintió al Omega frotándose contra él, tratando de conseguir el mayor contacto posible para obtener el máximo placer. Un Alfa nunca defrauda a su Omega.

Desenredando sus extremidades, Seok Jin presionó besos por todo el camino desde el cuello hasta el borde de su fruncido agujero rosa. Con movimientos lentos y deliberados, el Alfa abrió las piernas de su Omega y empezó a lamer alrededor del borde.

YoonGi se quedó sin aliento mientras cerraba sus piernas en la cabeza de su Alfa atrapándolo. Seok Jin deslizó la lengua más allá de la entrada de su Omega, lentamente follándolo con ella. YoonGi gritó en éxtasis mientras sentía la lengua ajena penetrarlo.

—Por favor, Alfa, necesito más —hablo el Omega a punto de llorar de tanto placer que sentía. YoonGi gritó desesperado, cuando el Alfa sacó su lengua, pero comenzó a gemir de nuevo minutos después, cuando fue reemplazada con dos dedos lubricados.

Seok Jin se tomó su tiempo para estirar a su Omega, asegurándose de que estaba listo para su pene.

—Alfa estoy listo, por favor —se lamentó el Omega. Extrayendo los dedos, el Alfa se recubrió a sí mismo con el lubricante y empujó lentamente la barrera del agujero de su Omega. YoonGi resopló entre dientes. Su cuerpo sólo producía lubricación durante la semana de calor por lo que siempre le tomaba un tiempo acostumbrarse a sentir el dolor de ser estirado.

Seok Jin se detuvo y miró hacia abajo al Omega sudoroso, pidiendo permiso en silencio para continuar. YoonGi le dio permiso a su Alfa para empujar su miembro otro par de pulgadas más en su agujero.

Su dolor se retiró lentamente y dejó un placer intenso en su lugar. YoonGi gruñó y usó sus piernas para tirar de su Alfa más profundamente en él, gimiendo cuando finalmente se enterró hasta la empuñadura.

Seok Jin comenzó a moverse lentamente dando tiempo al Omega para acostumbrarse.

—Alfa más rápido más rápido, puedo soportarlo, no me voy a romper —YoonGi lo desafío.

El Alfa gruño, con los ojos brillantes salió todo el camino y golpeó de nuevo en el apretado culo de su Omega. Mantuvo el ritmo castigador, haciendo temblar a la cama. El sonido de piel contra piel hizo gemir fuerte al Omega, perdido en su propio mundo de placer, mientras que su Alfa lo reclamaba una y otra vez marcándolo como suyo, siempre suyo. El Alfa se puso rígido en el interior de YoonGi, mientras que el Omega salpicaba por todo su pecho, apretando su agujero y drenando el pene del Alfa.

—Mierda —dijo Seok Jin.

YoonGi estuvo de acuerdo en silencio mientras Seok Jin se retiró haciéndole gemir al sentirse vacío y los puso uno junto al otro sin ganas de limpiarse disfrutando de los rescoldos del placer. Algo había cambiado y ambos lo sabían.



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