Año 2.493

Eran aproximadamente las once de la mañana, ya los trabajadores se preparaban para el cambio de turno, otros, para almorzar y recobrar energías.

Las calles vacías pronto comenzaban a llenarse de los habitantes saliendo de sus trabajos, poco a poco en la avenida se formaba el tráfico y los trenes estaban abarrotados.

Así, era el día a día en la Isla Krima.

A pesar de todos los percances de tráficos, largas filas para tomar un vehículo y trasladarse, los habitantes tomaban una pausa y se distraían con el hermoso paisaje.

El mar se podía apreciar a lo lejos, las altas palmeras y árboles comunes se balanceaban por el viento, proporcionando una sombra en medio del caluroso sol que hacía a esas horas.

Era una hermosa Isla.

Extensa y con mucha población.

Podía considerarse la capital del país por la cantidad de habitantes.

Y ese día, se dejaría de admirar tal cantidad.

Todo estaba congestionado en su totalidad. Algunas personas se atrevieron en ir a pie hasta sus hogares o quién sabría cuando llegarían.

En ese momento... no apareció nada en las pantallas.

Cómo en las películas o series.

Que antes de que suceda algo malo, invasión, explosión, masacre, entre otros, lo colocan en la pantalla principal del centro comercial y sale un hombre encapuchado con voz distorsionada y editada diciendo: Habrá una bomba en tal lugar, desafío a los cuerpos policiales a desactivarla o acabará con toda la población.

¿Eso?

No. Nada de eso apareció.

Fue un de pronto.

Los habitantes no estaban pensando en que algo malo pasaría ese día.

No.

Ellos pensaban que llegarían tarde a casa para hacer sus deberes personales, familiares o del hogar.

Todos estaban distraídos y ensimismados.

Tanto así que a duras penas se percataron de la cantidad de helicópteros que había en el azul cielo de Krima.

Lastimosamente, no se percataron de que eso no era normal hasta que el edificio de radio central estalló debido a un misil lanzado allí.

Simultáneamente fueron lanzados los misiles en distintos lugares del país, sobretodo, en las zonas más concurridas y pobladas.

Todo estaba planeado ese día.

Los gritos, llanto, humo, sudor, sangre, caos, todo se juntó para dar una panorama cruento del país.

De las naciones en general, porque el mundo entero salió afectado.

Los presidentes de las naciones potencias veían todo el desastre que habían causado, la sobrepoblación no era una buena opción, menos cuando la crisis no tenía una pronta solución.

Para tener victoria hay que sacrificar.

Por lo que para ellos tener éxito en sus convenios, acuerdos, tratados y negociaciones para salir de la crisis mundial, prefirieron disminuir la población causando la gran masacre, provocando la muerte del ochenta y cinco por ciento de la población mundial.

Los misiles fueron lanzados en el lapso de una hora y media, seguidas y continuas.

El tiempo más angustiante que habían vivido los habitantes, de un cien por ciento, el sesenta murió de forma inminente, el cuarenta por ciento fueron sobrevivientes heridos de los cuales, un veintitrés por ciento fallecieron por la gravedad de sus heridas.

Luego de eso, el pueblo tuvo mucho temor de sus gobernantes, no sabían qué hacer, cómo proseguir, todo era caos y devastación.

Con crisis, ahora las ciudades devastadas, un colapso fue lo único que provocaron los políticos inadaptados e idiotas avaros que existían.

Sin los fondos suficientes ¿Cómo pretendían reconstruirlo todo?

Al que actúa mal, le va mal.

Y eso se vio cuando, años después se levantó una organización de diferentes naciones en forma de hermandad, juntando sus recursos para reconstruir las zonas primordiales y esenciales de los seres humanos; también, se hizo justicia con los gobernantes y aunque quedaron algunos, fue una limpieza en todo sentido.

Muchas leyes relevantes se crearon para sacar adelante las naciones y una de ellas, fue aumentar la poca población que había.

No era una opción, sin embargo, obligados a ello decidieron crear esa orden:

Cada joven menor de veintitrés años cumplirá todas las funciones acorde a su edad, a partir de su edad veintitrés donde consideramos una edad con estabilidad y capacidad se le será asignada una pareja para convivir el resto de su vida, esto con la finalidad de crear familias evaluando la capacidad de fertilidad gestante que posean.

Todo esto, con el fin de poder avanzar como país y nación por el peligro de la casi lograda extinción de la humanidad.

Aquel que no cumpla las ordenes, lamentablemente será apelado por la justicia.

No todos estaban de acuerdo con la ley sin embargo, no eran capaces de decir o refutar sobre aquello.

Enamorarse era lo último que pensaban los habitantes, apenas podían sobrevivir; aunque la reproducción también era necesaria para el ciclo de la vida y avance de las naciones, también, el promover a la familia para que no se hubiera una sobrepoblación como antes del desastre.

Era difícil atenerse a esperar que los jóvenes cumplieran la edad requerida, pero, no querían que fuera obligado en forma de avaricia si no, obligado en forma de necesidad.

Esa carta que llegaba cierto día a un hogar cambiaba el rumbo de la vida de un joven y lo colocaba en una posición, colaborar para llevar una buena vida o quejarse por siempre y correr el riesgo de las sanciones políticas.

Solo el dos por ciento, llegaba a desarrollar sentimientos verdaderos, teniendo comprensión por el tema y siendo conscientes de la situación del país y de la humanidad.

Y esta, es la historia de una pareja que fue parte de ese dos por ciento.

🌻
Hola, cielitos ¿Cómo están?

Estoy a punto de irme a la u, pero, no podía hacerlo con este bebé en borradores desde hace semanas :3

Está historia tendrá un romance fluff y con un leve toque de drama, envuelve una pareja en una burbuja de amor con mucho caos fuera.

Espero les guste y le den mucho apoyo. ♡🌻

ⁿᵘⁿ♡