Dejándolo claro
Capitulo XVIII
ShikaHina
Uso de Ooc| capítulos cortos| Saltos en la historia.
Ningún personaje me pertenece, todos son creación de Kishimoto yo solo los utilizo para darle vida a esta historia.
— Tío, Shikamaru ¿Dónde estás?... Apresúrate quiero cenar — Mirai grito a todo pulmón logrando captar la atención de su alrededor. Un tanto apenada, Hinata comenzó a pedir disculpas en su lugar.
— Mirai-chan, no es correcto que grites en medio de la calle. Además todavía nos falta camino por recorrer, Tío Shikamaru aún debe de estar trabajando — y es que la dulce niña no había parado de vocear a su Tío por toda la aldea, con la esperanza de encontrarlo lo más rápido posible y cenar todos juntos, tal como su niñera en turno se lo había prometido.
— Lo siento, Hina—chan — realizo el puchero más enternecedor, dejando a Hinata sin defensas — ¿Podrías perdonarme? — cuestiono, colocando ambas manos al frente.
— Oh! No, no te disculpes — negó con la cabeza, bastante apenada — Mirai-chan — la niña sonrió ganadora y comenzó a dar saltitos a su alrededor. Hinata suspiro aliviada, quizás era demasiado consentidora, pero no podía evitarlo la dulzura de Mirai era demasiado embriagante.
— Oi, Hinata-chan — su canino amigó se acercó como un torbellino levantando un poco de polvo en el proceso, por supuesto Mirai comenzó a toser.
— Kiba-kun — Hinata saludo educadamente, sin dejar de prestarle atención a la niña.
— Ay, pero que dulce — Kiba intento tocar a Mirai, pero esta se negó ocultándose detrás de Hinata — Valla...Sigues sin tolerarme — un tanto desanimado el chico perro aulló en protesta.
— ¿Ah pasado algo? — el cuestionamiento era válido, por lo regular era Mirai quien saltaba a los brazos de Kiba, en cada mínima oportunidad. Pero esta no era la ocasión, la niña parecía molesta, bastante.
— Pues veras, no pude asistir a nuestra cita semanal y ahora ella me guarda rencor— soltó adolorido, para Kiba y los equipos 8 y 9. La hija de sus maestros era sin duda una bendición.
— ¿Solo eso? — Akamaru aulló en protesta. Kiba le respondió de inmediato.
— Bien quizás también olvide traerle un obsequio, Pero la misión fue.... — En respuesta Mirai decidió salir de su escondite — Mirai-chan, no fue mi intención — se agacho para estar al nivel de la pequeña y está sin dudarlo un segundo más salto hacia él.
— Un error más y dejaras de ser mi Tio favorito — el Inuzuka asintió. Por su parte Hinata no pudo evitar soltar una risita.
— Kiba, deberíamos apresurarnos... Hina....ta— Naruto se acercó hasta ellos, detrás y como de costumbre Sai actuaba como una sombra, atrapado en su lectura.
— Naruto-kun, Sai-kun — Hinata los saludo educadamente, el rubio al ver a la pequeña en los brazos de su camarada decidió acercarse.
— Pero dulce niña ¿Quieres un caramelo? — ante el ofrecimiento Mirai arrugo la nariz y volvió a guardar su barra de chocolate en su bolsa trasera.
— Descuida, Naruto-kun... No es personal — y realmente no lo era, la pequeña tardaba en aceptar a ciertas personas, un ejemplo claro era Sai quien incluso tuvo que parar sus visitas junto con Ino pues a la niña le disgustaba su presencia, alegando que era un ser bastante extraño.
— Entiendo — se rasco la nuca — Me preguntaba si, acaso tenían planes para esta noche.
— Deberíamos ir de inmediato a la Torre — Sai camino entre ellos, aun sosteniendo su libro, una vez cerca Hinata pudo leer el titulo ¨Felicidad femenina en tres simples pasos¨ — Kiba suelta a esa desagradable niña — antes sus palabras el único en reaccionar a la defensiva fue Akamaru quien quiso lanzarse de inmediato hacia el pálido chico.
— Basta — con una sola palabra Kiba logro domar a su enorme compañero.
— Y a todo esto, ¿A donde se dirigen? — Naruto intento cambiar el rumbo de la conversación.
— Vamos en busca de Tio Shikamaru — la niña respondió, aun acurrucada en los brazos del Inuzuka.
— Parece divertido, vayamos todos juntos — nervioso por la intensa mirada que Mirai le lanzaba, Naruto se colocó de lado de Hinata.
— Que tal la misión — Hinata intento aligerar la situación, pues claramente a Mirai no le estaba siendo ninguna gracia la intervención de esos dos extraños.
— Bastante sencilla — respondió Naruto secamente — Todo un ex.. —
— No puede llamarse un éxito cuando Naruto regresa con el corazón partido — Sai termino por interrumpirlo, Kiba disimulo no haber escuchado nada y Naruto se puso rojo.
— Podrías callarte imbécil — humo salió de sus oídos. Hinata intentaba disimular su evidente incomodidad, si bien quería a sus amigos no era el momento indicado para estar juntos comenzando con que Mirari despreciaba a la mayoría de los integrantes.
— Bien, lo hare — finalmente el pálido y extraño chico se hundió en su lectura de una manera extraña, que parecía levitar en lugar de caminar, aquello le causo una extraña sensación en Hinata que no tardo nada en resguardarse con Kiba.
— Un poco de Ramen no nos vendría nada mal — en un último intento por cambiar el rumbo de esa dolorosa conversación Kiba, intento animar al rubio pero este, simplemente asintió sin el típico entusiasmado que le caracterizaba.
— De acuerdo — soltó simple, envuelto en una melancolía propia del rechazo. Al verlo Hinata no pudo evitar recordar aquellas veces donde atrapada por el dolor de haber perdido a Neji, sintió que su vida pronto terminaría es por eso que sintió la necesidad de otorgarle su hombro inmediatamente para que pudiese liberarse del dolor que cargaba, pero era consciente de que no era el momento. Así que simplemente se limitó a tocarle el hombro regalándole la mejor sonrisa que tenía — No tienes de que preocuparte, aun no se ha terminado— y era cierto, después de todo aquel chico era el hombre más determinado en toda la nación ninja.
— Hai —
Luego de un largo camino repleto de chantajes infantiles hacia Kiba donde una pequeña Dama amenazaba constantemente con castigarlo con el látigo de su indiferencia, si el mencionado no cumplía con sus pequeños y maquiavélicos chantajes.
— No, lo hare — aquella fue su patética defensa que unos ojitos llorosos terminaron por derrumbar — Bien, bien, lo hare pero sécate eso, me haces ver como un mal Tio — finalmente el hombre tuvo que imitar a Akamaru y convertirse en un fiel perro que era guiado por Mirai.
— Se lo advertí — aunque ajeno a todo lo ocurrido a su alrededor Sai se manifestó — Aquella, niña ha resultado ser una excelente agente manipulador — tanto Hinata como Naruto sonrieron, Sai realmente decías cosas extrañas.
— ¡Tio Shikamaru! — grito la pequeña eufóricamente, dejando de lado a su fiel canino.
— Eh, Mirai.... — el aullido doloroso que soltó Kiba fue incomparable, que incluso Hinata tuvo que intervenir.
— Está bien, Kiba-kun —
— Mirai-chan, que haces aquí... y lo más importante que haces con ellos — se acercó delicadamente a su odio para no lastimar los sentimientos de los demás — Creía que se encontraban dentro de tu rango de intolerancia —
— Simplemente se pegaron como un chicle en mi zapato — suspiro abnegada.
Verlos tan cerca y cuchicheando les dio la impresión de que seguramente hablaban sobre ellos, en protesta Naruto arrugo las cejas dándole un caderazo a Sai quien poco le importo aquella acción. Incomoda Hinata se acercó a su Esposo.
— Estamos aquí — Se sonrojo. Ciertamente darse un beso era lo mínimo aceptable dentro de un matrimonio pero al ser tan tímida y estando rodeada Hinata se limitó a saludarlo torpemente.
— Lo sé, querida — le acaricio una mejilla, como un gesto puro repleto de cariño.
— Y bien iremos a comer o seguirán derramando miel — Kiba tan impaciente como siempre los confronto.
— Yo no, nosotros... ¡No¡ —Hinata intento excusarse pero débil fue su intento.
— Descuida Hinata, es complejamente natural, no hay de que avergonzarse — Naruto le tendió una mano y aunque el gesto fue genuino la mirada picara que le lanzo Shikamaru logro incomodarla aún más.
— Yo me encargo — Sai adelanto sus pasos rumbo a la puerta principal de la torre. Un claro acto que claramente no extraño a nadie, pues como en cada regreso Ino estaría pendiente de los minutos de demora del Joven.
— Ah, es verdad... — Shikamaru pareció despertar de su ensoñación — Lord Hokage, tomo un descaso — y aunque todos parecían exigir un explicación más detallada, con Mirai presente no se atrevería.
— ¡eh¡ pero qué dices, Kakashi-sensei.... Un descanso — tanto Naruto como Kiba parecían incrédulos, pues aunque el peliplata tenía fama de vago, cuando asumió el poder no existió poder humano que lo hicieran separase de esa silla.
— Shizune-san.... — fue lo único que necesito para que ambos guardaran silencio.
— ¿Puedo entregártelo? — Sai volvió, el Nara asintió entendiendo que se refería al reporte de la misión.
— Pudiste dejarlo en su Oficina, tonto ahora tendrá que volver y perderemos aún más tiempo, seguramente Ichiraku esta tan lleno que tendremos que sentarnos en el suelo— Naruto se quejó, tan infantilmente que incluso Mirai sonrió.
— No podía hacerlo, estando esa chica de la Arena ahí dentro me fue imposible, aunque nuestras relaciones hayan mejorado sigue siento información clasificada... y —
— ¿Chica de la Arena? — Kiba lo interrumpió. La expresión de Shikamaru cambio a una sombría.
— Si, hermana del Kazekage — ante la mención de la princesa de la Arena Hinata y los demás guardaron silencio —
— ¿En su oficina? ¿Qué podría estar haciendo Temari ahí? — tan descuidado como siempre Naruto siguió indagando.
— Supongo que debe haberse equivocado, ¿No es así, Shikamaru? — como buen amigo y protector de Hinata, Kiba intento buscar una explicación rápida antes de lanzarse directo hacia Shikamaru y tirarle todos los dientes.
— Seguramente — y aunque su explicación fue breve, al no ver ninguna alteración en el azabache, Kiba bajo la guardia.
— Debo irme, Ino debe estar esperándome — ante la mención de la rubia el pálido ex integrante de raíz sintió un palpitar en aquel lugar donde Sakura juraba que se centraba su corazón, el único que podía sentir genuinamente e imposible de engañar con lecturas baratas.
— Suerte con ello — Naruto se despidió con un toque de burla. Pues era bien sabido lo que significaba ser pareja de Ino Yamanaka, la mujer más posesiva y caprichosa de toda la aldea.
— ¿Nos vamos? — la conversación dio un giro rápido, algo que Hinata agradeció con el alma pues no soportaba aquella mirada profunda que su Esposo le estaba otorgando, era como si estuviera buscando la oportunidad de explicarse, algo que creía no necesitar.
— Hai — respondió tímidamente, acercando sus brazos hacia Mirai para de ese modo seguir a Kiba quien ya iba bastante encaminado junto a un entusiasmado rubio.
— Todo está bien, no hay nada de qué preocuparse — hablo, ella por su parte asintió ligeramente recibiendo a Mirai de regreso evitando a toca costa recibir la atención de su marido, el cual buscaba enfocarse en sus perlas — ¡Ey Hinata! No, hay nada de que... — insistió.
— Te creo.... De... descuida — finalmente declaro. Shikamaru arrugo el entrecejo, claramente el débil discurso de su mujer no termino por convencerlo y aunque intento aclararla la situación ella simplemente dio media vuelta dejando atrapado en una nube de confusión.
— Hina... — intento detenerla. Pero aquella mujer parecía tan lejana.
— ¡Tio... Shikamaru... Date prisa! — con ese último llamado, Shikamaru termino por regresar a su alocada realidad. Pues ahora no solo tendría que liderar con su ex primer amor, también con los sentimientos amargos que aquello pudiera generar en su delicada esposa. En consecuencia el azabache suspiro profundamente, sí que estaba atrapado en un tremendo lio.
Por fortuna de Hinata la cena paso demasiado lenta, y como consecuencia Mirai se puso bastante fastidiosa, llenando los establecimientos de berridos y una que otra pataleta, logrando a su vez que el regreso a casa fuera bastante apresurado y fingiendo una pena que no sentía tuvo que despedirse incluso de su propio Marido. Y si, claramente estaba actuando como una niña pequeña, arrebatándole a Shikamaru la oportunidad de explicarse correctamente pero no podía evitarlo, ella era consciente de todo aquello que alguna vez significo aquella chica en la vida del Nara, del dolor que provoco el día de su partida y también de la alegría que aun podía provocar.
— Es bueno verte — por poco y termina en el suelo — Luces bastante afligida, Querida — no tuvo necesidad de mirar directamente. Temari desprendía una esencia difícil de olvidar.
— Temari- san — intento saludarla correctamente, pero Mirai quien estaba envuelta en sus brazos se quejó — Es bueno verla por aquí — y quizás no estaba siendo del todo sincera.
— Lo mismo digo... N...... — y era bastante notoria su intención para incomodarla pues hasta ese momento aunque las luces fueran algo bajas eran notorios los símbolos del clan Nara sobre su ropa — Hyug.. a— sonrió, como aquella vez en el torneo cuando se burló descaradamente de Tenten y es que para ella, Hinata representaba un nuevo rival el cual debía derribar a toda costa.
— Nar.. Nara — tardía pero al final logro reaccionar — Quizás no es de tu conocimiento, pero ahora soy una Nara ... Shikamaru es mi Esposo — la expresión de genuina sorpresa que Temari libero fue más de lo que Hinata hubiera esperado — Me retiro espero pueda disfrutar de su estadía — sintiéndose ganadora la dejo atrás, sin permitirle decir una sola palabra. Temari a su vez, apretó sus puños, dejándola ganar.
Sintiéndose orgulloso de su Mujer, Shikamaru salió de su escondite una sonrisa decoro su depresivo rostro y la luz del sendero pareció volver a retomar aquel brillo inusual.
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Nota del auto + Desahogo emocional.
Comenzare disculpándome por tardar tanto, pero bueno creo que mis excusas las conocen de sobra. Soy un adulto que tiene que vivir como un Adulto aunque no lo desee.
También agradezco a todos aquellos que me dejan sus lindos comentarios, animándome y diciéndome que esta historia, que acepto bastante sencilla a logrado dejarles una huella en sus corazones. Eso me ayuda mucho, me da ese empujoncito que necesito para sentarme y dedicarme a plasmar mis ideas. Realmente se los agradezco.
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